77. Uno aprende de su alma
“Uno aprende de su alma”.
Es sabido que la Torá entera se estudia principalmente para (satisfacer) las necesidades del alma; o sea, para aquellos que ya han adquirido el nivel de alma. Sin embargo, aún deben ansiar y buscar las palabras de la Torá en aquellos que han alcanzado logros espirituales; para aprender de ellos nuevos caminos, que hayan sido inventados por los “previos” a través de sus innovaciones en (el camino de) la Torá. De este modo, les resultará fácil avanzar hacia los grados más elevados; es decir, por medio de ellos avanzarán de grado en grado.
Pero existe una Torá que está prohibido revelar, ya que cada alma debe realizar un escrutinio por sí sola, en vez de que otro lo haga por ella. Por lo tanto, antes de realizar el escrutinio por sí mismos, está prohibido revelarles las palabras de la Torá.
Esta es la razón por la cual “los grandes” ocultan muchas cosas. Y salvo por esta parte, las almas obtienen un gran beneficio a través de lo que reciben de las “innovaciones de la Torá” de los demás. Y “uno aprende de su alma” cómo y qué recibir, y a ser asistido por las “innovaciones de la Torá” de los demás, y qué es lo que a él mismo le corresponde innovar.