- Negro:
preguntas y texto original de
Baal HaSulam
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de Rav Laitman
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vocablo hebreo
Hemos aprendido y hablado acerca del hecho que toda la sustancia de
la Creación es un deseo de recibir, y el Baal HaSulam escribe acerca
de eso en el "Prefacio a la Sabiduría de la Cabalá", que en suma,
tenemos una Luz y una vasija (Kli). La Luz es lo primero y
ésta crea una vasija para el deseo de recibir de ella, y luego, el
deseo de recibir es desarrollado por la Luz.
El
deseo de recibir es el deseo de placer, de gratificación. Y dice: “Estas
dos nociones” estoy leyendo del “Prefacio a la Sabiduría de la
Cabalá", al principio: “están incluidas de manera inevitable en
la Creación”,
lo cual significa que no hay nada en el Pensamiento de la Creación,
excepto estas dos; la relación entre la Luz y las vasijas. El
Pensamiento de la Creación, de donde se originan estas dos nociones.
“Sin
embargo, éstas son dos nociones separadas, tal como se menciona
anteriormente, mientras que la abundancia desciende directamente del
Creador”,
es decir, la abundancia, el Kli (vasija), “el deseo de
recibirlo es la raíz, la fuente de todos los seres creados”, del
cual emergen todos los seres creados, y dentro del cual están
incluidas todas las creaciones. Significa que el deseo de recibir
es esencialmente nuevo; es decir, la existencia de la ausencia”,
algo que nunca antes existió.
En
otras palabras, existe Su Esencia (Atzmuto), cierto Poder
Superior del cual desciende la abundancia, al cual nos referimos
como la Luz, y esta Luz engendra una criatura- todas las criaturas
de manera colectiva como un ser; “algo esencialmente nuevo; es
decir, la existencia de la ausencia. ¿Qué significa "existencia
de la ausencia"? Significa que nunca existió antes, sino que cuando
el Pensamiento se formó, la criatura apareció.
“Se
convierte en el deseo de recibir”—"deseo
de recibir", el deseo de placer— “es la esencia de
la Creación, de
principio a fin”.
¿Qué significa “de
principio a fin”?
Significa que más tarde, esta criatura inicial evoluciona hasta
cierto grado en el que aquí está el principio y allá el
fin. Y esto subsecuentemente, evoluciona de nuevo desde el
fin al principio, atravesando varias fases de las que hoy
probablemente hablaremos más adelante.
"Y
todos los diversos seres creados y sus eventos",
significa que esta criatura subsecuentemente se divide en muchas
partes que se dispersan en varios grados de su relación con Su
Esencia, o para ser más precisos, relativo a la abundancia, lo cual
es nuestro estándar, nuestra escala.
La
abundancia o Luz es un Proveedor de abundancia; Su naturaleza es
puramente de conferir, de absoluto otorgamiento, para impartir 100%.
¿Qué significa 100%? Quiere decir que la Luz no tiene otro
pensamiento, voluntad ni intención, salvo el conferir.
La
criatura, por otro lado, inicialmente se corrompe. El simplemente
siente en muchas de sus partes que él desea recibir, siendo el
recibir contrario a conferir (al Proveedor), basado en su nivel de
reconocimiento, más se considera en declive.
¿Qué
significa que él está en declive? Es justo tal como un individuo que
de repente se siente a sí mismo egoísta, un delincuente, un
malhechor. El grado en el que siente que él ha hecho cosas malas es
el grado de acuerdo al cual siente que él siente su declive y su
bajeza.
En
otras palabras, aquí no hay lugares en la espiritualidad, solo un
escala de valores, los cuales medimos con relación al otorgamiento
del 100% que viene de la Luz. Y cuando el ser creado se convierte en
un ser capaz de alcanzar el grado máximo, el más profundo y el más
verdadero de su auto-conciencia, él se percibe como recipiente del
100%, siente su propia naturaleza relativa a la naturaleza del
Creador.
El
ser creado es incapaz de sentirse a sí mismo o de entenderse a sí
mismo en el momento de su creación por medio de la Luz. Por el
contrario, este un proceso gradual de durante el cual la influencia
de la Luz le hace darse cuenta de cuán contrario es. Todos este
proceso se refiere a la declinación de la conciencia de la criatura;
su distanciamiento de la percepción de la Luz.
Es
por esto que no hay distancia o tiempo en la espiritualidad, sino
que hay otros parámetros, otros criterios. La criatura determina su
posición, ya sea si está cerca a la Luz o lejos de Ella, con base a
su percepción de quién es él en relación a la Luz.
En
otras palabras, existe una ley primaria en la realidad de la
criatura y su relación con el Proveedor, el Creador, la Luz
Superior, llamada "Ley de equivalencia de la forma". Esta ley
establece que la criatura determina su posición relativa a la
espiritualidad, al Creador, basado en el grado (porcentaje) en el
que descubre su similitud o desigualdad con la Luz. Y esto es, en
efecto, el único factor determinante de su ubicación en el
Mundo Espiritual.
El Mundo
Espiritual es nuestro mundo interno, en el que comenzamos a
reconocer quiénes somos en relación al Creador, a la abundancia, a
la Luz Superior; y del cual actualmente carecemos.
Sólo
cuando la abundancia, la Luz Superior, comienza a ser revelada y
somos capaces de medirnos con respecto a Ella, se dice que hemos
entrado al Mundo Espiritual.
Esto es a lo que
nos referimos como Mundo Espiritual.
Todos los mundos se encuentran dentro de nosotros, y nosotros
determinamos quiénes somos, basándonos en nuestra habilidad de
juzgarnos de manera más precisa en relación a la Luz que es
revelada. En otras palabras, es imposible decir "el ser creado" sin
revelar al Creador con respecto a él, ya que esta comparación es la
que causa que la criatura reconozca que fue creada por alguien. Al
medirse con respecto a un "alguien" invariable, aunque él mismo siga
cambiando, siempre podrá determinar dónde está situado en relación a
ese algo invariable.
La
razón de esto es que la sustancia del ser creado atraviesa todo tipo
de cambios.
¿Qué cambios?
La
sustancia misma realmente no cambia. Significa que el deseo de
recibir, el deseo de placer que fue creado por la Luz Superior no
cambia. Pero el reconocimiento de quién es él con relación a
la Luz Superior, si cambia. Y de acuerdo a eso, él se siente
distante en un mayor o menor grado de la Luz Superior.
En
otras palabras, estos mundos son cierto tipo de reconocimiento de la
criatura, de donde está situado. ¿Está la criatura realmente
situada donde se imagina que está con relación a la Luz Superior,
basándose en sus propios atributos? De hecho, eso está determinado
por la criatura. Cómo Su Esencia, el Creador nos ve en comparación
con la forma en que nos vemos a nosotros mismos lo discutiremos más
adelante.
Basta decir que el Creador nos ve a todos corregidos y existiendo en
la mejor situación posible, excepto que tenemos que atravesar todo
este proceso de auto-reconocimiento, llamado "el reconocimiento del
mal". Después de este reconocimiento, debemos pasar por un proceso
llamado "corrección" del mal reconocido, a través del cual queremos
transformar ese mal en bien, al final del cual nos convertimos en
seres como el Proveedor.
Entonces, todo este proceso es interno, el cual ocurre dentro del
Kli, como una sensación del Kli, por encima de su
deseo de recibir; en el que el deseo de recibir en sí está cambiando
en esencia y determina su grandeza, su espiritualidad o corporalidad
relativa a la Luz Superior.
Razón por la que dice lo siguiente: “Resulta que el deseo de
recibir es la esencia de
la Creación, de
principio a fin… de todos los diferentes seres creados y sus
eventos”.
“Sus eventos” significa: sus relaciones, sus interacciones y todos
los procesos por los que pasarán de situación en situación, donde la
criatura se verá mejor o peor con relación a la Luz. En otras
palabras, ésta es la manera en que el individuo se juzgará a sí
mismo.
Una
vez más, todo este proceso, todo el sendero que la criatura pasa, no
es como si realmente atravesara algo o que algo dentro de él
realmente cambiara, excepto por su propio reconocimiento con
respecto a la sustancia.
“Además, todos los eventos que le suceden”
la sustancia de la Creación “y sus conductas, las que ya han sido
reveladas y las que todavía están por ser reveladas son simplemente
‘proporciones’ diferentes y cambios en los valores del deseo de
recibir”; proporciones y cambios en los valores, significa que
el ser creado asigna valores a su propio deseo de recibir. Su
voluntad o deseo de recibir en realidad no cambia, sino que lo que
cambia es su propia evaluación del deseo de recibir.
“Todo
lo que llena al ser creado y satisface su deseo de recibir,
significa el deseo mismo y esto, que está implícito en eso, “llega
directamente del Creador, existencia de la nada”. Todo dentro de
la criatura, excepto sus propias evaluaciones, es un deseo de
recibir saciado con la abundancia invariable, “y no tiene nada
que ver con la recién creada existencia de la ausencia”, ya sea
innovada o renovada.
El
Creador creó el deseo y lo llenó con la Luz. Este estado se llama
Ein Sof (lit. Infinito), y es el único estado que realmente
existe. Y los ocultamientos (HaAlamot in hebreo), es decir,
los Olamot (los mundos), están hechos sobre parte de la
criatura para ocultar su propio estado y el estado de la Creación.
Entonces, todo este proceso en el que la criatura supuestamente se
distancia de sí misma, después regresa a su mismo estado,
conociéndolo mejor o conociéndolo menos, por el simple propósito de
determinar su verdadero valor propio relativo al Creador.
“Como si todo no fuera algo nuevo, y desciende directamente de Su
Esencia, existencia de la existencia”.
Toda esta condición es como Su Esencia: permanente y presente. Esta
es la razón por la cual, en la Sabiduría de la Cabalá distinguimos
tres estados diferentes. El primer estado donde existimos en Ein
Sof (lit. Infinito), habiendo sido creado por Creador como una
vasija, la cual el Creador sació infinitamente y en abundancia, en
el mismo grado de fortaleza, capacidad y volumen con el que creó el
deseo de recibir en todas sus formas así como todo lo que hay, pese
a que este momento no es importante para nosotros “qué” o ”cuánto”
es.
El
Creador sació la vasija completamente y lo llenó con la Luz, de tal
forma que el deseo de recibir ya no abunda con su Luz intencionada
en cada uno de sus deseos y todo lo que hay, sin fin, lo cual es la
razón por la cual es llamado Ein Sof (lit. Infinito),
ilimitado.
No
hablamos acerca de medidas, como en el caso de cien kilos o
cincuenta litros. No tiene importancia el "cuánto", porque en la
espiritualidad no hablamos acerca de eso, porque hay otras
dimensiones, tales como gramos y kilogramos, ya que no hay
distancias, sólo cualidades.
Entonces, si decimos que el deseo fue creado en un 100% y llenado un
100%, significa que el deseo fue completamente saciado en cada uno
de sus deseos, eventos y maneras, como la de la perspectiva del
deseo, nunca fue y nunca será ninguna falta o ninguna clase de
sentimiento que no haya sido cumplido, y a esto se le llama el
estado de Ein Sof (lit.
Infinito).
Y
por este esto de Ein Sof , llamado Matzav Alef (Estado
1), de todas maneras la criatura llega al estado que llamamos
Matzav Bet, (Estado 2). Esta condición es la peor, y nos
referimos a eso como este mundo. Digo “nosotros”, refiriéndome a
cómo nos percibimos a nosotros mismos.
El
Estado 2, en verdad, no sólo consiste en nosotros, si no en todo el
descenso desde la cima hasta el fondo; es decir, la materialización
de la sustancia, hasta que alcanza Matzav Gimel, (Estado 3);
en el que el Estado 3 es exactamente igual al Estado 1. Nosotros
alcanzamos el mismo estado de Ein Sof, regresamos exactamente
al mismo estado.
Entonces, ¿cuál es la diferencia entre ellos? La diferencia entre
ellos es que aquí en Ein Sof, somos engendrados, creados por
Su Esencia sin ningún conocimiento o voluntad (deseo), para
comenzar. No tenemos ningún deseo previo, tampoco lo escogemos, es
básicamente una realidad ordenada por Su Esencia. Esta es también la
razón por la que Su Esencia no puede ser alcanzada sólo eso que
diseñó existe ante nosotros.
Y
cuando después a nuestra evolución –nuestro descenso hacia este
mundo, seguido por miles de años y numerosas encarnaciones en este
mundo-comenzamos nuestro ascenso, lo hacemos por nosotros mismos, al
percatarnos de nuestro propio libre albedrío, retornando a Ein
Sof.
En
otras palabras, el ser humano comienza de su punto cero, lo cual es
un estado contrario de (dibujo aquí);
y es como lo hemos estado discutiendo, que en estos días sentimos
cierto impulso, un vacío en nuestra situación que nos está empujando
hacia algo más avanzado, algo superior.
Y de
este estado de punto cero, comenzamos nuestro ascenso espiritual,
donde comenzamos a construyéndonos, supuestamente a nosotros mismo,
el Mundo de Ein Sof, de las Luces y de las vasijas que vienen
a nosotros de Arriba. Y luego, nuestro sendero de Arriba nos
presenta una imagen muy interesante. El ser humano siente en “yo”
que recibe Luz de Arriba, lo cual significa la comprensión de lo que
significa ser el Proveedor; de lo que significa El Superior; y por
otro lado, los nuevos deseos son revelados dentro de él –“una
voluntad o deseo de recibir”, y luego aquí el ser humano lleva a
cabo la correcta composición, llamada Neshamá, un alma. ¿Por
qué se llama “un alma”? porque él es incapaz de corregir algo más en
su Kli, su vasija, que no sea el nivel de la Neshamá.
Nuestra vasija comprende cinco grados de Aviut, cinco grados
del deseo de recibir llamado Shoresh (Raíz), Alef (1),
Bet (2), Gimel (3), Dalet (4); y de Luces
llamadas: Nefesh, Ruaj, Neshamá, reveladas en
el Kli respectivamente.
Hay
dos partes en el Kli que permanecen vacías, tal como somos
incapaces de corregirlas; estas partes son llamadas Klipot
(lit. envolturas) or Lev HaEven (lit.
El
corazón de piedra).
La
Luz máxima que es revelada en nuestro Kli es la Luz de
Neshamá, siendo esta la razón por la cual todo nuestro Kli
interno se llama Neshamá. Pero en verdad, esto solo un
indicativo de que no todos nosotros no estamos corregidos y que
somos incapaces de corregirnos a nosotros mismos más allá de ese
nivel.
El
ser humano contruye su Kli, su alma, al recibir de Arriba
tanto la Luz como el deseo, y al recibir progresivamente más Luz y
más deseo, construye un crecientemente mayor y mayor Kli,
hasta que alcanza el estado Ein Sof.
Esta
corrección y esta construcción que él desarrolla en su alma se llama
“el trabajo en tres líneas”.
¿A qué
se le llama “tres líneas”?
Se
refiere a que hay una línea que es la Luz, la abundancia donde se
encuentra el atributo de otorgamiento y por el otro lado viene el
Kli, el deseo no corregido de recibir; y cuando corrige el
Kli y la Luz se junta de tal forma que el Kli se hace
igual que la Luz –al grado que Kli se convierte en un
proveedor como la Luz-, se dice que lo ha corregido tanto como le
fue posible; lo cual es, tal como lo mencionamos antes, no más que
un grado específico llamado Neshamá.
Así
asciende, es decir, progresivamente se acerca al mundo de Ein Sof
(Infinito), recibiendo más y más Luces y más y más vasijas
repetidamente, y así el individuo construye, de hecho crea su
alma por sí mismo.
¿Cómo lleva a cabo su construcción? El método por el cual encaja
ambas partes es llamado “elección”, y el logro del equilibrio entre
la Luz y la vasija (la cual alcanza cuando la Luz y la vasija están
en equivalencia) es llamada Vida (Jaim), razón por la que
está escrito: “Y debemos elegir la vida”; porque constantemente
elige un estado en el que la vasija es más corregida y más
equivalente a la Luz.
¿Y
cómo esta corrección y elección se realizan? Por medio de la Luz que
reforma. En otras palabras, hay una Luz especial aquí que lo ilumina
y le demuestra lo que son las vasijas de otorgamiento, y lo que es
el atributo de otorgamiento; y por lo tanto, el individuo sigue
creciendo, estando vivo en su propia alma, en esta vida, en esta
vasija (Kli).
Y
aparte de su cuerpo, el individuo siente su vitalidad dentro de esta
vasija que ha evolucionado en él literalmente de la nada, de cero; y
debido a que su vasija es ahora más grande que su cuerpo, él se
identifica con su cuerpo al grado que su cuerpo luego puede
separarse de él –a lo que nos referimos como la muerte, a dejar de
existir- y el individuo no lo sentiría, como si ya estuviera morando
en el alma, y por lo tanto, todo este proceso por el que atravesó en
el nivel inferior, el nivel corporal, no sería sentido por él como
algún tipo de tragedia.
Por
el contrario, él luego se sumerge en la conciencia del Mundo
Superior, siendo el Mundo Superior la parte que es sentida dentro
del alma. Entonces, él continúa expandiendo su vasija y la Luz
dentro de la vasija, un proceso catalogado como: “Ascendiendo los
pasos de los mundos de mundo a mundo”, hasta que alcanza Ein Sof
(Infinito).
Este
sendero comprende cinco mundo, cada uno de los cuales incluye 25
Partzufim. Partzufim son las partes de las cuales están
compuestas los mundos, el total de las que se iguala a 125
Sefirot, o pasos. Y este es el sendero que cada uno de nosotros
debe atravesar, sin tener otra opción, de este mundo al Mundo de
Ein Sof.
Y es
así como progresa del Estado 1 al Estado 3, vía Estado 2: aceptamos
lo que el Creador ha creado ante nosotros, luego construimos ese
estado y nos identificamos con él. No hay disminución nuestra
relativa al Creador, tal como Él diseñó el Mundo Ein Sof, y
nosotros diseñamos el estado Ein Sof; Él creó eso con Su
propio libre albedrío, existencia de la ausencia, excepto que
nuestra existencia de la ausencia, nuestro algo de la nada comienza
desde abajo, a partir del estado de incomprensión absoluta, de falta
total de conciencia, y básicamente, una carencia del principio. Esto
es, en efecto, lo que estamos enfrentando hoy en día, la oportunidad
que nos está siendo revelada.
Pregunta: ¿Qué
pasa con el individuo después de su muerte? En otras palabras, ¿es
un asunto del alma?
Primero que todo, el ser humano no muere; es solo el ser humano el
que muere. Entonces, ¿cuál es el asunto? El cuerpo muere y nuestros
cinco sentidos dejan de funcionar y de transmitirnos impresiones y
nuestro cerebro físico deja de funcionar y de transmitirnos
impresiones de los cinco sentidos. Entonces, ¿qué hay con eso?
En
nuestra última charla dijimos que tenemos cinco sentidos: vista,
oído, gusto, olfato y tacto, y todos estos sentidos se conectan al
cerebro. Al lado del cerebro tenemos la memoria y los hábitos, así
como todo lo que hemos recibido del medio ambiente y de nuestras
reencarnaciones previas. Como resultado, este cerebro me brinda las
imágenes del mundo, aquí atrás de la cabeza; una imagen ante mí que
creo es la correcta.
Así
es que además de todo esto decimos que el individuo desarrolla un
sistema totalmente separado, el cual comprende cinco sentidos que
son grados del deseo de recibir, llamados Keter, Hojmá,
Biná, Zeir Anpin and Maljut—grados de coerción
de los cuales recibimos impresiones que están detrás del Majsom
(pantalla). Y en esta pantalla que está ubicada por encima de la
suma total de sus impresiones, él ve la imagen de su Mundo
Espiritual, pero sólo si tiene el Majsom.
En
el sistema corporal –hay un sistema corporal y este es el
espiritual- la imagen del mundo es revelada a él naturalmente, su
cuerpo funciona por sí mismo y él no tiene que hacer nada salvo
añadir cosas a su memoria. Y así su mente se convierte más y más
capaz de procesar asuntos delicados, él entiende mejor las
conexiones y como resultado, la imagen del mundo se hace
progresivamente más clara. Justo en la manera en que un bebé, un
adulto y una persona mayor ven el mundo.
De
la misma manera, excepto aquí (en el sistema espiritual), eso
no depende de la experiencia física que simplemente se desarrolla a
través de los años, sino que depende de la Pantalla actual, donde el
individuo básicamente determina la relación entre sus vasijas y la
Luz Superior.
Sin
embargo, esta imagen también es una imagen interna, no externa. Todo
existe en el interior, dentro de las vasijas de la persona. En el
exterior, tanto de lo corporal com de lo espiritual no hay nada más
que el Atzmuto (Su Esencia).
Ahora, ¿qué pasa con la parte que una vez usamos para sentir y que
ahora está muerta?
¿Qué significa
“muerta”?
Quiere decir que ya no se encuentra activa en nosotros.
¿Sufrimos a raíz de
eso? Sí, la extrañamos ¿Por qué?
Porque si no moramos en esa parte corporal, no logramos llegar al
nivel cero, el nivel de la elección, y por lo tanto, no puede haber
elección. Eso únicamente puede suceder cuando, con cada uno de mis
discernimientos yo moro en mi cuerpo, y la espiritualidad es algo
nuevo y desconocido en mí.
Yo
ya podría estar en la espiritualidad, en algún nivel, digamos,
habiendo corregido 40% de mi vasija, y todavía estaría desconcertado
con respecto a ese 40% de mi vasija ya que no sé lo que es, es
contrario a mi naturaleza y estoy constantemente confundido.
Así
es que, ¿cómo puedo seguir viviendo si todavía no existo en el nivel
del 40%, ya que el nivel del 40% ahora ha sido oculto de mi, con el
propósito de permitirme llegar al nivel próximo?
Yo
permanezco aquí, en mi cuerpo -Lo estoy dibujando aquí pero tomen
nota que esto no es espiritualidad- así es que existo aquí en el mi
cuerpo, y eso es precisamente lo que me permite tener un
libre albedrío con respecto a los discernimientos espirituales. Es
como si en cada momento naciera de nuevo, como un bebé descubriendo
la nueva espiritualidad.
Es
por esto que la elección y los exámenes sólo pueden ocurrir mientras
se está en el cuerpo. Hemos reencarnado muchas veces a fin de
alcanzar “el punto en el corazón”, por lo que tendremos que
continuar reencarnando hasta que nos demos cuenta de nuestra
elección de lograr el fin de la corrección del “punto en el
corazón”.
Ahora continuamos con un artículo escrito por mi maestro (Baruj
Ashlag), titulado: “A qué nivel debe llegar una persona a fin de que
no necesite ser reencarnada una vez más?”
¿Qué
nivel debe una persona haber alcanzado para que no necesite ser
reencarnada una segunda vez?
Pregunta:
¿Cuál es el grado al que debemos llegar, del cual no tenemos que
reencarnar una segunda vez? “
¿Verdad
que es interesante?
No
sé si lo queremos o no, pero al menos es relevante para nosotros ...
“Está escrito en el libro Shaar Hagilgulim (Puerta de
Reencarnaciones) que “Todos los hijos de Israel deben reencarnar
hasta que sean completos con todo su NRNHY. Sin embargo, la
mayoría de las personas no deben tener todas las partes llamadas
called NRNHY, sino sólo Nefesh, que llega de Assiyá.”
“Esto significa que cada persona sólo debe corregir su propia parte
y la raíz de su alma, nada más.
Así la
persona termina la corrección”.
En
otras palabras, cada uno se corrige a sí mismo. El hecho que en
nuestro sendero también requiramos integrarnos con el resto de las
almas, lograr el altruismo e involucrarnos en todo tipo de
actividades unificadoras entre nosotros, es con el único propósito
de corregirnos a nosotros mismos.
“El
asunto es que debemos saber que todas las almas vienen del alma de
Adam HaRishon. Después del pecado del árbol del conocimiento,
el alma de Adam se fragmentó en 600,000 almas. Esto significa la
sola Luz que Adam HaRishon tuvo en el Jardín del Edén, la
que el Zohar llama Zeará Ilaá (Luz Superior), ahora
fragmentada en varias partes.
En
el libro Panim Masbirot el Baal HaSulam escribe, “Después de
la mezcla del bien y el mal (es decir, después del pecado), se
estableció una gran estructura de las Klipot, con el poder de
aferrarse a la Kedushá
(lit.
Santidad).
A
fin de cuidar de ellas, la Luz de los siete días de la Creación se
dividió en muy pequeñas partículas, las cuales son muy pequeñas para
que los Klipot succionen de ellas.
Esto
puede ser comparado con un rey que desea entregar una gran suma de
dinero a su hijo que vivía al otro lado del mar. Desgraciadamente,
toda la gente bajo dominio del rey estaban conspirando con ladrones,
y el rey no podía encontrar un emisario fiel.
¿Qué
hizo?
Dividió el dinero en monedas y las mandó con un gran número de
emisarios. Así, no encontraron que el placer de robar valiera la
pena como para deshonrar el reinado.
De
esta manera hay un orden de los tiempos en muchas almas, la
iluminación de los días no permitían el escrutinio de todas las
chispas que fueron robadas de los Klipot por el pecado del
árbol del conocimiento”.
Decimos que es el Mundo de Ein Sof, el cual es una gran
vasija con una gran Luz adentro; pero tenemos que determinar nuestra
actitud hacia esta situación y no otra, a fin de que la Luz y la
vasija se unan en una sola.
A
fin de alcanzarlo, avanzamos gradualmente y nos acercamos a ese
estado, ese estado superior de 125 grados de otorgamiento. De otro
modo es imposible tolerarlo todo de una vez. Es sólo mediante un
proceso lento y gradual de reconocimiento y de llegar a estar cada
vez más cerca, llamado “subiendo las gradas”, que esto puede ser
realizado.
Y
hasta que uno asciende todas las 125 gradas, utilizando su propio
libre albedrío, sera forzado a continuar reencarnando. Y esto es a
lo que se refiere el Rabash.
Los
niveles de ascención del que él habla, en donde lentamente recibimos
Nefesh, Ruaj, Neshamá, Hayá, and
Yejidá, son los grados de ascensión a través de los cinco
mundos; y el ascender mediante cada uno de los cinco mundos
significa que recibimos las cinco Luces de Nefesh, Ruaj,
Neshamá, Hayá, and Yejidá todas juntas. Y
cuando nuestra alma está saciada con todas estas cinco Luces, se
dice que hemos alcanzado Ein Sof (Infinito), la satisfacción
ilimitada.
”Un
gran número de almas”, significa que la Luz se divide en muchas
Luces internas, y el significado de “muchos días” es una división en
muchas Luces externas.
¿Qué
significa? Está el Mundo de Ein Sof donde hay una sola vasija
llenada con una gran Luz. Con el propósito de que seamos capaces de
alcanzar la equivalencia entre la Luz y la vasija, comenzando desde
abajo, se divide en muchos peldaños y múltiples partes llamadas
almas o vidas, y en pequeñas Luces, permitiendo así al Kli
(la vasija) reunir más y más partes que inicialmente están disperas
a través de nuestro mundo.
En
nuestro mundo nos pareciera que estamos todos separados uno de otro
y que no hay conexión entre nosotros. En total, somos 600,000 almas,
aunque después haya más divisiones, en la cantidad de personas que
llegan en cada generación.
Aunque pareciera que estamos totalmente desconectados uno del otro,
en cada paso que uno toma comienza a ascender, uno se hace cada vez
más conciente de que la cantidad almas siguen disminuyendo, mientras
más almas comienzan a emerger, tal como dos gotas de agua se
fusionan. Así el individuo ve que la vasija crece progresivamente
como resultado de la unificación de las almas. Y la Luz que llena
esa vasija se hace más grande de acuerdo a eso. Eso es en realidad
todo el secreto del proceso de “Ascender las gradas”.
¿Qué
significa, que uno sube peldaño por peldaño? Quiere decir que uno se
hace más altruista, que uno se siente a sí mismo más cerca del resto
de las almas, que se une con ,ás almas, aumentando así su vasija e
incrementando la Luz dentro de ella. A esto se le llama “ascensión”,
el estado en el que el Kli es mayor y la Luz dentro que es
más grandee s llamada “ascensión relativa al estado previo”, porque
no es más que discernimientos cualitativos.
En
la espiritualidad, no hay distancia donde podría moverme de este
punto a otro que está a cientos de metros de mí, y que permanecen
igual. Hemos usado el ejemplo de nuestro mundo en el sentido que una
carga eléctrica en un campo eléctrico cuya ubicación está siempre
determinada por las fuerzas que actúan sobre eso y por estar en un
estado de equilibrio con esas fuerzas.
Ahora, ¿qué significa que eso “se mueve” hacia otra ubicación?
Traten de mover una pieza de hierro que está debajo de un magneto
hacia un lugar diferente, tiene que poner mucho esfuerzo, mucha
fortaleza, de forma que pueda moverlo de un punto a otro. ¿Por qué?
Porque se encuentra en un estado de equilibrio y toda la naturaleza
es llevada a un estado de armonía y de equivalencia de forma con el
ambiente. Así es que necesitamos un incremento en el poder para
cambiar su estado. Y pese a esas fuerzas adicionales deberían tener
todavía que usar la fuerza para mantenerlo en su nueva ubicación, de
lo contrario, se revertiría a su estado previo balanceado.
Es
lo mismo aquí, con nosotros. El Mundo Espiritual es un mundo de
fuerzas transparentes, arropadas de cualquier objeto físico o
cuerpos. Por lo que cuando estamos en el Mundo Espiritual y decimos
que una persona ha cambiado y se ha movido de un estado a otro, de
un lugar a otro, significa que él mismo ha cambiado. Entonces, si
estaba en un estado del 41%, significa que él mismo ha cambiado,
alcanzando un estado balanceado más nuevo y más cercano, con
relación Ein Sof.
“Los
peñiques se convierten en libras (relat. a moneda), transformándose
en la gran Luz que causó el pecado de Adam HaRishon”.
Esto significa que Adam HaRishon es la vasija (Kli)
grande que fue dividido en 600,000 partes, y que esas partes ahora
están siendo unidas por nosotros con nuestro deseo y conciencia. Y
al unirlas entre sí, una Luz más grande llega de Arriba y las llena.
A eso se refiere “un estado más cercano a Ein Sof”, un estado
corregido.
“y
luego llegará el fin de la corrección”…cuando
todo el Kli del alma se reúna con Adam HaRishon y sea
saciado con todas las Luces.
“Esto nos lleva a la conclusión de que cada uno nada con una pequeña
parte del alma de Adam HaRishon. Cuando uno corrige esa
parte, no hay más necesidad de continuar las reencarnaciones. Es por
eso que uno sólo puede corregir lo que le pertenece.
Está
escrito en el Árbol de la vida que, “No hay un día que sea como el
otro, o un momento que sea como el otro, y no hay una persona que
sea como otra. La Helboná (parte de incienso sagrado)
corregirá lo que no hará Levoná (otra parte del incienso
sagrado).
Cada
uno debe corregir su propia parte”.
Y
así la cada persona recibe nuevas oportunidades, cada momento de su
vida, en distancias y en movimiento, en donde nuestro mundo sigue
cambiando.
A
uno se le da la opción del 0% en su nivel cero. En este nivel, uno
comienza a tener opciones y a recibir oportunidades de avanzar cada
momento de su vida. Si uno comienza a prestar atención a lo que le
es revelado con el propósito de que sienta su alma y se sumerja en
ella, entonces será capaz de percibir todos los Mundos Superiores
dentro del alma. Todo este proceso se refiere a “subir las gradas”
de los Mundos Espirituales.
Estas oportunidades nos llegan tal como
él dice, “No hay un momento que sea como otro”, y cada
momento que enfrentamos con nuevas situaciones, motivan al individuo
a corregirse a sí mismo, hasta “de peñiques a libras”.
En
otras palabras, todo depende de nuestra atención. No hay rechazo de
parte del Creador, tal como dejar que la vida llegue y se vaya y
simplemente dejar que el tiempo pase de este estilo, “esperemos y
vivamos y veremos”. Por el contrario, al individuo se le dan
oportunidades cada segundo de su vida.
¿Y
qué podemos hacer si todo lo que realmente queremos es progresar y
ser más exitosos? Hacemos uso de la asociación y de los libros para
llegar a ser más susceptibles a captar esas instancias, para captar
esos momentos, y darnos cuenta de ellos correctamente cada Segundo
juntándolas con el proceso espiritual.
“Sin
embargo, debemos saber que cada persona tiene una elección, para
quien no nace siendo justo.
Nuestros sabios dijeron, “Rabí Hanina Bar Papa dijo: ‘El ángel que
es asignado en la concepción, su nombre es Layla (noche).
Toma una gota y la lleva al Creador y dice: “Esta gota, qué debe
resultar de ella? Será un héroe o un débil, un sabio o un tonto, un
rico o un pobre?’
Pero no
pregunta, ‘Será justo o malvado?’
Esto
significa que uno no nace justo, por eso no pregunta, “¿Será justo
o malvado?” Esto es dejado a nuestra elección, cada persona de
acuerdo a su trabajo en la Torá y en las Mitzvot. De esta
manera uno logra limpiar su corazón y corregirlo de acuerdo a la
raíz de su alma, y así uno logra la plenitud”.
Esto
significa que uno nace con todos los atributos, ya sea la excelencia
en algo, el ser más sabio o más tonto, débil, honesto o no.
Cualquiera sea el aspecto con el que haya nacido, no tiene nada que
ver con su desarrollo espiritual.
Todo
lo que se es dado a uno proviene de Arriba, otorgado de una manera
calculada y precisa consistente en todos sus atributos naturales, el
ambiente en el que crecería, su padres, vidas previas y experiencias
de vida pasadas. Todo lo que existe en el individuo y su entorno
llevan al individuo al punto del cual se hace libre de elegir.
No
hay sino una sola cosa que está sujeta al libre albedrío y esta es,
ser correcto o malvado. El Baal HaSulam escribe acerca de eso en el
artículo “La Libertad” y también nos explica acerca de eso en “La
Introducción al Estudio de las Diez Sefirot.”
Por
eso se dice: “Pero eso no se pregunta, “será correcto o
malvado?”; porque es la única cosa que está sujeta a elección en
una persona; la elección de uno para justificar su situación, de
forma que no importe cuán mal parezca, de cualquier manera siente
como si estuviera existiendo en un estado de Ein Sof. De esta
manera, progresamos hacia la misma dirección. ¿Y cómo loásemos?
Utilizando la Luz, esa Luz Superior que nos reforma y nos provee la
oportunidad de corregir nuestra situación y la eleva a un estado más
grandioso que es más cercano a la Luz.
¿Cuál es el significado de cómo si? Desde la perspectiva del
Creador –la Luz Superior, la Fuerza Superior-estamos, en efecto, en
el estado de Ein Sof. Es sólo el ser humano el que ha
descendido en su percepción y conciencia, tal como lo vimos en el
dibujo anterior, pero en realidad, la abundancia de la Luz Superior
ya está en nosotros tal como en el estado de Ein Sof.
¿Qué
escribe después? “cada persona de acuerdo a su trabajo en
la Torá y en los
Mitzvot”. ¿Qué es la Torá
y los Mitzvot? Son los actos que corrigen el alma.
¿Qué
escribe después?
“De
esta manera uno llega a limpiar su corazón y a corregir lo que uno
debe de acuerdo a la raíz de su alma, y así uno alcanza la
plenitud”.
“Corregir su corazón” significa que une en sí mismo el resto de las
almas, convirtiéndose en una vasija limitada (Kli) hasta
llegar a Ein Sof, donde 600,000 almas se unen en él como una
sola, lo que se conoce como alcanzar la Mitzvá de ”Ama a tu
prójimo como a ti mismo”, a través del cual nos reunimos en esa alma
llamada Adam HaRishon. Todo este proceso es hecho por la Luz
Superior, mediante actos llamados Torá y Mitzvot.
Ya
hemos hablado del significado de la Torá, es la Luz la que llega a
nosotros. Y Mitzvot, son
las correcciones de todos esos deseos que existen en todos y cada
una de las vasijas. Hay 613 deseos en cada Kli (vessel), cada
uno de los cuales require una corrección. Al utilizar la Ley
universal llamada Torá, uno corrige estos deseo de forma que se
parezcan a la Luz y hagan que el Kli sea similar, igual a la
Luz, y al corregir todos los 613 deseos dentro del alma uno alcanza
el estado de Ein Sof, (Infinito), el estado de Gmar Tikkún
(lit. Fin
de la Corrección).
Este
es en realidad el estado en que, cuando es alcanzado, uno deja de
reemcarmar; y si uno no lo logra, sigue encarnándose; es decir,
entrando nuestra corporalidad en la que existimos en el cuerpo, como
si sólo dentro del cuerpo llegaramos al estado cero de donde estamos
listos para comenzar el prcoeso spiritual y completarlo. Nuestro
cuerpo y nuestro mundo son como nuestro ser en el umbral de una
competencia; todavía no hemos comenzado, pero ya estamos en el punto
de partida, nuestra base y fundación.
Y
aún cuando damos los pasos para ascender, es decir, de 40 a 41%, de
cualquier manera uno debe tener los pies en el piso, o sea, en
nuestro mundo, para permitirse tener libre albedrío en cada uno de
sus actos, para estar totalmente desconectado de la espiritualidad,
mirando cada situación especial, libre de desearla o no, o de
percibirla o no de manera independiente. Y todo esto está capacitado
específicamente por el cuerpo y la realidad de este mundo.
Pregunta:
La ruptura y la división en tantas partes y las múltiples veces que
y almas, ¿cómo eso promueve mi corrección?
Miren aquí y ustedes deciden. Aquí tenemos un Kli
grande, llamado Adam HaRishon; es decir, un deseo de recibir,
un deseo de placer; y también tenemos una gran Luz, un gran placer
que lo llena. Ahora esperas que el placer dure para siempre, pero
esto no es posible si el deseo es parecido a la Luz, si hay
equivalencia de forma entre ambos. De lo contrario, tal como lo
mencionamos antes, comienzo a comer, y el placer se va, así como la
abundancia, la Luz, el placer, se extingue el deseo debido a por
naturaleza son opuestos entre sí. A fin de evitar eso y asegurar que
el placer entrante no elimine el deseo, es necesario que el deseo
tenga exactamente la misma intención del placer.
Si
alguien me da algo y le soy recíproco, ambos nos sentimos
gratificados y podemos experimentar un crecimiento perpetuo de su
estado. En otras palabras, el flujo de placer entre nosotros será
interminable en placer, además del amor que aumenta el placer
progresivamente como si no estuviera limitado por el Kli,
sino por el valor que uno pone en el Proveedor, en el amado.
Es
por esto que “Ama a tu prójimo como a ti mismo es una gran ley en la
Torá”. Es la regla por la que las Luces permanecen en las vasijas y
el alma no se hace desprovista de su satisfacción.
A
fin de alcanzar la corrección, debido a que no somos capaces de
efectuarlo todo de una vez, debemos dividir este Kli, llamado
Adam HaRishon, en varias partes y hacer que cada parte
atraviese innumerables situaciones hasta que esté dispuesta a
reunirse con todas las partes, lo cual es el resto de las almas, en
la forma de “Ama a tu prójimo como a ti mismo es un gran ley en la
Torá”, cuando toda la Luz de la Torá, llamada esta “gran ley”, se
expandirá y llenará todas las almas de manera colectiva.
Y
este es el proceso que toda la humanidad está por comenzar, de una
manera u otra. Si le revelamos la Sabiduría de la Cabalá, será
placentero, y si no, D-s no lo quiera, será muy desagradable, pero
tendremos que alcanzar el estado final.
Con
eso concluimos nuestra lección de hoy y la próxima vez hablaremos
más acerca del Adam HaRishon, de su particularidad, y cómo
alcanza su corrección, y seremos capaces de observar cómo todas
estas situaciones son resultado inevitable de la relación entre las
Luces y las vasijas. |