Capítulo, “La visión del Rabí Jiya”
49. Rabí Jiya se postró en la tierra y sollozó,
"Polvo, qué duro y despiadado eres, a cuántos has devorado, aún al más grande, al Rabí Shimon, la Luz del mundo entero, también lo has devorado y sin embargo, ¿tu gobiernas al mundo?" Pero, de inmediato se recobró y dijo, "¡No seas soberbio, polvo, porque los pilares del mundo no serán traicionados por ti y Rabí Shimon no será devorado por ti!"
Al principio, Rabí Jiya pensó que a Rabí Shimon mismo lo había devorado la tierra, esto es, que no había alcanzado la corrección completa, pues las puertas superiores están cerradas para todos. Sin embargo, si Rabí Shimon revive los mundos por medio de su alma, ¿cómo sería posible que no hubiese alcanzado la perfección? Por lo tanto, concluye que Rabí Shimon no fue devorado por el polvo; que sí alcanzó la corrección completa. Lo que Rabí Jiya no podía comprender, sin embargo, es cómo cualquier alma individual puede alcanzar el fin de la corrección antes de (sin) la completa corrección de todos los demás. Esto, Rabí Jiya, no se lo podía explicar.
50. Rabí Jiya ayunó por cuarenta días para poder ver al Rabí Shimon pero se le dijo que aún no tenía merito para verlo. Lloró y ayunó durante otros cuarenta días. Entonces se le mostró una visión (no de su grado, sino de uno más elevado): Rabí Shimon y Rabí Elazar discutían sobre él, las palabras de Rabí Jiya.
51. En esa misma visión, Rabí Jiya vio como Rabí Shimon y Rabí Elazar subían sobre grandes alas celestiales y remontaban hacia la Asamblea del Cielo. Después, ambos regresaban a su sitio y brillaban con más resplandor que nunca antes, más resplandecientes que la luz del sol. El término Asamblea Excelsa (de las almas corregidas) se refiere a la Asamblea del Creador Mismo, mientras que la Asamblea Celestial se refiere a la Asamblea de Matat. Las alas son ángeles (fuerzas espirituales similares a robots o bosquejos de animales de nuestro mundo), cuya tarea es ayudar a las almas a ascender de un grado espiritual a otro.
52. Además, Rabí Jiya vio que Rabí Shimon dijo, "Dejen que Rabí Jiya entre y vea hasta que punto el Creador reaviva los rostros de los justos en el mundo por venir. Feliz aquel que llega aquí sin vergüenza. Feliz aquel que se yergue en el otro mundo contra todos los obstáculos". Y Rabí Jiya se contempló entrando, y Rabí Elazar y todos los demás estaban de pié frente a él. Y él, Rabí Jiya se avergonzó; entró, inclinándose y se sentó a los pies del Rabí Shimon. Rabí Shimon abrió el camino a la Luz y dijo: "Feliz aquel que entra aquí sin vergüenza". Y todos los que estaban ahí presentes no sentían vergüenza. Sólo Rabí Jiya estaba avergonzado. Así era porque tenían la fortaleza para resistir el poder del polvo y Rabí Jiya no la tenía. Ellos eran perfectos, mientras que Rabí Jiya tenía una imperfección - deseaba alcanzar. Y era de esto que se avergonzaba.
53. Una voz resonó, "Baja los ojos, no levantes la cabeza". Rabí Jiya bajó los ojos y vio Luz que brillaba a los lejos. La voz regresó y dijo, "Los Excelsos, ocultos y encerrados, que tienen ojos que vigilan al mundo entero, mira y ve: los de abajo duermen y la Luz de sus ojos está escondida en sus pupilas. ¡Despiértalos!
Una vez que hubo seguido la instrucción de bajar los ojos y no levantar la cabeza (no recibir la Luz, sino únicamente otorgar), oyó (la Luz de Jasadím) el llamado, en el que él alcanzaba todo. La voz divide todas las almas en dos grupos: el primero es un grupo de Excelsos que merecieron que se les abrieran los ojos para contemplar al mundo entero y el Segundo grupo de almas tienen la Luz de sus ojos oculta. Es por eso que la voz llamó a las almas del primer grupo a contemplar, esto es, utilizar la recepción de la Luz Superior, para atraer la Luz Superior junto con el segundo grupo.
54. ¿Quién de entre ustedes convierte la oscuridad en Luz (el amor hacia nuestro amigo) y saborea lo amargo (el otorgamiento) como dulce aún antes de llegar aquí, esto es, mientras aún estaba en vida en el otro (egoísta) mundo? ¿Quién de ustedes espera y aguarda cada día a la Luz (de la corrección) que brilla cuando Él se distancia (de él con una sensación de descenso)? Pues aquel que no espere esto cada día mientras vive en este mundo no tiene lugar en el Mundo Superior.
55. En su visión, Rabí Jiya vio a muchos de sus amigos, algunos eran elevados por alas, mientras otros eran bajados. Y por encima de todos ellos, él vio las alas del Matat que se aproximaba. De esta manera los dos grupos se ayudan entre sí. Rabí Jiya vio también que debido a la aspiración de ambos grupos, Matat que se aproximaba. De esta manera los dos grupos se ayudan entre sí. Rabí Jiya vio también que debido a la aspiración de ambos grupos, Matat descendió de la Asamblea Celestial hasta la asamblea de Rabí Shimon y habló bajo juramento.
56. El Ángel Matat juró que escuchaba detrás de la cortina como cada día el Creador recuerda y se aflige por Maljut, tirada en el polvo. Y cuando se acuerda de ella, golpea 390 firmamentos y todos se estremecen de un miedo atroz ante Él. Y el Creador vierte lágrimas por la Shejina - Maljut que se ha caído en el polvo. Y esas lágrimas hierven como el fuego y caen al Gran Mar. Y por el poder de estas lágrimas, el Gobernante del Mar, llamado Rajav, es revivido, bendice al Creador y se inclina para tragar todo, desde los primeros días de la creación y para absorber todo dentro él mismo, cuando todas las naciones se reúnan contra Israel, el gobernante del mar se levantará otra vez con vida y tragará todas las aguas primitivas, pues Maljut recibirá la corrección faltante, por cada día que el Creador se preocupa por ella, hasta que ella, Su única creación, alcance su corrección final - las aguas se secarán e Israel caminará por tierra seca. Y aquí el engaño que tenía Rabí Jiya se le reveló: él entendía que nada desaparece en el polvo, pero, por el contrario, cada día Maljut experimenta correcciones, justo como Matat lo juró.
57. A través de todo esto, oyó una voz, "¡Despejen este lugar, despejen este lugar! El Mashiaj (Mesías), el Rey-Redentor llega a la asamblea de Rabí Shimon", pues todos los justos reunidos ahí ascienden de esta asamblea a la Asamblea del Cielo. Y el Mashiaj (Mesías), el Rey-Redentor llega a la asamblea de Rabí Shimon", pues todos los justos reunidos ahí ascienden de esta asamblea a la Asamblea del Cielo. Y el Mashiaj visita todas estas asambleas y sella la Torá que sale de las bocas de los justos.
Como resultado de la revelación del fin de la corrección, oculta en el juramento de Matat, todos los justos presentes en la Asamblea de Rabí Shimon alcanzaron los Grados Superiores y alcanzaron los niveles de "cabezas de asambleas" y merecieron ascender a la Asamblea de los Cielos y revelar al Mashiaj.
Y ahora todos los miembros merecieron convertirse en cabezas de las Asambleas, de donde ellos merecían un ascenso a la Asamblea Celestial. Es más, gracias a sus correcciones ellos merecieron que el Mashiaj mismo llegara a estas asambleas para ser adornado con sus obras en la Torá. Y ahora todos los miembros han merecido alcanzar el nivel de cabezas de las asambleas.
58. Los miembros se pusieron de pié. Rabí Simón se puso de pié también y su Luz se elevó hasta el firmamento. El Mashiaj le dijo, "Feliz eres tu, Rabí, pues tu Torá se ha elevado a 370 rayos de Luz y cada rayo se divide en 613 rayos (atributos) que ascienden y se bañan en los ríos del santo Apharsemon. Y el Creador confirma y firma la Torá de tu asamblea."
59. "Yo he venido hasta aquí no para confirmar la Torá de tu asamblea, sino sólo porque el 'propietario de las alas' se dirige hacia aquí. Pues yo sé que él no entrará en ninguna otra asamblea sino la tuya". Entretanto, Rabí Shimon le contó del juramento hecho por el 'dueño de las alas'. Justo en ese momento el Mashiaj tembló con reverencia - y los Cielos se estremecieron y el Gran Mar hirvió, y los Leviatanes se agitaron y el mundo entero amenazaba con volcarse - y se fue. 60. Rabí Jiya tembló con reverencia cuando el Mashiaj se fue y sus ojos estaban llenos de lágrimas. Pues el Mashiaj abandonó la Asamblea de Rabí Shimon llorando de tanto desear la corrección final. Y Rabí Jiya también se sentía angustiado por el ferviente deseo de alcanzar el fin de la corrección. Rabi Jiya lloró y dijo, "Feliz es la porción del justo en el otro mundo y feliz es la porción de Rabí Shimon bar Yochai quien se ha hecho merecedor de todo esto."