Tópicos examinados
en esta lección:
1. Tres fuentes: Rashbi, Ari, Baal HaSulam
2. Las cuatro fases
3. Dar por el fin de otorgar
4. El invitado y el anfitrión
5. Equiparándose con el Creador
6. La libertad de elegir
7. La primera restricción
8. Las raíces de la Creación
9. La estructura de la configuración espiritual: Partzuf
10. Satisfacer el deseo de recibir
Nuestro
conocimiento de los mundos espirituales fue dado por gente que tuvo
el control para desarrollar una percepción de los mundos superiores
y describió los mecanismos y estructuras de aquellos mundos en sus
escritos. Los métodos del establecimiento del contacto con estos
mundos fueron también transmitidos. Esta herencia nos permite entrar
a los mundos espirituales, adquirir un conocimiento completo,
percibir la perfección completa, comprender el objetivo de la
Creación y así, nuestro propósito existencial, mientras aún vivimos
en este mundo.
Este curso del
Rav Dr. Laitman está basado en tres fuentes: "El Zohar" del
rabino Shimon Bar Yochai escrito en la segunda centuria de la era
cristiana, los trabajos de Ari (el rabino Y. Luria) un cabalista que
vivió en Safed en el siglo 16, y finalmente los trabajos del rabino
Yehuda Ashlag (Baal HaSulam), quien vivió en la mitad el siglo 20.
Estos tres
cabalistas son una misma alma que reencarnó varias veces para
enseñar un método actualizado que llevara al dominio de los mundos
espirituales, y, por consiguiente, facilitar el estudio de la Cabalá
para las generaciones futuras.
Esta única alma
alcanzó su más alto nivel durante su última reencarnación, dando
vida al rabino Yehuda Ashlag (Baal HaSulam). Durante su viaje a
través de nuestro mundo esta alma fue capaz de proveer explicaciones
de las estructuras de los mundos espirituales empezando con el más
alto de los grados, desde el nacimiento del primer ser arriba hasta
la finalización de la corrección del universo.
El rabino Yehuda
Ashlag explica que "la Luz que emana del Creador" representa el
deseo de crear seres y satisfacerlos. Esta fase se refiere a la Fase
Raíz o Fase 0. En hebreo, es llamada Bejiná Shoresh o Keter, tal
como se muestra en la figura 1.
Figura 1. Las Cinco Behinot
Después esta Luz
crea una Vasija cuyo deseo de recibir se corresponde perfectamente.
La Luz llena la Vasija y la satisface. Esta es la Fase 1, Bejiná
Alef o Jojmá.
El atributo de
esta Luz es dar, llevar el placer, mientras el atributo de la Vasija
consiste en recibir, experimentar placer. Sin embargo, cuando la Luz
entra a la Vasija, empieza a transferir a la Vasija sus atributos y
la Vasija desea ser como la Luz; en vez de querer recibir, ahora
quiere dar sin restricción. En este estadio, la Vasija desea ser
como la Luz, dar sin restricción y, por consiguiente, rechaza
recibir porque no tiene nada que dar. Esta fase es llamada Fase 2,
Bejiná Bet o Biná.
Estando vacía de
Luz, la Vasija empieza a considerar que el objetivo de la Luz es
crear una Vasija y satisfacerla. Claramente, la Vasija puede
solamente experimentar placer si recibe una porción de la Luz.
La próxima fase
corresponde al deseo de recibir, digamos, diez por ciento de la Luz,
de placer, pero con una intención virada hacia el Creador (otorgamiento).
Este proceso es en hecho una fase mezclada, Fase 3, Bejiná Gimel o
Zeir Anpin.
Después de haber
alcanzado dicho estado, que consiste de estos dos elementos
antagonistas, la "Vasija – Deseo" comprende que es más natural y
mejor recibir que dar sin restricción. El atributo original de
recibir y regocijarse está reencendido. La Luz de Hassadim, la cual
ha llenado solamente el diez por ciento de la Vasija, no puede
transferir a la Vasija el atributo de dar sin restricción, lo cual
lleva a la predominancia del atributo original de recibir.
Como resultado, la
Vasija decide que debe llenarse a sí misma con un cien por ciento de
placer, recibir la Luz entera. Esta es la Fase 4, Bejiná Dalet o
Maljut. Tal Vasija completamente llena es definida como una
verdadera o genuina creación puesto que sus deseos provienen de
dentro de sí misma, la cual es diferente a la Fase 1, en la cual no
hay deseos independientes de su propiedad, estando llena con la Luz
porque el Creador así lo deseó.
Sólo la Fase 4 es
la verdadera elección de recibir la Luz que emana del Creador, está
hecha por el mismo ser creado. El primer deseo, recibir placer de la
Luz, nace dentro del ser creado.
Como se muestra en
la Figura 2, Jojmá, Biná, Zeir Anpin y Maljut son las cuatro fases
de la emanación de la Luz. La Luz de Keter que emana del Creador
está destinada a formar el deseo de recibir o la verdadera creación.
Figura 2. Las cuatro fases de emanación de la Luz
"No hay nada en
este mundo excepto el deseo del Creador de satisfacer y el deseo del
ser creado de recibir aquel placer". Todo está fundamentado en esto.
La Creación entera en todos sus estados posibles de desarrollo (inanimado,
vegetativo, animado y "hablante") desea recibir una chispa de la
Luz, de recibir placer.
El Creador ha
formado la Creación, así es que por encima de recibir la Luz, puede
experimentar infinito y eterno placer, no de manera egoísta, más
bien de una manera perfecta y absoluta. Si la Luz entra a la Vasija
y la llena completamente, esta Vasija no puede por más tiempo
recibir el deseo, está saturada por la Luz, y en la ausencia de un
deseo el placer muere.
Sólo es posible
recibir continuamente cuando no recibes para tu propio fin (te
regocijas por el fin de un proveedor). Entonces, la Luz que entra a
la Vasija no se neutraliza con el deseo de recibir.
Por medio de la
experiencia sabemos que cuando tenemos hambre y empezamos a comer,
después de cierto plazo no sentimos por más tiempo el hambre aún
cuando se trate del más delicioso de los platillos.
El placer es
experimentado en la frontera entre el placer por sí mismo y el deseo
por él. Si embargo, tan pronto el placer da paso al deseo y
empieza a satisfacerlo, este deseo lentamente se marchita. Y si este
placer es más fuerte que el deseo, éste puede incluso llevar a la
repulsión.
¿Cómo el placer
puede ser convertido en algo perfecto e ilimitado? Un esquema
específico ha sido provisto por el Creador. Si el hombre siente
placer no por sí mismo, sino mientras satisface a otros, este placer
es infinito porque depende solamente de la cantidad de placer que
puede dar y a quienes esta dándolo. "A cuanta más gente dé placer,
más placer me hago sentir". Esta condición produce una eterna
existencia, la perfección, lo cual es uno de los atributos del
Creador. Este es exactamente el estado que el Creador quiere
anunciarnos.
Si el ser creado
desea exclusivamente recibir, se encuentra a sí mismo atrapado en un
círculo vicioso. Puede sentir solamente todo lo que está dentro de
él. Si el ser creado pudiese sentir el placer del Creador desde el
regocijo de la Creación, experimentaría el placer sin fin, tal como
una madre, quien sin egoísmo entrega a sus hijos.
El esquema óptimo
se corresponde con la perfección. La Luz no transmite solamente un
placer simple, sino incluye el placer procurado por un conocimiento
ilimitado, existencia infinita, auto-conocimiento y auto-análisis,
un sentimiento de eternidad y armonía, el cual penetra todo.
El esquema ideal
que incluye el Creador derrama inflexiblemente la Luz sobre el ser
creado. El ser creado acepta recibir la Luz sólo si por hacerlo
satisface al Creador. Este sistema es referido como Luz Devuelta o
Luz Reflejada, como opuesta a la Luz Directa que emana del Creador.
Para que este
esquema funcione, debe existir ante todo un deseo que atraiga la Luz
Directa hacia el ser creado. En segundo lugar, el ser creado debe
localizar una Cortina en el camino de la Luz. Esta Cortina previene
la experiencia del placer por el fin propio y permite al ser creado
recibir placer, pero sólo en la proporción que pueda dar por el fin
del Creador. Entonces, el ser creado llega completamente a ser como
el Creador.
En otras palabras,
el siguiente intercambio toma lugar: el Creador procura placer al
ser creado quien acepta con la condición exclusiva que por hacerlo
así satisfaga al Creador.
Baal HaSulam cita
el ejemplo muy simple y eterno del invitado y el anfitrión. El
anfitrión presenta a su invitado una mesa llena de exquisiteces. El
invitado se sienta pero no se atreve a comer porque no quiere estar
en una posición de recibir y no está seguro si el anfitrión es
sincero en su deseo de satisfacerlo. El invitado está turbado porque
tiene sólo que recibir mientras el anfitrión dar. Esto es porque el
invitado rechaza lo que es ofrecido con el objetivo de comprender el
verdadero deseo del anfitrión.
Si el anfitrión
insiste, rogando a su invitado hacer honor a la comida y dándole
confianza en que estará muy complacido si lo hace, entonces el
invitado empezará a comer. Lo hará porque está convencido en que
satisfará al anfitrión y no por mucho tiempo sentirá que está
recibiendo del anfitrión sino dándole (le entrega placer).
Los papeles han
sido invertidos. Incluso si es el anfitrión, el que preparó toda la
comida y actúa como el convidador, claramente comprende que el
cumplimiento de su deseo de satisfacer depende únicamente de su
invitado. El invitado posee la llave del éxito de la cena y por
consiguiente, domina la situación.
El Creador
especialmente ha hecho al ser creado en una situación tal que bajo
la influencia de la Luz se sentirá avergonzado de sólo recibir. El
ser creado, usando su libertad de libre albedrío, alcanzará un nivel
donde el placer no es experimentado de forma egoísta y de esta
manera, satisfacer al Creador. En este caso el ser creado se iguala
al Creador, Maljut asciende al nivel de Keter y adquiere atributos
divinos.
Estos atributos
divinos, estos sentimientos están más allá de la descripción y no
podemos concebirlos. La entrada a los mundos espirituales por
adquirir sólo un grado de similitud con el Creador ya significa
eternidad, placer absoluto y logro.
La ciencia de la
Cabalá estudia el desarrollo de la Creación. Describe la ruta a lo
largo de la cual nuestro mundo y todos los otros mundos, el universo
completo, deben andar mientras se logra su progresiva corrección
(Tikun) para alcanzar el nivel del Creador, el último grado de
perfección y eternidad. Necesitamos emprender este trabajo de
corrección mientras vivimos en este mundo, en nuestras
circunstancias diarias y ataviados con nuestro cuerpo.
los cabalistas han
alcanzado este grado de perfección y lo describen para nosotros.
Todas las almas sin excepción deben alcanzar este nivel último a su
debido tiempo. La reencarnación de almas en nuestro mundo se llevará
a cabo hasta que la última haya completado su camino. Sólo en
nuestro mundo es donde la corrección es posible con el objetivo
ulterior de entrar al mundo espiritual y eventualmente alcanzar el
Punto Cero o Keter.
¿Podría este
proceso llevarse a cabo en una sola vida? No, esto es imposible.
Cuando una persona nace, recibe un alma que ya ha estado en este
mundo. Esta alma ha experimentado ciertos grados de corrección y ha
ganado experiencia. Esa es la razón por la cual la gente que nace
hoy es más hábil y tiene más experiencia que las generaciones
previas. Están más preparadas para funcionar en condiciones
tecnológicas y culturales modernas, varias transformaciones toman
lugar en la sociedad moderna. En nuestra generación, el deseo de
estudiar Cabalá ha llagado a ser más y más popular. Las almas han
ganado tal nivel de experiencia y han alcanzado tal comprensión
durante pasadas vidas que una persona de 20 a 25 años no puede
proseguir sin conocimiento espiritual. En el pasado, por el
contrario, solamente un puñado de entre millones vagamente sintieron
la necesidad por la espiritualidad.
Sólo en unos pocos
años será posible alcanzar el logro espiritual en el transcurso de
una vida. Este es el objetivo de la creación que ha sido
predeterminado. Cada uno de nosotros es un fragmento del único y
mismo Maljut (el alma original) y estamos dotados de atributos
particulares y una parte específica para desempeñar en este mundo.
Por transformar sus atributos con la ayuda del sistema científico de
la Cabalá cada fragmento ejecuta su corrección con el objetivo de
alcanzar su más alto grado.
La ruta del
fragmento está predefinida desde Arriba. Todos nacemos en este mundo
con un alma particular y cualidades específicas. Ninguno de nosotros
ha elegido nuestras almas con anticipación. Nuestro camino también
está predeterminado. Entonces, ¿qué vamos a hacer?, ¿dónde está
nuestro libre albedrío?, ¿de qué forma somos seres inteligentes y no
simplemente elementos mecánicos sobre quienes tales y cuales
acciones son consumadas?, ¿para qué el Creador ofreció expresarnos
por nosotros mismos?. Él lo hizo según el requerimiento de una
condición importante: "Un hombre tiene que desear por sí mismo para
avanzar en la ruta de la corrección y elevación y poder empujarse
en proporción a la fuerza con la cual estimula sus propios
deseos".
Cada uno de
nosotros tiene que empezar desde el punto de partida y
eventualmente alcanzar el punto final. No hay libre albedrío para
esto. Así mismo, no hay libre albedrío para el camino porque cada
uno tiene que atravesar todas sus fases y sentimientos y
progresivamente integrarlos por sí mismo. En otras palabras, debemos
"vivir" el camino.
La libertad
significa estar en concordancia con lo que sucede a lo largo del
camino, justificando cada paso y seleccionando la máxima velocidad
para experimentar el proceso de corrección y enlazarse con el
Creador. Este es el único factor humano dependiente y es donde
radica la esencia de la Creación: Desear por sí mismo para
deshacerse lo más rápidamente de la condición inicial, la ruta que
el Creador le creó, para experimentar una corrección de los
atributos y en el punto final unirse al Creador.
Dependiendo de
cuánto el hombre exprese este deseo, puede ser llamado un hombre; de
otra manera, es una criatura totalmente impersonal. La Cabalá es la
única ciencia que ayuda al hombre a desarrollarse y a ser una
personalidad independiente, individual y verdaderamente libre.
Las cuatro fases
que llevan a la formación de la Vasija (Kli) pueden ser
diferenciadas por su deseo de deleite (Aviut, espesor o tosquedad).
En la Fase 0 (Fase Raíz) y Fase 1 este deseo está ausente. Cuanto
más alejado esté el ser creado del Creador, más fuerte el deseo de
gozar, más tosco y egoísta es, más quiere recibir.
La cuarta fase,
Maljut, es absolutamente egoísta y este deseo resulta de su propia
decisión. Cada fase subsecuente contiene a la anterior: Keter está
dentro de Jojmá, ambos están contenidos dentro Biná y las tres
están dentro de Zeir Anpin. Maljut comprende las 4 fases previas.
Cada fase previa ayuda a la próxima y provee a su existencia.
La cuarta fase ha
recibido toda la Luz, la cual se llenó completamente. Sabemos que
cuando la Luz llena la Vasija con placer, la Vasija gradualmente
recibe de la Luz su atributo de dar. Maljut entonces empieza a
sentir que su atributo es completamente opuesto al atributo de la
Luz. Empieza a enterarse de su egoísmo comparado con el proveedor,
el cual engendra tal sentimiento de vergüenza que decide detener la
recepción de la Luz y quedarse vacío.
El rechazo de la
Luz desde Maljut es denominado Tzimtzum Alef, la Primera
Restricción. Una vez que Maljut está vacío, un estado de equilibrio
con el dador se establece; ninguno de ellos recibe o da, no hay
placer recíproco. Entonces, ¿cómo es posible que Maljut se
iguale al Creador?.
Por imitación del
ejemplo del invitado y el anfitrión, Maljut empuja toda la Luz
ingresada porque no quiere sentirse como el receptor. Entonces,
establece la condición con la cual aceptará una porción de la Luz,
aunque no para su propio gozo, sino porque quiere satisfacer al
Creador, sabe que el Creador desea su disfrute. La recepción de esa
manera es como dar, así Maljut está ahora en una posición de ser el
dador.
Podemos ver que la
Luz necesita experimentar las cuatro fases si un verdadero deseo es
traído a la vida. El mismo proceso toma lugar con todos nuestros
deseos cualquiera sean estos. Previo a la manifestación de un deseo
dentro de nosotros, este deseo atraviesa todas las fases del
desarrollo de la Luz que emana del Creador, hasta que lo sentimos
finalmente. Ningún deseo puede emerger sin la Luz. La Luz viene
primero, el deseo después.
Examinemos la
estructura de la Creación creada durante la Fase 4 (ver figura 3).
La Luz que emana del Creador es llamada Luz Directa (Or Yashar), la
Luz que Maljut empuja es llamada Luz Reflejada (Or Hozer) y
finalmente, la Luz que ingresa parcialmente dentro de la Vasija es
llamada Luz Interior (Or Pnimi).
Figura 3. La Vasija
Cuando el invitado
enfrenta al anfitrión y la mesa llena de exquisiteces primero
rechaza todo, luego decide comer un poco con el objetivo de
satisfacer al anfitrión aún cuando querría engullir todo de una sola
vez. Esto significa que uno debe usar su deseo egoísta de una manera
altruista. Cuando el invitado empieza a considerar las cosas,
comprende que no puede aceptar la cena completa por el fin del
anfitrión, puede solamente aceptar una pequeña porción de ella.
Ese es el motivo
por el cual el ser creado, después de haber desarrollado una
restricción, puede aceptar con altruismo una pequeña porción de la
Luz; digamos, un veinte por ciento empuja el ochenta por ciento
restante. La parte del ser creado que toma una decisión de cuánta
Luz puede aceptar para el fin del Creador es llamada Rosh (cabeza).
La parte que acepta la Luz es llamada Toj (parte interna) y la
última parte, la cual queda vacía es llamada Sof (el final). Éste es
el lugar donde el ser creado ejecuta una restricción y no por mucho
tiempo acepta la Luz.
Diferentes
términos son atribuidos a las diversas partes de la creación usando
analogías con el cuerpo humano. No hay términos, rótulos y números
en los mundos espirituales. Es, sin embargo, más fácil y conveniente
usar palabras.
los cabalistas han
elegido expresarse en un lenguaje muy simple: dando por hecho que
todo en nuestro mundo resulta de los mundos espirituales, en
concordancia con las conexiones directas que descienden desde Arriba
hacia Abajo, desde cada objeto espiritual a cada objeto en nuestro
mundo. Entonces, para todo lo que tiene un nombre en nuestro mundo
podemos tomar el nombre de un objeto de nuestro mundo y usarlo para
designar el objeto espiritual que lo engendra.
Tomemos el ejemplo
de una piedra en nuestro mundo. Hay una fuerza Arriba la cual genera
la piedra: por consiguiente, será denominada "piedra". La única
diferencia es que la "piedra espiritual" es una raíz dotada de
atributos específicos, la cual a su vez corresponde a una rama en
nuestro mundo llamada "piedra", un objeto material. Así es cómo el
lenguaje de las ramas fue creado. Por medio de nombres,
denominaciones y acciones de nuestro mundo podemos aludir a
elementos y acciones en los mundos espirituales.
Ninguno de los
auténticos escritos de Cabalá menciona nuestro mundo, ni siquiera en
una palabra sencilla, aunque quizás usen el lenguaje de nuestro
mundo. Cada objeto de nuestro mundo se refiere a un objeto
correspondido en los mundos espirituales.
Por lo tanto, la
región de un objeto espiritual responsable para el análisis y la
consideración es llamada Cabeza (Rosh), ver figura 4. La parte de la
Cortina localizada arriba de Maljut y la cual permite a la Luz
entrar es llamada Boca (Peh). La parte a donde la Luz entra es
llamada Cuerpo (Guf). La línea que ejercita una restricción dentro
del Guf es llamada Ombligo (Tabur). La parte más baja la cual esta
vacía de Luz es llamada Terminación (Sium). Este objeto como un
conjunto constituye la Creación, el alma, Maljut.
Figura 4. El Partzuf
Así, después de
haber recibido un veinte por ciento de la Luz en Toj, la región del
Guf donde la Luz es realmente filtrada, el Partzuf empieza a sentir
la presión ejercida desde fuera por la Luz Circundante (Or Makif).
Se dice: "Ven qué placentero es aceptar una porción de la Luz, no
saben cuánto placer queda afuera, sólo traten de aceptar algo más".
Podemos entender que es mejor experimentar un poco de placer que
todo el placer. El placer ejerce presión desde afuera y desde
adentro y, por consiguiente, llega a ser mucho más dificultoso
oponerse.
A pesar de que no
haya estado aceptando algo de Luz de algún modo, el Partzuf podría
permanecer en ese estado por un largo tiempo, pero la Luz ejerce
presión desde adentro y desde afuera. Si el Partzuf acepta algo más
de Luz, significa que actúa por su propio deleite, porque la fuerza
de su resistencia al egoísmo se iguala solamente en un veinte por
ciento. El Partzuf se deteriora al hacerlo así. Hizo la Primera
Restricción, no para actuar ulteriormente de tal manera. Esto sería
totalmente inapropiado. Hay una sola solución la cual consiste en
rechazar la Luz con el objetivo de revertirse al estado inicial, la
manera que estuvo antes de aceptar la Luz (ver figura 4). Y esto es
exactamente lo que el Partzuf hace.
La presión
ejercida simultáneamente por Or Pnimi y Or Makif sobre el Tabur es
llamada "Bitush Pnim uMakif" (el golpe desde adentro y afuera).
¿Cómo la extensión
de la Luz dentro del Guf (veinte por ciento en este caso) toma
lugar? La Cortina la cual estuvo inicialmente posicionada en el
nivel del Peh de Rosh (la boca de la cabeza), es bajada por la
presión de la Luz cerca de un veinte por ciento debajo del Peh
dentro del Guf, hasta que alcanza la línea del Tabur.
Cuando la Luz es
expulsada desde el Guf, la Cortina sube progresivamente desde el
Tabur al Peh de Rosh, apartando la Luz. Antes de la extensión de la
Luz dentro del Guf, el Partzuf tomó toda la información disponible
en el Rosh. Conoció qué tipo de Luz es, qué clase de deleite trae,
supo qué es su propio deseo y cuán firme su fuerza está opuesta al
deleite por su propio fin.
De acuerdo con
toda esta información así como también con la información que
permanece desde el estado cuando el Partzuf estuvo lleno con la Luz,
y desde el estado que sigue a la restricción de la Luz, el Partzuf
mantiene memoria del pasado (una marca) la cual es llamada Reshimó.
¿Qué existe en lo
espiritual? Nada, excepto el deseo de gozar y los placeres para
satisfacer este deseo. La información acerca del deseo per se en el
Partzuf es denominada Aviut, y la información que corresponde a la
Luz, la cual se vestiría a sí misma con un Kli (vasija) es llamada
Hitlabshut. Uno puede decir con justicia que existe sólo el Creador
y la Creación.
Desde el estado
previo siempre queda un Reshimó de Hitlabshut y un Reshimó de Aviut.
Estos dos parámetros son suficientes para definir el estado previo
del Partzuf. Después de haber rechazado la Luz, un Partzuf sabe
precisamente qué filtró cuando la Luz se alojó en su Guf. Con esta
experiencia sabe cómo actuar y qué clase de cálculos tiene que
llevar a cabo.
El Partzuf
mostrado en la figura 5, comprende que no es posible por mucho
tiempo retener el veinte por ciento de la Luz. La decisión es tomada
para saborear el quince por ciento para el fin del Creador.
Figura 5. Los 5 Partzufim: Galgalta, AB, SAG, MA, BON
Para que esto
suceda, el Partzuf necesita bajarse un poco, por lo que su Rosh y
Peh serán ubicadas debajo del nivel del Partzuf previo. La Luz que
golpea la Cortina es apartada y quizás solamente un quince por
ciento ingrese.
¿Cómo Hitlabshut y
Aviut están determinados? El cálculo empieza en el Mundo de Ein Sof
(El Mundo del Infinito), donde Maljut (Aviut Dalet, Deseo del Nivel)
4) está lleno totalmente con la correspondiente Luz (Hitlabshut
Dalet, Luz del Nivel 4). Este estado de Maljut está caracterizado
brevemente por "Dalet – Dalet" y es designado por (4,4).
El próximo Partzuf
retiene los datos que ahora son capaces de llenarlo a sí mismo con
Luz, la cual corresponde sólo a Aviut Gimel, Deseo del Nivel 3 y así
en adelante.
Cada uno de los
siguientes Partzufim baja su capacidad de llenar su Guf con la Luz
por el fin del Creador más y más.
En conjunto hay 25
Partzufim, los cuales emergen desde arriba hacia abajo. Cuando el
turno del último Partzuf llegue, su parte más baja atraviesa la
línea de separación, la Barrera (Majsom) entre el mundo espiritual
y nuestro mundo, y empieza a brillar en nuestro mundo. Nuestro mundo
es un estado de Maljut caracterizado por la ausencia de una
cortina. |