Regresemos a las fases de la Creación. Las fases del desarrollo de la criatura están divididas en lo que la Cabalá llama Aviut.
El espesor o aspereza del deseo de deleitarse se llama Aviut. ¿Qué es el espesor o la aspereza? Entre más alejada
se encuentra la criatura del Creador, más deseo siente y más Aviut tiene. Por ejemplo, en la Fase O, Keter, y en la
fase 1, Jojmá, no hay (o casi no hay) deseo. Casi no hay aspereza, no hay Aviut. Todo está bajo el poder del Creador
como un bebé recién nacido totalmente dependiente. Pero, en la última fase, que es la más alejada del Creador, Maljut,
la criatura tiene un intenso deseo de recibir. Es importante recordar que este deseo de recibir lo tiene por decisión
propia, por lo tanto es egoísta, centrado en sí mismo.
La criatura se encuentra ahora en la cuarta fase, Maljut. Como en la primera fase, Jojmá, la criatura sencillamente
recibe y recibe al cien por ciento. Recordarán también que durante la fase de Jojmá, la criatura también podía sentir
los atributos del Creador. Esto es exactamente lo que ocurre ahora. Maljut empieza a sentir a Aquel que da. Pero esta
sensación de Quien le da el placer es diferente que en la primera fase. Hay una enorme diferencia entre la Fase 1,
Jojmá, y en la Fase 4, Maljut. Maljut es una criatura independiente, tomando sus propias decisiones de recibir,
mientras que en Jojmá, el Creador lo controlaba todo.
De la combinación de sentir al Creador y habiendo tomado su propia decisión de recibir, por primera vez tiene una nueva
sensación, la vergüenza. Maljut percibe que su atributo de recibir es totalmente opuesto a la Luz y toma consciencia de su
propio egoísmo. No se trata de una vergüenza normal, como laque sentimos cuando alguien descubre que hicimos algo
malo, sino una vergüenza inmensa, intensa. La vergüenza es tan fuerte que Maljut decide dejar de recibir la Luz y
es exactamente lo que hace.
Al rechazo de la Luz por parte de Maljut se le llama la Primera Restricción. Restricción en hebreo es Tzimtzum.
Las letras hebreas representan también a los números, por lo que 1 es Alef, o “primero”. Así es que la Cabalá llama a
esta acción Tzimtzum Alef. Una vez más, todo está en equilibrio, pero hacia atrás, ya que Maljut no recibe y el Creador no da.
En este momento, ya sé que ustedes piensan, “¡Ya va a empezar!” Pero, les aseguro que la ayuda viene en camino.
Si intentamos imaginar la escena, aparecerá una especie de monstruo enorme de deseo, queriendo, queriendo, queriendo más y más,
pero no puede tomar lo que desea debido a la tortura que siente esta pobre y miserable bestia cada vez que recibe.
Nuestra criatura lo piensa detenidamente, llegando por fin a una conclusión. Seguirá el ejemplo del huésped y el anfitrión.
Maljut puede rechazar toda la Luz que llega porque no quiere sentirse receptor. Entonces, determina la condición
para aceptar una porción de la Luz, no para su propio deleite, sino porque desea complacer al Creador, ya que sabe
que el Creador desea complacerlo.
Recibir de esta forma es como dar, entonces Maljut se encuentra ahora en el papel del que da. Recuerden, Maljut primero
rechaza todo, después calcula qué tanto puede recibir para dar al Creador. Únicamente después de hacer este cálculo, Maljut
puede aceptar una cantidad minúscula de Luz y por supuesto, sólo con la intención de complacer al Creador.
¿Qué es lo que podemos deducir de lo anterior? Lo que hemos descrito antes es el nacimiento del deseo. Si un verdadero
deseo va a tomar vida, vemos que la Luz necesita pasar por cuatro diferentes fases. No contamos la fase de la Raíz. Esto es
exactamente lo que pasa con cada deseo que experimentamos. Antes que percibamos los deseos en nuestro interior, ocurre este
proceso exacto atravesando por todas las fases de desarrollo de la Luz que viene del Creador hasta que al fin, la sentimos.
Es totalmente imposible que aparezca un deseo sin que primero haya Luz. Esto es muy importante: Primero llega la Luz, después
el deseo.
Ahora veamos la estructura de la criatura, tal como se encuentra en Maljut, la Fase 4. La criatura es la vasija. En el
diagrama que sigue están los diversos tipos de Luz. La Luz Directa, Luz que brilla directamente del Creador y que se llama
Ohr Yashar. La Luz que la criatura, Maljut, inicialmente rechaza se llama Ohr Jozer. También se le conoce como Luz Retornante,
que la pantalla no deja pasar.
Finalmente, la Luz que Maljut determina que puede dejar pasar, porque la fuerza de la pantalla es lo suficientemente fuerte
para que pueda aceptar para el Creador, se llama La Luz Interna, Ohr Pnimi. Nos ocuparemos de la Luz Circundante que la Cabalá
llama Ohr Makif más adelante. Estudien este diagrama hasta que se familiaricen con los términos y lo que representan.
Diagrama 3. La vasija
¿Recuerdan nuestra historia sobre el huésped y el anfitrión? Cuando el huésped se encuentra frente al anfitrión y la mesa
servida con estos manjares deliciosos, al principio rechaza todo, después decide comer un poco para complacer al anfitrión
aunque le gustaría devorar todo. Lo anterior significa que uno debe utilizar sus deseos egoístas pero de manera altruista.
Una vez que el huésped empieza a considerar la situación, comprende que no puede aceptar toda la cena por el anfitrión;
sólo puede aceptar una pequeña porción.
Nuestra criatura aplica exactamente el mismo concepto después de hacer el Tzimtzum Alef, la Primera Restricción.
Recuerden que debido a la tremenda vergüenza de Maljut después de recibir el cien por ciento de la Luz, hizo Tzimtzum Alef y
no tomó nada. Pero si acepta la idea anterior, tomará tan sólo una pequeña porción de la Luz, digamos el veinte por ciento y
rechazará el restante ochenta por ciento.
Ahora veamos a la criatura que se encuentra en el momento que decide tomar únicamente la cantidad de Luz que puede recibir
para el Creador. Llamamos a la combinación de una vasija y la Luz, un Partzuf, un ser emanado, una criatura que ha tomado
la decisión de restringir todo que lo que no pueda tomar con la intención de complacer al Creador. Como con todos
los nombres anteriores, Partzuf es el nombre de un estado de la criatura, pero un estado muy importante.
La Cabalá divide el Partzuf en tres áreas generales: el Rosh, el Toch y el Sof. La parte del ser creado que decide que
tanta Luz aceptar en su interior para el Creador se llama Rosh (Cabeza). Piense en esta parte como la que calcula, el
elemento que verifica los datos y determina lo que puede aceptar a partir de la información. La parte que acepta la Luz se
llama Toj (la parte interna). La última parte, que permanece vacía, se llama Sof (Fin). Este es el sitio en donde el ser creado
realiza una restricción y ya no acepta la Luz.
Diagrama 4. El Partzuf
Podemos observar que dentro de cada parte general, hay subdivisiones que corresponden al conjunto de las cinco fases
de la Creación, Keter, Jojmá, Bina, Zeir Anpin y Maljut. Cada parte del Partzuf tiene dentro de sí un poco de la imagen total.
Este hecho será muy importante más adelante, pero por ahora, es bueno recordar que todas las cosas contienen todas estas partes.
No importa cuánto podamos fraccionar cualquier parte, siempre va a contener estas partes interiores, hasta el infinito.
En lo que respecta a los nombres de las cosas, la Cabalá utiliza diversos nombres de partes del cuerpo humano para designar
diferentes partes de la creación. No existen términos, etiquetas o números en los mundos espirituales. Es sin embargo más
sencillo y más comprensible utilizar palabras.
Los cabalistas han elegido expresarse en un lenguaje sencillo porque todo en nuestro mundo proviene de los mundos
espirituales, correspondiendo a las conexiones directas que descienden de Arriba. Estas conexiones bajan de un objeto
espiritual a un objeto en nuestro mundo. Todo lo que tiene un nombre en nuestro mundo; podemos tomar el nombre de
un objeto de nuestro mundo y utilizarlo para designar el objeto espiritual que lo engendra.
Ninguno de los textos auténticos de Cabalá menciona nuestro mundo, ni una sola palabra, aunque se utilice el lenguaje de
nuestro mundo. Cada objeto de nuestro mundo se refiere a un objeto igual en los mundos espirituales, pero la Cabalá únicamente
habla sobre espiritualidad. Así es que cuando hablamos de la parte del Partzuf que es responsable de pensar en el cálculo y análisis
de los datos se le llama Cabeza, o Rosh.
La pantalla, el Masaj, se encuentra entre el Rosh y el Toj en un lugar llamado la Boca o Peh. Esta parte en donde la Luz puede
penetrar se llama Cuerpo, o Guf. Hay una parte donde la Luz no puede pasar porque la criatura ha determinado
aceptar una determinada cantidad. A esta parte se le llama Sof. La parte que divide Toj y Sof en el Guf se llama
Tabur, u ombligo en español. La parte más baja del Partzuf en donde la Luz no puede entrar absolutamente se llama
Sium que quiere decir conclusión. Toda la criatura se llama Maljut.
Tomemos el ejemplo de una piedra en nuestro mundo. Hay una Fuerza Arriba que genera esta piedra: por lo tanto se llamará
“piedra”. La única diferencia es que “la piedra espiritual” es una raíz espiritual dotada de atributos específicos que a su
vez es igual a una rama en nuestro mundo, etiquetada como “piedra” un objeto material. Así fue creado el lenguaje de las ramas.
Por medio de nombres, denominaciones y acciones de nuestro mundo, nos podemos referir a elementos y acciones de los mundos espirituales. Así, como es arriba, es abajo.
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