189. El acto afecta el pensamiento
Comprendan la razón para la perspicacia, el entusiasmo y el ingenio cuando todos los órganos funcionan coordinadamente y a toda velocidad, cuando uno piensa en posesiones corporales. Pero respecto de cosas que conciernen al alma, la persona, el cuerpo y todos los sentidos trabajan con pesadumbre respecto a todas las necesidades del alma.
El hecho es que la mente y el pensamiento del hombre no son más que proyecciones de las acciones que este ejecuta. Se reflejan como en un espejo. Por lo tanto, si la mayoría de las acciones de uno consisten de obras corporales, esto es reflejado en el espejo de la mente. Quiere decir que son percibidas suficientemente en la mente, y de este modo uno puede utilizar la mente para lo que sea que desee, ya que esta recibe vitalidad de las cosas corporales.
De esta forma, la mente sirve a ese sitio del cual recibe su vitalidad. Y debido a que no hay muchos Reshimot (heb: registros) en la mente para que la recepción del sustento y de las impresiones sea satisfecha por completo, por esta razón la mente no está dispuesta a servirle en pos de las necesidades del alma.
Es por esto que uno debe prevalecer y hacer muchas cosas, hasta que todas queden registradas en la mente; y entonces el conocimiento ciertamente habrá de aumentar, y la mente le servirá con ingenio y rapidez, aún más que cuando es en pos de las necesidades corporales, ya que la mente representa una vestimenta cercana para el alma.