¿Cómo puede una persona
percibir el deseo? Con el propósito de que una persona sepa lo que
quiere, primero debe probarlo, puesto que el hacerlo le deja con una
percepción placentera o sabor en su interior. El placer fue
experimentado y ahora ha desaparecido, justo en el punto en que la
persona aspira al mismo. Esto es en lo que debe consistir el Kli
real. O sea, la luz lo ha llenado en el pasado, y el Kli ha
probado toda la fuerza de la sensación del placer de la presencia de
la Luz. Entonces la luz desapareció y ahora el Kli
apasionadamente anhela sentir una vez más el sabor de la luz.
Ahora veremos la forma en la cual el alma está construida y la razón
del por qué necesitamos trabajar con ella.
El alma es lo único creado. A través de sus cinco filtros, el alma
recibe las sensaciones visuales, olfativas, gustativas y táctiles
dentro de sí misma. El apoyo detrás de esos cinco órganos
sensoriales es similar al programa de una computadora. El programa
traduce eso que está localizado fuera de nosotros en un lenguaje que
podamos entender, digamos: placer y dolor. Nosotros percibimos si
algo es bueno o malo en el punto más central de nuestra alma.
Si la computadora está trabajando con un programa natural entonces
su programa es diseñado para satisfacer la entrada egoísta de lo
bueno y lo malo. No obstante, si está trabajando con un programa
altruista, las nociones de bueno y malo no son evaluadas
relativamente a sí mismo: en su lugar son evaluadas relativas a lo
que existe fuera de él, la luz del Creador.
Ahora vemos que existen dos posibilidades de programación para las
evaluaciones y las opciones del alma; a) egoístamente, por su propio
bien, o b) altruistamente, por el bien del Creador. Después de todo,
aparte del Creador y de la creación, o de la luz/placer y el deseo/vasija,
no existe nada más en el universo.
En el proceso natural, una persona nace con el programa egoísta. Por
lo tanto, en el “pizarrón” de nuestra conciencia o cerebro, una
imagen opuesta es impresa o proyectada egoístamente. Esta imagen es
llamada “nuestro mundo.”
Nosotros no percibimos nada más que la luz. No obstante, si la luz
pasa por el proceso egoísta, se manifiesta en nosotros como “nuestro
mundo”. Nuestro deseo egoísta cumple su procesamiento, añadiendo
obstáculos, seleccionando todo lo bueno y desechando todo lo malo.
Este es el programa de auto preservación del organismo y si nosotros
no lo tuviéramos, entonces la visión sería totalmente diferente. Sin
él la visión se imprimiría en la parte frontal del alma y mostraría
a la persona todo lo que existe en el exterior, en una forma
objetiva, en lugar de lo que está dentro, subjetivamente y con un
beneficio para sí misma. Eso que se encuentra en el exterior es
llamado “la Luz” o “el Creador”.
Con el propósito de programar la computadora con el programa
altruista, existe la Ciencia de la Cabalá, la cual nos ayuda a
recibir la imagen externa, la cual existe genuinamente sin una
cubierta egoísta. Seremos capaces de sentir el auténtico universo
que se encuentra fuera de nosotros. Este estado es llamado
“unificación con la luz”, cuando no hay obstáculos entre el alma y
la luz.
Esta es la pequeña reminiscencia de lo que la gente siente cuando
están en un estado de muerte clínica y se han separado parcialmente
de su cuerpo egoísta (o el organismo animal). Ellos ven la luz al
frente y aspiran a ella pero son incapaces de alcanzarla porque no
se han liberado a sí mismos del egoísmo espiritual. Puesto que la
persona sólo podría liberarse de este, unida al egoísmo animal del
cuerpo, así, todo el trabajo tiene lugar en el curso de una o varias
vidas dentro del cuerpo egoísta.
Podemos liberarnos a nosotros mismos del egoísmo espiritual muy
fácilmente si sabemos cuáles obstáculos adicionan egoísmo a nuestra
computadora interna. Toda la información entra a partir de cinco
filtros, llamados las “cinco partes de Maljut”, o las “cinco
partes del gobierno del egoísmo.” Estos cinco canales procesan toda
la información de afuera, convirtiéndola en una información que
satisface al egoísmo con lo malo.
Mientras más reencarnaciones pasamos, más grande se vuelve nuestro
Aviut. La persona se vuelve más “cruda”, más orientada hacia
las metas y está más lista para la corrección. Por otra parte,
aquellos que son menos desarrollados egoístamente hablando, no
necesitan mucho, ya que se satisfacen con poco. Por lo tanto, un
gran egoísta está listo para la corrección porque siente una mayor
necesidad de llenarse a sí mismo con la luz.
¿Cómo se incrementa la necesidad de corregir el programa del
computador? Se incrementa debido al desarrollo del Aviut a su
grado máximo en la persona. Esto sucede a partir de muchas
reencarnaciones o vidas en nuestro mundo. No sólo en la vida del
hombre, sino también en plantas y en la naturaleza inanimada. Toda
la naturaleza, asciende junta y es dependiente del estado del
hombre.
Una vez que el Aviut de la persona se ha desarrollado a su grado
máximo, este causa una máxima diferencia entre la luz y la imagen
que percibe. De aquí resulta el encendido del interruptor interior,
dando a la persona el sentimiento de que no puede llenarse a sí
misma con nada más, ahora o en un futuro.
Cuando la señal tiene lugar, la persona deja de buscar algo dentro
de sí misma o en el “pizarrón” de su alma, y en su lugar aspira a
percibir el exterior. Ella se dirige a varias filosofías y
metodologías, hasta que finalmente llega a la Cabalá. Aquí
específicamente, es donde es capaz de encontrar lo que ha estado
buscando por tanto tiempo.
La Cabalá es la metodología que cambia esos filtros. No los remueve,
sino sólo los reconstruye o los re-sintoniza, de la intención
egoísta de recibir placer, a la intención altruista de dar placer.
Más precisamente, la intención altruista es recibir placer por el
bien de otorgar, puesto que todo es relativo al Creador. O sea,
nosotros no tenemos nada que darle a Él, excepto recibir placer por
su bien.
De esta forma, los mismos filtros pueden ser usados para recibir,
pero sólo por el bien del Creador. Entonces, la información entrando
del exterior no será distorsionada de ninguna forma. Más bien,
aparecerá ante nosotros justo en la forma que existe en realidad o
en el exterior. Cuando esto sucede, el programa completo de la
Creación llega a su fin, puesto que tal programa no nos permite
existir sin ningún obstáculo de nuestro “ego”. Esto es, existir,
percibir y vivir en el universo genuino. Todos los placeres de
nuestro mundo, los cuales la humanidad ha percibido y percibirá en
el futuro, son sólo un 1/600,000 del placer contenido en la menor
parte posible de luz (Nefesh).
Más aún, una simple alma corregida recibiendo toda la luz sin límite,
es localizada frente a todas las otras almas, observa todo, hasta
que la información o placer entra en todas las otras almas.
El Aviut es colocado en una persona en el primer descenso de
su alma o encarnación en este mundo. No obstante, la Cabalá es capaz
de desarrollar esto docenas de veces, acortando su número de vidas o
descensos a nuestro mundo. O sea, es capaz de acelerar el proceso de
maduración de una persona para la asimilación del reino espiritual.
El sufrimiento humano es una expresión externa de lo que nos falta.
El sufrimiento no desaparece, pero la Cabalá reemplaza el
sufrimiento animal con el espiritual. Este es el sufrimiento debido
a una carencia de percepción espiritual. Este cambio cualitativo en
sufrimiento lleva a la reconstrucción del Kli interior o la
reconstrucción del alma. Proporcionalmente a la aspiración, se
desarrolla la percepción de la luz. El resultado: lo que
naturalmente nos hubiera ocurrido en el curso de varias generaciones,
ahora ocurre en varios años.
Usted puede preguntar: “¿Por qué algunas veces es imposible
preguntar o formular una pregunta?” Esto sucede debido a que la
persona no entiende sobre qué estamos hablando en su interior. Si
eso no se ha revelado aún en ella, entonces no responde a lo que
está escuchando.
La estructura del alma es la siguiente: La luz que emana del Creador
crea el deseo de tomar placer de ella. Este deseo es llamado
Maljut. Antes de Maljut, la luz, a medida que cambia,
pasa por nueve etapas hasta que finalmente se vuelve adecuada para
crear Maljut. Las nueve etapas por las que pasa, son llamadas
Keter, Jojmá, Biná, Jesed, Gvurá,
Tifferet, Netzah, Hod y Yesod. Luego
esta construye el estado final, el cual es llamado Maljut.
Las seis etapas desde Hesed hasta Yesod son llamadas Zeir
Anpin.
En total existen diez Sefirot, esto es; nueve niveles de luz
más un Maljut, el cual es el deseo de recibir.
Maljut es el alma o la creación real, la cual siente que
quiere recibir y tomar placer de la luz. Maljut empieza a
recibir la luz y junto con ella, recibe las propiedades de la luz.
Aún en nuestro mundo, sabemos que cualquier influencia en nosotros
crea nuestra propia reflexión dentro de nosotros mismos. Lo mismo
sucede a Maljut cuando recibe la luz de las nueve Sefirot
superiores.
Nosotros vemos que una simple estructura egoísta, Maljut, ha
adquirido en sí misma, nueve atributos egoístas adicionales de la
luz, al recibir la luz de los nueve Sefirot de esta. La
información externa no se distorsiona a medida que pasa por los
nueve atributos altruistas de Maljut, puesto que no hay
barreras egoístas. Esta luz sólo se vuelve un poco más pequeña. Esta
se disminuye para que el alma sea llenada óptimamente por ella y
también para prevenir que se llene demasiado, lo cual también
causaría sufrimiento.
No obstante, existe una parte más en Maljut que ha recibido
atributos altruistas de la luz y se ha vuelto equivalente a esta en
su deseo de otorgar, la cual no es la décima parte. Más aún, existe
una parte más en Maljut que es completamente incapaz de
percibir los atributos de la luz y por lo tanto no puede cambiar.
Esta parte es llamada “Lev ha-Even” o “el corazón de piedra”.
Nuestro trabajo consiste en dejar detrás esta parte de Maljut,
llamada nuestro “Yo”; dejar de trabajar con ella, porque siempre
permanecerá egoísta hasta el fin de la corrección y la llegada del
Mashiaj. Por lo tanto, es necesario cumplir una restricción (Tzimtzum
Alef) en esta parte de Maljut; Esto es, no usarlo por
ningún motivo.
Maljut, o la décima Sefirá, es esa parte del Maljut
que recibió los atributos de la luz, y que fue capaz de sentir los
atributos de la luz que lo había llenado. Por lo tanto, es capaz de
cambiar – tiene que transformarse gradualmente y empezar a actuar en
la misma forma que la luz. Para conducir efectivamente los atributos
de la luz dentro de Maljut se lleva a cabo la acción llamada
“Shvirá”, esto es, el rompimiento o golpe. Como una
consecuencia de esta acción, los atributos de los primeros nueve
Sefirot penetran en Maljut.
Pero no es suficiente sólo entender que los atributos de la luz y
aquellos de Maljut son opuestos el uno al otro. Maljut
tiene que actuar de la misma forma que la luz lo hace; necesita
volverse similar a las nueve Sefirot. No obstante, ¿Cómo
puede hacer esto, si la luz no entra en todos? Para alcanzar esta
meta, el rompimiento (Shvirat) del Kelim tiene lugar,
o el rompimiento de los deseos. Esto es realizado por medio del
“golpe de la luz”, el cual pasa por todos los nueve Sefirot y
entra a Maljut. Ahora Maljut se mezcla y se trenza con
todos los otros nueve Sefirot. Esto es llamado “Shvirat
HaKelim” o la caída del pecado.
Después de que tuvo lugar Shvirat Kelim, cuatro tipos de
deseos se formaron. Esos son : a) los deseos puramente altruistas
que estaban presentes en los primeros nueve Sefirot, b) los deseos
altruistas que se han mezclado con los deseos egoístas, c) los
deseos egoístas que se han mezclado con los altruistas, y d) los
deseos puramente egoístas. De esta forma dos tipos de deseos, los
puramente altruistas y los puramente egoístas, habiendo caído
durante el Shvirat Kelim y habiéndose mezclado los unos con
los otros, se han transformado en dos tipos más de deseos mezclados.
Finalmente sólo hasta ahora se ha vuelto posible crear un alma en la
cual Maljut es corregido en la misma forma en la que lo son
las primeras nueve Sefirot. Esto es debido a que ahora,
cualquier deseo egoísta contiene una chispa de altruismo. Con esto,
una clase especial de fuerza es requerida, dígase la fuerza de la
corrección. Esta fuerza causa que cada chispa altruista se vuelva la
parte prevaleciente del deseo, capaz de corregir todo el deseo
egoísta.
¿Cómo sucede esto? Tomemos el libro adecuado sobre Cabalá, escrito
por un cabalista quien ya se ha corregido a sí mismo en
correspondencia con la luz. Cuando una persona lee este tipo de
libro, lo que toma lugar es la transmisión de las instrucciones de
cómo construir el Kelim interior dentro de sí misma, de
acuerdo con la luz. Al leer las líneas en el libro, no obstante, aún
sin entender lo que hemos leído, atraemos la luz circundante sobre
nosotros mismos, la cual gradualmente limpia y corrige nuestros
deseos.
Estudiar bajo la clara dirección de un maestro cabalista, mientras
se es parte de un grupo de gente que quiere alcanzar la meta de la
creación o la equivalencia con el Creador, ¡es lo más efectivo!
A medida que la persona se corrige a sí misma, gradualmente empieza
a sentir que sus deseos están rotos. Aprende a diferenciarlos, los
clasifica de acuerdo a la calidad y cantidad, los combina en un
orden específico, y les saca provecho. Esta parte es larga, pero es
especial e interesante. La persona empieza a dilucidar nuevos
atributos en sí mismo, percibiendo que ella es la creación y
volviéndose consciente de su conexión con el Creador y con las otras
partes del universo. Lo que tiene lugar es el entendimiento de cómo
está construido todo nuestro sistema exterior y cómo trabaja el
Gobierno Superior.
La meta del Creador para nosotros es que primero tengamos control de
nosotros mismos y después del mundo entero y por lo tanto reemplazar
al Creador. En nuestro mundo vamos tras las manifestaciones
particulares de la luz, tales como el placer que obtenemos del
conocimiento, poder, sexo, comida e hijos.
Cuando llega la luz y nos llena completa e ilimitadamente, esta es
percibida inmediatamente como perfección completa y placer. No
quedan deseos extras en la persona. El proceso de llenarse con la
luz es gradual y es llamado Sulam o Escalera. Baal HaSulam
escribió acerca de esto y es llamado así en honor del sistema de
ascenso espiritual en el cual trabajó, llamado “Sulam” en sus
comentarios “Sulam” sobre el libro del Zohar.
El Creador creó un alma colectiva llamada Adam, la cual se
rompió en 600, 000 partes, cada una de cuales compone de cuatro
deseos. La tarea de la persona consiste en no sólo corregirse a sí
misma, sino también su parte en el alma colectiva. Cada alma debe
corregir su relación con todas las 600,000 almas, porque así es como
se corrige a sí misma; puesto que cada una de las otras consiste a
su vez de 600,000 partes y las nueve primeras Sefirot entran en cada
una de ellas.
Las almas sólo son capaces de corregirse mediante los cuerpos, y los
cuerpos se corrigen en el grupo por medio de varias acciones
mecánicas dirigidas al cumplimiento de una meta única. Hay dos
acciones mecánicas de ese tipo: a) estudiar y b) realizar trabajo
común por el bien de la corrección espiritual del alma.
La persona no tiene la habilidad de corregir sus deseos, puesto que
fueron creados por la luz. Únicamente se requiere cambiar la
dirección en la que actúan estos, o el sentido en que ella quiere
llenar dichos deseos. Si yo, temporalmente no lleno uno de mis
deseos, entonces este regresará más tarde a mí en una forma más
distorsionada.
Necesitamos trabajar en cómo usar correctamente este deseo. No
podemos morirnos de hambre o torturarnos a nosotros mismos, o correr
de algo. Lo que necesita ser corregido es la intención con la cual
usamos nuestros deseos. Si hacemos esto, entonces veremos que todos
nuestros deseos son necesarios para alcanzar nuestra meta. Esto es
por lo que se dice que la persona que es más egoísta tiene deseos
más grandes. Otra cosa que se dice es que desde la destrucción del
Templo, sólo los cabalistas tienen aún algún gusto por los placeres
terrenales.
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