Conductores que chocan y escapan, mujeres asesinadas frente a la vista de sus hijos, ancianos golpeados brutalmente y asaltados en sus propias casas, son sólo una parte de la ola de violencia que va creciendo. Violencia - ¿por qué ocurre, y cómo podemos enfrentarla?
(Por: Duddy Aharoni)
Me he aterrorizado al descubrir últimamente que el homicidio dentro de la familia se está convirtiendo en algo que tomamos como parte de la rutina. Si a esto le agregamos la abundancia de casos de homicidio por razones románticas y asuntos entre criminales, recibimos una preocupante imagen del estado de la sociedad y de la seguridad del simple ciudadano. Y si aun no se han convencido, nomas abran las páginas de los periódicos y vean los casos allí publicados diariamente.
Fenómenos aterradores de cruel violencia volcada hacia ancianos y mujeres, violencia entre adolescentes e incluso violencia en las canchas deportivas se han convertido en una norma social.
Da la impresión que se han cruzado ya todas las líneas rojas y han desaparecido todos los límites, y existe la sensación de que no hay guardián en el portón.
Es cierto que la violencia en la sociedad no es algo nuevo, pero las dimensiones a las que ha llegado no tienen precedente.
Parecería que la “mecha” que enciende la ira va acortándose, y las personas permiten que su frustración interna se manifieste muy rápidamente. Esto sobresale especialmente en la generación joven, que ha perdido las riendas y ya no tiene ningún temor de la ley y de sus aplicadores. Hoy, mucho más que nunca, estamos expuestos a una severa violencia en los medios de comunicación, en la calle, y el propio hogar no siempre es el sitio que nos da protección y calidez.
¿Qué nos ha sucedido que nos tornamos tan violentos?
Sociedad, Cabalá y el significado de la vida
Es natural que un bebé comience a llorar cuando su juguete colgante deja de rotar, y no es casualidad que los niños aprendan tan rápido a decir “más”.
Según la sabiduría de la Cabalá, por naturaleza, la persona busca satisfacción, fue creada para disfrutar. Esto está escrito en el libro del Zohar (el libro del esplendor): “La meta de la Creación es dar goce a los creados, dado a que es la naturaleza del Bien ser benefactor”. A esto agregó Baal haSulám (apodo de Rabí Yehuda Ashlag, compositor de la interpretación “Escalera” del libro del Zohar) – “este único pensamiento rodea toda la realidad en una unicidad completa…porque ella es toda la meta de la Creación” (del libro Talmud de las diez Sefirót)
Para permitirnos disfrutar existe en nuestro interior el ego – un mecanismo que nos empuja a querer más y más, y nos provoca sentir un vacío interno cuando no está satisfecho. Lo maravilloso de este mecanismo es que cada vez que conseguimos nuestro propósito, el placer desaparece y se crea en nosotros un vacío mayor que pide llenado. ¿Por qué es esto maravilloso? Porque así nosotros no nos contentamos con poco y podemos avanzar hacia un placer mayor que nos espera a continuación. Gracias a ese “programa interno” que busca el próximo placer, nos hemos desarrollado naturalmente durante miles de años en la ciencia, la cultura y la espiritualidad. A través de la historia, fue el ego el que nos ha motivado.
No obstante, en esta generación, algo se trastocó. Un rápido resumen de los titulares periodísticos o un simple vistazo a lo que sucede en las calles, revelará que en nuestra generación, el ego humano estalla en niveles de violencia aun no vistos. ¿Por qué?
A esto ya se refirieron cabalistas importantes como Rabí Shimon bar Yojái, el sagrado Arí y Baal haSulám. En sus composiciones describieron nuestra época como una época especial, en la que el ego humano sufrirá un salto agudo en el desarrollo, y demandará un nuevo y desconocido llenado. La generación joven, así escribieron, tampoco se contentará con lo que el mundo tiene para ofrecer – dinero, honor, control o distintos placeres físicos – y buscará otro tipo de llenado, más interesante, más elevado. Desde esta gran y nueva carencia que se revelará, se formará una etapa intermedia en la que muchos sentirán desesperación, falta de propósito e incluso depresión. Esa misma sensación de frustración, que proviene de la incapacidad de llenar el ego en desarrollo en forma continua, es la que hoy conduce más y más personas a sentir que “no hay lo que perder” y es, de hecho, la razón principal por la que se rompen los límites sociales que nos restringían. Una persona frustrada, que no puede sobrellevar más la carga que se ha ido acumulando en su interior, puede encontrar la manera de quitarse la frustración por medio de la violencia. Es posible, incluso, que ni siquiera sea consciente de ello.
Entonces, ¿qué se hace? ¿Cómo podemos enfrentarnos de otra forma con este ego eruptivo?
Uso correcto del deseo de recibir – el Ego
Como primer paso, debemos dejar de referirnos a la efervescente violencia como si se tratara de casos aislados y excepcionales, más debemos asimilar que se trata de un problema social dramático, que ocurre por no poder encontrar una respuesta al vacío interior que se ha expuesto en esta generación. Al entender que no se trata ya de un fenómeno marginal que caracteriza ciertas poblaciones, debemos ser sinceros y examinar si nuestro sistema educativo es adecuado para esta generación, y si puede da respuestas a la frustración que va en aumento. Debemos enfrentarnos a la raíz del problema, y no contentarnos con el tratamiento de los síntomas. Mientras sigamos oprimiendo a la nueva generación con distintos métodos e ignoremos el verdadero problema que le fastidia, la frustración irá en aumento, y así también los estallidos de furia. Para crear un verdadero cambio en nuestra sociedad, debemos examinar nuevamente todos los sistemas sociales, incluso el sistema jurídico y el legislativo, y adaptarlos al nuevo estado.
Para que toda la sociedad, especialmente los líderes de opinión pública, comprenda qué es lo que estamos enfrentando, hay que mantener un debate público integral y abierto, acompañado de un proceso de examen profundo y al descubierto en los medios de comunicación y en las escuelas. Cuando logremos dar este paso, se formará, al fin, una base común que conectará entre las generaciones. Es posible, y debiéramos utilizar el ego que está irrumpiendo como un trampolín hacia un mejor futuro. Pero para consolidar un camino apropiado para enfrentarse a este ego, debemos implementar procesos de pensamiento y métodos mutuos de acción.
Así han dicho los cabalistas más destacados - precisamente en nuestra generación es que se presenta la oportunidad de revelar el método del uso correcto del ego, y por este medio erradicar la violencia de forma natural. Cuando encontremos la respuesta a la pregunta sobre el significado de la vida – una pregunta que es ya formulada en nuestra época por niños pequeños - podremos crear aquí una sociedad distinta, amante y feliz, que contiene una unión entre las personas. ”En el momento que la humanidad llegue a su meta trayendo los cuerpos al nivel completo de amor al prójimo”, escribió Baal haSulám, “se consolidarán los cuerpos de este mundo en uno solo y un solo corazón. Porque únicamente entonces se revelará toda la felicidad esperada a la humanidad en su pleno apogeo” (articulo “HaShalom”).