118. Para entender lo relativo a las rodillas que se flexionan ante Baal
Está el discernimiento de una esposa y está el discernimiento de un esposo. De una esposa se considera lo siguiente: “ella no tiene nada salvo lo que su marido le da”; y por otra parte se considera que un esposo puede extraer abundancia dentro de su propio ámbito. Las rodillas representan la acción de inclinarse o de arrodillarse, pues según está escrito: “ante Mí todas las rodillas habrán de flexionarse”.
Existen dos discernimientos diferentes respecto del acto de arrodillarse:
Uno se inclina ante otro que sea superior o mayor. Y aunque no conozca su mérito, se inclina ante aquél porque entiende que es grande.
Cuando es completamente consciente de su grandeza y mérito.
También hay dos discernimientos diferentes respecto de la fe en la grandeza del Altísimo:
1. Uno puede creer en Su grandeza por no tener otra alternativa; es decir, porque no tiene manera de conocer su grandeza.
2. Uno puede tener una manera de conocer Su grandeza con total certeza, pero aun así elige el camino de la fe, porque “Es la gloria de Dios ocultarlo”. Quiere decir que, aunque existan chispas en el cuerpo de uno que específicamente quieran conocer Su grandeza y no ser como una bestia, de todas formas elige la fe por la razón recién mencionada.
Entonces resulta que quien opta por la fe por no tener otra alternativa, es considerado mujer, femenino, pues “se volvió débil como mujer”, que sólo recibe de su marido. Pero quien sí tiene alternativa y lucha por andar por el sendero de la fe, es llamado “guerrero”. Por lo tanto, aquellos que eligen la fe cuando tienen la opción de andar por el camino del conocimiento, llamado Baal (heb: Esposo, Marido), son llamados “los que no se inclinaron antes Baal” (también nombre de un dios cananeo). Esto significa que no se rinden ni se doblegan ante el trabajo de Baal, que viene a ser el “conocimiento”, sino que optan por el sendero de la fe.