159. Y ocurrió en el transcurso de muchos días
“Acontenció que después de muchos días murió el rey de Egipto; y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron, y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. Y Dios oyó su gemido” (Éxodo 2:23-24). Quiere decir que sufrieron tanto que no pudieron soportarlo más. Y tanto rogaron con su plegaria, que “su llanto ascendió hasta Dios”.
Pero podemos ver que estaban diciendo lo siguiente: “Ojalá hubiéramos… cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne, cuando comíamos pan hasta saciarnos”. Y también dijeron: “Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, de los melones, los puerros, las cebollas y los ajos”.
El hecho es que realmente estaban a favor del trabajo en Egipto. El versículo que dice “Sino que se mezclaron con las naciones. Aprendieron sus costumbres” se refiere a que si Israel se encuentra bajo el dominio de alguna nación determinada, esta nación la controla y aquélla no puede liberarse de su dominio. De este modo, hubieron probado suficiente sabor en ese trabajo y no pudieron ser redimidos.
Entonces, ¿qué hizo el Creador? “El rey de Egipto murió”; esto implica que perdieron esta servidumbre. Así, ya no pudieron trabajar más; comprendieron que si no hay perfección de Mojin, la servidumbre también está incompleta. Por ende, “y los hijos de Israel gemían por causa de la servidumbre”. El trabajo implica que no bastaron para el trabajo, que no recibían vitalidad del trabajo.
La frase “el rey de Egipto murió” quiere decir que todas las dominaciones del rey de Egipto, que este estaba manteniendo y nutriendo, murieron. Por eso es que no tenían lugar para rezar. E inmediatamente fueron salvados. Y luego, cuando caminaron en el desierto y llegaron a un estado de Katnut (heb: pequeñez), ansiaron el estado de servidumbre que habían tenido antes de la muerte del rey de Egipto.