Existen tres razones para ocultar el conocimiento cabalista
- No hay necesidad de revelar
- Imposible de revelar
- Es el secreto personal del Creador
Las tres prohibiciones antes mencionadas, se aplican simultáneamente a cada mínimo detalle en la Cabalá, y no se concede permiso para revelar el conocimiento a menos que se reúnan las tres condiciones.
La prohibición "No hay necesidad de revelar" permite la revelación de la sabiduría si es para el bien de la humanidad. La Cabalá afirma, "Quien acumula conocimiento trae pesar". Si el conocimiento cae en manos de personas sin escrúpulos e inmorales, puede utilizarse en detrimento de la sociedad. Observamos los resultados de la incontrolada divulgación del conocimiento en nuestra afligida existencia, en la amenaza de destrucción, en el terror. La razón de esta falsedad es el hecho de que la mayoría de la gente vive con el principio "¿Y qué?" Estos individuos superficiales difunden la sabiduría de la Cabalá innecesariamente y sin consideración alguna. Por lo tanto, los cabalistas aceptaron sólo a aquéllos estudiantes que pudieran mantenerla en secreto y se abstuvieran de revelarla innecesariamente.
La prohibición "Imposible de revelar" proviene de las limitaciones del lenguaje que no puede expresar las sutiles nociones espirituales que no podemos percibir. Puesto que todos los intentos verbales están condenados al fracaso y sólo conducen a conclusiones erróneas, únicamente un cabalista, quien ha logrado un elevado nivel espiritual y ha adquirido una cualidad especial para revelar claramente la sublime sabiduría, puede hacerlo.
Esta cualidad especial ha quedado descrita en las obras del notable cabalista, el Ari: "Sabed que las almas de los grandes cabalistas están colmadas con la Luz Exterior (Circundante) o con la Luz (llenado) Interior". Las almas plenas de la Luz Circundante tienen el don de exponer el conocimiento de la Cabalá, revistiéndolo con palabras claras, para que sólo las personas dignas puedan entenderlo. El alma del gran Rashbi fue colmada con la luz Circundante, por lo tanto, él tuvo el poder de explicar las cosas de tal manera que, cuando hablaba ante la Gran Asamblea, sólo lo entendían quienes lo merecían. En consecuencia, sólo él recibió el permiso divino de escribir El Libro del Zohar, aunque los cabalistas que vivieron antes que él, sabían más. Ellos no tenían este don de revestir nociones espirituales con palabras."
De este modo vemos que las condiciones para divulgar la sabiduría dependen no de cuán entendido es el cabalista, sino de las cualidades de su alma, de su habilidad de expresar lo imperceptible. Solamente a causa de éste don, él sí recibe permiso para revelar una cierta parte de la sabiduría de la Cabalá.
Es por eso que no encontramos ninguna obra fundamental sobre la Cabalá antes de El Libro del Zohar. Aquellas que están disponibles, contienen alusiones vagas y sin consecuencia. Después de Rashbi (el segundo siglo D.E.) sólo al Ari (siglo 16 D.E.) le fue permitido divulgar la sabiduría de la Cabalá. Aunque los cabalistas que habían vivido antes de él sabían más, ellos no recibieron permiso de revelar la sabiduría, por las razones arriba mencionadas. Por lo tanto, ellos se abstuvieron de escribir y publicar salvo algunos comentarios ambiguos. Por eso desde los tiempos del Ari, todos los cabalistas auténticos no usan otros libros y sólo estudian sus obras y El Libro del Zohar.
La prohibición "El secreto personal del Creador" consiste en que el conocimiento cabalista sólo se revela a quienes sin interés propio se dedican a la idea de ser semejantes al Creador. Por lo tanto, los cabalistas del pasado siempre seleccionaron sólo a aquellos estudiantes que sinceramente aspiraban a aprender con el fin de alcanzar la equivalencia de forma con el Creador. Puesto que todos los otros fueron rechazados y la Cabalá quedó oculta del público, muchos impostores se hicieron pasar por cabalistas y sacaron provecho de la adivinación, fabricando amuletos, protegiendo a la gente del mal de ojo y vendiendo otros "milagros", atrayendo personas sencillas. Hasta nuestros días hay un gran número de estos "cabalistas" y clientes de sus "divinos" amuletos, brazaletes rojos, agua bendita, etc.
Originalmente se ocultó la Cabalá por esta misma razón; por lo tanto, los verdaderos cabalistas se vieron obligados a someter a sus discípulos a un riguroso examen. Esto explica por qué sólo unas cuantas personas en cada generación tuvieron permiso para estudiar la sabiduría de la Cabalá, y revelar una porción de ella, a condición de que las tres arriba mencionadas prohibiciones fueran levantadas.
El hecho es que sólo si "el punto en el corazón del hombre" despierta, aspirará a alcanzar las propiedades del Mundo Superior y la semejanza con el Creador. Sólo a estas personas se les podrá enseñar la Cabalá. El resto sencillamente está ansioso de aprender "magia para controlar el destino y manipular a los demás". Por supuesto, lo que ellos producen es un efecto psicológico, el cual, a propósito, puede en algunas ocasiones hacer "maravillas". No obstante, no debemos confundirlo con las Fuerzas y Propiedades Superiores. Por lo tanto, hasta hoy hay dos clases de sabiduría: "Cabalá para consumidores" y "la Ciencia de la Cabalá". La primera sirve a los intereses de los vendedores de amuletos; la segunda es para aquéllos que verdaderamente aspiran a descubrir la espiritualidad.
No se debe pensar que estas tres prohibiciones impuestas en la divulgación del conocimiento cabalista dividen a la Cabalá en tres partes. No, cada parte, palabra, noción, y definición caen bajo estas tres interdicciones.
Sin embargo, surge una pregunta: si se ocultó esta ciencia con tanto celo, ¿cómo aparecieron todas las composiciones cabalistas? El hecho es que las dos primeras prohibiciones difieren de la tercera. La última prohibición es la más estricta, mientras que las primeras dos están sujetas a cambio. Con el desarrollo de la sociedad, la prohibición, "No hay necesidad de revelar" se convierte en un mandamiento, "Es necesario revelar," como en los casos del Ari, Rashbi y, en menor grado, otros cabalistas. De igual forma, en nuestra época la prohibición, "No hay necesidad de revelar" se convierte en, "Es necesario revelar," por lo tanto la Cabalá se revela a toda la humanidad.