22. Torá Lishmá
La Torá recibe el nombre de Lishmá (en beneficio del Creador) principalmente cuando uno la estudia con la intención de saber con certeza, y sin la más mínima duda de que existe un juez y que existe un juicio. Que existe un juicio significa que uno ve la realidad tal como esta se presenta ante nuestros ojos. Es decir, que cuando trabajamos de acuerdo a la fe y el otorgamiento, vemos que estamos creciendo y ascendiendo a diario, puesto que notamos a cada instante una mejoría.
Por el contrario, cuando trabajamos en la forma de recepción y conocimiento, vemos que declinamos cada día hasta el último escalón de degradación posible que existe en la realidad.
Cuando examinamos estas dos situaciones, vemos que existen un juicio y un juez. Esto se debe a que, mientras no seguimos las leyes de la verdad de la Torá, somos castigados de inmediato. En esa situación podemos ver que existe un juicio justo. En otras palabras, vemos que esta es la mejor manera, y la más apropiada, de alcanzar la verdad.
Esto significa que el juicio es justo, que sólo así podemos llegar al propósito supremo, para entender dentro de la razón, con total y absoluta comprensión de que no hay otro propósito superior, el cual sólo puede ser alcanzado por medio de la fe y el otorgamiento.
Así, si uno estudia con este fin: el de entender que existe un juicio y que existe un juez, se le llama Torá Lishmá (en beneficio del Creador). Este es también el sentido de lo que dijeron nuestros sabios: “Grande es el Talmud que guía hacia la acción”.
Pareciera como si debiera haber dicho “que lleva hacia acciones”, es decir, a tener la capacidad de llevar a cabo muchos actos, en plural y no en singular. Sin embargo, lo cierto es que, como ya lo hemos mencionado antes, el estudio debe brindarle a uno solamente fe, y la fe recibe el nombre de Mitzvá(Mandamiento/precepto), la cual coloca al mundo entero en una jerarquía de mérito.
La fe también es llamada “hacer”, pues es común que quien lleva a cabo alguna acción, previamente debe haber tenido una razón que lo empujó a realizarla conforme con su razón y según la correlación que existe entre la mente y la acción.
Mitzvá se alegra, pues se ha sentenciado a sí mismo… a inclinar la balanza hacia el mérito”. A esto se refiere el dicho “Grande es el Talmud que guía hacia la acción”, es decir, a un acto sin razón denominado “por encima de la razón”.