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96. Qué significan el deshecho del granero y de la bodega en el trabajo espiritual?

Lo escuché en la noche de Sucot, dentro de la Sucá, en 1942

El granero representa los Dinim (heb: Seve­ridad, Juicios) masculinos, como en “oculto y no mancillado”, cuando siente que se encuentra en un estado de Goren (heb: Granero); o bien, Guer (heb: Extraño) en la Labor.

La bodega representa los Dinim femeninos, como en “oculto y mancillado”. Yékev (bodega) implica Nékev (orificio, abertura).

Y existen dos tipos de Sucot:

  1. De nubes de gloria

  2. De deshecho del granero y de la bodega.

Las nubes representan velos, ocultamiento, cuando uno percibe los velos sobre la Kedushá (heb: Santidad). Si una persona se sobrepone a la nube, o sea, al velo que percibe, obtendrá las nubes de gloria. Esto recibe el nombre de MAN de Ima, y esto es una costumbre durante miles de años. Se le considera una fase que aún no ha llegado a ser “naturaleza” denominada”. Pshat (simple- común)

Y el deshecho del granero y la bodega viene a ser “simple” y “naturaleza”, y se considera MAN de Maljut, erigido específicamente por la fe, y se lo denomina “Itorerut (heb: Despertar) desde Abajo”.

Y MAN de Ima viene a ser Itorerut desde Arri­ba, y no se identifica como “naturaleza”. Quie­re decir que con respecto a la naturaleza, cuan­do uno no está listo para recibir la Shefa (heb: Abundancia), no adquiere otorgamiento.

Pero desde la perspectiva del Itorerut desde Arriba, que es por encima de la naturaleza, la Luz se vierte sobre los inferiores en forma de “Yo soy el Señor, que mora entre ellos, en medio de su impureza”, como está escrito en el Sagrado Zóhar: “aunque haya pecado, es como si no lo hubiera hecho”.

No obstante, con un Itorerut desde abajo, la Luz no es dispensada. En cambio, precisamente cuando uno está calificado por naturaleza, por sí mismo, esto se llama MAN de Nukva, el cual sig­nifica que puede corregirse a través de la fe. Esto viene a ser “por medio de sí mismo”, y corres­ponde al séptimo milenio; se denomina “y uno está arruinado”, pues “no tiene nada propio”, es decir, Maljut. Cuando esto se corrige, uno alcan­za el décimo milenio, que corresponde a GaR.

Semejante alma se halla una en diez genera­ciones. Pero también está el concepto del sépti­mo milenio, desde la perspectiva de los seis mil años, bajo el nombre de “particular” o “indivi­dual”; pues lo general y lo particular siempre son iguales. Pero esto es considerado MAN de Ima, y recibe el nombre de “nubes de gloria”.

Y el propósito del Trabajo puede encontrarse en lo simple y en lo natural, ya que en este Trabajo ya no tiene donde caer más bajo, y esto se debe a que ya se encuentra en el nivel del suelo. La razón para esto es que no necesita grandeza, puesto que para él es como si siempre fuera algo nuevo.

Esto significa que siempre trabaja como si recién hubiera empezado, y lo hace aceptando plenamente la carga del Reino de los Cielos “por encima de la razón”. La base sobre la cual es­tableció la forma de trabajar estaba en el punto más bajo posible; y todo esto fue “por encima de la razón”. Sólo un verdadero necio puede ser tan bajo como para proceder (a trabajar) sin asis­tencia de ningún tipo y sin ninguna base sobre la cual establecer su fe.

Además, acepta esta tarea con gran alegría, como si tuviera un conocimiento y una visión reales sobre los cuales establecer la certeza de la fe. Y en esa medida exacta por encima de la razón, como si lo hubiera adquirido a través de la razón. Por lo tanto, si persiste en este camino, no caerá jamás. Por el contrario, podrá regoci­jarse siempre de saber que está sirviendo a un gran Rey.

Este es el sentido del versículo que dice: “Ofrecerás uno de los corderos por la mañana y el otro cordero lo ofrecerás al atardecer. la ofrenda del cereal y la misma libación que por la mañana, como aroma agradable: una ofrenda en­cendida al Señor”. Esto significa que esa alegría que sentía mientras ofrecía su sacrificio, era para él como la mañana. Esto se explica por el hecho de que la mañana se asocia con la “luz”, y hace referencia a que la Luz de la Torá estaba brillan­do para él con total claridad. En ese mismo es­tado de felicidad estaba realizando su sacrificio, su trabajo, aunque para él fuera como la noche.

Quiere decir que aunque no recibiera claridad alguna de la Torá y del trabajo, hacía todo con alegría, pues trabajaba “por encima de la razón”.

De este modo, no puede discernir cuál de los dos estados satisface más al Creador.

Este es el significado de la prédica del Rabi S­himón Ben Menasia respecto de “cierta materia”. “Materia” se refiere a que es un elemento “sin ra­zón ni conocimiento”. “Un oído que haya escu­chado en el Monte Sinaí, no robar”. Se refiere a no recibir nada para sí mismo; más bien, asumir la carga del Reino de los Cielos sin nada de Gadlut (heb: Grandeza), sino enteramente por encima de la razón. Y, fue y robó cierto grado de irradiación de Luz para sí mismo; es decir, dijo: “Ahora pue­do ser un siervo del Señor, porque ya he recibido razón y conocimiento del trabajo; y entiendo que vale la pena ser el siervo del Creador. Y ahora, ya no necesito más la fe por encima de la razón”.

Y acerca de esto nos dice lo siguiente: “y él fue vendido a la corte”. La corte se refiere a la razón y al conocimiento del hombre, que son los que juzgan sus acciones, determinando si eran o no aptas de ser ejecutadas. Mediante “vendido” se refiere a que se ha vuelto un extraño en el tra­bajo de Dios, y que su mente viene y le hace la conocida pregunta: “¿Qué esperas o pretendes mediante este servicio?”. Y esto sólo viene de ro­bar, habiendo recibido cierta ayuda con respecto a la fe. Por ende, viene y desea cancelar la ayuda con sus preguntas. Pero esto es sólo por “seis”; es decir, “fue vendido por seis años”, que se con­sidera Dinim masculinos.

“Pero si el siervo ha de decir simplemente: Amo a mi Amo… No he de liberarme de él”, en el sentido de que no desea quedar libre de las Mitz­vot, entonces la corrección consiste en “su Amo ha de traerlo”; o sea, el Señor, “hacia la puerta o hacia la Mezuzá”; o dicho de otro modo, revoca su impedimento de entrar al Reino de los Cielos. Y “su amo habrá de perforar su oído”; dice que perfora su oído, pues le hace otro orificio con el fin de poder oír nuevamente lo que había oído en el monte Sinaí: “no has de robar”, “y has de ser­virle para siempre”. En ese momento se vuelve, verdaderamente, un siervo del Creador.

Su cot representa una residencia temporal. Se refiere a que si alguien ya ha obtenido una re­sidencia permanente y no tiene nada más que hacer, como en lo referente al primero en con­tar las iniquidades, se le sugiere retirarse a una residencia temporal como la que habitaba en su camino a la casa de Dios, antes de haber llegado a la residencia permanente. En ese tiempo, cuan­do su Trabajo se parecía al “visitante que está de paso”, necesitaba alcanzar el Palacio de Dios constantemente, y además recibía visitas.

Y ahora sí puede continuar con su trabajo pa­sado, de cuando se sentía siempre agradecido con el Creador y era feliz y Lo alababa por acercarlo cada vez más hacia Él. Y ahora, en Sucot, pue­de continuar con esa sensación de felicidad que tenía entonces; y este es el sentido de la residen­cia temporal. Por eso dijeron: “deja la residencia permanente y mora en una residencia temporal”.

“Lo más importante no es el estudio, sino el acto”. Esto significa que un acto es se denomina como una especie de materia. El Rabi Shimón Ben Menasia predicaba “cierta materia”, que consistía en que lo más importante era el acto, mientras que la mente no era más que cierto tipo de espejo.

Sin embargo, el acto se considera lo “vivien­te”, y la mente se considera lo “parlante”. El he­cho es que si hay integridad en el acto, entonces el acto es tan grande que trae consigo “la mente de la Torá”. Y “la mente de la Torá” recibe el nombre de “parlante”.

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