204. El propósito del trabajo
Durante el período de preparación, el trabajo entero radica en el “no”; pues tal como está escrito, “y serán afligidos en una tierra que no es”. Sin embargo, en lo referente a la lengua, que es considerada “mí”, uno primero debe adquirir el discernimiento del amor.
No obstante, durante el período de preparación, el trabajo se encuentra sólo bajo la forma de “no”; es decir, de “no has de tener”, y mediante la profusión de noes llegamos al punto de Dios [31] de Jésed (heb: Misericordia). Pero antes de eso hay muchos noes, lo cual representa otro Dios: muchos noes. Esto se debe a que de Lo Lishmá uno llega a Lishmá.
Y a causa de que la Sitra Ajra provee ayuda y soporte, aun después, cuando trabajamos para traer Kedushá (heb: Santidad), si se acepta esta asistencia, hemos de caer de nuestro nivel, y entonces aquélla toma la abundancia que habíamos traído hacia nosotros. Por ende, la Sitra Ajra tiene el poder de dominarlo a uno, y de este modo uno se encuentra forzado a satisfacer su deseo. Y uno no tiene otra alternativa más que ascender a un nivel más alto.
Así, el proceso se vuelve a repetir, al igual que antes, con los 49 portones de impureza. Esto significa que uno camina a través de los grados de Kedushá hasta los 49 portones. Pero allí, ella (la Sitra Ajra) tiene el control para tomar toda la vitalidad y la abundancia, hasta que la persona cae cada vez dentro de un portón de impureza mayor, puesto que “Dios ha hecho incluso a uno opuesto al otro”.
Y cuando uno llega al portón número 49, ya no puede continuar ascendiendo, hasta que el creador venga y lo redima. Y respecto a eso se dice que “Devoró riquezas, pero las vomitará; de su vientre se las hará echar Dios”. Esto quiere decir que ahora uno toma toda la abundancia y la vitalidad que la Klipá (heb: Cáscara) estaba tomando de todos los 49 portones de Kedushá. A esto se refiere la frase: “el pillaje del mar”.
Sin embargo, es imposible ser redimido antes de que sea sentido el exilio. Y cuando uno camino por los 49, percibe el exilio, y el Creador redime en la puerta número 50. Y la única diferencia entre Galut (heb: Exilio) y Geulá (heb: Redención) radica en la letra Álef, que es “Alufo Shel Olam” (heb: Campeón del Mundo). Por lo tanto, además, si uno no alcanza el exilio de manera apropiada, estará deficiente en ese grado.
[31] En hebreo, la palabra “El” (heb: Dios) consiste de las mismas letras que la palabra “Lo” (heb: No), pero en orden inverso.