Tel Aviv, Israel. Por quinto año consecutivo, el Congreso Internacional de Cabalá se ha constituido en uno de los encuentros culturalmente más diversos para el crecimiento espiritual.

No se trata de un festival de arte, o una feria cultural, ni tampoco de un experimento social, sino más bien de una combinación de los tres, y en esta ocasión el Octavo Congreso Internacional Anual de Cabalá fue una celebración de unidad entre los seres humanos y una experiencia personal para cada participante.

Este año se llevó a cabo en el Centro de Exposiciones de Tel Aviv, Ganey ha Ta'arucha. A pesar de las tensiones entre Israel y sus países vecinos y la creciente inseguridad sobre la situación financiera global, un número récord de personas realizó este viaje anual para asistir al Congreso 2009. Muchos de los 6,000 participantes procedentes de más de 52 países llegaron por vez primera atraídos por los testimonios de personas que ya habían asistido.

Una experiencia transformadora de vida

Cualquiera que haya asistido a un congreso de Cabalá podrá relatarle que se trata de una profunda experiencia transformadora de vida. El programa incluye interesantes talleres, comidas para levantar el ánimo, emocionantes noches culturales, actividades recreativas para niños y adultos, música y bailes presentados por participantes provenientes de todas partes del mundo, así como las ilustrativas lecciones de Cabalá impartidas por el cabalista más notable del mundo, el doctor Rav Michael Laitman.

El invierno pasado, el Congreso Internacional de Cabalá 2009 se realizó en las instalaciones del Centro de Exhibiciones más importante en la moderna ciudad de Tel Aviv en Israel, y esparció calidez, cuidado y respeto mutuo a través de la región. Por unos cuantos días el pabellón número 10 se convirtió en el recinto albergando mayor cordialidad y fraternidad de todo el Medio Oriente e incluso del mundo entero. Fue un evento de extraordinaria diversidad, una reunión de personas de todas las edades y estilos de vida, incluyendo celebridades, artistas, bailarines, escritores, profesionales en diversas áreas, empresarios, políticos, diseñadores, estudiantes, etc.

No fue un congreso regular

Pero el Congreso Internacional de Cabalá fue más que sólo un acontecimiento de tres días. Como lo explican los veteranos de los congresos, este congreso se distinguió por su preparación particular y su enfoque. El propósito del evento fue descubrir y nutrir el punto común de la unidad humana más allá de las diferencias que separan a las personas, tales como idioma, raza, religión, logros educativos e intereses laborales.

El congreso creó un ambiente singular que permitió a los participantes darse cuenta del verdadero potencial que yace en la conexión entre las personas. La meta principal fue transformar el contacto egocéntrico en el que se basan las relaciones humanas, que es opuesto a la naturaleza global de la vida en el Siglo 21. Puesto que esta oposición es la que origina las crisis financieras, ambientales y educativas, invertir nuestras relaciones egocéntricas podría cambiar el curso del mundo y empezar a avanzar hacia la tranquilidad, la paz y la prosperidad. 

En medio de la incontenible crisis financiera global, este Congreso dio a los participantes un visión de un mundo mejor en el que todos soñamos y las herramientas prácticas para dar nuestros primeros pasos a unirnos como una familia humana.

Para muchos asistentes, el Congreso Internacional de Cabalá fue una profunda experiencia transformadora de vida, donde los asistentes rompieron las barreras psicológicas que los separaban de los demás y descubrieron nuevas formas de expresión y comunicación.

El resultado fue un acontecimiento multifacético de festividad recreativa y vitalidad pero al mismo tiempo facilitó un serio enfoque interior y transformación personal.

Este congreso les brindó a todos la oportunidad de experimentar una unidad sin precedentes entre las personas y ser testigos de un mini modelo de una nueva y mejor humanidad.