El lugar en el que el hombre piensa, allí se encuentra él
… No obstante cuida tus piernas de recibir el temblor fuerte antes de tiempo, porque “En el lugar en que el hombre piensa, allí se encuentra él”. Y es por eso que cuando el hombre está seguro de que no le faltará nada de todo lo bueno que necesita, le es posible poner su trabajo en las palabras de la Torá, porque “El bendecido se adhiere al Bendito”.
Pero por la falta de confianza se involucrará en un problema y, cada problema es un Sitra Ajra, además “Ningún maldito se adhiere al Bendito”, porque no podrá apoyar toda su labor en las palabras de la Torá y, si realmente siente caminar dubitativamente en el país del mar, de todas formas no pensará nada acerca de estas cosas, sino que con la misma rapidez con la que se congela a un mal espíritu, así volverá a su lugar de origen, a fin de que no malgaste sus chispas en tiempos y lugares, aun a pesar de que no están unidos como corresponde.
Y sabrás que no se percibirá ningún defecto en los inferiores, sólo en el momento y lugar adquiridos, tal como en este momento. Queriendo decir, si le conviene, o si lo lamenta, ó si, Dios no permita, pierde la esperanza por un momento. He aquí Él es “el Sustentador que está al término de todos los tiempos y, en todos los lugares que están en el mundo”. Lo cual significa que: “en un momento así, ¿cuánta es su indignación? Un momento”.
Por lo tanto el hombre no tiene corrección, excepto dirigir la vista a todos los momentos presentes y a los que están por venir, que sean ofrendados y servidos a Su gran nombre, y el que rechace un momento delante de Su rostro, por ser insensible, descubrirá frente a todos su estupidez: porque todos los mundos y todos los tiempos no son convenientes para él. Con respecto a que la luz de su rostro no está vestida con los cambios del tiempo y de la época, aun cuando el trabajo del hombre cambia en sus manos. Es por eso que el trabajo del hombre es necesariamente variable en sus manos, y en función de esto nos fue preparado, gracias al mérito de nuestros sagrados antepasados, la fe y la seguridad por sobre el conocimiento, ya que el hombre los utiliza en los momentos difíciles sin molestia y sin cansancio.