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Percepción de la realidad

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Una conversación entre Rav Michael Laitman, PhD con instructores del Bnei Baruch Kabbalah Education y el Instituto de Investigación, Michael Sanilevich y Eugene Litvar

26 de julio, 2007

El contenido:

  • Nuestro mundo - una ilusión
  • La forma correcta de percibir el mundo
  • ¿Por qué alcanzar la realidad?
  • ¿Qué es lo que se quiere decir con " Superior", "espiritual"?
  • ¿Existe el tiempo?
  • ¿Así que donde está Dios?
  • ¿Tienen los ángeles alas?
  • Acerca del viaje en el tiempo
  • La vida después de la muerte
  • La Cabalá y el fenómeno OVNI
  • ¿La materia siente?
  • Cómo evitar sufrir
  • Las letras son propiedades

Nuestro mundo - una ilusión

E. Litvar: ¡Hola, estimados amigos! Estamos aquí en el estudio con el más destacado cabalista y científico de nuestra era, Dr. Michael Laitman. Nuestro tema de hoy es, "La Percepción de la Realidad." Hablando con Dr. Laitman están instructores del Bnei Baruch Kabbalah Education y del Instituto de Investigación, Michael Sanilevich y un servidor, Eugene Litvar.

Primera cuestión: Cualquier budista o taoísta sabe que nuestro mundo es el mundo de las ilusiones. Lo saben, pero todavía yo no lo creo, no entiendo cómo podría ser así. ¿Me puede ayudar la Cabalá a entenderlo?

M. Laitman: Muchas fuentes cabalistas, incluidas aquellas que tienen miles de años de antigüedad, como el Libro del Zohar (escrito 2000 años atrás), o el antiquísimo Gran Midrash, (3700 años atrás), hablan de los problemas relativos a la percepción de la realidad.

La Cabalá siempre ha mirado a nuestro mundo desde un punto de vista espiritual. En otras palabras, un cabalista es una persona que asciende a un nivel más alto, en otra dimensión, y desde allí observa nuestro mundo y el mundo que le ha sido revelado a él, percibiendo ambos mundos como un todo. Y él evalúa todas nuestras ilusiones desde este punto de vista.

Nuestro mundo realmente es un mundo de ilusiones. Para empezar, cada criatura viva lo percibe de forma diferente. Cada uno de nosotros se agarra a una ilusión de la existencia de este mundo - nuestro mundo.

Si nuestros órganos sensoriales fuesen diferentes, veríamos el mundo también de forma diferente. Si viéramos en infrarrojos, ultravioleta o rayos x, si escucháramos, oliéramos o sintiéramos en un rango diferente de frecuencia, nuestro mundo - la suma de nuestras sensaciones - sería completamente diferente y dibujaría para nosotros un cuadro completamente distinto. Se sabe que los perros perciben el mundo como lugares de esencias, y las serpientes en forma de estímulos termales - ambos ven el mundo diferentemente. Si no tuviésemos nuestro sentido de la vista (que nos provee del 90 por ciento de toda la información que recibimos), percibiríamos el mundo también de forma diferente, y nos adaptaríamos a él consecuentemente: si no pudiera ver cualquiera de estos objetos, pero supiera de su existencia sólo a través de las sensaciones táctiles, crearía mi modelo del mundo interior basado en esas sensaciones.

En otras palabras, si reemplazáramos nuestros cinco sentidos - la vista, el sonido, el olor, el sabor y el tacto - por otros diferentes, o cambiáramos su rango de frecuencia, nuestra cosmovisión naturalmente sería diferente. Ese hecho aislado nos dice que el mundo es simplemente nuestra realidad subjetivamente percibida, la que existe dentro de nosotros. Si sumáramos órganos sensoriales diferentes, complementaríamos el cuadro de un mundo irreconocible y diferente. Pero no tenemos aun la pista más leve de lo que carecemos.

A sus cinco órganos sensoriales usuales, los cabalistas suman un sentido adicional, denominado "alma." Éste no es simplemente un sentido adicional; funciona según un principio fundamentalmente diferente - un principio de otorgamiento, en vez de uno de consumo. En otras palabras, absorbe información externa, por consiguiente asemejándose a lo que existe fuera de él. Y entonces percibe el cuadro verdadero del mundo exterior, uno que no está pervertido ni distorsionado por su cuerpo y sus parámetros. Esa es la diferencia entre una percepción cabalista de la realidad y nuestra percepción egoísta.

Una percepción altruista no desestabiliza la cosmovisión de uno; más bien, da una sensación, una conciencia y un conocimiento del mundo tal como es, sin distinción del observador. Y ésta es la ventaja principal de la Cabalá. Por eso se la denomina, "la ciencia de la Cabalá" - la ciencia de recibir, de percepción. Sólo uno que observa el mundo de una forma verdaderamente objetiva puede adquirir tal cosmovisión, y basado en esta cosmovisión, puede observar todas las ilusiones y metamorfosis que experimentamos - nuestro cuerpo muere, tomamos otro cuerpo, existimos en él, existimos fuera de él, y así sucesivamente.

E. Litvar: Si yo representara los intereses de aquellos individuos que nunca han estudiado Cabalá, mis preguntas serían iguales que las de ellos. Y debo decir que no quedo convencido. O yo me he debido de perder algo. No entiendo cómo las cosas que usted ha dicho muestren que el mundo es ilusorio.

M. Laitman: Porque percibimos el mundo de una forma muy particular. Los animales y otras criaturas con órganos sensoriales de rangos diferentes de frecuencia perciben el mundo diferentemente, y tienen una cosmovisión completamente diferente. Y si cambiáramos nuestros sentidos arbitrariamente, sentiríamos incluso otra, tercera cosmovisión.

La pregunta es ésta: ¿Existe realmente algo fuera de nosotros, que cada uno de nosotros perciba de forma distinta? ¿O no hay absolutamente nada, y todo existe dentro de nosotros?

Le implantamos electrodos a una persona, transmitimos ciertas señales en su sub-cortex cerebral, en las diversas regiones de su cerebro, por consiguiente dibujando toda clase de imágenes en su imaginación, y son increíblemente parecidas a la realidad y reales - aun más reales que las que siente en su estado habitual. Algunas veces en nuestros sueños vemos imágenes impresionantes, acciones, y panoramas de acontecimientos, y quedamos impresionados por la experiencia mucho tiempo después de habernos despertado. ¿Quizá incluso ahora, aunque nos parezca que estamos despiertos y existimos aquí y ahora, estamos realmente en un sueño, sólo que no podemos pellizcarnos y despertarnos?

¿Dónde está la prueba de que existimos en algún esquema real de acontecimientos, de que esta vida es real, y no algún sueño o cuadro ilusorio forzado en nosotros por electrodos invisibles? ¿Cómo podemos saberlo con seguridad?

E. Litvar: ¿Pero la premisa de que es potencialmente irreal o ilusorio - sólo es una premisa, y no un hecho, correcto? Veo un vaso, Michael ve un vaso, y usted ve un vaso. Le veo sujetándolo. Para mí - esa es la realidad.

M. Laitman: En otras palabras, cualquier condición que experimento en cualquier momento dado es mi realidad. ¿Si, mientras estoy durmiendo, experimento ciertos estados que surgen dentro de mí, comprenden esas condiciones la realidad? ¿Sí o no?

E. Litvar: Sí, claro está.

M. Laitman: Por supuesto que es la realidad; después de todo, existo en un estado, que es real para mí. Una vez que me despierto, entro en otro estado. Así pues, los cabalistas nos dicen que cuando salimos de este mundo al siguiente (el espiritual), vemos que nuestra existencia en este mundo era sin embargo un sueño.

E. Litvar: ¿Por qué?

M. Laitman: Porque cambiamos las realidades.

E. Litvar: ¿Hay muchas realidades diferentes?

M. Laitman: Por supuesto. Pero cada vez es real para mí, para el observador - medimos todo precisamente según la teoría de Einstein

E. Litvar: Que quiere decir....

M. Laitman: Todo es relativo.

E. Litvar: Suponga que un hipnotizador me hipnotiza, y ahora mismo me parece que estoy en una selva, por ejemplo. Pero todos los demás alrededor de mí ven que estamos aquí en este estudio. ¿Qué realidad es mi realidad?

La forma correcta de percibir el mundo

M. Laitman: Los cabalistas, quienes examinan nuestro estado desde el otro mundo, nos dicen: "Ustedes están todos dormidos. A usted le parece que existe en un mundo real, pero usted está realmente en un sueño." Pero la razón por la que nos pueden decir todo esto es porque observan nuestro "estado hipnótico" desde otra perspectiva.

E. Litvar: En otras palabras, existo en ciertas sensaciones individuales que crean para mí una cierta realidad

M. Laitman: Actualmente, usted y yo existimos en un sueño.

E. Litvar: ¿Significa esto que Michael percibe una realidad diferente?

M. Laitman: No, nuestras sensaciones son similares. Nuestros órganos sensoriales tienen una estructura idéntica, que es por lo que nos imaginamos el uno al otro de modo semejante - que existimos, vivimos y nos desarrollamos.

Todo lo que incluimos en el dominio de nuestro mundo es meramente una reflexión de nuestra conciencia. ¿Existe realmente? ¿Con respecto a quién? Esto necesita ser discutido e indagado. Considerando al hombre, decimos: "Sí, respecto al observador - ésta es precisamente la realidad observada." Sin embargo, si él abandona su posición, observará una realidad diferente.

Quizá hay muchos universos o dimensiones diferentes, en la que existimos en estados diversos. Y allí el tiempo puede existir en un estado particular, o tal vez no, o el estado puede estar por encima del tiempo, más allá del tiempo. O puede haber otros estados, que existan según parámetros completamente diferentes - sin tiempo, espacio o movimiento, sin nociones de arriba o abajo u otros parámetros que definan nuestro "yo," nuestra existencia. Pueden ser completamente diferentes, pero no sabemos nada acerca de esto. Y los cabalistas, como alcanzan esta otra dimensión vívidamente en esta vida, nos hablan sobre ella, nos la describen, nos explican que ésta es la dimensión que debemos alcanzar, que una existencia completamente diferente nos espera, que está tan lejana de nosotros que es como si estuviera en un planeta diferente - y debemos alcanzarlo.

E. Litvar: ¿Y esa existencia no es ilusoria?

M. Laitman: Respecto a nosotros ahora mismo, es ilusorio, porque no creemos en ello. Pero ellos alcanzaron este estado, esta existencia, y con respecto a su estado nos dicen que el nuestro es una ilusión completa, como un sueño.

M. Sanilevich: ¿Existen otros estados, además de los alcanzados por los cabalistas?

M. Laitman: No nos pueden decir nada más allá de lo que realmente alcanzan. Después de todo, el hombre lo logra sólo desde dentro de sí mismo, de sus herramientas de percepción, de sus sensaciones. Si adquiere otras sensaciones, entonces podrá contarnos sobre ellas, pero de otra manera - no puede.

Además, cuando los cabalistas consiguen todo esto, su logro es absolutamente preciso y científico - con gráficos, fórmulas y medidas precisas; se lo transmiten unos a otros de tal manera que permiten a otros hacer esos mismos movimientos hacia este otro mundo, para observarlos desde allí, describir sus sensaciones, y las coincidencias de su investigación. Es algo así como las ciencias de nuestro mundo, en cuáles los científicos trabajan hombro con hombro a fin de ampliar su investigación. Al mismo tiempo, los cabalistas también nos advierten que todas sus observaciones son estrictamente subjetivas a sus propios logros.

Y tal como en nuestro mundo respecto del observador, la ciencia estudia nuestra ilusión, o realidad, o nuestra realidad ilusoria, (no tiene importancia como lo llamemos), la Cabalá también estudia la otra dimensión sólo desde la perspectiva del observador, y nos advierte sobre esto. Por este motivo se dice: "Todo lo que el hombre tiene lo alcanza en su Kelim," - sus herramientas. El proverbio real dice: "Eyn Le Daiyan Ele Ma She Eynav Rohot" - "Un juez tiene sólo lo que sus ojos ven" - como su logro más poderoso y fidedigno.

M. Sanilevich: ¿Esta realidad que los cabalistas alcanzan - es la misma para todos ellos? ¿O tiene cada uno la suya propia?

M. Laitman: No, es la misma.

M. Sanilevich: ¿Tal como en nuestro mundo?

M. Laitman: Tal como en nuestro mundo nuestras sensaciones son similares, si bien cada uno de nosotros las experimenta a su manera. Sucede lo mismo con los cabalistas.

E. Litvar: Todas las enseñanzas orientales que afirman que nuestro mundo es ilusorio están de acuerdo con la Cabalá. ¿Sin embargo, la postura por la que consideran este mundo ilusorio puede no coincidir con aquello que un cabalista ve y siente?

M. Laitman: Actualmente incluso la ciencia está desarrollando un claro entendimiento de que nuestro mundo es ilusorio. ¿Qué significa "ilusorio"? Depende solamente de nuestros órganos sensoriales - su rango de frecuencia y su modo de operación. Esa es la "ilusión," aunque no es realmente una ilusión; más bien, es un cuadro completamente subjetivo que dibujo para mí mismo. Si yo tuviera ojos diferentes, orejas diferentes, diferentes sensaciones táctiles y así sucesivamente, percibiría un cuadro diferente: un objeto que da la apariencia de ser sólido para mí, ahora mismo, puede dar la apariencia de ser gaseoso. Si, por ejemplo, viera y guardara relación con nuestro mundo como un neutrino o algunas otras partículas que penetran todo, y sentir que penetro y veo como a través de esta materia, entonces, naturalmente, mi percepción del mundo entero sería completamente diferente.

E. Litvar: ¿Quiere decir que, simplemente no vería este escritorio?

M. Laitman: Por supuesto, sería transparente para mí. ¿Y por qué no? En mis sensaciones actuales, una cierta combinación de ciertos elementos se manifiesta como este cuerpo sólido particular, cuando ciertamente hay otros estados en nuestro mundo, dónde su solidez no es percibida como un problema o un pequeño obstáculo. Bajo una cierta cantidad de presión, siento estos obstáculos; eso es lo que llamamos "sensaciones táctiles" - el objeto presiona contra mí, y más allá de esta presión, de mi reacción construyo el objeto en mis sensaciones: como qué es, a qué se parece, etc.

E. Litvar: Pienso que comienzo a entender. ¿Usted dice que mi percepción es subjetiva porque soy yo quién recibe esta información, correcto?

M. Laitman: Por supuesto.

E. Litvar: ¿Quiere decir que, Michael podría recibirla de manera diferente?

M. Laitman: No, Michael la recibiría de la misma forma, porque nuestras sensaciones son similares, nuestros órganos sensoriales tienen una estructura idéntica.

E. Litvar: ¿Luego es objetivo? Porque si yo, él y otras cien personas...

M. Laitman: ¿Objetivo para quién? Respecto al hombre en nuestro mundo. Así es cómo el mundo se manifiesta dentro del hombre. Pero de todos modos si existe por fuera, no lo sé. Detecto ciertos sonidos y ciertas imágenes; se dibujan dentro de mí, pero no por fuera. Por ejemplo, veo esta mesa y este vaso. ¿Existen realmente fuera de mí? No lo sé, no puedo decirlo. La única cosa que puedo decir es que las imágenes son extraídas dentro de mí y aparecen ante mí como si existiesen por fuera. ¿Este vaso aquí - tiene la misma forma fuera de mis sentidos? No, no tiene la misma forma; justamente se aparece ante mí así. ¿Pero cómo es realmente? No sé cómo es realmente - sólo con respecto al perceptor, al observador.

Hay cuatro métodos para percibir realidad. El método newtoniano afirma que el mundo que existe fuera de nosotros es el mismo que percibimos dentro de nosotros.

Hay otro método que fue desarrollado por Hugh Everett, (un físico americano, el primero que propuso la interpretación la existencia de muchos mundos de la mecánica cuántica), que manifiesta que el mundo es tal y como lo percibimos, pero también es dependiente de las interferencias que nosotros mismos causamos en él. En otras palabras, el mundo es algo en medio del observador y el cuadro que observa: existo en un cierto contacto con el mundo, y nuestras propiedades comunes, nuestros de puntos de contacto dibujan para mí un cierto cuadro. En este caso, el cuadro del mundo que recibo, de hecho depende de mis propiedades.

¿Por qué es esto así? Porque aun en nuestra vida diaria hay ciertas cosas que noto, y otras cosas que no, ciertas cosas que percibo, pero que se libran de mi conciencia inmediatamente después de que las perciba. Quiero decir, que hay ciertas cosas ahí fuera a las que simplemente no presto atención, o, al contrario, en las que enfoco mi atención. Existo según el mayor o menor contacto con objetos diversos, que determinan cómo se dibujan dentro de mí. En otras palabras, percibo sólo una porción del mundo que existe alrededor de mí. Puede tener otros objetos que yo aún no percibo.

Y entonces hay otro enfoque, más cercano al de la Cabalá, (hay también toda clase de teorías que existen entre estas), y manifiesta que, en realidad, no percibimos nada de lo que existe fuera de nosotros. Absolutamente nada. Percibimos sólo lo que está construido dentro de nosotros.

Usted puede verlo de esta manera: Hay una cierta fuente que existe fuera de nosotros; si me doy un golpe con esta mesa - usted oye un sonido. Una cierta acción se ha ejecutado, y crea una cierta onda. Esta onda alcanza su oído, golpea el tímpano, se mueve a través de todos los sistemas, (químico eléctrico,), rebota en su cerebro, el cual lo yuxtapone en frente de datos familiares, determina que es un sonido, y le informa de ello.

¿Qué tiene su percepción que ver con el sonido exterior? Toda clase de reacciones tuvieron lugar: la presión mecánica de esta onda, seguida por los fenómenos eléctricos, seguidos por toda clase de reacciones químicas, yuxtapuestas en frente de sus diversas memorias, recuerdos, y así sucesivamente. ¿Qué tiene todo esto que ver con lo tuvo lugar por fuera? Muy poco. Eso es por lo qué se dice que hay similitudes entre el observador y los fenómenos externos diversos.

Pero la Cabalá nos dice que incluso estas similitudes no existen, y que no hay fenómenos externos - todo existe dentro de hombre. Y fuera de nosotros no hay nada. Hay una constante fuerza, dentro de cuál existimos, y basados en nuestra compatibilidad con esta constante fuerza (este absoluto constante), diversas clases de fenómenos internos ocurren dentro de nosotros, y crean dentro de a nosotros toda clase de sensaciones.

En otras palabras, siento y percibo sólo mis cambios interiores, mi desarrollo  interior respecto de esta constante fuerza externa. Y este cuadro de mis cambios interiores se me presenta como mi cosmovisión. Esto es lo que indica la Cabalá y describe, y lo hace tan científicamente - usando las matemáticas, la física, los gráficos, y así sucesivamente, invitándonos a entrar en esta realidad. Y cuando comienzas a estudiar eso, lo investigas, y entras en estos estados, ves que es verdaderamente así.

Y la ciencia gradualmente está llegando a esta conclusión también. Antes la confianza de las personas yacía en Newton a solas, luego Einstein, luego Hugh Everett, y ahora comienzan a estar de acuerdo o al menos a escuchar lo que ha estado diciendo la Cabalá y describiendo desde hace miles de años.

E. Litvar: ¿ De lo qué usted dice se desprende que, a lo largo de la vida entera del hombre, mientras él piensa que está estudiando el mundo que le rodea, en realidad está estudiándose a sí mismo?

M. Laitman: Absolutamente cierto. Sí, nos estudiamos a nosotros mismos. Generalmente hablando, todo esto no es más que un acto de conciencia de sí mismo.

¿Por qué alcanzar la realidad?

M. Sanilevich: ¿Pero por qué debería alguien alcanzar la realidad que existe fuera de él? ¿Cómo le beneficia? ¿Le enseña cómo vivir su vida o algo por el estilo?

M. Laitman: Estamos siendo empujados hacia la entrada de esta realidad nueva, y debemos introducirnos en ella. Nos debemos sentir en ella. Debemos existir en ella, porque la existencia en esta realidad externa más alta es eterna y completa. Es hacia dónde la naturaleza nos está empujando.

No tiene importancia si lo deseamos o no. Así es cómo estamos estructurados desde el mismo comienzo - debemos experimentar este desarrollo gradual y debemos venir a sentir esta realidad externa, entrar y existir dentro de ella. Tanto que la sensación de este mundo y nuestros contactos dentro de él desaparezcan. Y el cuadro presente asciende, poco a poco, como transformándose en las imágenes y las fuerzas de esa realidad externa, superior.

M. Sanilevich: Alex de Berlín plantea la siguiente pregunta (pienso que usted  ha contestado ya parcialmente): "En una ocasión, Lao Tze, el fundador del taoísmo, soñó que era una mariposa. Cuando se despertó, dedico mucho tiempo a pensar acerca de lo que era en realidad: ¿Una mariposa, que sueña que es Lao Tze, o Lao Tze, que sueña que es una mariposa?" ¿Qué le puede decir la Cabalá?

M. Laitman: La Cabalá le puede decir esto: Eventualmente entrará en otra realidad. Él existe doblemente en la vida, el menos en lo que llamamos "vida," y en un sueño, pero porque sus sensaciones son tan vívidas, no puede distinguir una de la otra. ¿A propósito, las sensaciones en un sueño pueden ser aún más vívidas que en la vida - no es cierto? Y lo contrario también puede ser cierto, así pues esto no quiere decir nada. Cada vez que nos quedamos dormidos y luego despertamos, somos dueños de nosotros mismos, porque dividimos estas dos cosas - esto es la vida, y esto es un sueño. Sin embargo, en esencia, ambos estados son ilusorios.

La Cabalá le habría mostrado a Lao Tze que allí hay otro estado, el cual existe más allá de ambos, sueño y vigilia, un estado que contiene un flujo absoluto y constante de información, y este estado es denominado "vida eterna y perfecta o existencia," aunque ésta no es nuestra comprensión de "la vida." Y mirando desde esa existencia a nuestro estado presente, a la naturaleza entera inanimada, vegetativa y animada de nuestro mundo, nuestro universo, incluyendo al hombre, es meramente una ilusión, grupos de energía - y nada más. Entonces, ambos estados - el sueño y la vigilia - se aparecerían ante Lao Tze como una mera ilusión respecto a aquellos que viven en ella.

M. Sanilevich: ¿Y puede alguien existir en ambos mundos simultáneamente?

M. Laitman: Hasta que un cabalista complete totalmente su ascensión al Mundo Superior, a la siguiente dimensión, retiene la sensación de nuestro mundo. Tan pronto como se introduce completamente en esta realidad superior, retiene las sensaciones de este mundo solamente porque necesita mantener contacto con otras personas. Sin embargo, no hay esencialmente ninguna necesidad de volver a esta ilusión más.

M. Sanilevich: ¿Pero como él vive aquí, existe también en ese mundo al mismo tiempo? O, por ejemplo, en este mundo puedo ver o no puedo ver, puedo oír o puedo tapar mis oídos y no puedo escuchar; ¿Puede un cabalista también, mientras existe en este mundo con sus cinco sentidos y en el mundo espiritual simultáneamente, desprenderse algunas veces de allí?

M. Laitman: Algunas veces se desprende," y esto depende de que se asocie como estrés interno con el Mundo Superior. Para existir en la dimensión superior, uno necesita actuar de una manera particular. Por ejemplo, si una persona está muy enferma, si pierde la conciencia o si no tiene la oportunidad de enfocarse apropiadamente y relacionarse con esta dimensión, puede desprenderse de ella.

M. Sanilevich: ¿Pero sabe que se ha desprendido? ¿Tiene conciencia de ello?

M. Laitman: Sí. Es decir, el contacto con el Mundo Superior se queda en una persona por siempre. Y restablecer este contacto depende solamente de él.

¿Qué se quiere decir con "superior, espiritual"?

M. Sanilevich: ¿Por qué esta palabra - "superior"?

M. Laitman: "Superior," porque desde allí nuestro estado presente es percibido como inferior limitado y transitorio. Un estado espiritual es dominante y verdaderamente mejor. Por esto es denominado, "superior." En nuestro mundo, es así cómo asignamos la correlación - "superior e inferior."

M. Sanilevich: ¿Y por qué es, "el mundo espiritual"?

M. Laitman: "Espiritual," porque no guarda relación con objetos corpóreos - está por encima de ellos, más allá de ellos.

M. Sanilevich: ¿Y de dónde procede la palabra "espiritual" en sí misma? ¿De la raíz de "espíritu"?

M. Laitman: En la Cabalá, se usa la palabra Ruach. Generalmente hablando, sin embargo, la fuerza que gobierna a nuestro mundo se divide en cinco fuerzas: Nefesh, Ruaj, Neshama, Jaya y Yejida. Y combinadas se las denomina "la Luz Superior." No es la luz de nuestro mundo, sino la luz del Mundo Superior, es decir con propiedades y frecuencias completamente diferentes. Luego, los conceptos de Luz y espiritualidad son uno y lo mismo.

E. Litvar: Si mal no recuerdo, una de las cosas por las que Julio César fue famoso era por su habilidad para hacer cinco cosas a la vez. ¿Puede usar un cabalista la mente de nuestro mundo material, digamos que para entablar una conversación con nosotros dos, mientras usa su mente cabalista para departir, por ejemplo, con Julio César?

M. Laitman: ¡Constantemente! Porque éstas son dos secciones absolutamente desconectadas de su "yo": la animal es la sección inferior de nuestro mundo, y la espiritual le compete al alma superior. Naturalmente, él existe en ambos mundos.

E. Litvar: ¿Y si la mente de una sección le pregunta a la mente de la otra cual es el lugar es más divertido de los dos, cuál sería la respuesta?

M. Laitman: ¿Pues bien, qué piensa usted? No hay nada peor que nuestro mundo.

E. Litvar: Pero hay tantas cosas interesantes aquí.

M. Laitman: Así como los niños en una guardería se divierten también con sus juguetes. Pero realmente no hay nada peor que nuestro mundo.

E. Litvar: ¿En todos los aspectos?

M. Laitman: Absolutamente.

E. Litvar: ¿Entonces, en serio, cualquier persona de este mundo está siempre peor que en el otro?

M. Laitman: Cualquier persona. Porque en este mundo en el que vivimos, constantemente huimos del sufrimiento. Y apenas una gota diminuta de placer la percibimos como felicidad. Esta gota se extingue inmediatamente, y todavía una vez más reanudamos nuestra cacería de los placeres ilusorios. Y esta cacería es lo que llamamos "la vida." En verdad, no es nada más que una búsqueda interminable o de cualquier clase de satisfacción. Por lo tanto, nosotros en realidad no lo podemos llamar interesante o bueno, excepto quizá por la falta de una mejor alternativa. Pero sugiero que pruebes la alternativa, y luego verás.

E. Litvar: Una pregunta de dos partes de internet: "¿Hay mundos paralelos?" es la primera parte, y la segunda está dirigida a usted directamente: "¿Estuvo Ud. alguna vez en ellos?"

M. Laitman: No sé lo que quieren decir con, "mundos paralelos." Hay una colección variada de nuestras reflexiones en otras palabras. Hay un total de cinco mundos: Assiya, Yetzira, Beria, Atzilut, Adam Kadmon y Olam Ein Sof - los así llamados mundos paralelos, pero todos ellos son espirituales. No hay otros mundos o universos corpóreos, como el nuestro.

Existimos en el nivel más inferior posible. Todo lo que existe por encima de este nivel aunque sea sólo un grado superior es ya espiritual - un total de 125 grados, divididos en cinco mundos.

E. Litvar: En los 60-70s hubo montones de disputas en lo que se refiere a si había vida en Marte. ¿Así es que su respuesta es no?

M. Laitman: Marte no es ni un universo paralelo ni un mundo paralelo.

¿Existe el tiempo?

M. Sanilevich: La siguiente pregunta: ¿Cómo y por qué aparece la sensación de tiempo?

M. Laitman: La sensación de tiempo es estrictamente subjetiva. De conformidad con esta sensación subjetiva, observamos que nuestro mundo está en marcha, presenciamos procesos de causa y efecto, donde la causa siempre precede efecto, y el efecto, a su vez, se convierte en causa para el siguiente efecto, y así sucesivamente. Estos cambios, tal y como se nos manifiestan en esta secuencia, crean en nosotros una sensación de tiempo.

En realidad, incluso la ciencia, comenzando por Einstein, manifiesta que el tiempo no existe ni dentro ni fuera de sí mismo. Hay probabilidades, y no sólo probabilidades, sino que también instancias donde el efecto precede y determina la causa, y ambas, la vida y el tiempo no fluyen en una dirección fija, sino en una completamente diferente. Éstas son las conclusiones de la ciencia moderna. Y la Cabalá manifiesta que no existe siquiera la noción de tiempo. No existe.

E. Litvar: ¿El tiempo o la noción?

M. Laitman: El tiempo no existe. En otras palabras, el mundo verdadero (el mundo espiritual) no es un mundo de tiempo; más bien, es un mundo de categorías y fuerzas. No podemos imaginar esto, porque nuestras vidas son completamente deterministas. Nuestro pulso, nuestra vida: todo lo que percibimos se graba en nosotros automáticamente en términos del tiempo - cuando el citado acontecimiento tuvo lugar - algo así como en una computadora. Usted presiona un botón, y el tiempo de esta presión ha sido registrado. La siguiente acción - el siguiente botón - grabada otra vez. Y lo que sea que estés haciendo (recibir o enviar mensajes), todo está siendo registrado en términos de tiempo, según el reloj interior de la computadora. Y ese mismo reloj interior existe en nosotros.

Pero en realidad (en el mundo espiritual), esto no es así. Y la ciencia gradualmente lo está revelando y está de acuerdo con esto, como con todo lo demás que la Cabalá dice. Es realmente asombroso. ¡Imagínate, El Libro de Creación, escrito allá en tiempos de la antigua Babilonia (hace cuatro mil quinientos años!) habla de las mismas cosmovisiones y conceptos "nuevos" que la ciencia comienza a acometer hoy. Todo lo que tú y yo hablamos ahora mismo desciende de allí.

E. Litvar: ¿Si le entendí correctamente, la sensación de tiempo surge en una persona como resultado de un cambio de estado, un surgimiento de nuevos estados - como si le dieran alguna indicación interior o percepción del tiempo?

M. Laitman: Si no hubiera cambios, nosotros no sentiríamos el tiempo.

E. Litvar: Y usted dice que no existe el tiempo en lo espiritual. ¿Quizá mi pregunta sonará tonta, pero no significa eso que lo espiritual contiene sólo un estado?

M. Laitman: Sí. Eso es absolutamente correcto. Lo espiritual no puede contener múltiples estados. De otro modo estarían clasificados en relación de uno al otro: mejor o peor. Lo espiritual es absoluto.

E. Litvar: Pero usted mismo dijo que contiene cinco mundos.

M. Laitman: Esos cinco mundos pertenecen a un ascenso gradual al mundo final. Un estado espiritual verdadero es este mundo final, en el cuál las nociones de tiempo y causalidad son completamente anuladas.

E. Litvar: ¿Se convierte la persona en más estúpida o algo por el estilo?

M. Laitman: No, no se hace más estúpido; al contrario, su alcance se convierte absolutamente ilimitado.

E. Litvar: ¿Así pues el tiempo desaparece porque ya no es necesario?

M. Laitman: El tiempo es lo que nos vincula, y es la razón de nuestra locura. Mientras que sin tiempo nuestras ataduras desaparecen, y verdaderamente podemos ser omniscientes y omnipotentes. La causa y efecto se contrae, se combina en un todo individual, y alcanzamos el universo en toda su capacidad.

E. Litvar: ¿En otras palabras, la sensación de tiempo en lo espiritual cambia de la forma que lo percibo ahora hasta el estado final, cuando esta sensación desaparece enteramente? ¿Quiere decir que desaparece gradualmente? ¿Y la sensación de tiempo existe en los mundos espirituales de algún modo, correcto?

M. Laitman: Existe como causa y efecto. El tiempo existe cuando la causa y el efecto están separados: aquí está el comienzo y aquí está la siguiente etapa. En nuestro mundo estos dos acontecimientos pueden estar separados por muchos años, ya que nada tuvo lugar entre ellos, en lo espiritual permanecen conectados, permaneciendo cerca el uno del otro, uno siguiendo al otro.

En otras palabras, el mundo espiritual no se forja en base al ' tic-tac ' de mi reloj de pulsera, mi pulso o mi corazón; se forja solamente con acciones espirituales. La secuencia de acciones espirituales determina el tiempo espiritual. No existe noción de tiempo mecánico ni dentro ni fuera de sí mismo, como las revoluciones del sol, la tierra y así sucesivamente. En lo espiritual, el tiempo constituye desarrollo causal de una persona.

¿Así que donde está Dios?

E. Litvar: ¿Cuándo usted dice "espiritual," quiere decir alguna clase de ángeles?

M. Laitman: Los ángeles son fuerzas.

E. Litvar: Para mí, lo espiritual significa música de órgano, ángeles regordetes contra un cielo azul

M. Laitman: ¿Y qué hay de espiritual en eso? Ve a cualquier templo y verás toda clase de atributos. ¿Por qué son espirituales? Son absolutamente corpóreos. Y están usualmente hechos de materiales finos y caros. No hay allí nada espiritual en ellos.

M. Sanilevich: ¿Entonces donde entra Dios? ¿Continuamos diciendo "el tiempo, los mundos"... qué hay acerca de Dios?

M. Laitman: No hay Dios. ¿Dónde ha visto usted alguna vez un Dios? Él no existe. Hay una fuerza general de la naturaleza, que rodea y gobierna todo. Puedes llamarlo Dios o Creador, que es cómo lo tipifica la Cabalá.

Creador - porque crea. Ésta es una fuerza que creo todo. Pero el Dios que se retrata en la religión - uno que cambia respecto a las personas, que reparte castigos o recompensas, que es tanto amable como cruel, y demás - no hay un Dios como ese, eso no es nada más que cuentos de hadas. Así es cómo se imagina un niño pequeño el mundo, transfiere sus sensaciones y sus percepciones de la vida hacia categorías superiores. Es algo así como los dioses de la antigua Grecia - se casaban, engañaban a sus esposos, se mataban los unos a los otros, y así sucesivamente. La mitología es enriquecedora y bella, pero un cuento de hadas no obstante. Es obviamente inventado por el género humano con base a lo que observa en este mundo.

Lo mismo es cierto con todas las demás religiones. Son todos cuentos de hadas humanos, especulaciones de lo que supuestamente puede existir en alguna parte muy lejana. Una vez la gente pensó que existía en el espacio, ya no lo piensan más. ¿Quizá detrás de una galaxia en alguna parte? No puedo suponer donde les lleva su imaginación. ¿Qué dimensión? Nadie lo sabe. ¿Dónde entonces? ¿Qué es este dios? ¿Dónde se esconde? Antes las personas pensaban: la tierra es plana, quizá él esté en el otro lado. Hoy día sabemos que es redonda, así es que realmente no puede esconderse  en cualquier parte. ¿Qué está todavía imaginando el género humano? Me parece que no se está imaginando ya ninguna cosa más.

M. Sanilevich: ¿La naturaleza ciega, entonces? ¿Es esto lo que Dios es?

M. Laitman: El Creador es la naturaleza - una ley de la naturaleza general, invariable, una ley de otorgamiento absoluto y amor.

M. Sanilevich: ¿Él siente? ¿Puede sentirnos?

M. Laitman: No podemos afirmarlo. Si usted habla de lo que él siente, quiere decir que le percibes, le estudias, y sabes lo que siente al transferir tus sentimientos sobre Él.

M. Sanilevich: ¿Puede ser estudiado?

M. Laitman: ¡Por supuesto! Ésta es precisamente la meta y el propósito del hombre. "Alcanza a tu Creador" es un mandamiento. En otras palabras, estúdiale y ven a conocerle completamente, sé como él. Es hacia esta Fuerza Sublime de la naturaleza a la que debemos llegar. Debemos adaptarla dentro de nosotros, debemos convertirnos en ella, debemos existir en el mismo nivel que ella. Pero, es una fuerza, una propiedad. No es un objeto.

No hay objetos en lo espiritual ni nada por el estilo; los ángeles alados que has mencionado son fuerzas igualmente. No son corpóreas. Un ángel es una fuerza. Por ejemplo, la fuerza de la gravedad es un ángel. Cualquier fuerza es llamada ángel. ¿Por qué? Porque es una parte de la fuerza general, denominada el Creador.

E. Litvar: Cuando mi nivel de percepción de realidad cambie, y esté por encima de este mundo...

M. Laitman: ¡Entonces verás estas fuerzas por ti mismo!

¿Tienen los ángeles alas?

E. Litvar: ¿Veré entonces esta fuerza como si tuviera alas?

M. Laitman: (Risas)

M. Sanilevich: ¿Un momento, pero por qué son dibujados con alas? Yo en realidad no entiendo.

M. Laitman: Pues bien, amigos, cuando las religiones necesitaron esparcirse por todos lados, es cuando todo el asunto de "las alas" sale a relucir luego llegaron - los querubines, serafines y así sucesivamente - todas estas cosas son especulaciones del género humano, nada más.

E. Litvar: Tenemos a este gran artista - Hieronymus Bosch - que dibujo muchos libros de pecados... Repletos de todos estos monstruos y bestias.

M. Laitman: Si usted toma la Biblia o cualquier otro libro de la antigüedad, realmente hablan de ángeles alados. ¿Pero qué significan realmente estas nociones - "los ángeles, las alas"? Usamos palabras del diccionario de nuestro mundo para describir el mundo espiritual, pero estas palabras se refieren a objetos completamente diferentes, a acciones y dimensiones completamente diferentes. Pero cuando usamos estas palabras, visualizamos las imágenes que encarnan. En este punto yace el problema: imaginamos el mundo espiritual en términos de nuestro mundo, con algunas otras cosas añadidas. Que existe un caldero que cocina a los pecadores...

E. Litvar: Sí, sí.

M. Laitman: ¿Cómo los cocinan? ¿Se cocina a las almas o alguna otra cosa?

E. Litvar: No lo sé.

M. Laitman: ¿Pues bien, quién entonces, si no eres tú? ¿El cuerpo estaba sepultado, o no? No se está cocinando en cualquier parte. Puedes cavar y verlo por ti mismo. ¿Entonces, qué más puede ser? ¿Qué más pueden festejar estos pobres demonios, si no es el cuerpo?

E. Litvar: ¿Cuándo asciendo por encima de este nivel, percibo todavía este nivel nuevo como alguna clase de materia? ¿Este mundo, como la materia de este mundo, el otro mundo que alcanzo (usted mencionó el mundo de Assiya) como la materia del mundo de Assiya?

M. Laitman: ¿Qué quieres decir con "la materia del mundo de Assiya"?

E. Litvar: No lo sé.

M. Laitman: ¡Las propiedades! Excepto por nuestra percepción de la materia, todo lo demás son meramente propiedades y fuerzas - nada más.

A esta percepción uno tarda mucho tiempo en acostumbrarse, en explorarla, procesar la información existente e incrementarla. Está lejos de ser simple. Recuerdo cómo aprendimos la teoría de relatividad en la universidad. Las personas tuvieron toda clase de problemas: Necesitamos adaptarnos enteramente a parámetros diferentes, como el viaje más allá del tiempo. Los estudiantes también experimentaban estas revoluciones interiores. Y con siete u ocho meses en aprender la teoría de relatividad, repentinamente comenzarían a asimilar una cierta cantidad del material - harían este gran esfuerzo para ajustarse al asunto y referirse a él correctamente. En otras palabras, ascienden ligeramente por encima de los límites corpóreos hacia el nivel del que Einstein, y luego Hugh Everett, y así sucesivamente, hablaban.

Pero aquí hablamos de un nivel aun más abstracto, uno que está muy distante de nuestra percepción corpórea. Por consiguiente, también toma algunos meses de dedicado estudio para comenzar a pensar en los términos y en las imágenes verbales de las que nos hablan los cabalistas. No hay nada que puedas hacer acerca de eso. Necesitamos tiempo para adaptarnos. Nuestra mente es capaz, pero necesita ser desarrollada gradualmente, paso a paso.

E. Litvar: ¿Transmitieron los cabalistas sus pensamientos, teorías y conocimientos en un idioma tan confuso a propósito, para confundir a las personas? ¿O hay otra razón? ¿Yo en realidad no entiendo - por qué escribir "alas," si no hay ninguna?

M. Laitman: ¿De qué otra forma puede describir usted para alguien de nuestro mundo acontecimientos que ocurren en otra dimensión, una que no percibe? Supón que has estado en esa esta otra dimensión, regresas de allí y quieres hablarme sobre eso. Adelante, cuéntame, te escucho. Bien, haz la prueba, piensa algo. Necesitarás decirle a una persona algo así como: "¿Sabes qué experimenté allí? Es como un vaso, como una pared, como una casa, como yo, como tú - como algo... "

M. Sanilevich: ¿Entonces por qué no lo escribieron así?

M. Laitman: ¡Así es exactamente, es lo que escribieron!

M. Sanilevich: No escribieron: "Son como alas, pero no son realmente alas."

M. Laitman: ¡Espera un minuto! Describen acontecimientos como si acontecieran en nuestro mundo, que conllevan acciones que ocurren en el mundo espiritual. ¿De qué otra forma los puede describir? ¿Tú en realidad piensas que escribían sobre las acciones de seres humanos en nuestro mundo - proliferando, peleando etcétera? ¿Es acerca de esto de lo qué escribían? ¿Es por esto por lo que a estos libros se les llama sagrados?

Estos libros describen estados espirituales. Pero no pueden estar escritos de ninguna otra forma sino por las imágenes de nuestro mundo. Y depende ahora de ti (si eres capaz) examinar cuidadosamente este mundo, por encima de y más allá de él, y entonces verás de lo que realmente hablan. Pero no tienen otra forma de transmitírtelo.

Allí está la ciencia de la Cabalá, pero sólo puede ser leída por alguien que está entrando en el Mundo Superior. Porque las fuerzas que describe - su enumeración, su correlación (sin cualquier mención de la materia) - son simplemente fuerzas y sus interacciones. Pero  percibes estas fórmulas, gráficos e interacciones de fuerzas como una ciencia - las matemáticas, los medicamentos, etc. Y no significan nada para ti, porque no ves o sientes estas fuerzas dentro de ti mismo.

Los libros cabalistas se escriben en un idioma especial, denominado el idioma de la Cabalá. Sin embargo, sólo pueden ser leídos por una persona que ya existe en un nivel espiritual particular. Luego, al leerlos, inmediatamente reproduce y ve el cuadro verdadero. Para él, el libro es como una guía para un cierto lugar: inmediatamente ve y realiza todas las acciones necesarias.

Pero si una persona no existe en el mundo espiritual, la descripción de ese mundo sólo puede hacerse por las imágenes corpóreas. Así surgió la Biblia, así como también todos los demás libros sagrados que (sin embargo) hablan acerca de nuestra existencia corpórea: y el ángel vino a Abraham, y empezó a hablarle, y luego algo más sucedió, etc.

No hay otra manera de hacerlo. ¿Qué es esta fuerza espiritual,  llamada "Abraham"? Y qué hay de este ángel: ¿qué es esta fuerza que influye a la otra fuerza? ¿Y qué ocurre entre ellas? La única cosa en cuestión aquí son las categorías espirituales.

E. Litvar: ¿Pero Abraham existió en nuestro mundo, no es cierto?

M. Laitman: Tanto si existió en nuestro mundo como si no es irrelevante. La Cabalá no habla de la historia. ¿Quién se preocupa por un beduino que cuida de su ganado en alguna parte?

E. Litvar: ¿Entonces quién hizo venir al ángel - Abraham que estaba en este mundo?

M. Laitman: No.

E. Litvar: ¿Entonces por qué está él sepultado como el mayor patriarca?

M. Laitman: ¡El ángel no entró en este mundo en absoluto! Lo de, "venir del ángel," quiere decir que influyó al Abraham espiritual, y no al cuerpo que vivía en la tienda de campaña. ¿Qué piensas - que entró volando a su tienda de campaña y comenzó a gravitar sobre él, agitando sus alas? Me recuerda a las pinturas de la Edad Media.

E. Litvar: Sí, la Biblia de los niños es muy bonita; Los artistas hicieron un gran trabajo.

M. Laitman: ¡Ahora imagínate lo que nuestros niños sacan de todo esto! ¡Los confundimos de por vida! Así permanecen confundidos de generación en generación.

E. Litvar: Está bien, así es que todos los libros sagrados hablan acerca de algo enteramente diferente de nuestras interpretaciones. ¿Significa esto que no hubo un éxodo de Egipto? ¿Que nadie recibió la Torá en el monte Sinaí?

M. Laitman: Todas esas cosas tuvieron lugar. Pero los cabalistas escriben sobre algo más.

E. Litvar: ¿Así es que los cinco libros de Moisés hablan de algo más?

M. Laitman: Sobre algo más completamente. Los cabalistas no hablan de acontecimientos de nuestro mundo, pero los utilizan para referirse a lo que ocurre en el mundo espiritual.

E. Litvar: ¿Pero realmente vagaron en nuestro mundo por el desierto durante cuarenta años?

M. Laitman: Sí, claro está, pero esa no es la cuestión. ¿Si lo fuera, por qué hablar acerca de ello? ¿Qué hay de interesante en eso? ¿No experimentaron otras naciones algo semejante? ¿Pero no, los judíos justamente tuvieron que tomar notas y diseminar esta autobiografía suya, es eso?

E. Litvar: Pues bien, se convirtió en una preciosa lectura popular... Bueno, tenemos una pregunta de Alemania: "¿No es un poco aburrido todo este asunto de la totalidad ' ningún tiempo, ningún movimiento '? ¿Aquí usted al menos puede aparecer de pronto en Hawai durante un ratito, pero allí?"

M. Laitman: Allí no necesitas hacer aparecer nada. En el mundo espiritual el hombre es omnipotente, existe en una dimensión sin fronteras o límites. Ahora compara eso con aparecer de pronto en Hawai, aferrándote a la esperanza de asir algunos placeres triviales más.

El mundo espiritual es perfecto; No contiene estados de vacuidad, seguidos por satisfacciones marginales, seguidos por más vacuidad, etcétera. Sólo nuestra vida miserable es construida sobre estas transiciones, reduciéndose a una persecución interminable de chispas diminutas de placer. Este estado no existe en lo espiritual. El mundo espiritual contiene sólo la Luz constante e infinitamente satisfactoria.

E. Litvar: ¿Significa eso que si bebo un vaso de agua en el mundo espiritual, mi sensación permanece conmigo para siempre?

M. Laitman: Sí. Y cada vez le añades tu siguiente sensación, por consiguiente ascendiendo y expandiéndose cada vez más.

E. Litvar: ¿En otras palabras, si, por ejemplo, estoy sediento en el mundo espiritual, todo lo que necesito hacer es en cierta forma conseguir este agua a través de mis pensamientos? ¿Ya existe dentro de mí, y solamente necesito encontrarlo?

M. Laitman: Sí.

E. Litvar: ¿No necesito correr a alguna parte para conseguir un vaso de agua fría?

M. Laitman: No hay movimiento en absoluto. Cualquier deseo se cumple tan pronto como surge. No hay tales estados donde deseas primero y satisfaces tu deseo sólo después.

E. Litvar: ¿Y en ese mundo, alcanza la temperatura los 45 grados, como hoy?

M. Laitman: Es un estado de armonía y comodidad absoluta.

Acerca del viaje en el tiempo

M. Sanilevich: Una pregunta acerca del viaje en el tiempo: ¿Alcanzaremos alguna vez un estado en el que nuestro cuerpo estará capacitado para viajar en el tiempo, como vemos en las películas?

M. Laitman: Podemos evocar esa ilusión dentro de nosotros, tal como evocamos la ilusión de nuestro mundo. No es un problema. ¿Pero entonces qué pasa? ¿Qué es el presente, el pasado y el futuro? Son sólo cuadros que ya han sido implantados dentro de nosotros, que se desarrollan en nuestra imaginación a lo largo de un eje de tiempo.

Por ejemplo, miro una cinta de película y veo toda clase de imágenes separadas por un comienzo, una mitad y un fin. La película es reproducida desde el principio, pero darle al avance rápido y veo qué ocurre a mediados o al final. Y luego rebobino de regreso al comienzo. Esta cinta de película existe dentro de nosotros íntegramente y es gradualmente revelada.

¿Me preguntas si la puedo rebobinar? No hay problema, porque ya existe dentro de nosotros. Nada existe fuera de nosotros; Todo es evocado desde el interior. En otras palabras, esta película entera existe dentro de nosotros. Y el reproductor de vídeo que reproduce la película está también dentro de nosotros. Para mí, saltar del principio a final no es sólo posible, es muy fácil.

M. Sanilevich: ¿Cómo puede Ud. hacerlo?

M. Laitman: ¿Para qué?

M. Sanilevich: Quiero ver cómo fueron las cosas 200 años atrás.

M. Laitman: Eso no es un problema; Todo esto puede ser fácilmente evocado dentro de una persona. Por supuesto, todos estos registros de información están protegidos por un código secreto especial, quiero decir, como una base de datos privada en una computadora, porque usted necesita adaptarlos de conformidad con su desarrollo espiritual.

Nuestro mundo es realmente como un área de recepción, en cuál el hombre gradualmente se desilusiona de su existencia en esta dimensión, y es forzado por un deseo de entrar en la siguiente dimensión. La siguiente dimensión es la dimensión espiritual. Y esta es la razón por la qué no tenemos permiso de divertirnos con el tiempo simplemente por puro gusto, porque luego no llevaríamos a cabo el programa de la creación - alcanzar al Creador y igualarse a la Fuerza Superior.

E. Litvar: ¡Cuando usted hablaba de la cinta de la película  y lo fácil que es viajar al pasado, el futuro, (dondequiera!), ¡pensaba que las personas pagarían sumas increíbles de dinero por esto! Por placer, visitar el imperio romano antiguo, por ejemplo, ir al Coliseo y observar a los gladiadores, decirle al emperador romano: "Nerón, amigo mío, escuche... "

M. Laitman: No, eso es incorrecto. Puedes observar esta película, pero no puedes intervenir, porque en aquel momento estabas en otra encarnación, no en la actual en la que estás ahora.

E. Litvar: ¿Sólo puedo observar la película como un espectador?

M. Laitman: Puedes ir de acá para allá, pero de conformidad con tu estado.

E. Litvar: ¿Quiere decir, el hombre que fui entonces?

M. Laitman: O el hombre que serás. Por supuesto.

E. Litvar: ¿Así es que sólo podría sacar brillo a las botas de Nerón, es eso? ¿Volvería a ese mismo estado, correcto?

M. Laitman: O peor.

E. Litvar: De acuerdo, pero yo hablaba de algo más. En realidad me gustó su descripción, pero para nosotros estas cosas hoy son adorables pero son sueños infranqueables.

M. Laitman: ¿Por qué? Personalmente no veo nada agradable en la historia del género humano para justificar un deseo para viajar de vuelta allí. ¿Quieres volver a tu estado anterior? Te será mostrado tu estado hace 200-300 años atrás, quién fuiste y lo que sentiste. ¿Puede imaginarte cómo sería eso?

Percibes a este mundo desde dentro de ti mismo; la película (esta ilusión entera) rueda dentro de ti. Desaconsejaría volver atrás. Sin embargo, avanzando adelante es donde puedes ejercitar tu libertad de elección.

En otras palabras, las tomas ya están predeterminadas, pero quién serás en esas tomas no lo está. Esto depende de ti. Por consiguiente, el futuro todavía permanece como signo de interrogación. Hay un cierto papel que debes desempeñar, pero cómo lo interpretarás depende de ti.

E. Litvar: Todos estos placeres, si bien falsos o ilusorios, que nos quitan el aliento, a usted le parecen ridículamente pequeños. Pero en lo espiritual usted siente algo tremendo...

M. Laitman: Por supuesto, hay absolutamente ninguna razón para preocuparse con nuestro mundo, aparte de ayudar otros a introducirse en esta dimensión más rápidamente, pues así es el programa de la naturaleza.

 

E. Litvar: ¿Pero todo el mundo debe entrar en ella?

M. Laitman: Absolutamente todo el mundo, y en nuestro tiempo también.

E. Litvar: ¿Incluso alguien de Papúa que se está comiendo una banana en alguna parte en este momento?

M. Laitman: Por supuesto. Y no sólo alguien de Papúa, por cierto, sino que también todas esas ilusiones que vemos - la naturaleza inanimada, vegetativa y animada - todos ellos logran este nivel espiritual conjuntamente con nosotros.

E. Litvar: ¿Usted se refiere a los elefantes, los árboles y las rocas?

M. Laitman: ¡Todo! No se dejará nada en la dimensión que percibimos como nuestro mundo.

E. Litvar: ¿Desaparece este planeta entonces?

M. Laitman: La ilusión de este mundo desaparece.

M. Sanilevich: ¿En esos que se libraron de él o en todo el mundo?

M. Laitman: No desaparece en aquellos que se libraron de él; más bien, lo observan desde un lado. Pero cuando el género humano realice su misión y todas las almas asciendan al nivel del mundo espiritual, la necesidad de este mundo - la mínima percepción corpórea - desaparece. Y estas almas ahora se perciben como existentes solamente en la dimensión espiritual.

La vida después de la muerte

E. Litvar: Mientras existe en nuestro mundo, un cabalista percibe a ambos mundos de inmediato. ¿Qué le ocurre a un cabalista cuando su cuerpo muere? ¿Cómo percibe este mundo?

M. Laitman: Él percibe este mundo desde el mundo espiritual

E. Litvar: ¿Con su alma?

M. Laitman: Sí, claro está.

E. Litvar: ¿Pero todavía lo ve y lo siente?

M. Laitman: Con su alma, lo mismo que antes. Pero antes percibía a nuestro mundo con su alma y su cuerpo físico. Si su cuerpo físico muere, entonces lo percibe con su alma sólo.

E. Litvar: ¿Nos ve Baal HaSulam ahora mismo?

M. Laitman: No sé lo que usted quiere decir con "ve" y con "Baal HaSulam." Porque si " Baal HaSulam " es un humanoide que se parece a ti, oye, siente, entiende, etc. como tu - entonces no, porque no tiene estos órganos sensoriales. Tiene sólo los órganos sensoriales espirituales. Que son denominados Keter, Jojma, Bina, Zeir Anpin, Maljut.

E. Litvar: ¿Cinco, como nosotros?

M. Laitman: Sí.

E. Litvar: ¿Cuándo usted dice "ve nuestro mundo" - qué quiere decir?

M. Laitman: Él percibe una única dimensión en el universo. Después de todo, no hay división; somos solo nosotros los que vemos una porción diminuta dentro de nosotros mismos, porque nuestros órganos sensoriales no están desarrollados más allá de los límites de esta dimensión. Pero si los revelamos más allá, sentiremos la parte restante del Universo - el Mundo Superior - y se convertirá para nosotros en singular y transparente.

M. Sanilevich: La siguiente pregunta: ¿Hacia dónde se dirige el sistema - el caos o el equilibrio?

M. Laitman: El sistema es dirige hacia la revelación de una armonía singular y absoluta. Esto quiere decir que no es ni caos ni equilibrio la forma en que los imaginamos.

Puedes llamarlo "el equilibrio." Y podemos verlo incluso en nuestro mundo. Todos los problemas que sentimos - todo lo que ocurre dentro y fuera de nosotros - si bien puede parecer que nos movemos hacia el caos, realmente lo hacemos del caos a la armonía. Su propósito es obligar al hombre a ver a nuestro mundo como el caos absoluto, para que descubra este caos dentro de sí mismo, para que se dé cuenta de que todo depende de él solamente - esto es lo que significa crear dentro de uno mismo la armonía absoluta. Así sentirá el mundo de afuera como eterno y perfecto.

E. Litvar: El profesor Vernadsky escribió que la Tierra tiene algún campo de información. ¿Existe eso realmente?

M. Laitman: Sí, claro está. Los campos y las fuerzas son de todo lo que estamos hablando.

La Cabalá y el fenómeno OVNI

M. Sanilevich: La siguiente pregunta: ¿Hay vida en otros planetas o en otras galaxias? ¿Cuál es la actitud de la Cabalá hacia los Ovnis?

M. Laitman: El espacio exterior muy bien puede tener algunas formas vegetativas o animadas de vida que estén construidas con otras bases, no las nuestras. La única forma que no existe en cualquier otra parte, sin embargo, es "el humano."

¿Qué es "humano"?

El humano es también un animal. Según toda la moderna ciencia de investigación, la ciencia inclusive, el hombre puede ser considerado como un animal desarrollado, nada más. No obstante, hay algo en él que lo distingue de los animales. Él no es mejor que ellos o posee algunas otras propiedades - el libre albedrío, por ejemplo. No lo es, es simplemente una ilusión. Sin embargo, el hombre tiene un componente espiritual - una oportunidad para entrar en el espacio espiritual - y esa es la única diferencia entre el hombre y los animales.

Así pues, el hombre existe sólo en la tierra y en ninguna otra parte. No hay Ovnis en absoluto. Todas estas cosas son los propios cuentos de hadas del género humano y sus ilusiones, creadas para vestir su existencia y proveerle "las respuestas" a sus preguntas.

M. Sanilevich: Pero hay pruebas: han sido vistos, incluso filmados.

M. Laitman: Eso no es una prueba; ninguna de estas cosas trasciende las ilusiones de nuestra percepción. ¿Pero si un gran número de personas obtiene placer en ocupar su tiempo libre con ello, por qué no dejarles? Al menos hasta que el error de todo eso se revele.

E. Litvar: ¿Puede un mínimo cambio de la percepción de este mundo de una o varias personas cambiar el mundo? ¿Por ejemplo, las enfermedades desaparecerían?

M. Laitman: Si percibo a este mundo de forma diferente que tú, soy yo quien lo percibo diferente, no tú.

E. Litvar: ¿Quiere decir, que cambia para usted?

M. Laitman: Correcto, cambia para mí. ¿Ahora, cómo puedo afectar su percepción del mundo? Sólo superficialmente. Si lo desea, entonces puedo pasarle una parte de mi experiencia, (en otras palabras), la ciencia de la Cabalá. Y entonces será capaz de prepararte gradualmente dentro de ti mismo para la percepción del Mundo Superior. Pero eres tú quien tendrá que hacerlo, no yo. Simplemente lo preparo para esto.

E. Litvar: ¿En otras palabras, al avanzar y cambiar los cabalistas, realmente no pueden cambiar nuestro mundo, sólo pueden ayudar a todos los demás a cambiar a su mundo?

M. Laitman: No pueden hacer el trabajo por usted. Su misión es diseminar la sabiduría. Preparan esta sabiduría para el género humano, ya sea abierta o más discretamente.

¿La materia siente?

M. Sanilevich: Nikolai de Moscú pregunta: ¿La materia siente?

M. Laitman: Buena pregunta. Toda materia no es más que un deseo de disfrutar. ¿Por qué se mueven los átomos alrededor, por qué son atraídas y repelidas las partículas elementales? ¿Por qué vuelan? ¿Qué les ocurre? Un deseo surge en ellos, y la materia misma hace real este deseo - tanto moviéndose o interactuando con otra materia y así sucesivamente - a fin de satisfacer el deseo en los niveles inanimado, vegetativo y animal.

Toda materia constituye una concha exterior de un deseo interior - el deseo de disfrutar. El deseo de disfrutar puede ser diminuto y puede constar sólo de un deseo - simplemente para retener su forma.

E. Litvar: ¿Quiere decir el nivel inanimado?

M. Laitman: Sí. Pero como comienza a desarrollarse, también puede ser más grande - vegetativo, más grande, inanimado - animal, y más grande, inanimado  - humano. Pero es todavía el mismo deseo de disfrutar. No hay nada más en el universo.

Toda la materia se basa en este deseo. No percibimos los deseos mismos, sino sólo la materia - la manifestación de esta fuerza que está dirigida a la recepción de placer. La percepción de la materia misma es una ilusión. No hay materia. Son los deseos que se aparecen ante mí en una forma particular de materia - niveles inanimado, vegetativo, animal y humano, con toda clase de variaciones respecto del tipo, propiedades etcétera. Pero todo esto es meramente diversos grados del deseo de disfrutar.

E. Litvar: ¿Usted me dice que todo lo que nos rodea son deseos? ¿Estos libros aquí mismo, la mesa, las flores, las mariposas - son deseos?

M. Laitman: Sí. Y todos ustedes son deseos igualmente.

E. Litvar: ¿La gente también? ¿Michael y yo somos deseos?

M. Laitman: Sí. Y nuestros pensamientos y nuestros sentimientos también - todos son deseos.

E. Litvar: ¿Entonces, en realidad, cuando miro a Michael, tengo a la vista un deseo que sólo se parece a él, pero no le puedo ver de cualquier otra forma?

M. Laitman: Sí. Subjetivamente. Le ve en la forma que quiere y es capaz de verle.

E. Litvar: Esto es, veo el cuerpo, pero no veo el ser. ¿Si pudiera ver el ser, vería los deseos, mientras que ahora mismo sólo veo el cuerpo?

M. Laitman: Sí. Esa es la diferencia entre el mundo espiritual y nuestro mundo.

M. Sanilevich: ¿Y cuándo apareció la materia por primera vez?

M. Laitman: Cuándo el hombre apareció, que podía percibirla.

M. Sanilevich: ¿Y antes de eso allí no había materia? ¿Es eso correcto? Pero todos los libros de texto nos cuentan que el mundo material existe hace billones de años, y el hombre apareció sólo hace algunos miles de años atrás.

M. Laitman: Somos los únicos que escribimos estos libros de texto, y así es cómo lo expresamos, porque así es cómo percibimos el mundo. ¿De qué otra forma podemos hablar de la materia, la cual existe en la forma que observamos, si no hay observador?

E. Litvar: Realmente no lo entiendo.

M. Laitman: Suponga que hace 50 mil años no existía el hombre, nadie para percibir todo esto. ¿Entonces, si no hay observador, existe nuestro mundo?

E. Litvar: Bueno, no, creo.

M. Laitman: ¿Sobre qué podemos escribir entonces? Sólo acerca de qué aparentemente existió hace 50 mil años atrás, según nuestra comprensión, nuestras percepciones, y nuestra habilidad para describirlo.

M. Sanilevich: Pero encuentran fósiles y otras prueba constantemente...

M. Laitman: Así es cómo percibimos el mundo, la forma en que se nos manifiesta.

E. Litvar: ¿Luego el mundo no fue creado por algún big bang, sino que apareció en el momento que comencé a percibirlo?

M. Laitman: En primer lugar, este mundo no existe. De cualquier forma lo describes, así es cómo será. Así es.

M. Sanilevich: ¿Y los dinosaurios?

M. Laitman: Absolutamente cualquier cosa. Después de todo, está todo según el observador. Sin embargo, podemos bajar hasta otro nivel - (no la posición cabalista de mirar a nuestro mundo desde el Mundo Superior y percibir la realidad absoluta) - sino en la forma que aparece en las percepciones del hombre.

Cuando comencé a investigar a este mundo en mis percepciones, descubrí que el Universo apareció  hace 15 billones de años atrás como resultado de una explosión; 5 billones de años atrás el sistema solar y la tierra, 100 millones de años atrás los dinosaurios, 50 mil años atrás el género humano, etcétera. Otra vez, hablo de mis percepciones, sobre mediciones de mis órganos sensoriales.

E. Litvar: ¿Acerca de la forma  en que leo estos deseos?

M. Laitman: Sí.

E. Litvar: ¿Y ahora, con el fin de ver que todos estos 50 mil años he estado leyendo sólo los deseos, necesito ascender por encima de este mundo en las propiedades de un cabalista?

M. Laitman: Sí. Entonces comenzará a percibir muy diferentemente. Y lo que es interesante es que no hay realmente ninguna contradicción acerca de esto, porque incluso las ciencias modernas de nuestro mundo comienzan a darse cuenta de que todo es subjetivo y existe sólo según el observador. Einstein fue el primero en crear esta revolución, seguido por Hugh Everett, y los científicos de nuestro tiempo están ya al borde de darse cuenta de esto.

Y no solamente científicos. Mire las películas que están apareciendo que tratan de la percepción de la realidad, como Matrix, etcétera. Hablan de la existencia de otras dimensiones, en las cuales existimos paralelamente en una forma completamente diferente que en nuestro mundo, conectado o desconectado de él, y así sucesivamente. Esto significa eso en nuestras mentes tales nociones se están convirtiendo claramente en muy posibles. ¿Ve a lo que estamos llegando?

E. Litvar: Los escritores de ciencia ficción han estado escribiendo aparentemente sobre cosas poco realistas. ¿Al hacerlo así están simplemente expresando la sed del hombre por conseguirlo, si bien por un método corpóreo? Después de todo, mucho de lo que han estado escribiendo está haciéndose realidad...

M. Laitman: Sí. No tienes que ser un cabalista para predecir acontecimientos en nuestro mundo. Es una manifestación de ciertas propiedades en ciertas personas que no tienen nada que ver con la Cabalá. Wolf Messing es uno, por ejemplo.

E. Litvar: ¿Y de dónde procedía la lectura de esta información?

M. Laitman: Simplemente existía en él. Y cuando la necesitaba, la leía. Porque existe, de principio a fin - recuerde el ejemplo de la cinta de la película.

E. Litvar: ¿Entonces un cabalista lo puede leer igualmente?

M. Laitman: Un cabalista no lee tan bien como este Messing, porque un cabalista trata con fuerzas, en vez de con estas propiedades del nivel de nuestro mundo.

E. Litvar: ¿Él no trata con ellas, porque es inapropiado para él o qué?

M. Laitman: ¿Cuál es la diferencia? Después de todo, no es donde el hombre se hace real a sí mismo.

E. Litvar: ¿En otras palabras, las tareas que tiene enfrente un cabalista son más importantes?

M. Laitman: Por supuesto. ¿Qué es más importante, ascender al Mundo Superior o saber qué le va a ocurrir a Joe Schmoe?

E. Litvar: Pues bien, nadie quiere yacer bajo un autobús ya sea...

M. Laitman: Ah, eso no cambiará nada de cualquier manera. ¿Se acuerda de Edipo? Con todo y con eso, él no pudo librarse de su destino. De la misma forma sucede con Messing - él podía predecir su muerte y muchas otras cosas, pero no podía cambiar nada.

E. Litvar: ¿Y un cabalista puede?

M. Laitman: Un cabalista puede influenciar o al menos puede tratar de influenciar a otras personas a fin de que cambien su futuro para mejor.

E. Litvar: ¿Así que el terremoto que se supone va ocurrir dentro de cinco años en alguna parte puede ser evitado si obedecemos las instrucciones de los cabalistas?

Cómo evitar sufrir

M. Laitman: Sí, porque las personas llegarán a tal armonía con la naturaleza que no habrá terremotos; más bien, tendrán que experimentarlo dentro de ellos mismos.

E. Litvar: ¿Como un terremoto o como alguna otra cosa?

M. Laitman: Como un tipo de sacudida interior al ascender hacia nivel espiritual más alto. Entonces no habrá ninguna manifestación externa.

E. Litvar: ¿Es este terremoto interior doloroso?

M. Laitman: No, no, pero ellos tendrán la necesidad de corregirse en el nivel de este sufrimiento. Necesitarán adaptar estas sacudidas dentro de ellos mismos en una dirección positiva.

M. Sanilevich: Baal HaSulam escribe sobre una tercera y cuarta guerra mundial. ¿Significa esto que puede ocurrir en nuestro mundo material?

M. Laitman: Todos los profetas, Baal HaSulam inclusive, que estaban también en el nivel de un profeta, (un profeta es un cabalista que logra un nivel particular en los mundos espirituales), nos advirtieron de lo que puede ocurrir, pero hablaban acerca de las personas. Es decir, está en nuestro poder tomar todos estos fenómenos (el dolor tremendo, el sufrimiento, las calamidades, etc.), y por consiguiente corregirnos, a fin de que ocurran dentro de nosotros, en lugar de en nuestro mundo corpóreo durante un largo período de años. Imagine a un niño pequeño que no quiere estudiar; sus padres tratan de obligarle y le castigan, pero es terco y sigue sin querer estudiar. Si decide corregirse a sí mismo, al proceder de esta forma cancela esta larga línea de castigos que le esperan, y todo va bien de ahí en adelante. Significa, finalmente, bajo la influencia de la vara, que todavía necesita absorber dentro de sí mismo el deseo de estudiar. Obligarle a absorber el deseo correcto dentro de sí mismo y elegir desarrollarse sin la influencia de la vara es precisamente lo que estamos tratando de hacer diseminando la sabiduría de Cabalá.

E. Litvar: Una pregunta: ¿se sobreentiende que aunque la cadena proverbial del destino es predeterminada, puede ser atravesada ya sea por la fuerza o por la voluntad propia de uno?

M. Laitman: Esos son los dos caminos que existen en naturaleza. La Cabalá ofrece el camino bueno, indoloro de pérdidas mínimas.

M. Sanilevich: ¿Si tomo esta cinta de película e investigo el futuro, veré la tercera y cuarta guerra mundial, es correcto?

M. Laitman: Correcto. Usted verá que la tercera y cuarta guerra mundial ocurrirá. Tal como está escrito en todos los libros por todos los profetas - todos nuestros problemas terribles son predichos con bastante anticipación. Sin embargo, no tienen absolutamente que tener lugar. Los profetas escriben sobre lo que debe ocurrir de conformidad con las fuerzas que conducen la naturaleza, las cuales impulsan al género humano hacia la meta. Sin embargo, el género humano puede percatarse de esto y actuar sabiamente y atravesar estos pasos por un atajo agradable, bello y simple.

M. Sanilevich: ¿Qué mostrará la cinta de la película entonces?

M. Laitman: La cinta de la película entonces no mostrará los estados externos, sino los estados internos que uno debe atravesar. Esto significa que, sí - habrá una guerra, pero una guerra interior con nuestro propio, y no una guerra exterior, que causaría tal sufrimiento que eventualmente nos obligaría, sin tener necesidad, a experimentar una guerra interior y corregirnos. Tal como en el ejemplo con el niño que no quiso estudiar.   ¿Cuánto tiempo desperdiciará y cuánto sufrimiento aguantará antes de que decida comenzar a estudiar? De modo semejante, la Cabalá le muestra al género humano los problemas que nos esperan, así como una salida alternativa mejor.

M. Sanilevich: ¿Es la biblia una descripción de guerras interiores?

M. Laitman: ¡Absolutamente! Habla sólo de problemas interiores.

E. Litvar: ¿Son corpóreos los pensamientos?

M. Laitman: Los pensamientos son fuerzas.

E. Litvar: ¿Son corpóreas las fuerzas?

M. Laitman: No. Pero si las percibimos, las percibimos desde un portador corpóreo.

E. Litvar: ¿Una persona puede cambiar su vida con el poder de su mente?

M. Laitman: Por supuesto. El pensamiento es la mayor fuerza en nuestro mundo, en nuestro universo, en todos los mundos. No hay nada más poderoso que el pensamiento o la intención. Todo lo que hacemos se hace sólo por la fuerza de la intención. Toda la crisis de hoy en día, tan diversas y globales como son, son solamente el resultado de nuestros deseos incorrectos.

E. Litvar: ¿Los deseos o las intenciones?

M. Laitman: Es lo mismo. Porque un deseo en y por sí mismo, sin una intención, no es absolutamente nada. ¿Pero qué es lo que quieres obtener de eso? Quieres disfrutar egoístamente, usando todo y a todos los que estén alrededor tuyo.

E. Litvar: ¿Puedo beber yo en realidad un vaso de agua sin una intención egoísta?

M. Laitman: Pues bien, es algo esencial para ti y no es dañino para otros. Por "deseos incorrectos" me refiero a la actitud de una persona hacia otros.

E. Litvar: ¿Así es que cuando hablamos de egoísmo, hablamos de una relación entre dos o más personas?

M. Laitman: El egoísmo es la actitud del hombre hacia su entorno - cómo quiere usar todo lo que le rodea para su propio beneficio. Esto incluye su actitud hacia naturaleza.

E. Litvar: Según científicos, un cerebro humano es capaz de procesar una cantidad enorme de información, pero percibimos sólo una parte diminuta de ella conscientemente.

M. Laitman: Sí, sólo aproximadamente el dos por ciento es usado.

E. Litvar: ¿Cómo es eso?

M. Laitman: Porque el resto de nuestro cerebro está dirigido al trabajo espiritual. Este dos por ciento es el máximo que usamos en nuestra vida corpórea de todos los días. Y eso es todo lo que necesitamos. Todo lo demás que existe dentro de nosotros está allí para permitirnos empezar a trabajar en la siguiente dimensión, y entonces vendremos a requerir la parte restante del cerebro.

E. Litvar: ¿Entonces, cuando este cuerpo fue creado hace 50 mil años, la necesidad para el desarrollo espiritual ya estaba planificada? ¿Y todo este potencial fue ya implantado?

M. Laitman: Pues bien, claro está, partiendo de nuestro último estado, naturalmente. ¿Qué pensaba que todo evolucionó ciegamente, como Darwin?

E. Litvar: Pienso lo que me han enseñado en la escuela.

M. Sanilevich: ¿Podemos decir que, desde el punto de vista de la Cabalá, la evolución continúa? ¿En otras palabras, en un futuro cercano necesitaremos evolucionar hacia un nivel completamente nuevo para todo el género humano?

M. Laitman: Hoy, en el futuro próximo debemos entrar hacia un nivel nuevo del mundo espiritual, en la nueva dimensión del universo. Si no hacemos esto, las fuerzas severas de la naturaleza nos obligarán a hacerlo a través del sufrimiento. Más vale que ocurra a través del reconocimiento de esta necesidad.

M. Sanilevich: ¿Hay agujeros negros y pueden ser estudiados por los cabalistas?

M. Laitman: Todo el mundo tiene su definición para estos agujeros negros, grietas de información, campos que son consumidos por alguna energía, su desaparición... Todas estas preguntas tratan del mundo material y es la jurisdicción de los físicos. Mientras que la Cabalá no se ocupa de la materia en absoluto, ni siquiera el de las ondas o cualquier otro aspecto. Por lo que no puedo responderle a esto.

M. Sanilevich: ¿Y qué estudia la Cabalá?

M. Laitman: La Cabalá estudia sólo la Fuerza Superior, lo que incluye todos los mundos, a nosotros, y cómo podemos ascender y podemos lograr el nivel de equivalencia con esta fuerza. Y eso es todo lo que necesitamos.

¿Si hay sólo una fuerza que gobierna y mantiene todo, de la cual somos completamente dependientes, por qué estudiar cualquier otra cosa? ¿Por qué deberíamos preocuparnos por algunas materias triviales? ¿Qué puedo ganar posiblemente con eso?

Soy influenciado por ese mismo nivel Supremo. Necesito igualarme a ello, asemejarme a ello, lograr a un estado de homeostasis, equilibrio y comodidad precisamente con esta Fuerza Superior.

E. Litvar: ¿Con el Creador?

M. Laitman: Llámale Creador, si quieres. Necesito alcanzar Su nivel, para llegar a ser como Él. Esto está implantado en cada uno de nosotros, y esto es lo que nosotros debemos realizar.

E. Litvar: Una pregunta de los Estados Unidos: ¿Ha querido usted alguna vez abandonar todo y salir en busca de aventura, ver el mundo, y empezar una nueva vida?

M. Laitman: Estas cosas están todo el tiempo en mi mente, como con cualquier otro cabalista. ¿Pero qué cosas nuevas puedo encontrar en este mundo? ¿Qué puedes encontrar hoy? ¿Puedes volar alrededor de todo nuestro pequeño globo, pero qué puedes encontrar? En todos los países hay más de lo mismo. ¿Qué  hay de nuevo en todo esto? ¿Qué posible noticias puede haber en este mundo, en este planeta diminuto?   ¿Algo para ocupar brevemente mis sentidos? ¿Cuando todo ha sido dicho y hecho, qué veo yo en realidad cuando doy la vuelta al mundo? A propósito, todavía me gusta viajar, y me gusta la naturaleza. Lo hago para mantenerme en buena forma física. Pero además de eso, esto propiciaría una percepción muy limitada de todo. Pienso que las personas se aburrirán pronto de eso.

Las visiones que uno recibe al percibir las propiedades espirituales pueden reemplazar cualquier vacación. Hablamos de sensaciones y descubrimientos interminables y completamente ilimitados.

E. Litvar: ¿En cierto modo, cuándo dejamos esta Tierra, desaparecerá igualmente, estoy en lo correcto?

M. Laitman: No es la Tierra la que desaparecerá, sino este mundo que percibimos con nuestros cinco sentidos, porque estos mismos sentidos desaparecerán.

E. Litvar: ¿El Universo entero entonces, y no solamente la Tierra?

M. Laitman: Todo lo que percibimos.

E. Litvar: Se considera que Adán y Eva son las primeras personas sobre la Tierra; ¿hubo personas antes de ellos?

M. Laitman: Adán y Eva no fueron las primeras personas. Hubo un hombre que vivió en esta Tierra hace cinco mil setecientos sesenta años, y su nombre era Adán. Él fue la primera persona en alcanzar el Mundo Superior, que es por lo que el desarrollo espiritual del género humano comienza con él. Y por esto es por lo que todo nuestro camino terrenal está medido en relación a él.

E. Litvar: ¿Así es que él fue el primer cabalista?

M. Laitman: Sí, él fue el primer cabalista. Naturalmente, antes que él las personas existieron igual que tú y yo. Pero no fueron cabalistas - carecieron de la aspiración para alcanzar su raíz, el Mundo Superior, y eso es cómo existieron en nuestra Tierra. Fueron perseguidos por los animales, procrearon, etcétera.

E. Litvar: ¿Así es que el calendario judío no data desde la aparición del género humano en la Tierra?

M. Laitman: Data desde Adán. No lo podríamos datar desde la aparición del género humano; eso sería alrededor de cincuenta mil años atrás.

E. Litvar: ¿Es decir, exclusivamente desde el comienzo de este movimiento espiritual?

M. Laitman: Por supuesto, porque eso es lo más importante, eso es lo que se llama, "hombre."

Las letras son propiedades

M. Laitman: Tenemos un registro muy escrupuloso de información que desciende de Adán y de las veinte generaciones desde Adán a Abraham (de la antigua Babilonia), quien registró y aprobó su información, porque éstas eran ya generaciones de cabalistas. Sabemos de todos los cabalistas después de Adán (todo eso está descrito en la Torá), y también existe la comunicación escrita y oral de información entre ellos.

Y Adán ya utilizaba esencialmente nuestro alfabeto. Eso nos lleva a la siguiente pregunta: ¿Las letras y los nombres de las letras y la forma en que son escritas (la comunicación de información en forma de letras) - de dónde procede todo esto?

E. Litvar: En otras palabras, el idioma escrito. ¿De dónde procede?

M. Laitman: También del mundo espiritual. Cuándo el hombre alcanza las características del Mundo Superior y tiene el deseo de describirlas, para ofrecerlas en el nivel de nuestro mundo, las fuerzas que él percibe son transformadas dentro de él en imágenes de nuestro mundo, y él las describe en forma de letras. Y esta es la razón por la que cada letra tiene su propio significado y expresa una propiedad particular. Y sumando estas propiedades conjuntamente constituyen la transición de una propiedad a otra - ellas forman palabras.

¿Por qué se le ha dado al género humano repentinamente una oportunidad de comunicarse y expresarse? ¿De dónde procede esto? Recibimos esto del Mundo Superior. Así es como se manifiestas las fuerzas internas dentro de nosotros. No son reveladas en cualquier cosa externa. Existen y se desarrollan dentro de nosotros. El género humano se va gradualmente desarrollado hasta el punto en que averigua cómo expresarse a través de las letras.

E. Litvar: ¿Y qué hay de los de otros idiomas? ¿Si se desarrollaron de la misma forma, por qué son todos ellos tan diferentes?

M. Laitman: Todos ellos emergieron de la misma antigua Babilonia, de ese mismo alfabeto traído por Adán. Tome el libro de Istrin La Apariencia y el Desarrollo de la Letra. Es un autor ruso, que publicó hace décadas este libro. Basado en las escrituras de esa época, usa evidencias científicas para probar que todos los idiomas proceden de la antigua Babilonia. Adán nos dejó la fundación del lenguaje escrito, y en la antigua Babilonia adquiere sus propiedades finales y eventualmente se extiende por el mundo entero.

E. Litvar: ¿Estoy sentado aquí escuchándole, y tal como lo entiendo se deduce que los eslóganes de nazis y los neonazis acerca de que los judíos están en todos los lados son ciertos?

M. Laitman: No, no. Los judíos son meramente un grupito de personas de la antigua Babilonia que siguieron la guía espiritual de Adán y los subsiguientes veinte cabalistas (o veinte generaciones de cabalistas). Dejaron la antigua Babilonia, la abandonaron conjuntamente con Abraham, que fue el primer cabalista "contemporáneo", como quien dice. Y el resto de la humanidad desde la antigua Babilonia luego se esparció y pobló el planeta entero.

E. Litvar: ¿Así es que los judíos son los primeros cabalistas?

M. Laitman: Los judíos son esos mismos babilónicos antiguos, así como cualquier otro pueblo, exceptuando que han emprendido vivir sus vidas según las reglas cabalísticas. Mientras todos los demás procedieron a desarrollarse agonísticamente, han escogido para ellos mismos el camino de ascenso espiritual.

E. Litvar: ¿Un momento, entiendo que sus esfuerzos fueron totalmente a favor de nada?

M. Laitman: ¿Cómo que, para nada? Antes de la ruina del Segundo Templo todos los judíos vivieron con alcance espiritual. Sólo entonces cayeron al nivel de nuestro mundo. Y ahora otra vez deben dominar con maestría este método espiritual y se lo deben impartir a todo el género humano.

 

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