El secreto de las letras
Lección 3
Quien cambia su nombre cambia su suerte
Cada letra tiene su propio carácter, su propio temperamento
Si lees el "artículo de las letras", descubrirás cómo, de manera metafórica e indirecta, Rabí Shimón incluyó en cada letra, rasgos de su temperamento y personalidad.
Trazó una especie de sistema vivo, mostrándonos cómo cada letra se relaciona y trabaja con nosotros, nos activa, nos maneja, se aferra a nosotros y cómo, somos manejados por ellas.
El mundo no fue creado por casualidad, sino por letras.
Existen veintisiete patrones, veintisiete leyes que operan dentro de nosotros, si sabemos reaccionar adecuadamente a ellas. Con las veintisiete letras, se nos revelará la sabiduría de la providencia y la supervisión suprema y en consecuencia. podremos responder correctamente a ellas.
Leer las letras significa adquirir sus atributos
Leer letras no solo implica la lectura de una historia, es saber cómo adquirir esos veintisiete rasgos de carácter. Cuando una persona lee palabras, desencadena el poder interior y el signo de cada letra. Cuando identifica letras, también añade su propia letra interna, en el símbolo externo y se convierte en parte del texto. Entra en la sensación, del mundo superior, se une al autor en el mismo lugar espiritual en el que el autor escribió cada letra del libro.
La persona que adquiere estos veintisiete atributos o vasijas espirituales, puede leer el Zohar y adherirse a Rabí Shimon y obtiene los mismos sentimientos y las mismas emociones que el autor logró al escribir el libro del Zohar.
Por otro lado, no te confundas ni pienses que en las letras hay una fuerza que no tienen. Si escribo no te equivoques pensando que esas letra, son sagradas, que hay poderes en esas líneas o en cualquier garabato.
La fuerza está dentro del hombre, que toma y construye con sus propios atributos, símbolos internos. Toma un poco de un atributo, un poco de otro y construye veintisiete formas de letras. Después, de construir las veintisiete letras con sus propios atributos naturales, comienza a jugar con ellas, como un juego de Lego y así construye el orden de sus acciones llamadas palabras y oraciones.
Hay un camino directo de letras desde Alef hasta Tav (el que conocemos). También hay un orden inverso de letras (el orden opuesto).
Hay letras intercambiables, es decir, podemos reemplazar unas por otras como Alef, Ain, Quf, Kaf, etc... Este es un nivel de análisis más alto y puede ser usado para ver las fuerzas que actúan en diferentes niveles.
Hay letras que se intercambian de acuerdo con la Gimatria: diez, cien, mil, etc.
En total, nuestras letras son resultado de dos formas de impresión.
1. Las letras comienzan con un punto. Ese punto puede ser el ego del hombre, lo negro que hay en él que le lleva a la luz superior o, una impresión de los mundos superiores e inferiores (emoción al recibir u otorgar).
2. La otra forma describe si el otorgamiento está dirigido a derecha o izquierda, arriba o abajo del punto. Así se formaron las letras.
Si tomamos la escritura correcta de un Sofer Stam (escritor certificado de escritura sagrada) vemos que las letras están construidas a partir de elementos simples, una línea vertical corta, una línea vertical larga, podría ser una 'Vav' que también es una 'Dalet', o un círculo. Esa es la estructura de la forma de las letras. Por ejemplo Jet se construye de Zain y otra Zain y la conexión entre ellas. Hey es Dalet con Vav adentro. Alef está construida de un Yud en la parte superior y una Dalet en la parte inferior, etc..
Las letras mismas son patrones, correlaciones fijas y precisas de las fuerzas que actúan sobre nosotros. Sin embargo, cada letra se construye a partir de una totalidad de fuerzas detalladas que actúan particularmente. En este momento no entraremos en detalles de por qué intercambiamos letras con otras formas o por qué las letras pueden ir hacia atrás o hacia adelante. Más adelante hablaremos deGimatria.
Gimatria: vasijas y llenado
La Gimatria es otra forma de documentación, la cual usa números en lugar de letras.
Cada letra tiene su valor numérico correspondiente. Así descubrimos otra forma de grabarla, con su valor numérico.
¿Qué nos proporciona este método? Nos da la parte trasera, la profundidad, la intensidad del llenado que contiene la vasija y el nivel de excitación que recibe de la Luz.
La Gimatria es simplemente otra forma de registrar información sobre las vasijas. No nos provee información sobre la Luz que le llena, nos informa del cuerpo de las vasijas.
Como regla general, con Gimatria diferenciamos las vasijas, por ejemplo Yud Hey VavHey, es una forma espiritual que existe en toda sensación espiritual. Es el esqueleto de la vasija e incluye la punta de Yud más cuatro partes adicionales: Keter, Jojmá, Biná, ZeirAnpín, Maljut y su llenado. El llenado puede darse con diferente tipo de Luz, como Yud, Alef o Hey, es decir, Luz de Jojmá (Luz de sabiduría) o Luz de Jasadim (Luz de misericordia).
Ya sea que se trate de Tzimtzum Aleph (primera restricción) o de Tzimtzum Bet (segunda restricción), el nombre de la vasija es su esencia y definición: un esqueleto que nunca cambia, pero en el que las Luces cambian.
La Gimatria incluye la propia vasija, que está determinada por sus cuatro partes que son cuatro letras, cinco incluyendo la punta del Yud: Keter, Jojmá, Biná, Zeir Anpín, Maljut y las Luces que la llenan. La vasija y la suma de Luces que la llenan se llama "nombre".
Así se construyen los nombres en todos los niveles y situaciones e impresiones que existen en espiritualidad. ¿Qué es una impresión o una situación en espiritualidad?
La persona que investiga el mundo espiritual, se convierte en una vasija emocional, una vasija que mide y que se llena de Luz espiritual. También se convierte en el nombre de HAVAYAH, KUTZO SHELYUD, HEY, VAV, HEY y la Luz que la llena. A todo esto se le llama "SHEM ADAM" o "nombre del hombre".
Así que, si por ejemplo, tomamos y estudiamos la Gimatria del nombre de Shimon, averiguaremos el nivel espiritual en que se encuentra.
¿Quién cambia su nombre cambia su suerte?
Los nombres que usamos, son nombres que fueron dados hasta la destrucción del templo. Fueron dados a la gente, según la raíz de su alma y según el nivel espiritual, que debía haber aspirado a alcanzar. Así que hasta la destrucción del Templo, se dieron nombres que se ajustaban adecuadamente a cada individuo y explicaban la esencia de cada uno.
Durante ese periodo la gente no sólo sentía, sino que vivía su realidad externa y superior.
Con la destrucción del templo, cayó del nivel espiritual "Ama a tu prójimo como a ti mismo" a un nivel llamado "Odio en vano". Perdió la conexión con los mundos superiores.
Así, en la actualidad los nombres que se le dan a la gente, no tienen relación con la interioridad del hombre. Algunas tradiciones siguieron, como la de cambiar el nombre de una persona enferma, añadiéndole otro nombre. Hoy, esto no significa nada. No somos llamados por nuestro verdadero nombre. Por lo tanto, no lograremos nada añadiendo nombres a los nombres existentes, pues no conocemos la esencia de los nombres.
Una persona que quiera cambiar su suerte, su destino y sus fuerzas, tiene que cambiar sus atributos internos por medio de la Luz que influye en ella y la activa. Al hacerlo irá a una situación diferente, a un espacio espiritual diferente, que le permita cambiar su nombre.
Hoy, no estamos en una situación que nos permite hacerlo, ya que no estamos en el mismo espacio espiritual, en el que estaban nuestros antepasados. Lo único que nos queda de ese periodo, son las tradiciones. El beneficio de esto, para aquellos que creen, es sólo psicológico.
El nombre del hombre: el hombre que investiga la espiritualidad, se convierte en una vasija (Kli) llena de Luz.
Los nombres son algo muy especial que debemos cuidar. La Torá dice que el pueblo de Israel fue digno de salir de Egipto porque no cambió sus nombres. Es decir, cada uno corrigió sus atributos, según su propio potencial, de modo que hubo una corrección general de todo el pueblo.
Por haber mantenido sus nombres y por haber progresado espiritualmente según sus propios nombres, fueron dignos de salir de Egipto y elevarse a un nivel espiritual más alto,
Por eso, cuando me preguntan qué nombre darle a un recién nacido, aconsejo ponerle nombres originales, pues cada uno de esos nombres tiene conexión con las fuerzas superiores del mundo espiritual.
No es importante cual sea el nombre, elige cualquiera que te guste. Hoy, no tiene significado, ya que estamos por debajo de ese nivel espiritual. Sin embargo, para vincularnos a las veintisiete fuentes de la Luz, es digno dar nombres judíos originales. Podemos explicar más en detalle sobre las letras, pero en resumen, esto es lo que quería decir por ahora.
Pregunta: ¿Genera algún problema cambiarse el nombre?
En nuestro tiempo, quien se cambia el nombre, no está haciendo nada. Sin embargo, si tiene un nombre judío original, se encontrara bajo la influencia de las veintisiete fuentes espirituales que nos afectan. Exactamente ¿qué nombre? Hoy no es importante.
Podríamos ser más precisos y llamar a la persona de acuerdo a su fuente espiritual, pero hoy es irrelevante porque no estamos vinculados a las fuentes sobre una base individual. No tenemos esa corrección. Quien sale a los mundos espirituales, adquiere nombre según los niveles espirituales que alcanza.
Pregunta: ¿Qué es "nombre judío original"?
Son nombres que se encuentran en la Biblia o que son comunes entre el pueblo judío. También, hay nombres que "no son tan buenos" y que son originales. No se supone que debemos conectarnos a ellos, sino sólo con las buenas fuentes. Estos otros nombres tienen dentro de ellos "los nombres de los malos" y son fuerzas contrarias. Aunque no hay mal en ellas, son fuerzas que van en contra de la unidad. Están destinadas a ordenar las acciones, pero aún no las usamos.
Pregunta: ¿Cuál es el significado de la letra Hey, que fue añadida al nombre de nuestro patriarca ABRAHAM, quien solía llamarse ABRAM?
Significa que se le agregó el atributo de Biná. La primera Hey se le añadió cuando comenzó a trabajar con las tres líneas y Maljut se unió a Biná. El Zohar lo explica.