Transcripción:
Rabash: Experiencias en Tiberiades
De tiempo en tiempo, los cabalistas abandonan sus asentamientos permanentes. Dejan a sus familias, sus hijos, sus esposas, sus discípulos, sus seminarios, el lugar donde ellos estudian y viven y se marchan a un lugar totalmente diferente. Yo solía ir con mi Rabí por un par de horas al día, y también ocasionalmente por un par de días de la semana, a la ciudad de Tiberiades, Mount Meron, arriba al norte, donde podíamos estar completamente solos.
Apartarse de esta manera es necesario para un hombre que desea sentir cómo apartarse de la influencia de la sociedad, incluso de la influencia de su entorno más cercano. Él sentía que debía estar por sí mismo, él y el Poder Superior, en un lugar aislado, exento de todo pensamiento extraño, libre de toda influencia. Donde nadie viniera a visitarte, donde permanecer solo por largos períodos de tiempo, embebido en la escritura y la lectura de textos especiales. Te metes dentro de ellos y a través de ellos te conectas con las Fuerzas Superiores, con el Creador, con el Más Alto Poder Universal. Y esto te capacita para permanecer allí, y no ser sacado de allí por disturbios externos.
La primera vez que fuimos lo sentí de una manera muy poderosa. Ya había permanecido conectado con mi maestro por cerca de un año o un año y medio, cuando un día él simplemente se despidió de todo de manera súbita, y se fue por sus propios medios a Tiberiades Eso fue antes de que hubiéramos comenzado a ir allí juntos. Pero se me ocurrió irlo a visitar, durante su estadía allí.
Recuerdo cuando subí al apartamento donde luego solíamos pasar tiempo juntos, por muchos años. Fui a su apartamento y toqué la puerta. Me abrió la puerta, y no pude ver que en ese momento aquel hombre estuviera viéndome a mí. No me miraba a mí.
Pocos minutos después, estaba en condiciones de reenfocarse en mí, me miró y abruptamente dijo: "¿Quién te dijo que vinieras a mí?" Y luego soltó espontáneamente: "¿Por qué has venido? ¿Qué haces aquí?" lo dijo de tal manera que me sentí alienado de él, como si no perteneciera a él. Estaba en tan elevado estado de existencia que ni siquiera me conocía. Incluso aunque yo estaba tan cercano a él, pues era su discípulo y su ayudante.
Dos años después de ese encuentro en Tiberiades me dijo: "Vamos a comenzar a ir juntos." Y entonces, estaba yo absolutamente preparado para sentir que él me estaba llevando consigo.
En Tiberiades estudiamos la mayor parte del Beit Sha'ar ha Kavanot y del Talmud Eser Sefirot (El Estudio de las Diez Sefirot) la parte 16, que explica la estructura de Adam ha Rishon (El Primer Hombre) y la estructura de su alma: cómo su alma se divide en partes, y en cuáles partes. Cómo estas partes continúan dividiéndose en su caída hasta que alcanzan las almas de los humanos, que ya existen en un nivel llamado "este mundo." Y entonces esta alma, desde adentro, comienza a sentir que existe no sólo en el mundo espiritual sino que existe una realidad física ante ella. Así, ¿qué es la realidad física realmente? Es la percepción del alma de que existe una realidad adicional, como resultado de su descenso al abismo, al más bajo estado de los deseos.
Los estudios eran extremadamente profundos y muy emocionantes; fragmentos del Zohar, El Estudio de las Diez Sefirot, y algunos otros escritos cabalistas, que todavía no me están permitidos discutir. Está esa cosa llamada Megilat Starim (El Rollo Secreto) que fue escrito por cabalistas en privado, que era sólo para ellos o para aquellos que tuvieran entendimiento. Él solía tomar esos textos y explicármelos, leyendo todo tipo de cartas y artículos que eran incomprensibles, si no fuera por sus clarificaciones.
Actualmente, lo lamento. Naturalmente, yo estaría capacitado para absorber más de él si él aún estuviera con nosotros. Hoy, la gente está comenzando a descubrir que no hay manera en que podamos lograr nada durante nuestro tiempo de vida aquí en este mundo.
Fatiga, drogas, una crisis global, han golpeado el mundo y esto ha hecho a la gente perder el interés por lo que está sucediendo, perder el interés por cualquiera de las ilusiones que solían tener, y ya no esperan nada bueno del progreso tecnológico.
Por eso es que actualmente los escritos de Baal HaSulam han vuelto a la vida. Y hacerlos conocidos por el público es nuestra meta, nuestra misión y nuestro deber.