RAV DOCTOR MICHAEL LAITMAN
El cabalista, Rav Michael Laitman, tiene un doctorado en Filosofía y Cabalá en la Academia Rusa de Ciencias, así como una Licenciatura en Ciencias con especialidad en Cibernética Médico-Biológica en la Universidad Politécnica Estatal de San Petersburgo.
Además de su trabajo como científico e investigador, el Rav Laitman ha estado estudiando y enseñando Cabalá durante los últimos treinta años. Como cabalista ha publicado más de treinta libros y numerosos ensayos académicos en el tema, que han sido traducidos a diez idiomas.
El Rav Laitman fue discípulo y asistente personal del Rabí Baruj Shalom Ashlag, hijo y sucesor del Rabí Yehuda Leib HaLevi Ashlag, conocido como Baal HaSulam (el dueño de la Escalera), autor del Sulam (Escalera), el más respetado comentario sobre el Libro del Zohar. Durante doce años, el Rav Laitman se consagró a estudiar con Rabash y aprendió de él las enseñanzas de Baal HaSulam.
Baal HaSulam, el sucesor del Santo Ari, autor del Árbol de la Vida, preparó el camino para que nuestra generación accediera a la Cabalá. Gracias a su metodología, cualquiera puede beneficiar del conocimiento estudiando las fuentes auténticas de la Cabalá, el legado de los antiguos cabalistas
El Rav Laitman sigue los pasos de su mentor y continúa cumpliendo la misión de su vida: diseminar la sabiduría de la Cabalá en el mundo. Después del fallecimiento de Rabash en 1991, el Rav Laitman fundó Bnei Baruj, un grupo de estudiantes de Cabalá que a diario estudia, transmite e implementa las enseñanzas de Baal HaSulam y su hijo Baruj.
Con el paso del tiempo, Bnei Baruj ha crecido, convirtiéndose en un movimiento internacional que agrupa a miles de miembros en Israel y en todo el mundo. Las conferencias del Rav Laitman se transmiten en vivo diariamente por satélite y cable en Israel, Estados Unidos y por Internet en www.kab.tv.
Igualmente, el Rav Laitman es Fundador y Presidente de Ashlag Research Institute (ARI), cuyo objetivo es mantener un diálogo abierto sobre la Cabalá y la ciencia. Sus extensas actividades educativas le valieron el título de Profesor de Ontología de la Academia de Ciencias Rusas en Moscú. En los últimos años, el Rav Laitman ha colaborado con prominentes científicos en investigaciones sobre Cabalá y ciencia contemporánea.
Cuando se le pregunta cómo puede combinar en su vida la Cabalá y la ciencia, contesta:
"Al terminar la secundaria, busqué una profesión que me permitiera investigar el significado de la vida. Sentí que estudiar la Naturaleza a través de una visión científica me ayudaría a encontrar la respuesta. Por esta razón empecé a estudiar cibernética médico-biológica, un campo del conocimiento que investiga los sistemas de la vida y el orden que dicta su existencia. Esperaba que estudiando la vida terminaría por descubrir su propósito Esta es una pregunta que se anida en el corazón de todo joven, pero se disipa al ingresar al afán de la vida cotidiana.
"Cuando concluí mis estudios, acepté un trabajo en el Instituto de Investigación Hematológica en Leningrado. Incluso como estudiante me impresionaba la forma en que las células orgánicas sostienen la vida y la forma en que cada célula se integra en todo el organismo. Normalmente se investiga la estructura de la célula misma y sus diferentes funciones, preguntándose por el propósito de su existencia y cómo sus funciones se relacionan con todo el organismo. Sin embargo, no pude descubrir la respuesta a mi pregunta sobre el propósito de la existencia de todo el organismo.
"Deduje que todo el cuerpo, como las células que lo componen, son parte de un gran todo. Pero mis propuestas para investigar esta hipótesis fueron rechazadas repetidamente. Me decían que la ciencia no indaga estas cuestiones.
"Todo esto ocurría en la Rusia de los años setenta. Desilusionado, decidí abandonar Rusia tan pronto como pudiera y esperaba poder continuar en Israel la investigación que apasionaba a mi corazón. Y así en 1974, después de ser un "refusenik" (una persona a quién se le negaba la solicitud de emigrar a Israel) durante cuatro años, finalmente llegué a Israel. Sin embargo, aún aquí no se me permitió dedicarme a la investigación que se limitaba al nivel de la célula.
"Me di cuenta que tendría que buscar algún lugar para aprender sobre los sistemas generales de la realidad. En consecuencia, me dirigí a la filosofía, después a la religión, pero no encontré la respuesta en ninguna de las dos. Sólo después de una larga búsqueda encontré a mi maestro. Era el gran cabalista, el Rabí Baruch Shalom HaLevi Ashlag (el Rabash).
"Pasé los siguientes doce años junto a Rabash de 1979 hasta 1991. Para mi fue el "último de los Mohicanos", el último gran cabalista de la gran dinastía de cabalistas que perseveraron durante muchas generaciones. No me aparté de su lado en ningún momento; escribí mis primeros tres libros en 1983 con su apoyo, y cuando falleció empecé a desarrollar el conocimiento que había recibido de él y a publicarlo. Consideraba este trabajo, y aún lo hago, una extensión directa del método del camino de Rabash y la realización de su visión".