Plegaria
Los cabalistas dijeron: “¿Cuál es la servicio del corazón? La plegaria”. Primero, tenemos entender porque a la plegaria se le llama, “el servicio del corazón”. ¡¿Orar al Creador para que Él llene nuestras necesidades y deseos es un trabajo?! Si los cabalistas lo enseñaron de esta forma, lo que querían insinuarnos es que dentro del tema de la plegaria, existe un elemento o significado especial, que es el servicio, y no se limita a orar. Entonces, ¿cuál es este elemento que insinúan los cabalistas?
Ciertamente, no es necesario decir que si una persona está orando y pidiendo que se le otorgue algo es porque carece de ello, y únicamente cuando la persona siente que carece de algo, entonces pide que se le conceda aquello que está relacionado a su carencia, a alguien que puede llenar esta carencia que tiene – ya que la persona pide solamente a aquel que posee lo que requiere y además sabe que éste está dispuesto a otorgar y beneficiar a los demás.
Y conforme a lo anterior, cuando una persona llega para orar y hacer peticiones al Creador, para que llene su carencia, es indispensable que su plegaria sea clara, esto es, que sepa con claridad lo que le hace falta. Esto significa que cuando va a pedirle al Creador, tiene de antemano que imaginarse que hablará delante del Rey, quien tiene el poder de hacer lo que es bueno para él, de manera que sea la persona más feliz en el mundo, ya que nada le faltaría de la casa del Rey. Por lo tanto, entonces la persona primero necesita reflexionar bien, antes de orar, para saber lo que le falta. Entonces si el Rey llena su carencia, ya no le faltará nada y será el hombre más perfecto y completo en el mundo.
La meta de la creación fue otorgar el bien a Sus criaturas, y resulta que por parte del Creador no existen obstáculos para otorgar el bien y el deleite a los seres creados. El Creador creó la carencia que es denominada el deseo de recibir para llenar esa carencia. La carencia es llamada dolor y sufrimiento, en tanto que no es llenada. Por consiguiente, toda la carencia fue creada con la intención de proporcionar placer por medio de ella, ya que la carencia está incluida en la intención de otorgar el bien, conforme a la regla general de que anhelar algo es lo que propicia su llenado con placer. Queda claro que si se le ofrece a una persona un banquete, incluso uno parecido a los del Rey Salomón, no lo disfrutará si no tiene ningún deseo de comer.
En consecuencia, cuando una persona siente una carencia, y no tiene el llenado, ciertamente irá con el Creador con sus peticiones, ya que por lo general la persona solo pide al Creador placer y deleite. Por parte del Creador, es irrelevante decir que la persona debe pedir que se le conceda beneficio y placer, ya que el Creador es un deseo de otorgar el bien a los seres creados. Por lo tanto no es relevante hablar de pedir cuando la voluntad del otorgante es únicamente otorgar.
Es necesario entender esta última frase pues parece contradecir lo que se asentó anteriormente. Esto es, dice, “ya que la persona pide solamente a aquel que tiene lo que requiere y además sabe que éste está dispuesto a otorgar y beneficiar a los demás”. Esto parece aludir a que uno de los requisitos necesarios que deben cumplirse antes de hacer una petición es que la persona conozca al que desea otorgar. Sin embargo, aquí dice que si la voluntad del que otorga es otorgar, entonces no es pertinente pedirle algo. ¿Cómo es que las dos declaraciones pueden ser correctas? La respuesta es, que tenemos que reevaluar nuestra comprensión de esta última frase. Es decir, si el que otorga está siempre dispuesto a otorgar esta cosa específica, entonces no es pertinente hacer la petición, ya que se otorga sin que se pida.