Descripción:
Percibiendo la Realidad reporta todos los problemas directamente a su causa: la evolución incorrecta del empleo de nuestra naturaleza egoísta. Todas las soluciones radican en transformar nuestra naturaleza egoísta por el empleo de un modelo altruista.
Transcripción:
Percibiendo la Realidad: Corrigiendo la situación del Medio Oriente
Ustedes tienen toda la razón, pero no pierdan la esperanza porque la solución es enteramente nueva y excepcional. Por lo que hemos visto y entendido hasta ahora no parece existir una solución, pero se debe a que hemos estado considerando esta situación tan complicada desde el nivel de las consecuencias en lugar del nivel de las causas. Y desde este último nivel, el problema y la solución tienen un origen común.
Este es nuestro mundo como era alrededor de 1948 antes de la era moderna, Mesopotamia, Babilonia, antiguo Irak. El momento en que surgió la civilización occidental. Un acontecimiento que afectó el desarrollo de la humanidad puso en movimiento el conflicto. No sólo físicamente, sino a nivel causal.
Hasta este momento los atributos altruistas y egoístas de la vida interior de la humanidad (llamémosla alma) se desarrollaban dentro de un equilibrio relativo. La humanidad deseaba y necesitaba de muy poco para su supervivencia y satisfacción. En un principio cazaba, después cultivaba y mantenía una sencilla y clara conexión con las fuerzas de la Naturaleza que la rodeaban. De pronto los deseos egoístas alcanzaron un nivel en el que empezaron a sobrepasar las pequeñas tendencias altruistas y empezó a desarrollarse y organizarse dominando a la Naturaleza y protegiéndose de ella. Construyeron torres y tecnologías que empezaron a ensombrecer sus lazos con la Naturaleza y la forma en que se relacionaba con ella. Básicamente, así es como todavía definimos la civilización y el progreso, solamente que ahora esta conexión se ha perdido totalmente.
Pero al mismo tiempo algo más empezó a desarrollarse en esta época: el método para transformar el nuevo egoísmo en erupción, el método que a la larga vencerá esta desconexión y revelará nuestro máximo y perfecto vínculo con todos y con la fuerza detrás de la Naturaleza, al llegar al final de la expansión del ego.
El método fue llamado Cabalá y la persona que lo reveló fue Abraham. De la antigua lengua, el arameo, él creó el hebreo, un lenguaje que integró solamente con términos para esta ciencia. La mayoría de las personas no entendían lo que hablaba, pero logró atraer a un grupo de estudiantes y les enseñó la estructura y leyes de la Naturaleza y cómo trabajar con ellas en la forma de deseos presentes en el corazón de cada ser humano: uno de estos se llama Israel, es decir, el deseo por la conexión directa con el Creador, y las Naciones, es decir, nuestros deseos de auto satisfacción. Todo eso ocurrió miles de años antes del advenimiento del Judaísmo, el Islam o el Cristianismo.
Los cabalistas nos dicen que el deseo espiritual de adhesión con el Creador está destinado a llenar todo el corazón, lo cual quiere decir toda nuestra realidad, a pesar del hecho que éste contenga un gran número de deseos corporales.
Debido a que es la estructura fundamental de la creación vemos esta situación interna, causal reflejada en el mundo físico. Este pequeño grupo de estudiantes a la larga creció y se convirtió en una nación llamada con el mismo nombre de Israel y rodeada de muchas naciones opositoras.
Ni las personas que viven en Israel ni las personas de los países circunvecinos se dan cuenta de la verdadera naturaleza de este conflicto, porque el desarrollo de todas las personas durante los últimos miles de años causado por el deseo de recibir las ha cegado para descubrir en dónde se encuentra la respuesta.
¡Escuchen con su oído interior!
El papel de Israel es revelar la sabiduría de la Cabalá que durante tanto tiempo ha estado oculta y servir a las naciones poniendo a disposición de ellas el método para transformar a la civilización en el momento mismo en que tan desesperadamente la necesita este mundo que se dirige hacia un desastre.
Pero el problema no es de ni religioso ni territorial. Nunca podrá ser resuelto de esa manera. La situación existe solamente en nuestro corazón y estos dos deseos beligerantes deben alcanzar la paz en ese lugar.