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102. Y te llevarás el fruto de los buenos árboles

Lo escuché en el Ushpizín de Yosef

En el versículo que dice: “Y te llevarás… el fruto de los árboles de cítricos”, se está refiriendo a los Tzadikim (heb: Hombres Rectos), al que se denomina “el árbol que da frutos”. En esto radica toda la diferencia entre Kedushá (heb: Santidad) y la Sitra Ajra (heb: Otro Lado); es decir, que “otro dios es estéril y no da frutos”. No obstan­te, a un Tzadik se le llama Adar (heb: Cítrco), porque da fruto; Dar (heb: vive) en su árbol año tras año. Por eso está escrito lo siguiente acer­ca de Yosef: “él fue el que (¿las?) Mashbir (heb: rompe) a todos los pueblos de la tierra”, pues él los Shover (heb: fracturó) con los frutos que te­nía y ellos no tenían frutos. De este modo, cada uno percibió el estado en el que se encontraba, ya fuera que estuviera en el lado bueno o en el otro.

Y a esto se refiere la siguiente frase: “Y Yosef mantuvo… con pan, de acuerdo al deseo de los pequeños”. Los “pequeños” vienen a ser GAR, como en “y será como filacterias entre tus ojos”, que corresponde a las Tefilín de la cabeza. Por esta razón, Yosef, el hijo nacido de padres mayores es llamado “un hijo sabio”. Este es el significado de “me envió ante ti para preservar la vida”, que vie­ne a ser la “Luz de Jaiá”, que es GAR.

A esto se refiere el versículo que dice: “Yo te doy una parte más que a tus hermanos, la cual tomé de mano del amorreo con mi espada y con mi arco”. (Sus hijos tomaron dos partes, y de acuerdo con Rashi, “porción” implica que es suave). Quiere decir, por medio de sus hijos; pues los hijos vienen a ser los “frutos”. Y esto es lo que le dio a Yosef.

Este es el significado de lo que está escrito acerca de Saúl: “Por encima de los demás, el mas grande entre todos los pueblos”. Y a esto se refiere lo siguiente: “Puesto que deberás vestir, tú serás nuestro príncipe”. Y este es el sentido del siguiente versículo: “Los pequeños, ¿por qué vienen? Para dar recompensa a aquellos que los traen”. Preguntó lo siguiente: “¿Por qué nece­sitan sabiduría si lo importante no es el estudio sino la acción?”. Y respondió: “Para recompen­sar a aquellos que los traen”, ya que la sabiduría deriva en acción.

En lo referente a la disputa entre Saúl y David, no había ningún defecto en Saúl. Por eso tuvo un año de reinado y no necesitó prolongarlo, ya que había conseguido completar todo en poco tiem­po. David, en cambio, necesitó reinar cuarenta años. David era el hijo de Iudá, que era el hijo de Lea, el mundo oculto. Y Saúl era (el hijo) de Béniamin, que a su vez era el hijo de Rajel, el mundo revelado, y por ende opuesto a David. Por esta razón David dijo: “Yo soy un hombre de paz”; o sea, yo alcanzo a todos y amo a todos; “pero cuando hablo, será para la guerra”.

Y Avishalom era lo opuesto de David. Este es el sentido del pecado de Ierobóam, hijo de Nebat: el Creador se aferró a sus vestiduras y le dijo “Tú y Yo y el hijo de Ishái pasearemos por el Jardín del Edén”. Y preguntó: “¿Quién nos guía?”. Y el Creador le respondió: “el hijo de Ishái guiándo­nos guía”. Entonces replicó: “No quiero”.

El hecho es que el orden de los niveles esta­blece que el mundo oculto viene primero, y des­pués el mundo revelado. Esto es lo que quiere decir: “Lo tengo todo”. “Suficiente” viene a ser GAR, y “todo” viene a ser VaK. Este es también el sentido de las palabras: “¿Cómo habrá de pa­rarse Yaakov, siendo que es pequeño?”. Y a esto se refiere el hecho de que Yaakov haya tomado su lugar. Después se le dio todo, puesto que también tenía GAR, que obtuvo a través de Yosef, a modo de “Y Yosef lo mantuvo”.

Esto es lo que quiere decir la frase “Lea era odiada”, de donde son atraídos todos los odios y disputas de los discípulos sabios. Este tam­bién es el significado de la disputa entre Shamái y Hilel, y para el futuro, cuando ambos campa­mentos se unen: el campamento de Yosef y el campamento de Iudá. Esto es lo que Iudá le dijo a Yosef: “Oh, Señor mío”, pues entonces sucedió la unificación entre Iudá y Yosef. Pero Iudá debe ser quien guíe.

Esto explica el hecho de que el Santo Arí sea Mesías Hijo de Yosef. Por eso pudo revelar seme­jante sabiduría; pues tenía autorización del mun­do revelado. Y esta disputa se extiende de “Y los niños lucharon entre sí dentro de ella”, respecto de lo cual Esav (heb: Esaú) tenía las buenas ves­tiduras que venían de Rebeca.

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