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95. Acerca de extirpar el prepucio

Lo escuché durante una comida en celebración de una circuncisión; Jerusalén, 1943

Maljut en sí recibe el nombre de Jojmá In­ferior”, y con respecto a su conexión con Yesod se denomina “fe”. Y hay un prepucio encima de Yesod, cuya tarea consiste en separar a Maljut de Yesod y no permitirle conectarse con ella. El po­der del prepucio consiste en representar a la fe como si fuese polvo. Este es el sentido de la ex­presión Shejiná (heb: Divinidad) en el polvo”.

Cuando se quita esa fuerza que se presenta, reconociéndola como “polvo”, esta acción se lla­ma “circuncisión”; es decir, cuando se corta el prepucio y se lo arroja al polvo.

De este modo, la Sagrada Shejiná sale del pol­vo y el mérito de la fe se vuelve aparente. Esto se llama “redención”, y se adquiere al levantar a la Divinidad del polvo. Por ende, todo nuestro es­fuerzo debe estar enfocado en eliminar esa fuer­za que se presenta, y lo único que se considera completo es la fe.

“Son tan meticulosos respecto de sí mismos como una aceituna y como un huevo”. El signifi­cado de la aceituna puede deducirse de lo que dijo la paloma: “Prefiero que mi alimento sea amar­go como una aceituna venida desde lo Alto”. Y el huevo significa algo sin vida por el momento, aunque luego saldrá de él un animal. Y son meti­culosos respecto a sí mismos, y prefieren trabajar aunque la situación se asemeje a la aceituna.

Además, no se ve ninguna vitalidad en el tra­bajo, y su fuerza en el trabajo radica sólo en el hecho de que su intención es únicamente levan­tar a la Divinidad del polvo, entonces, a través de esta Labor, ganan la redención. Y así ven que esta comida, que previamente era como la acei­tuna y como el huevo, ahora se ha convertido en algo vital, dulce y sublimemente placentero.

Este es el significado de la frase “un prosélito convertido se parece a un niño recién nacido”. Por lo tanto, también debe guardar el propósito del Brit (heb: Pacto, Convenio), y de esta manera será feliz.

Resulta que, cuando el niño es circuncidado, aunque este sufre, los padres y los demás par­ticipantes están felices; pues ellos creen que el alma del niño está feliz. De modo similar, en el Trabajo del Brit debemos ser felices aunque nos sintamos en un estado de sufrimiento. Debemos entender que nuestra alma está feliz.

Nuestro Trabajo entero debe transcurrir en un estado de felicidad. Y esto se evidencia a través del primero mandamiento que le fue dado al hombre. La Mitzvá es ejecutada por los padres, y tanto estos como los demás presentes están fe­lices. Así es como deben ser ejecutadas todas las Mitzvot que uno cumple: sólo en un estado de felicidad.

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