85. ¿Qué significa "Fruto de árbol hermoso" en el trabajo?
Está escrito: “Y el primer día tomaréis para vosotros frutos de árboles hermosos, hojas de palmera y ramas de árboles frondosos, y sauces de río” (Levítico 23:40).
Y debemos interpretar “fruto de árbol hermos” de la siguiente manera: El árbol representa al Tzadik (justo), llamado “árbol del campo”. El fruto es la progenie del árbol, y aquí se refiere a la progenie del Tzadik; es decir, a las buenas obras, que aparecen bajo al forma de adornos en su árbol.
“De año a año” se refiere a un año entero, que son “seis meses con aceite y mirra, y seis meses con dulces fragancias”. Por otra parte, los malvados son “como la paja que el viento se lleva”.
Las “hojas de palmeras” son dos cucharas que representan las dos letras Hey, la primera Hey y la última Hey, por medio de las cuales uno adquiere “una cuchara con diez monedas de oro llenas de incienso”.
Las cucharas implican coerción y que uno acepta el Reino de los Cielos por la fuerza. Quiere decir que a pesar de estar en desacuerdo con la razón, uno avanza “por encima de la razón”. Esto recibe el nombre de “Zivug forzado”. La palabra “Tmarim” (heb: palmeras) viene de la palabra “Morá” (heb: Temor), y de acuerdo con lo que está escrito: “y Dios lo hizo de forma tal que los hombres debieran sentir temor ante Él”.
Y por causa de eso se le llama Lulav (heb: hoja/rama de palmera). Esto significa que antes de ser recompensado, uno posee dos corazones. Y esto se llama “Lo Lev” (heb: No Corazón), y se refiere a que el corazón no está enteramente dedicado al Creador. Y se le llama “Lulav” cuando adquiere el discernimiento de “Lo” (heb: A Él; en hebreo se pronuncia igual que la palabra “no”, Lo, pero se escribe diferente), o sea, un corazón (dedicado) al Creador.
Además uno debe decir: “¿Cuándo alcanzarán, mis acciones, a las acciones de mis padres?”. De este modo uno es recompensado con llegar a ser una rama de los santos patriarcas; y este es el sentido de las palabras “ramas de árboles frondosos”, que indican los tres arrayanes.
Pero, al mismo tiempo, uno debe encontrarse bajo la forma de “sauces del río”, sin sabor y sin fragancia. Y debe deleitarse con este trabajo, aunque no sienta sabor alguno ni fragancia en este trabajo. Y de este modo el trabajo recibe el nombre de “las letras de Tu Especial Nombre”, a través de las cuales adquirimos la completa unión con el Creador.