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Yo soy el primero y el último Artículo No.14, 1984-85

Yo soy el primero y el último

Artículo No.14, 1984-85

 

El versículo dice, “Yo soy el primero y el último, fuera de mi no hay ningún dios”. Es sabido que la norma del trabajo para lograr la meta, que es Dvekut (adhesión) con el Creador es trabajar con el propósito de otorgar. Pero conforme a la norma del trabajo que el hombre ha recibido en su educación es en realidad por Lo Lishma (no por Su nombre), como lo dijo Maimonides (Las leyes de la penitencia, Capítulo 10), “Los sabios dijeron, ‘Uno debe siempre ocuparse de la Torá, incluso por Lo Lishma, pues desde Lo Lishma llegará a Lishma (para Su nombre)’. Por lo tanto, cuando se enseña a los jóvenes, a las mujeres y al pueblo, se les enseña a trabajar mediante el temor y para recibir una recompensa. Cuando su conocimiento se incrementa y ellos adquieren mucha sabiduría, se les enseña ese secreto poco a poco, y se les acostumbra a ello tranquilamente hasta que lo alcanzan a Él y Lo conocen y lo sirven con amor”. Hasta aquí sus palabras.

Por lo tanto, cuando una persona desea marchar por el camino que conduce a lograr la meta de Dvekut con el Creador, el cual es aspirar a que todo se realice con el propósito de otorgar, uno debe primer adquirir una deficiencia, es decir, que él no encuentre satisfacción en el trabajo de Lo Lishma.

En ese momento comienza a buscar una nueva norma en el trabajo, porque el trabajo con la Torá y Mitzvot al que estaba acostumbrado hasta entonces se basaba en el deseo de recibir, llamado Lo Lishma. Ahora, sin embargo, necesita cambiar toda su base y sobre esta base, construir todas las normas en la vida. Y esto depende de la medida en que el perciba que el estado de Lo Lishma no es el correcto y esto no le da reposo. No puede estar tranquilo y no puede estar en calma hasta que sale de ese estado hacia el estado de Lishma.

¿Pero quién es aquel que le da la sensación de que no está en el camino correcto, mientras se encuentra en el estado de Lo Lishma y que además se halla alejado del Dvekut con el Creador? Él observa a todo el público y todos ellos siguen un cierto camino, ¿y por qué él debe ser una excepción?

Lo que le resulta difícil es que cuando observa al público, advierte que hay personas que son más dotadas y más hábiles que él. Ellos se conforman con las normas del trabajo que recibieron cuando eran pequeños, cuando sus tutores les enseñaron a trabajar solamente en Lo Lishma, como está escrito en el texto de Maimonides, y él percibe acerca de sí mismo que a pesar de que una dificultad compartida es una dificultad a medias, él no puede estar de acuerdo con el estado de Lo Lishma. Entonces se plantea la pregunta: ¿Si en realidad él es menos dotado y menos hábil, de dónde proviene este estado de Lo Lishma que no le da reposo?

La respuesta a esto es, “Yo soy el primero”. En otras palabras, el Creador le dio esa carencia para que pudiera continuar por este camino y no pensara que él lo ha obtenido con su propia sabiduría. Sino que el Creador dice, “Yo soy el primero”, es decir, Yo fui quien te dio el primer impulso para que comenzaras a caminar por el camino de la verdad, haciéndote experimentar una carencia, esto es, que tienes una deficiencia con respecto a la verdad”.

Y entonces comienza el trabajo, cuando él empieza a anticipar un estado en que él rechaza el amor propio y todas sus acciones serán con el propósito de otorgar. En ese momento, él debe dedicar todos sus pensamientos y recursos para que, “Todo aquello que puedas hacer con el poder de tu mano, hazlo”.

Después, cuando es recompensado con Dvekut con el Creador, él piensa que por su esfuerzo en la Torá y Mitzvot y vencer a su amor propio,  esto es, que sólo por su trabajo, fue recompensado con ello, pues se mostró muy persistente y sólo él tuvo la fortaleza de sacar todo  provecho de las oportunidades, es decir, que él hizo esta riqueza de ser recompensado con lo que fue recompensado.

El versículo dice acerca de esto, “Y el último”. En otras palabras, así como Yo fui el primero, otorgándote la carencia, también soy el último, esto es, que Yo te otorgué el llenado para esa carencia. La carencia se llama “el Kli”, (la vasija), y el llenado se llama “La Luz”. Y puesto que no hay Luz sin un Kli, Tú comienzas haciendo el Kli y luego colocando la abundancia dentro del Kli. Por eso es que primero el Creador otorgó el Kli, llamado “Yo soy el primero”, y luego Él otorgó la abundancia que se llama “Y el último”.

Ahora podemos comprender la diferencia que hay entre el trabajo que realiza el trabajador en el trabajo corporal de alguna compañía y un trabajador que realiza un trabajo espiritual. De ordinario, un trabajar que no trabaja no percibe un salario, pero no se le castiga por no trabajar.

Pero, en el trabajo espiritual, alguien que no trabaja, es decir que no guarda la Torá y Mitzvot recibe un castigo, como dijeron nuestros sabios (Avot, Capítulo 5), “El mundo fue creado con diez declaraciones”. ¿Qué es lo que esto significa? Después de todo, podría haber sido creado con una sola declaración,

Sin embargo, fue creado con diez declaraciones como para tomar venganza del malvado y dar una buena recompense al justo que establece el mundo que fue creado con diez declaraciones.

Eso ya fue explicado en un escrito anterior. En breve, el asunto de “cobrar venganza del malvado” se refiere al sufrimiento por los tormentos que los malvados soportan en sus vidas.  Esto significa que cuando él examina a los malvados en sí mismo, es decir en su deseo de recibir, si él observa que en su vida hacer todo para el deseo de recibir no le brinda satisfacción, hasta el punto de que ve y siente desagrado por este tipo de vida, el Kli y el deseo por la espiritualidad que una persona siente en su vida debido a este desagrado, le impulsa a  buscar un lugar en donde recibir la vida.

Por lo tanto, el castigo que sufre por tomar el camino equivocado no es una venganza por no querer seguir el camino del Creador, en el que tendría que trabajar para otorgar. Por el contrario, se trata de una ayuda; se le incita hacia la felicidad y el bienestar.

Por lo tanto, resulta que el castigo que él observa  en los malvados que están sufriendo, él mismo debería sentir este sufrimiento que los malvados sienten. Este es el significado de lo que está escrito (Salmo 94) “Dichoso es el hombre a quien corriges Tu”. Quiere decir que el sufrimiento que siente por tomar el camino equivocado es considerado como un Kli que el Creador le está dando, como ya hemos dicho, “Yo soy el primero”.

Y sin embargo, Él no les envía a todos la sensación de sufrimiento cuando caminan por el camino de Lo Lishma, solamente “A aquellos a quienes el Señor ama, Él los desaprueba”. Esto se considera que él siente ese sabor de los malvados que están inmersos en amor propio, y esto lo empuja desde el camino de la falsedad  hacia el camino de la verdad.

Resulta que en la corporalidad, cuando un trabajador no trabaja, no percibe un salario, pero no es castigado por no querer trabajar. Sin embargo, en la espiritualidad, aquel que está ocioso en el trabajo es castigado como nuestros sabios dijeron, “Para cobrar venganza del malvado”. Pero,  no se considera un castigo, sino que se le está ubicando en el camino correcto. Esto no se considera un castigo sino una corrección.

Por consiguiente, existen dos clases de correcciones: 1) El camino de la Torá; 2) El camino del sufrimiento. Pero no se considera un castigo; se considera una corrección y la corrección se presenta ante él como sufrimiento

Más adelante, cuando él ya tiene un Kli llamado, “vasija de otorgamiento”, en donde anteriormente sólo había un deseo de recepción para sí mismo, ahora recibe un deseo, es decir, espera que el Creador le otorgue el Kli llamado “deseo de otorgar”. Y ahora que él tiene el Kli del deseo de otorgar, es recompensado con el deleite y la felicidad que se hallaba en el Pensamiento de la Creación que se llama “hacer el bien a Sus criaturas”. Este es el significado de “y el último”, refiriéndose al llenado, es decir que allí donde antes tenía una carencia, ahora llena todas sus deficiencias.

Sin embargo, esto es sólo con respecto a la Providencia privada. En otras palabras, en lo que a él se refiere, la persona debe decir que todo depende de él porque él puede ser recompensado con la meta para la cual fue creado sólo de acuerdo a sus esfuerzos en el trabajo. Se considera que el hombre debe creer en la recompensa y el castigo. Pero al mismo tiempo, una vez que ha realizado su trabajo, él debe decir que todo se encuentra en la Providencia privada, como en la interpretación a, “Yo soy el primero y el último”.

Él debe saber que el asunto de que el hombre logre la meta se refiere principalmente a la aspiración de que sus obras y pensamientos estén en Lishma, tal como está escrito, “A todos los que se llamen por Mi nombre, a los que para Mi gloria creé, Yo los plasmé, y los hice”. Necesitamos comprender por qué está escrito, “A todos los que se llamen por Mi nombre y a los que creé”. Aquellos que no se “llamen por Mi nombre”, ¿el Creador no los creó para Su gloria?

Asimismo, debemos comprender el significado de “Que se llamen por Mi nombre”. Debemos interpretar “se llamen por Mi nombre”, se refiere a que se relaciona con Él, tal como está escrito, “Israel Tu pueblo” o “Su pueblo Israel”, lo que significa que se relaciona con el Creador. Entonces él debería estar en equivalencia de forma con el Creador, tal como está escrito, “Así como Él es compasivo, tu también se compasivo”, lo cual significa que su propósito es sólo otorgar al Creador, y que todas sus obras son sólo para Su gloria, y no tiene cuidado de su propio beneficio

Ahora podemos interpretar, “A todos los que se llamen por Mi nombre”, significa aquellos que se relacionan a Mí. Estas son personas que dicen que Él creó a toda la creación sólo para Su gloria y no para Su propio beneficio. En ese momento, él puede relacionarse a sí mismo Conmigo y él ingresa en esa colectividad llamada, “Su pueblo de Israel”, o “Israel”. Entonces puede sentir lo que está escrito. “Que elige a Su pueblo Israel con amor”.

Resulta que uno debe sentir una carencia, sentir que él necesita la ayuda del Creador para lograr un estado en donde todas sus obras sean con el propósito de otorgar y después comenzar con el trabajo de Lishma. Y en ese momento se le recompensará con cosas, como dice Rabí Meir.

 

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