(Extraído de Matan Torá) Rabino Yehuda Ashlag
Hace ya mucho tiempo que día a día me siento con la necesidad imperiosa de escribir algo referente al alma judía y a la religión, con conocimiento de los orígenes de la Sabiduría de la Cabalá y ofrecerlo a todos en general, para que puedan conocer su contenido y entender que se trata de aspectos elevados en el mundo, con sus características verdaderas.
Antes de que fuera descubierta la imprenta en el mundo, no había entre nosotros libros falsos que trataran acerca del alma judía, porque no existía entre nosotros autor que no fuera responsable de sus palabras escritas.
Esto es por un motivo muy sencillo y es que una persona irresponsable no se encuentra entre la gente famosa. Siendo así, si por casualidad apareciera un escritor que se atreviera a escribir algo, no encontraría quien se lo editara, porque no le pagarían por su esfuerzo, que sería grande y ese escrito no llegaría al público.
También es que en esa época los que conocían el tema no tenían gran interés en escribir al respecto, porque esos temas no son necesarios para el pueblo en general. Por el contrario, tenían interés o sus razones para ocultarlo, ya que "ocultar cosas es respeto hacia D's", porque nos fue ordenado ocultar el alma de la Torá y Su servicio a seres que no la necesitan o que no son dignos de ella, para no faltarle el respecto al presentarla en vidrieras a los ojos de los que buscan grandezas. Esto es lo que nos obliga nuestro respeto a D's.
Sin embargo, desde que apareció la imprenta, y los escritores no necesitaron de quienes les copiaran sus escritos, bajaron los precios de los libros, preparando el camino a esos autores no responsables de sus actos para escribir libros de acuerdo con su voluntad, con fines de obtener ganancias y respeto, etc. Sus trabajos no fueron tomados en cuenta y sobre lo que escribían no miraban (no les importaba).
Y así empezaron a multiplicarse libros de ese tipo, sus autores no recibieron instrucción alguna o aprendizaje a través de un maestro calificado para ello (rabino), y tampoco tenían conocimiento de los libros primordiales y primeros que existían acerca del tema. Asimismo, dieron sus opiniones personales, absurdas por supuesto, y con ellas quisieron pintar el alma del judaísmo y su grandioso tesoro. Tampoco sabían que tenían que tomar precauciones. Las ideas equivocadas que escribieron pasaron a las generaciones. Solamente para satisfacer sus deseos mezquinos (lucro-respeto), pecaron e hicieron pecar a las generaciones venideras.
Finalmente, el mal olor llegó muy alto porque clavaron sus uñas en la Sabiduría de la Cabalá, sin darse cuenta que esta sabiduría esta cerrada y encerrada dentro de miles de eslabones hasta este preciso día, de manera que el que quiere investigar no comprende una palabra y menos comprende la relación que existe entre una palabra y las demás palabras.
Porque todos los libros verdaderos, que se escribieron hasta hoy, contienen solamente insinuaciones finas que rara vez son suficientes para un estudiante que comprende por sí mismo y deberá recibir explicación de boca de un sabio cabalista que está calificado para ello.
Y también "las víboras han anidado y puesto sus huevos y empollado bajo su sombra", y se han multiplicado en nuestros días ese tipo de escritores, que hacen su nombre de esta manera y que dan repugnancia a quienes los miran.
Y hay de ellos, que se llevaron a sí mismos hasta la cima de la montaña y se consideran importantes entre la generación. Se consideran sabios que pueden explicar los libros primeros y verdaderos, aconsejando qué libros conviene leer y de qué libros no conviene leer porque están llenos de falsedades, ¡Jalila! Esto despierta enojo, porque hasta ahora la explicación estaba en boca de uno de los diez grandes sabios de cada generación, de quien no sabe se abusa.
Por ello, el conocimiento del público respecto al tema está confundido. Además, se creó una atmósfera de falta de responsabilidad y cada uno piensa para sí mismo que es suficiente una hora libre para investigar asuntos tan elevados y sublimes, y pasan volando sobre el mundo de esta sabiduría como un ángel, y sacan sus propias conclusiones de acuerdo a su propio espíritu.
Y estos son los motivos que me han llevado a decidir que "llegó el momento de actuar para H" y salvar lo que todavía puede ser salvado. Tomé a mi cargo descubrir parte de la sabiduría y entregarla al pueblo.