Transcripción:

Las aventuras de las ruedas dentadas

Solíamos ir pasando nuestra existencia día con día, aceptando lo que viniera; nos parecía que todo estaba muy bien y que nuestra vida era placentera.

Pero, un día despertamos con la extraña sensación de que algo no andaba bien.

No podíamos decir qué era exactamente. Todo iba... mal y eso era todo.

De pronto de la nada, aparecieron unas preguntas, unas interrogantes que nunca nos habíamos planteado. ¿Por qué estoy vivo? ¿Para qué vivo? ¿Hacia dónde va todo?

Verán, lo que sucedió es que un tenue rayo de luz penetró en nuestro mundo. 

Era tan sólo un leve rayo de luz pero empezó a revelarnos las cosas maravillosas que existen dentro de nosotros... que provienen de un mundo de luz, en donde sólo existe el bien. Un mundo seguro lleno de bondad porque todos lo que viven allí, felices, siguen una sola regla: la del amor mutuo.

Y empezamos a percibir la gran diferencia entre las sensaciones interiores de ese hermoso lugar y las que experimentamos viviendo en el nuestro. Y al compararlas con la luz distante comprendimos que vivíamos en la oscuridad total.  

Antes que el rayo de luz resplandeciera, teníamos la impresión que nuestra existencia era muy normal. Pero, en cuanto brilló, vimos que todo era un desastre, pues nos dimos cuenta que no vivíamos en la Luz, sino en la oscuridad.

En lugar de ser libres, como creíamos serlo, advertimos que en realidad cada uno estaba atrapado en su propia caja egoísta. Sin ver nada, escuchar, o comprender: no amábamos a nadie

¡Todo esto fue lo que provocó ese tenue rayo de luz!

¿Cómo continuar viviendo un minuto más así, si habíamos comprendido que no teníamos porque sentirnos tan tristes?

Entonces, todos decidimos pasar de la oscuridad hacia la luz sin importar cuán difícil fuera; haríamos todo lo que fuera necesario para perseguir al rayo de luz hasta el mundo del amor y la bondad.

Pero, como siempre lo habíamos hecho, cada quien empezó a trabajar por su cuenta. Sin embargo, nadie conseguía ir a ningún lado. No podíamos avanzar ni un centímetro, aunque quisiéramos.

No pasó mucho tiempo antes que todos perdiéramos la esperanza y sintiéramos que no había manera de escapar de nuestras estrechas celdas. No, no había forma de salir y cada quien pensaba: nací un egoísta y así me quedaré. Así es como viviré y así moriré. No hay forma de abandonar este lugar.

De pronto, alguien de nosotros gritó. ¡Ahora lo entiendo! ¡Ya sé por qué no avanzamos!

Y empezó a cavar. Pero, nadie comprendía por qué cavaba en una determinada dirección. Todos estaban confundidos.

¿Por qué está escarbando hacia nosotros y por qué grita? ¿Qué es lo que grita? ¡Algo malo le está pasando!

Cavando, cavando, iba gritando algo que nadie escuchaba, ni comprendía. Hasta que se acercó lo suficiente para que alguien le oyera decir: "Hermanos, hermanos, ustedes están conmigo y yo estoy con ustedes y sólo unidos podemos abrir una brecha".

Entonces éste también lo comprendió y empezó a cavar en dirección de su amigo hasta que al fin se encontraron y unidos brillaron con amor mutuo. Igual a la Luz.

¡Entonces otro los escuchó y luego otro y otro!

Todos empezamos a conectarnos y nos quedó claro que sólo unidos podemos abrirnos paso hacia la luz.

Sólo unidos, pero nunca solos.

Traspasamos esa oscuridad y entramos en la Luz. Fue así que empezamos a vivir en un nuevo mundo radiante de libertad y alegría.

Ahora, si ustedes creen que esto es un cuento de hadas, ¡tengo el placer de comunicarles que están muy equivocados! No es un cuento de hadas y lejos de ser imaginaria es la historia más verdadera que se ha contado.