228. Pescado antes de la carne
La razón por la que comemos pescado primero en una comida, es que el pescado se sirve libremente y sin ninguna preparación. Por eso se come primero el pescado, puesto que no requiere preparación alguna. Así está escrito: “Recordamos el pescado que acostumbrábamos comer en Egipto sin hacer nada”. Y el Zóhar interpreta la expresión “sin hacer nada” diciendo que se refiere a “sin Mitzvot”, es decir, sin preparación.
¿Y por qué el pez no requiere preparación? El hecho es que, vemos que un pez sólo es considerado Rosh (heb: Cabeza), pues no tiene manos ni piernas. Como pez entendemos lo sugerido por las escrituras: “Yosef quería un pez y encontró una Margalit (heb: Piedra Preciosa) en su carne”.
“Margalit” significa “Meraguel” (heb: Espía); y el significado del pez indica que ahí no hay negociación alguna. Esto es lo que simboliza su ausencia de manos y de piernas. Y “a la mitad” quiere decir que, a través del ascenso de Maljut a Biná, cada grado ha sido partido a la mitad; y por medio de esta división, se creó un lugar para los Meraguelim. De este modo, la negociación entera fue realizada solamente sobre los Meraguelim, puesto que la Torá entera se extiende de allí. Y a esto se refiere el hecho de que el Margalit cuelgue de su cuello, y que todos aquellos que estén enfermos, lo mirarán y sanarán inmediatamente.
Sin embargo, no existe recompensa en el discernimiento del pez únicamente, salvo por el hecho de que puede tomarse libremente, tal como está escrito: “que acostumbrábamos a comer en Egipto sin hacer nada”. “Un ojo abierto que nunca duerme no necesita ser cuidado”, ya que el pescado corresponde a Jojmá (heb: Sabiduría), y al Shabat, que precede a la Torá.
Y la Torá representa negociación. Este es el significado de la frase “no he podido encontrar mis manos ni mis piernas en el seminario”. Esto se refiere a que no hubo negociación. “Sin hacer nada” quiere decir que no requirió negociación (previa); y la “Torá” representa “el mundo por venir”, discernido como “satisfecho y regocijado”, sin que la satisfacción aniquile y borre el placer, pues viene a ser el placer del alma. Pero en el discernimiento de “el Shabat que precede a la Torá”, considerándose con esto a Jojmá, llega a un estado de Guf (heb: Cuerpo); y el Guf representa un límite donde la satisfacción aniquila y borra el placer.