9. ¿Cuáles son las tres cosas que amplían la mente de uno durante el trabajo?
El Sagrado Zóhar interpreta la siguiente frase que nuestros sabios escribieron: “Tres cosas amplían nuestra mente. Estas son: una bella mujer, una bella morada, y bellos Kelim (vasijas)”. Cuando dice: “’Una bella mujer’, es la Sagrada Shejiná (Divinidad). ‘Una bella morada’, es decir, el corazón; y ‘bellos Kelim’, que son las entrañas”.
Debemos explicar que la Sagrada Shejiná no puede manifestarse en su forma verdadera, que es un estado de gracia y belleza, salvo cuando uno posee bellos Kelim, que representan los ‘órganos’, obtenidos del corazón. Esto significa que uno debe primero purificar su corazón para convertirlo en una bella morada, anulando el deseo de recibir para uno mismo, y acostumbrándose a trabajar en acciones que en su totalidad estén gobernadas con el fin de otorgar.
De esta forma se obtienen bellos Kelim, es decir, que sus deseos, llamados Kelim están limpios de recepción para sí mismos. Por el contrario, serán puros y discernidos como otorgamiento.
Sin embargo, si la morada no es bella, entonces el Creador declara: “él y Yo no podemos habitar en la misma morada”. La razón de esto es que debe haber equivalencia de forma entre la Luz y el Kli (vasija). Por lo tanto, cuando uno asume y acepta la fe en la pureza, tanto en la mente como en el corazón, es recompensado con una bella mujer, que se refiere a la Sagrada Shejiná manifestándose ante él en gracia y belleza. Y esto amplía su mente.
En otras palabras, a través del placer y regocijo que uno siente, la Sagrada Shejiná se manifiesta en sus entrañas, llenando los Kelim externos e internos. Esto se llama “ampliar la mente”.
Eso se obtiene a través de la envidia, la lujuria, el honor, que “lo sacan a uno del mundo”. Al hablar de envidia, se refiere a la envidia respecto a la Sagrada Shejiná, relacionada con el celo, en el mismo sentido que en la frase “El celo del Señor de las huestes”. El honor significa que uno desea incrementar la gloria del Cielo; y la lujuria, se dice en virtud de “Habéis escuchado el deseo de los humildes”.