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El paso adelante -Sobre el karma parte I

 

Transcripción:

SOBRE EL KARMA

Una conversación entre el científico y cabalista doctor Michael Laitman y los instructores de la Academia de la Cabalá Michael Sanilevich y Yevgeniy Litvar

 

30 de abril de 2008

PARTE I

E. Litvar:

Buenos días queridos amigos. De nuevo en directo el ciclo de transmisiones: Cabalá – el paso adelante. El tema de hoy es un tema muy interesante, bastante conocido y de interés popular, que concierne a cada uno de nosotros. Es el tema del karma, del destino. Vamos a seguir nuestra charla con el profesor M. Laitman, doctor en filosofía, el presidente de la Academia Internacional de la Cabalá.

Buenos días.

M. Laitman:

Buenos días.

M. Sanilevitch:

La primera pregunta: ¿los cabalistas reconocen la reencarnación? O sea, la existencia de las vidas pasadas y futuras, reconocimiento de la ley del karma.

M. Laitman:

Existe una sustancia energética dentro de nosotros que se transmite de un cuerpo a otro. Nuestro cuerpo se crea de un óvulo, vive un tiempo determinado,  muere, pero esta sustancia energética  que acompaña nuestro cuerpo permanece después de la muerte. Esta sustancia se llama “NOSOTROS”, el YO del hombre, y nos acompaña en cada una de nuestras existencias en distintos cuerpos. Sí, en cabalá existe un concepto, no solo un concepto, una parte entera de cabalá que se dedica al estudio del ciclo de los renacimientos de las almas. ARI, uno de los más grandes cabalistas del siglo XVI, ha escrito un serio tratado sobre este tema. Ya hace 2000 años se hablaba de este ciclo en el libro de Zohar,  todavía antes este tema se menciona en el tratado Midrash Raba que fue escrito en la época de la antiguo Babilón.

E. Litvar:

¿Puedo hacer una pregunta?

M. Laitman:

Si.

E. Litvar:

Muy frecuentemente se confunde a la cabalá, o eso se hace a propósito, con la religión judía, judaísmo. Entonces, ¿judaísmo, como la religión, reconoce el ciclo de las reencarnaciones de las almas?

M. Laitman:

Si, pero la religión no habla de eso. La religión dicta lo que tiene que hacer el hombre en este mundo, que debe hacer para poder mantener unos determinados límites de su existencia. Nada más. La religión no habla del mundo futuro, de lo que pasa en él con las almas, de lo que pasa al hombre antes del nacimiento. La religión no se dedica a esto. Ella solo enseña al hombre unos límites de la moralidad. Como debe existir en nuestro mundo según las leyes de la moralidad y ética.

M. Sanilevitch:

¿Por lo cual recibe este mundo futuro?

M. Laitman:

Cabalá dice que no es así. No hay ninguna recompensa en otro mundo. El hombre tiene lo que ha ganado ahora, hoy. Si ha ganado el mundo futuro, o sea si ha conseguido descubrir el mundo superior, esto se queda con el después de su muerte. El esta participando en el mundo superior en esta vida. Si no consigue descubrir el mundo superior, después de su muerte solo queda esta sustancia energética, la que le acompañó durante toda su vida pero a la que no era capaz de descubrir. Luego el karma es una categoría muy grande y cada uno la trata de una manera diferente. Me acuerdo, que durante mis estudios de filosofía tenia que sintetizar el significado del karma, que a veces era contradictorio según quien lo determinara.

Si se entiende  como Karma el alma humana, su inmortal deslizamiento en el espacio, en lo espiritual, con la entrada también en nuestro mundo, y en vestimenta de nuestro cuerpo, entonces el karma o alma, como se llama en cabalá, es lo mismo.

E. Litvar:

No, nosotros especialmente hemos buscado en Internet y encontrado la opinión de las distintas teorías sobre este termino. Todas ellas utilizan la definición del karma, pero todas son distintas. En este caso nos interesa no la opinión de estas teorías, por ejemplo, budismo, tao, etc., sino que estamos hablando de la opinión de la gente. Y la opinión de la gente  es, en general, que el karma es una ley que crean ellos mismos con su modo de vivir en este mundo. La fuerza de acción es igual a la de reacción. ¿Es así? Entonces el hombre con su acción esta creando un programa de forma instantánea por el cual va a vivir en el siguiente momento o al final de su vida o en la vida siguiente. El hombre es el culpable o simplemente el constructor de su  programa futuro.

M. Laitman:

De su próximo momento. Mis acciones en este momento definen mi próximo estado. Esto es así, es correcto.

E. Litvar:

Así en general la gente determina el karma. Según este aspecto hemos definido la charla de hoy.

M. Laitman:

Bueno, quiero subrayar que la Cabalá separa todas las acciones de la gente en dos niveles. El nivel en el cual el hombre actúa en los límites, en el grosor de nuestro mundo, cuando se encuentra en el egoísmo absoluto, es nuestra naturaleza. Hoy en día nadie va a cuestionar esto. Los Biólogos, zoólogos, médicos, incluso psicólogos y éticos están de acuerdo con que la naturaleza del hombre es absolutamente egoísta — Cabalá ha descubierto esto ya desde hace muchos miles de años. Por eso, en todo lo que hacemos, pensamos y decidimos, buscamos provecho para nosotros mismos. Estamos automáticamente programados para buscar el placer para nosotros y no podemos salir de esta ecuación: “el máximo placer por el mínimo de esfuerzo”. Siempre buscamos la solución óptima para nosotros. Entonces, si el hombre resuelve todos sus problemas propios o con la sociedad en la clave natural del egoísmo, no sale de los límites de nuestro mundo  e influye de forma exclusivamente negativa en su  destino futuro. Absolutamente negativa. Por el contrario con la ayuda de una metodología, la Cabalá es esta metodología —yo no pretendo decir que es la única, aunque estoy seguro de que es así—, en caso de que el hombre la elija  puede superar su egoísmo De esto hablan muchas teorías. La cabala proporciona el único y verdadero instrumento con la ayuda del cual se puede subir por encima de su egoísmo. Si el hombre empieza a  actuar no por la ley de este mundo “el máximo placer por el mínimo esfuerzo” y lo cambia por la máxima entrega,  “ama a tu prójimo como a ti mismo”, sube a otro nivel de existencia. El hombre se ve con otros ojos y al mundo alrededor, de otro modo, fuera de si mismo. Entonces sale al nivel del alma y ve todas sus reencarnaciones, todo el ciclo de sus vidas, se ve a si mismo en el principio, en el ahora y en el final —en el transcurso general de toda la creación allí donde esta su alma sin encarnar al cuerpo. Si  ha salido de su cuerpo egoísta, si ha subido al nivel de su alma, se sentirá así. Si ha ganado para si mismo este sentimiento, este mundo superior, ahora en este momento de su vida, entonces el cuerpo puede morir, ya esta adaptado a este mundo superior. Se queda en él. Si no consigue esto en su vida, entonces tendrá que morir con su cuerpo porque se identifica con él y de nuevo nacer y así pasar tantas reencarnaciones cuantas le sean necesarias para en una de ellas poder subir por encima de su egoísmo y descubrir el mundo superior. Subir por encima del mundo del cuerpo, de su egoísmo.

E. Litvar:

Una consulta: ¿qué significa que el alma es eterna?

M. Laitman:

Hoy nos identificamos con el cuerpo, vivimos en el cuerpo. Y si queremos identificarnos con el alma tenemos que subir a su nivel, o sea obtener las cualidades de dar y amar.

E. Litvar:

Entonces yo no tengo aquí el alma.

M. Laitman:

No.

E. Litvar:

¿Y qué es lo que tengo?

M. Laitman:

Sólo lo que vemos, su cuerpo. Y toda su vida usted  se dedica solamente a mantenerlo.

E. Litvar:

¿Qué da vida a mi cuerpo?

M. Laitman:

Un alma animal da vida al cuerpo humano. Mejor no llamarla “alma animal” sino  “una fuerza vital”.

E. Litvar:

Por lo tanto existe una fuerza vital y el alma. En nuestra charla vamos a utilizar estos dos conceptos.

M. Laitman:

Si, el alma es un componente espiritual, el cuerpo es animal.

E. Litvar:

Bien, cuando vamos a hablar del cuerpo vamos a hablar de la fuerza animal.

M. Laitman:

Si, es la fuerza que nos mantiene vivos.

E. Litvar:

En este caso tengo una pregunta: ¿Qué es el karma? ¿Las vibraciones, o el destino inevitable o el castigo por las acciones de las vidas pasadas? ¿Qué es el karma?

M. Laitman:

No lo sé. Yo no sé lo que tiene en cuenta.

E. Litvar:

Explíquenos  según la Cabalá.

M. Laitman:

En la Cabalá no existe el nombre karma, ni palabra ni concepto. En la Cabalá existe el alma, sólo el alma.

E. Litvar:

El karma no es el alma. El karma es la ley que influye al alma. En este caso a la fuerza animal.

M. Laitman:

Entonces esto no tiene nada que ver con la Cabalá porque Cabalá no se dedica a este mundo, ni a nuestro cuerpo. Esta es la tarea de los médicos, biólogos, psicólogos, etc. Si quiere estudiar el alma, entonces no se trata del karma, sino de la cabalá.

E. Litvar:

¿Cuáles son las leyes que determinan la vida en este mundo?

M. Laitman:

En nuestro mundo el hombre vive de acuerdo a las leyes espirituales; de acuerdo a la fuerza que desciende del nivel de su alma.

E. Litvar:

¿Cómo se llama esta fuerza?

M. Laitman:

Se llama “una fuerza superior gobernadora”. La fuerza superior baja a nuestro mundo y define todo lo que nos sucede. El propósito de esta fuerza superior es desarrollarnos hasta tal estado cuando  por las buenas o por las malas nos hemos dado cuenta de que tenemos que subir a su nivel, al nivel del alma y no quedarnos en el nivel animal.

E. Litvar:

En qué se basan los pensamientos que pasan ahora por mi cabeza y que formulo ahora a usted.

M. Laitman:

Sus pensamientos aparecen dentro de usted porque su cuerpo animal le influye, porque en cada momento desea recibir como ya lo hemos dicho el máximo del placer.

E. Litvar:

¿Cómo se llama este programa por el cual yo actúo?

M. Laitman:

Programa de la existencia del cuerpo biológico.

E. Litvar:

No, en la Cabalá

M. Laitman:

No existe

E. Litvar:

¿Qué es reshimot?

M. Laitman:

No es reshimot, querido mío, porque reshimot pertenece al alma y no al cuerpo. Simplemente usted está de forma constante en busca del placer para su cuerpo.

E. Litvar:

¿De donde aparecen los deseos de actuar de un modo u otro?

M. Laitman:

Es el egoísmo que trabaja en usted de esta manera.

E. Litvar:

¿Quién lo obliga actuar?

M. Laitman:

El egoísmo se activa con la ayuda de reshimot.

M. Sanilevitch:

¿El reshimot animal?

M. Laitman:

Si, por supuesto, como en cualquier animal.

E. Litvar:

Entonces hemos llegado a lo siguiente: en la Cabalá existe el concepto de los reshimot que activan todos los estados animales del hombre en el nivel de este mundo y existe en las teorías orientales un concepto parecido a estos reshimot que se llama el karma. Así que cuando voy a preguntar por karma voy a tener en cuenta este reshimot animal.

M. Laitman:

De acuerdo, esto nos facilitará las cosas. Los actuales datos informativos egoístas que se están realizando en nosotros cada segundo por una ley determinada, y la cadena de sus realizaciones se llamará karma.

E. Litvar:

Correcto, es así.

M. Laitman:

Porque existen diferentes definiciones del karma, en distintas teorías, no hay única definición.

E. Litvar:

Es correcto, con eso hemos comenzado hoy.

M. Laitman:

Ahora, entendí.

E. Litvar:

Ahora, ¿El Karma son las vibraciones o el destino inevitable o el castigo por las acciones de las vidas pasadas? ¿Qué es el karma, en el significado de reshimot?

M. Laitman:

Todo junto. Todo es correcto. Nosotros empezamos nuestro destino animal desde muy lejos, de la creación de un pequeño egoísmo en nuestro mundo, de su estallido y desarrollo de todo el universo: creación de la tierra, primero liquida y después con superficie sólida, la creación de la vida vegetal, animal y más tarde el hombre. Todo esto es manifestación de los reshimot. Estos reshimot se desarrollan, hasta el punto que dentro de los reshimot animales empieza a funcionar otro más interno reshimot espiritual, el embrión del alma. Una parte del alma superior, que se llama el punto en el corazón, y el hombre empieza a sentirse  incompleto en este mundo. En este momento  empieza ya la realización de su karma espiritual. Si no, el sólo realiza el karma animal del que hablaba usted.

E. Litvar:

Vamos a hablar antes sobre el karma animal. Tengo una pregunta, usted ha dicho que en nuestro mundo se realiza karma o reshimot, no tiene importancia como lo llamemos, ¿cómo se realiza? ¿Cómo el hombre empieza a sentir nuevos deseos?

M. Laitman:

En nosotros todos estos reshimot ya existen dentro en forma de una espiral enrollada.

E. Litvar:

¿Cómo es? No creo que tenga dentro una espiral.

M. Laitman:

Si, si, si. Igual que la doble espiral de ácido ribonucleico, existe una triple espiral. Esta espiral funciona en tres dimensiones del desarrollo espiritual, del desarrollo del deseo.

E. Litvar:

¿Ella no pertenece a este mundo y por eso no se la puede ver con ningún instrumento?

M. Laitman:

Claro, y como puede usted definir su deseo,  puede detectar el deseo por aceleración del pulso, por el oscilógrafo, aumento de tensión, etc. Pero es sólo un efecto externo de un potencial interno. No es un deseo en sí, sino la reacción de nuestro cuerpo a él. El deseo en si no es material.

E. Litvar:

Esto significa, que como algo básico, ¿el karma o los reshimot no son la esfera donde se encuentra el hombre, sino algo que está dentro de él?

M. Laitman:

Le está acompañando. Incluso si usted le quita al hombre algunos órganos o le hace transplantes, sus reshimot o el karma seguirán intactos.

E. Litvar:

Desde el punto de vista de la gente, tal y como ellos comprenden el karma, están seguros de que cualquier acción en nuestro mundo tiene su reacción. No se dice por qué, pero si el hombre ha sido bueno en esta vida ha creado un karma bueno y si fue malvado ha creado un karma malo.

M. Laitman:

Yo no veo nada parecido en nuestro mundo.

¿Quien dice esto? ¿Qué sabio tan experimentado? ¿Dónde ha visto estas causas y efectos en este mundo? Yo no lo entiendo. Eso es absolutamente irreal.

E. Litvar:

La gente piensa exactamente así.

M. Laitman:

Creo que les gustaría que el mundo fuera así, pero él nunca ha sido y nunca será así. Vamos a hablar en serio, vamos a ser realistas basándonos en los datos científicos. ¿Quiénes somos según la fisiología, la biología? Estudiemos todo esto y veremos que todo en este mundo está basado sobre puro nivel egoísta de consumo, recibir el máximo con el mínimo esfuerzo.

M. Laitman:

¿Y qué significa bueno o malo?

E. Litvar:

Bueno es cuando yo quiero hacerle bien. ¿Tiene sed? Yo le doy una taza de té.

M. Laitman:

¿Para que?

E. Litvar:

Si usted desea yo le doy.

M. Laitman:

¿Por qué?

E. Litvar:

Porque soy bueno.

M. Laitman:

No se trata de ser bueno. Es porque es beneficioso para usted, si no, no podría hacerlo, no tendría energía ni para traerme el vaso de agua. Usted hace esto porque esta ganando egoístamente. Es beneficioso para usted darme el vaso de agua por varias razones: por su amor propio, o respeto de la sociedad, o  buscando poder, o algún deseo oculto, algo. Tiene que existir este beneficio si no, no tendría energía ni para hacer este movimiento. Puede ser movimiento físico o moral. Todos nosotros existimos dentro de la naturaleza egoísta. Por eso la gente que piensa que son criaturitas de Dios no entiende hasta el final la fórmula por la que funcionamos. Vaya a los psicólogos, sociólogos, a cualquier hombre que se dedique al estudio de la naturaleza y él lo confirmará.

M. Sanilevitch:

Entonces no se puede decir que existan las buenas y malas acciones.

M. Laitman:

No, puede revelarse como bueno o malo en referencia a los demás. Hay gente que está ayudando en las hospitales, ayudan a cuidar enfermos, pero lo hacen por sus propios razones egoístas. Y como estas razones son egoístas, el mundo no cambia para mejorar y esta gente no se siente tampoco mejor por ello. Nosotros nunca vemos el efecto de estas acciones.

E. Litvar:

¿Existe la posibilidad de que el hombre pudiera construir su destino para el próximo ciclo de vida?

M. Laitman:

Si, pero no con estos métodos.

E. Litvar:

¿Cuáles son los métodos entonces? ¿Se puede construir su destino para el próximo ciclo de vida?

Y no hace falta fijarse en el próximo ciclo. Hay que utilizar este ciclo. Hay que salir en este ciclo al otro, superior y eterno potencial de la vida y existir a la vez en los dos mundos. No hay ninguna otra posibilidad de adaptación al mundo superior.

E. Litvar:

Bueno. Supongamos que hay un hombre que tiene 93 años y que ya se siente que se acerca su hora. Él pregunta si tiene alguna posibilidad de construir su futuro ahora mismo. Él ya sabe que existe otra vida, sabe que existen otras dimensiones, que existe algo, él ya quiere y pregunta si puede influir en su futuro. ¿Qué debe hacer?

M. Laitman:

¿Tiene 93 años?

E. Litvar:

Probablemente, yo no sé cuantos tiene.

M. Laitman:

Con 93 años puede vivir tanto tiempo cuanto necesita para salir a este nivel superior.

E. Litvar:

¿Qué tiene que hacer para eso?

M. Laitman:

El tiene que abrir un libro más simple y popular sobre la Cabalá. Y verá en él como tiene que sintonizarse a si mismo para la correcta asimilación de la vida. Para entrar, si hace falta, si será necesario, es posible que ya no le haga falta hacer otra incursión a nuestra vida, para subir ya al nivel superior. No hay que hacer predicciones sobre la vida futura. Hay que hacerlo hoy.

E. Litvar:

Su consejo es, como entiendo, no mire al futuro, viva la vida ahora.

M. Laitman:

Por supuesto. Solo así, solo hay ahora, no existe delante ni detrás.

M. Sanilevitch:

Otra pregunta: ¿El hombre nace con el programa completo? ¿Todo hasta los más insignificantes momentos esta escrito arriba? ¿El karma esta definido al principio o el hombre lo crea en su primera vida?

M. Laitman:

El hombre en cada momento de su vida, de su tiempo, define su siguiente estado, en cada momento. Por un lado. Por otro lado todo esta escrito desde arriba. No se cambia nada. ¿Como pueden existir las dos condiciones tan dispares en el mismo momento de nuestra vida, en un solo objeto? Es muy simple. Tengo un camino que no puedo cambiar. Todo mi dato informativo que está dentro de mi está desarrollándose por un camino determinado, escaladamente, con un propósito determinado, por la causa-efecto y yo no puedo hacer nada con esto. Lo que puedo hacer es junto con el desarrollo de mi gen informativo participar en su desarrollo, desear su desarrollo, incitar su desarrollo yo mismo y entonces yo mismo voy a tomar mis estados como buenos, deseados. Y yo voy a verles y sentirles ahora mismo en mas alto nivel que solamente el  nivel animal en su eterno y, constante fluido. Esto es lo que ofrece la Cabalá. Por eso por un lado todo esta definido. Por otro lado es importante como tú asimilas esta definición, como tú te sentirás respecto a esto. Ya sabes, hay gente que está en las mismas condiciones. Ustedes saben, el mundo  se cambia. De repente todo es tan hermoso, todo lleno de luz, y de repente las tinieblas, de repente la nada, una desesperación. ¿De que depende? Estos son solo nuestros estados interiores. Se puede estar debajo del ataque nuclear y estar muy bien, sin sentirlo. Nosotros ni siquiera podemos imaginar que esto sea posible.

¿No puedes imaginarlo? Y puedes estar en las mejores condiciones en el Brodway y sentirte como en el infierno.

M. Sanilevitch:

Bueno, eso si puedo imaginarlo.

M. Laitman:

(Risas) Eso puedes imaginarlo.

M. Sanilevitch:

Por eso pregunto. ¿Si el hombre esta predestinado a tener un accidente, le arrancan dos piernas, dos manos…?

E. Litvar:

Y una cabeza.

M. Sanilevitch:

La cabeza queda intacta. ¿Si es un cabalista puede sentirse bien en este momento?

M. Laitman:

No

M. Sanilevitch:

¿Puede justificarlo?

M. Laitman:

Si. Tenía un caso así, era muy interesante. En primer lugar, esto de ninguna manera se refleja en su estado interior. En el segundo lugar, de verdad, cuando un hombre se identifica con la vida superior, a lo que se encuentra aquí en su cuerpo no le presta mucha importancia, está en un segundo plano. Gracias a que se encuentra en su cuerpo, se puede cambiar su karma, su actitud hacia la vida, sus sentimientos hacia ella.

M. Sanilevitch:

Por lo tanto no se trata de tener o no accidentes. Él de todos modos va a tenerlo porque es su karma.

M. Laitman:

No amigos, estas son las leyes que no creo que vayamos a discutir hoy, porque entran en una gobernación particular y general. Cuando el hombre se ve envuelto en una situación agradable —o no—, no significa nada porque es posible que esté incluido en un programa más general en la que participan una parte de la sociedad o la sociedad entera. Por eso no se puede juzgar tal como: es justo y está fatal, es pecador y está muy bien. En nuestra vida siempre existen estos dilemas, cuando el hombre está sufriendo por sus buenas acciones y los malvados se salen con la suya y están de fiesta. Nosotros no conocemos el programa completo, por eso no podemos juzgar a un hombre sólo por sus concretos, particulares y puntuales acciones.

E. Litvar:

Existe un karma personal, de familia, del sitio donde nació, karma del país, karma de la sociedad donde vive y el karma de toda la humanidad. No se si existen otras clases de karma, karma de naturaleza o de su perrito…

¿Cómo se relacionan estas karmas entre ellos y como influyen al hombre?

M. Laitman:

Esto solo se puede definir en el más alto nivel. Allí donde están todas ellas  juntan en un solo karma.

E. Litvar:

¿Qué karma es más importante?

M. Laitman:

El Karma de toda la humanidad

E. Litvar:

¿Su influencia al hombre siempre será más grande que su karma particular?

M. Laitman:

Desde luego, porque todos nosotros al final debemos unirnos en un solo alma.

E. Litvar:

¿El Karma familiar es más fuerte que el particular?

M. Laitman:

Si, pero depende de qué hombre. Si el hombre se sube por encima de su familia, su nación, en este caso el ya se incluye en otros niveles.

E. Litvar:

Se sube, ¿se entiende su desarrollo espiritual?

M. Laitman:

Si, su desarrollo espiritual, es así. A veces a un hombre en particular se le ayuda a subir desde arriba, por sus determinados estados energéticos, por que se le asigna una importante tarea espiritual: enseñar, dirigir, ayudar en la realización de un programa superior. Es natural que este hombre ya se rija por otras leyes. Como en nuestro mundo, si es usted un hombre importante - las fuerzas que rigen su vida son diferentes, está usted en otras esferas, etc. El gobierno tiene sus leyes y el pueblo - las suyas.

M. Sanilevitch:

Tengo una pregunta. En todas las definiciones del karma, que hemos encontrado en Internet, se dice que nuestras acciones construyen nuestro destino.

M. Laitman:

Construyen según como lo vemos: como bueno o como malo. Esto se determina por nuestras acciones. Tenemos que pasar por los mismos escalones de nuestro desarrollo y alcanzar el destino predefinido de ante mano: subir hasta el mismo nivel desde que hemos bajado a nuestro mundo.    Nosotros tenemos que decidir   a subir a este punto de nuestra fuente espiritual. Por lo tanto, esta subida puede ser consiente y la sentimos como el bien, o por la fuerza y la sentimos como la violencia. Nos obligan actuar contra nuestra voluntad cuando no nos apetece ni siquiera vivir pero estamos obligados a ello.

E. Litvar:

Una pregunta interesante porque trata sobre ¿qué pasa con el hombre cuando aparece por primera vez en la tierra? Algunas teorías dicen que el hombre tiene un determinado programa para su vida, pero no tiene el karma. Sólo cuando ya empieza a vivir, empieza a crear su karma para las próximas encarnaciones. Puede ser la siguiente o en la décima, etc. ¿Es así?

M. Laitman:

Y si, y no. El hombre que aparece en este mundo tiene la posibilidad de elegir libremente avanzar de acuerdo con su karma, por su camino espiritual. Durante la vida el hombre tiene muchas posibilidades, le están impuestas en varias ocasiones, para poder elegir el camino. Si las aprovecha, avanza por el camino del bien, o sea está de acuerdo con la fuerza superior, empieza a distinguirla dentro de si, encuentra determinados libros, puede ser que un lugar donde le enseñen, y avanza por el camino del bien. Sino, tiene que avanzar por la fuerza, como se dice “Con el palo hacia la felicidad”, hasta que por fin  reconoce la posibilidad y la aprovecha para ir por el camino del bien. El estado actual del mundo: el vació, las depresiones, drogadicción, separaciones, terror,  el hambre mundial, los desastres ecológicos,  los problemas económicos. Todo esto se provoca desde arriba únicamente para que podamos entender como podemos existir, encontrar correctamente la ley de nuestro karma.

E. Litvar:

Usted hoy y muchas otras teorías utilizan el concepto del bien y del mal. La gente los define a su manera. Usted utilizó algunas veces el concepto del bien como semejante a lo espiritual.

Por lo tanto, el bien, en nuestro futuro entendimiento, es la elección del hombre hacia el desarrollo espiritual, el mal es lo contrario.

M. Laitman:

Si, pero cuando abro los periódicos, veo que por lo espiritual se entiende la música clásica, la danza clásica, la pintura, etc.

E. Litvar:

Mi esposa ama a la poesía.

M. Laitman:

Y usted ama a su esposa y es la espiritualidad (risas).

Vamos a definir lo espiritual como todo que es superior a nuestro mundo. La naturaleza de nuestro mundo es el egoísmo, la naturaleza del mundo espiritual es la cualidad de dar, pero dar no para su bien, donde se da para obtener algún beneficio para su egoísmo, sino dar absolutamente desinteresado, sin esperar nada. Es imposible que un hombre común y corriente tenga esta cualidad, hay que desarrollarla de un modo especial. La Cabalá  es este método para el desarrollo de esta cualidad.

E. Litvar:

La intención del hombre hacia el ejercicio del amor absoluto vamos a llamar el bien. El deseo del hombre de pertenecer en su naturaleza actual, sin tener en cuenta si lo siente como el mal o no, vamos a definirlo como el mal.

M. Laitman:

¡Y no tiene importancia si el hombre reconoce o no este estado como el mal!

M. Sanilevitch:

Me gustaría dar un ejemplo para entenderlo. Yo cada día estoy haciendo futing de 10 km y me proporciona un placer enorme. Una vez invite a mi amigo Eugenio - el estaba sufriendo mucho. Para mi es un placer, pero para Eugenio es una tortura. (Risas)

M. Laitman:

¿Qué, el pudo correr 10 km? (Risas)

E. Litvar:

NO, estaba en la bicicleta. Ha sido horrible (risas)

M. Sanilevitch:

El bien es, como lo vemos, un concepto relativo. ¿El bien respecto a quien? ¿Respecto a mí?

A lo mejor para mi el bien es romper el brazo de Eugenio. (Risas)

M. Laitman:

Entendido. El bien y el mal se valoran no respecto a tu entendimiento hoy, que puede cambiar mañana. El bien y el mal se valoran respecto a la naturaleza común, no respecto a uno. Si yo investigo toda nuestra naturaleza, veo que cualquier acción que hago necesita como recompensa una energía, un placer. Esta acción exige la restauración de la energía gastada. Pues esta recompensa  se llama el egoísmo. Físicamente si hablamos de los vectores, de las fuerzas, en esto no hay nada malo. Así es la naturaleza, no puedo hacer nada sin el desgaste de la energía. Estoy en el nuestro mundo y aquí es necesaria la energía para cualquier acción.

M. Sanilevitch:

¿La motivación?

M. Laitman:

La motivación es una cosa y la energía para la acción es otra. Aunque el uno esta de alguna manera definiendo la otra. No vamos a profundizar ahora en esto, es la acción y la intención. Son dos categorías muy distintas. Por lo tanto, para entender que significa dar sin ningún atisbo de interés, tenemos que atraer hacia nosotros una determinada fuerza superior externa, que no se revela en nuestro mundo. La fuerza superior de la naturaleza esta basada en la cualidad absoluta de dar en el amor absoluto. Esta totalmente contraria a la fuerza de nuestra naturaleza que funciona solo en la atracción, solo en la cualidad de recibir. Estas dos fuerzas contradictorias [contrarias] influyen en nosotros y nos desarrollan. Nosotros nos encontramos entre ellas. ¿Como salir de este desarrollo egoísta, de la influencia de esta fuerza que me obliga todo el tiempo recibir? ¿Cómo obtener la influencia de la fuerza del altruismo [dar] y amor absoluto? ¿Cómo recibir el placer trabajando con ella por un simple hecho de entrega a los demás? Es una existencia totalmente nueva. Es anti-mundo. Podemos salir a este anti-mundo porque tenemos su embrión dentro de nosotros. Este embrión  es el embrión del alma, el gen espiritual, el reshimo o punto en el corazón. Si voy a desarrollar este reshimo, podré pasar por una rendija muy estrecha de nuestro mundo a anti-mundo. Empezare allí a existir y sentirlo, paralelamente con el nuestro mundo. Mi cuerpo existe aquí. Yo veo, oigo, siento todo como todos los demás y al mismo tiempo en el mundo paralelo existe mi alma a través de la cual yo siento el siguiente mundo, anti, que es completamente distinto, como el reflejo de nuestro. Allí todo es al revés. Igual que aquí todo esta construido en la recepción, allí todo esta construido en “dar”. Las leyes del espejo. La ciencia ya empieza adivinar que aquello existe, pero no puede encontrar la manera de acercarse. Lo puede conseguir solo el hombre que empieza a desarrollar el punto en el corazón, este pequeño potencial que existe en cada uno de nosotros.

E. Litvar:

¿Los marcianos tienen karma?

M. Laitman:

En ninguna parte existe la vida inteligente, solo en la Tierra. No hay que correr en la búsqueda de los hombrecitos verdes...

E. Litvar:

Muy Bien. Quería hacer otra consulta. ¿Los animales tienen karma? Mi perrito murió. Yo amaba mucho a mi perrito. Supongamos que él quería renacer como un tigre, supongamos. ¿Él puede renacer como el tigre? ¿Mi perrito tiene karma? ¿Existe reencarnación en los animales? Podría explicar sobre eso.

M. Laitman:

¿Usted quiere saber si su perrito renacerá como el tigre?

E. Litvar:

Sí, es mi consulta.

M. Laitman:

¿Existe la reencarnación? Por supuesto. El ciclo de vidas existe hasta el final de los días.

E. Litvar:

¿Mi perrito puede reencarnar como el tigre?

M. Laitman:

No.

E. Litvar:

¿Entonces como quien?

M. Laitman:

Como el perrito.

E. Litvar:

¿Otra ves el perrito?

M. Laitman:

Por supuesto.

E. Litvar:

Pero, los dos son animales, el perrito y el tigre.

M. Laitman:

No, están en distinto nivel. No puedes hacer el tigre del perrito.

M. Sanilevitch:

Entonces, ¿el perro solo puede reencarnar en un perro?

M. Laitman:

Si, los animales tienen su ciclo de reencarnaciones y estarán así hasta que el hombre no consigue su destino y entonces todos - el mundo mineral, vegetal y animal junto con el hombre podrán sentir el mundo superior.

E. Litvar:

¿Y quien será mi perrito en este caso?

M. Laitman:

Será parte de un estado energético común llamado el mundo superior.

E. Litvar:

¿Pero el será allí también como el perro?

M. Laitman:

Estará en su nivel espiritual perruno.

E. Litvar:

Seguimos con el karma, ¿una enfermedad terminal y la muerte de un niño inocente es el designio de arriba? ¿Es así? De aquí nace una pregunta, ¿Qué podría hacer este niño pequeño? ¿Era un asesino en la vida pasada y mato a un inocente como el ahora?

M. Laitman:

O Eugenio, nosotros ya hablamos de esto. A un hombre no se le puede juzgar o justificar por lo que le pasa, porque esta conectado con todos los demás en un gigantesco sistema integral de influencias y, puede ser, que este sufriendo por otros. Porque todos nosotros estamos conectados como los engranajes. Estamos moviéndonos en una armonía absoluta unos con otros. No podemos quitarnos esta relación. Es como el efecto mariposa, en un sitio hay unas mariposas bailando y en otro sitio alguien recibe los golpes en la cabeza por esto. No podemos detectarlo si no vemos el esquema común, que es absolutamente misericordiosa y justo.  Cuando vemos solo un fragmento, a alguien que le den por la cabeza, solimos decir: “Mira, el hombre es tan bueno, joven, hacía solo bien y mira lo que le pasa”. No podemos justificarlo. Hay que ver todo el sistema, si no, no podemos hacer nada.  Igual en nuestro mundo, pienso en una persona solo bien y de repente alguien empieza hablar sobre el y el cuadro se cambia por completo y al revés. No puedo juzgar a la persona por un solo fragmento. No sabemos si lo que pasa es debido a las acciones pasadas o esta influyendo a las futuras.

E. Litvar:

Bien. Existía un niño, enfermó gravemente y murió. ¿Murió porque se lo ha ganado en la vida pasada? ¿Esto es posible?

M. Laitman:

No.

E. Litvar:

¿Por qué?

M. Laitman:

Porque en cada momento de la vida el hombre tiene la libre elección y no puede haber nada de la vida pasada que influyese automáticamente en la vida actual.

E. Litvar:

No entiendo. Explíqueme.

M. Laitman:

No puedo. Esto es solo el primer tomo de la ciencia Cabalá. Existen el segundo, el tercero. Pues, me pregunta sobre que es lo que pasa en el quinto. No se puede explicar. Usted pide una explicación sobre el sistema global, las leyes globales de la física, para lo que haya que estudiar todo: matemáticas, física quántica... Esto no es fácil. Por eso nosotros damos al hombre pequeños fragmentos, consejos sobre como es necesario ver este mundo. Al fin, la vida le enseña como tiene que ver el mundo, no se puede criticar todo o alabar sin medida. Como no sabemos para qué es este orden de las cosas, no debemos alabar a los ricos o criticar la vida por que muere la gente o tiene hambre. Tú no sabes verdaderamente como son estos problemas, porqué existen y a donde nos llevan. Así que, vamos a tomar la vida tal y como es e intentar mejorarla desde nuestro interior.

E. Litvar:

O, la gente hace preguntas para saber como mejorarse a si misma. Están preguntando que es lo que no pueden hacer para que en las vidas futuras no tengan que sufrir. Ellos preguntan ¿se puede matar a alguien, se puede robar, etc.? ¿Voy a ser castigado en la vida futura, aunque en esta no me han cogido con las manos en la masa, no me han castigado? Esta es la pregunta de la gente.

M. Laitman:

Estará castigado no solo en la vida futura, si no  en esta. El castigo está en que va a cometer este delito. Por que el que comete el delito, cometiéndolo ya esta siendo castigado.

E. Litvar:

¿Y si le gusta?

 

M. Laitman:

No, el no sabe hasta que nivel esta bajando desde el cual deberá seguir su camino hacia su destino, hasta que punto le sería más difícil conseguirlo. No debe creer que si él ha matado a alguien le matarán también en otras vidas. Este hombre puede tener totalmente otros escalones de la corrección.

M. Sanilevitch:

¿A que se llama un delito? El delito hoy, con el cambio del gobierno, puede ser considerado heroísmo mañana.

M. Laitman:

Esto se valora no por  las leyes que nosotros inventamos y que se cambian con el tiempo, hoy puede ser que es un delito y mañana es considerado el heroísmo. Desde el punto de vista de la Cabalá, es lo que corresponde a la ley general. La ley universal de absoluta dádiva y amor, lo que se le asemeja se llama el bien, cumplir un mandamiento. Y cuando más alejado se encuentra - en la oposición - más pecador eres. Estás incumpliendo el mandamiento. El mandamiento es esta ley absoluta de dar y amar, es un conjunto armónico de todos los elementos del sistema común de las almas.

E. Litvar:

¿Es de verdad un mandamiento, o sólo se dice así?

M. Laitman:

Es un mandamiento real, por eso está dicho: ama a su prójimo como a ti mismo, es la ley básica (fundamental) del universo.

 

E. Litvar:

¿Yo puedo amar al prójimo como a mi mismo en este mundo?

M. Laitman:

Por supuesto, si usted atrae a si mismo esta fuerza superior que le va a mantener en este elevado estado espiritual. Si deja de sujetarle, caerá a nuestro estado egoísta. Por lo tanto para elevarse por encima de nuestro egoísmo, nosotros tenemos que atraer la fuerza superior.

E. Litvar:

¿Este estado de amar a su prójimo como a si mismo esta en el mundo espiritual y no en nuestro mundo?

M. Laitman:

Si, por supuesto.

M. Sanilevitch:

¿Es un estado interior del hombre?

M. Laitman:

Si. Es un estado interior del hombre que ve y siente al mismo tiempo otro mundo.

 

M. Sanilevitch:

¿El prójimo - son todos los hombres del mundo?

M. Laitman:

Si, son absolutamente todas las almas. Toda la gente.

 

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