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La preparación y el ataque

La importancia de la preparación

Extraído de la preparación para la lección del 30 de noviembre de 2005.


Pasan muchos años y ciclos de vida en los que un alma se reencarna a través de su historia y durante los cuales la persona misma no sabe de sus reencarnaciones hasta el momento en que su corazón finalmente despierta. La persona está en el lugar correcto, como se dice, el Creador le da todos las herramientas necesarias para su progreso futuro, "coloca la mano de la persona dentro de la buena suerte", lo lleva al lugar apropiado, al grupo, a los libros y le dice: "Toma todo esto y atrinchérate adentro." Y uno tiene que atrincherarse en el lugar al que ha llegado con los libros apropiados y siguiendo el camino correcto.

¿Cómo puede uno comprobar si realmente está progresando y que este adelanto no es una mera ilusión? Puede juzgarlo basándose en el grado de importancia que le da a la preparación. Esto es, qué tan bien comprende que es indispensable prepararse antes de la lección, entre las lecciones y otras ocupaciones: reunión con los amigos y demás actividades que lleva a cabo. Una persona no actúa cuando hace algo, como generalmente creemos. Más bien, cuando actúa logra el estado que preparó anteriormente.

El trabajo preliminar de una persona ocurre no cuando viene a la reunión con los amigos y asiste a las clases, sino durante la preparación. Es como en la guerra, la preparación determina el resultado. No nos damos cuenta lo madura que es una persona y si entiende correctamente lo que es el camino. La persona misma debe controlar como utiliza su tiempo de preparación, cuando está solo, en casa, con su familia, en el trabajo, así como durante las clases y la reunión con los amigos. Esto es, que prácticamente cualquier hora es el momento en que debe percibir su presente y al mismo tiempo prepararse para el futuro. Resulta que la prueba más importante es: cuánto propósito le pongo a mi tiempo libre, qué tanto me concentro en mis esfuerzos precisamente en esos momentos.

Por lo tanto una persona no debe estudiar veinticuatro horas al día, más bien debe preparase para el número de horas que podrá dedicarle y esto es suficiente. El estudio no debe tomar tantas horas como la preparación, sin embargo, es la preparación que debe ser prolongada y en esto debe fijarse la persona.

Y es esto justamente lo que cada uno de nosotros desea ver en su amigo; cuánto es su empeño durante lo que llamamos tiempo libre, durante la preparación. El tiempo libre también ocurre durante el trabajo, en la casa, o en cualquier lado. El tiempo libre es el momento en que una persona puede liberar a su alma dentro de alguna parte de su mente y sus sensaciones. Esto puede pasar cuando la persona está haciendo algo, que no le absorba totalmente el corazón y la mente y exista una parte específica de ella con la que avanza hacia el objetivo. A esto se le llama el tiempo libre.

Hay otro factor indicativo muy importante que puede probar si estamos en el proceso de preparación o no. Todos existimos en ocultamiento. ¿Cómo podemos saber si una persona está pasando por ocultamiento doble o sencillo y si avanza hacia el Majsom? La manera de medirlo es a través de la sensación de alegría.

¿Qué debemos hacer durante los momentos de preparación? Debemos justificar todo lo que nos llega en los estados de ocultamiento doble y sencillo. "No hay nadie más aparte de Él" y "Él es bueno y hace el bien." El resultado debe ser la alegría que invade todo el corazón de una persona. No es fácil; es complicado y en muchas ocasiones sencillamente imposible. Sin embargo, si una persona deliberada y voluntariamente intenta alcanzar la alegría mediante todos los estados por los que atraviesa, esto es, después de inspeccionarse, calcular y utilizar todos los medios a su alcance, entonces trata de alcanzar el estado de justificar al Creador. Es el indicativo de que se mueve de un nivel al siguiente en la fase del trabajo del Creador que se llama "encubrimiento", es decir, abajo del Majsom.

Una persona aspira a llegar al objetivo creando dentro de sí misma una fuerza que desea atravesar el Majsom. Esta fuerza se caracteriza por el grado de persistencia y esfuerzo (Kishui), en el que, si permanece simultáneamente con los estados de alegría y aspiración, recibirá la oportunidad de avanzar hacia su entrada a la espiritualidad.

La manera de probar si una persona está pasando por las fases preliminares y avanzando correctamente por el periodo de ocultamiento, así como el resultado de su empeño, es la alegría que siente del hecho que vive en un mundo gobernado por el Creador. Que "No existe nadie más aparte de Él" y que "Él es bueno y hace el bien", aún cuando no lo perciba en sus sentidos.

Evidentemente, hay varios niveles y grados en la facultad de una persona para justificar al Creador. ¿Cuánto tiempo va a pasar antes que sea capaz de justificar al Creador y sentir alegría en su estado presente en donde "la oscuridad va a brillar como luz"? No debemos hacernos ilusiones. Al sentir el ocultamiento, por un lado, y con la ayuda de los medios disponibles por el otro, (ella mismo, el grupo, los libros, etc.), la persona debe alcanzar el estado de sentir que el Creador es "bueno y hace el bien" hacia ella y la alegría va a encenderse en su interior.

El grado de importancia que una persona concede al periodo de preparación y los sentimientos de alegría son los dos indicadores de su adelanto.

Extraído de la preparación de la lección del 29 de noviembre de 2005.

Se dice que los sabios, esto es, los cabalistas, en los tiempos del Templo, se sentaban y se preparaban hasta dos horas antes de leer la oración del "Shema". Únicamente al cabo de dos horas podían leer la oración "Shema", esto es, para empezar la unificación de las criaturas con el Creador. Y estamos hablando de personas que estaban en tales niveles espirituales que estaban constantemente conectadas a lo espiritual, siempre unidas al Creador.

"Siempre unidos" quiere decir que una persona continuamente aspira y hace esfuerzos hacia la espiritualidad. Sin embargo, no cabe duda que el periodo de preparación es muy difícil para una persona. Por ejemplo, cuando se levanta por la mañana o en otros momentos del día, cuando pasa por Histalkut Mochin, pierde la percepción de lo espiritual, del objetivo, del camino; particularmente durante la preparación, ya que la preparación se vuelve cada vez más difícil. Y esto ocurre a pesar del hecho que la persona se prepara desde la noche anterior.

En la doceava parte del Talmud Eser Sefirot vemos que existe Histalkut Orot (salida de la Luz) que se llama el "atardecer". Y la persona empieza la preparación de su vasija para el día siguiente por la tarde. La oración del atardecer, la lectura de la oración de "Shema" así como todas las correcciones antes de dormir, están destinadas a esta preparación. 

Y después, durante el sueño, la Luz viene y lo rodea. "Una persona dormida" quiere decir que Histalkut Mochin (lit. la mente desaparecida) le ha ocurrido y está en la situación en que Rosh, Toch y Sof de su Partzuf son iguales o localizados en el mismo nivel. Esto quiere decir que le es imposible distinguir entre sus partes o diferenciar lo que sea de una porción relativa a la otra.

Y luego, la Luz gradualmente baja hasta él, precisamente gracias a la preparación y empieza a ascender y realizar correcciones antes de la lectura de la oración matinal "Shema". La Luz llega y está listo para el Zivug, para unirse a ella.

Comprendemos cuán importante es la preparación para nosotros. Sin embargo, entre más avanza una persona (y ahora hablo de los amigos), más confundida se levanta por la mañana, a pesar de los preparativos de la noche antes de dormir.

Y le lleva un buen rato hacer el esfuerzo y una vez más pensar: "¿Por qué soy como soy, para qué vivo, cuál es el objetivo, cómo despierto a mi corazón?" En este momento se encuentra en un estado indefinido y no siente nada, "mi mente está desconectada, como si me hubiera embriagado ayer, o algo pasó y lo olvidé todo". De esta forma uno debe venir de atrás a despertarse por la fuerza, lo que se llama "ganarse el pan" hasta que gradualmente las sensaciones regresan.

Sin embargo, esto no quiere decir que está siguiendo las huellas de las memorias de ayer; más bien revela un nuevo día sobre la base de todos los obstáculos, confusión, endurecimiento y malas interpretaciones que aparecen ante él, una vez más. Esto es una señal de adelanto.

Las personas se levantan y vienen aquí cada mañana tan confundidas, a una hora en que es difícil concentrarse y animarse, cuando parece que están adormilados, fatigados, pero esto no es fatiga. Después de todo, una persona no siempre siente fatiga, no siente que le falte algo y está listo para abrirse paso.

Es importante comprender que el tiempo dedicado a la de preparación es el momento más importante en donde una persona se aviva, aviva su día. Y no es la Luz que lo aviva, sino más bien que ha preparado sus Kelim para que esté listo a aceptar la Luz.

Y no se debe desalentar por el hecho de que cada día le trae más y más obstáculos, pues esto es una señal de que adelanta. Como está escrito, "Ve ihiyu beenekha ki hadashim" ("Que sea nuevo para tus ojos") para que cada día sea nuevo para ti.

Extraído de la lección vespertina del 13 de noviembre de 2001

El tiempo del adelanto depende de la cantidad de esfuerzo y aún más de la calidad. Lo que la cantidad quiere decir es: qué tanto tratas de liberarte para dedicarte al estudio, para trabajar, en la cocina o leyendo un libro, en la difusión; a esto se le llama "trabajo cuantitativo" o "esfuerzos cuantitativos".

Pero en la medida en que te preparas internamente durante tu trabajo en la cocina, leyendo un libro, o en cualquier otro lado (por la sociedad, difusión, etc.); en la medida en qué te preguntas "¿Por qué estoy haciendo esto?", mientras realizas este trabajo y encuentras que la respuesta es: "Para que me ayude a adelantar, para que me de fuerza y capacidad para continuar". En la medida en que puedas sumergirte en este grito interno, los esfuerzos realizados ya serán cualitativos.

Digamos que tienes un día de trabajo, después del que tienes una hora libre por la tarde. En esa hora, quieres hacer algo que te ayude a progresar. Entonces, durante el día de trabajo debes sentir toda la amargura de tu vida, la falta del objetivo, la falta de sentido; debes hacer cálculos muy serios que te hagan pensar que en tu hora libre deseas ir a la cocina y lavar las cacerolas. Entonces, lavar las cacerolas va a ser un regalo para ti, mediante el cual se te concede la oportunidad desde Arriba para progresar en algo.

Sin embargo, se necesita de una gran preparación para hacer esto. Si lavas las cacerolas "sólo porque sí" te ayudará a avanzar, pero el trabajo no tendrá como base el esfuerzo cualitativo sólo en el cuantitativo.

Esto es de lo que escribe. Aquéllos que, al cabo de algunos años, preguntan, "¿Y bien, en dónde estoy? ¿Por qué no he recibido lo que se prometía en la Mishna después de tres o cinco años? De acuerdo a Baal HaSulam, probablemente consiguieron su propósito en cuanto a los esfuerzos cuantitativos, al asistir a las reuniones y estudios, ocupándose con la difusión y trabajo dentro de la sociedad - pero no pusieron mucho cualitativamente.

No tuvieron una oración, un grito violento interno cuando al fin tenían la oportunidad de hacer algo. Este es el problema. Si tengo la oportunidad de estudiar un poco, hacer algo en la cocina, en la difusión y demás, debo verlo como la mayor oportunidad que se presenta en mi vida y hacer el trabajo con ansiedad pensando que al realizarlo estoy construyéndome un mundo nuevo. Es muy difícil permanecer en este estado todo el tiempo. Sin embargo, es precisamente a esto que se le llama "esfuerzo".

Extraído de la lección del 19 de mayo de 2002.

Recuerdo que acompañaba al Rebbe al hospital por una cirugía que le iban a practicar. Nos dijeron que a lo mejor estaría hospitalizado durante un mes, que habían surgido complicaciones, además de su edad... Y entonces me preparé para no ir al trabajo, tratar bien a todo el mundo en el hospital (y me resultaba muy difícil socializar de esta forma), con los pacientes, los doctores, las enfermeras. Voy a ser paciente por él y por los demás. Tenía miedo. Después de todo, esto quería decir que yo me iba a sentar en una silla junto a él de día y de noche. Él esta acostado y yo sentado a su lado.

Y es así que constaté la forma en que ayuda la preparación; realmente ayuda. Porque cuando estuve en el hospital con él por primera vez, no lo podía manejar; me ponía irritable y nervioso y fue así que comprendí que necesitaba hacer algo, de otra forma... Después de todo, en el mejor momento, quiero decir,. en que puedo resultar más beneficiado, que está en mis manos, ¡y lo arruino!

Por lo tanto todo depende de la preparación. Esto lo vemos en todas partes. En el ejército, por ejemplo, se realizan simulacros y entrenamientos para el futuro. Una persona debe programarse, ponerse en sintonía y después, digamos, si piensas en la clase de mañana, hoy: cómo te vas a comportar, cómo lo vas a percibir, te darás cuenta que la lección va a cambiar, realmente cambiará.

Extraído de la lección del 19 de mayo de 2002.

Digamos que una persona que vive en este mundo tiene una afición y siempre está pensando en cómo va a disfrutarla en su tiempo libre. Se dice que se está preparando.

Supongamos que a mi me gusta la pintura y sólo puedo dedicarle un par de horas al día. Sin embargo, pienso en eso todo el tiempo y si puedo escuchar algo durante mi trabajo, lo escucho, o si puedo platicarle a alguien de pintura, aunque sea por un momento durante un rato de descanso, lo hago. A esto se le llama estarse preparando para esas horas cuando voy a estar libre para dedicarme a aquello que es la vida para mí.

Y el mundo se ha organizado a propósito para que cuando estemos ocupados, nos estemos preparando para cuando tengamos un tiempo libre. De esta forma, todo el tiempo que debo dedicar al sueño, cuidar de mi cuerpo, de mi familia, trabajar para vivir y demás es la preparación para esas dos o tres horas que le dedico a mi búsqueda y nada va a salir de mi búsqueda sin esta preparación.

Y en la Cabalá es tan serio, que aún si eres un gran cabalista y no tienes porque trabajar y tener una familia y niños, aún así, se te da la orden que debes trabajar, ganarte el pan, estar atado a una familia y a los niños para experimentar todas las desdichas y penurias que se relacionan a todo esto: debes estar enredado en todo el sistema.

¿Por qué? Porque debes valerte de todo esto para la preparación que es preciosa para ti.

La Preparación para la clase matinal.

Extraído de la lección del 18 de noviembre de 2004

La cuestión es: ¿cómo nos preparamos a lo largo del día para que la lección matinal sea de provecho en toda la extensión de la palabra. Debo empezar al final: Presentarme a la clase como si fuera a realizar un tratamiento médico sin el cual yo perdería la vida; como un hombre con los riñones afectados, que necesita diálisis; como el diabético que pierde la conciencia sin su inyección de insulina; como el hombre que sufre de anoxemia... En breve, tratar de imaginar cualquier necesidad de nuestro cuerpo que es esencial para su supervivencia, ¡una necesidad vital!

Así debe ser la sensación interna que necesito antes de venir a la lección. Y entonces ya no importa cómo estudio y dónde estudio. Puedo hasta no escuchar la lección o escucharla a medias puesto que voy a estar constantemente preocupado con una cuestión: si estoy sacando provecho de mi lección, si es efectiva para mi necesidad vital, si está ayudando a recuperarme. ¡Y es ahí precisamente que el mayor provecho se torna posible! 

Se puede trabajar con este deseo de una manera indirecta, puesto que no nos es posible cambiar el deseo mismo, ya que no tenemos poder sobre nuestro corazón. Y como lo escribe Baal HaSulam, la libre elección puede ser factible sólo con la ayuda del ambiente. El ambiente son los libros y el grupo y sólo con su ayuda puedo obligar a mi corazón a sentir la necesidad de eso y que estos libros y este grupo me están llevando hacia ahí.

De esta forma, durante las restantes veintiún horas después de las tres horas de la clase matinal, debo convencerme que tengo una enfermedad terminal. En otras palabras, empiezo por el resultado final: Si no tengo esta presión durante las horas de estudio, entonces no se les podrá llamar "estudio por la Torá": "Yo he creado el mal y he creado la Torá para su corrección", ya que "la luz que ahí se encuentra corrige." Por esta razón todo el trabajo es únicamente para la necesidad con que debemos llegar a la clase. Y aparte de esto, ¡nada más depende de mí! ¡Sólo la preparación para sentir la necesidad! 
 

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