32. El destino es el despertar que viene de Arriba
Destino implica Despertar que viene de Arriba; es decir, sin participación alguna de los inferiores. Este es el sentido de “lanzar Pur”, que se refiere alsino. Hamán estaba quejándose, y dijo: “tampoco observan, ellos, las leyes del rey”.
Esto significa que la esclavitud comienza para el trabajador en un estado de Lo Lishmá (heb: no en beneficio del Creador); o sea, para recibir beneficio propio. Por ende, ¿por qué se les ha entregado a ellos la Torá? Porque después se les concede Lishmá (heb: en beneficio del Creador); y con ello, las Luces y el logro supremo.
Entonces aparecen las quejas diciendo: “¿Por qué se les conceden estas cosas tan sublimes que no esperan y por las que ni siquiera han trabajado, estando, por el contrario, todos sus pensamientos y metas dirigidos hacia cosas que sólo concernían sus necesidades personales, o sea, Lo Lishmá?”. Este es el sentido de “Los malvados podrán prepararlo, pero los justos habrán de vestirlo”.
Esto quiere decir que antes se encontraba trabajando en un estado de maldad; es decir, Lo Lishmá, que es para recibir. Luego es recompensado con Lishmá; o sea, que todo el trabajo entra en el domino de la Kedushá (Santidad), pues todo es para otorgar. Este es el sentido de “los justos habrán de vestirlo”.
Este es el significado de Púrim, como en Yom Kipurim (heb: Día del Perdón – Festividad Judía). Púrim representa el despertar que viene de Arriba, y Yom Kipurim representa el despertar que viene de abajo, o sea, a través del arrepentimiento. No obstante, también allí hay implícito un despertar de Arriba, que corresponde a los destinos implícitos allí, como dice el texto: “un destino para el Señor, y el otro para Azazel”. Y el Creador es el aquel que comprueba.