Caminata sobre el camino de la Verdad
… Te escribiré lo referente al misterio del pilar central en el trabajo del Señor; para que tengas siempre un objetivo derecho e izquierdo. Esto es porque hay quien camina, el cual es peor que aquel que ociosamente permanece. Este es él, quien se desvía del camino; ya que el camino de verdad es una línea muy delgada la cual uno camina hasta que llega al palacio del Rey.
Y aquél que comienza a andar en el principio de la línea, necesita de gran cuidado para no alejarse de la derecha o de la izquierda de la línea, aun en la anchura de un pelo. Esto es así porque; si al principio la desviación es como la anchura de un pelo, aunque continúe completamente recto, es seguro que él no llegará al palacio del Rey, al no estar él sobre la línea de la verdad, y esta es una alegoría verdadera como su camino.
Y te aclararé el misterio del pilar de en medio, el cual es el significado de “La Torá, El Creador e Israel son uno”. El objetivo del alma, cuando ésta entra en el cuerpo, es ser recompensada con volver a su raíz y apegarse a Él, mientras todavía se viste en el cuerpo, como está escrito, “amar al Señor tu Dios, y caminar en todos Sus caminos, y guardar Sus preceptos, y apegarse a Él” Verás que el tema termina en “apegarse a Él”, tal como estaba ella antes de vestirse en el cuerpo.
Sin embargo, se requiere de gran preparación —la cual es entrar a todos Sus caminos. Pero, ¿quién sabe los caminos del Creador? En efecto, este es el significado de “Torá, que tiene 613 senderos”. El que camina por ellos, finalmente será purificado hasta que su cuerpo no sea más una división de hierro entre él y su Creador, como está escrito, “y Yo le quitaré el corazón de piedra de su carne”. Entonces él se mantendrá cercano y leal a Su Creador; tal como él estaba antes de vestir el alma en el cuerpo.
Encontramos que hay tres discernimientos:
- Israel, es quien se fuerza a sí mismo para regresar a su raíz
- El Creador, el cual es la raíz que uno extraña
- Los 613 senderos de Oraita (Torá), por los cuales uno purifica su alma y cuerpo. Esta es el condimento, como está escrito: “Creé la inclinación al mal, creé para él la Torá como condimento”.
Sin embargo, estas tres son en realidad una y la misma. Al final, todo sirviente del Creador las alcanza como una sola, uniendo y unificando el discernimiento. Ellas sólo aparentan estar divididas en tres, por ser incompleto uno mismo en el trabajo de Dios.
Te haré entender desde el principio que: un final verás, pero no su totalidad, excepto cuando Él le asiste. Es sabido que el misterio del alma es que ésta, es una parte divina de lo alto. Antes de que ella entre en un cuerpo, ella está unida como una rama en la raíz. Verás en “El Árbol de la Vida”, que el Creador creó los mundos porque Él deseó manifestar Sus Santos Nombres, "Misericordioso y Clemente", y si no hubiera criaturas, no habría nadie de quien tener misericordia.
Sin embargo, tanto como lo permite la pluma, como ellos dijeron, “La Torá entera es sólo los nombres del Creador”. El sentido de logro es que “lo que nosotros no logramos, nosotros no lo definimos con un nombre”. Está escrito en los libros que todos estos nombres son la recompensa de las almas, obligadas a entrar en el cuerpo, ya que es precisamente a través del cuerpo que ella puede alcanzar los nombres del Creador, y su estatura es según su logro.
Hay una regla: El sustento de cualquier objeto espiritual obedece al mérito de conocerlo. Un animal corporal se siente a sí mismo porque él consiste de mente y materia.
De este modo, una sensación espiritual es un cierto discernimiento. Y la estatura espiritual es medida por la cantidad de conocimiento, como está escrito: “Uno es elogiado según su mente” Sin embargo, el animal sabe; el no siente en absoluto.
Entenderás la recompensa de las almas: Antes que un alma entre al cuerpo, ella sólo es un punto diminuto, aunque unido a la raíz como la rama al árbol. Este punto es llamado “la raíz del alma y su mundo”. Tuvo la recompensa no entrando a este mundo en un cuerpo, la hubiera tenido solo en su propio mundo, significando su propia parte de la raíz.
Sin embargo, más es recompensada caminando por los senderos del Creador, los cuales son los 613 senderos de la Torá que vuelven a ser los actuales Nombres del Creador, su estatura crece más según el nivel de los nombres que ha alcanzado.
Esto es lo que está escrito que: “El Creador confiere a todos y cada uno de los justos SHaY[1] mundos “. Lo cual significa que: El alma consiste de dos justos: Un justo Superior y un justo Inferior; tal como el cuerpo está dividido desde el Tabur (ombligo) hacia arriba y desde el Tabur hacia abajo. Así, ella adquiere la Torá escrita y la Torá oral, las cuales son dos veces SHaY, siendo TaRaJ[2] (cuyo valor numérico es 620 en Guemátria). Estos son los 613 Mitzvot de la Torá y los siete Mitzvot de Rabanan.
Esto está escrito en El Árbol de la Vida, “Los mundos fueron creados sólo para revelar los nombres del Creador” He aquí tú ves, que desde que el alma bajó para vestirse en esta materia inmunda, ella no pudo más volver y adherirse a su raíz, a su propio mundo, como antes de que ella viniera a este mundo. Más bien, ella debe incrementar su estatura 620 veces más que cuando previamente estaba en la raíz. Este es el significado de la perfección entera, todo el NaRaNJaY hasta Yejidá. Esto es porqué Yejidá es llamada Kéter, significando el número 620.[3]
Así tú ves, que el significado de los 620 nombres, siendo los 613 Mitzvot de la Torá y los 7 Mitzvot de Rabanan, son de hecho las cinco propiedades del alma, significando NaRaNJaY. Esto es porque las vasijas de NaRaNJaY, son de los 620 Mitzvot mencionados, y las Luces de NaRaNJaY son la actual Luz de la Torá en todas y cada una de las Mitzvot. De esto sigue que la Torá y el alma sean una.
Sin embargo, el Creador es la Luz de Ein Sof, vestido en la Luz de la Torá, encontrado en los arriba mencionados 620 Mitzvot, como los sabios dijeron, “La Torá entera es los nombres del Creador”. Esto significa que el Creador es el todo, y los 620 nombres son partes y piezas. Estas piezas están según los escalones y grados del alma, la cual no recibe Luz en una sola vez, sino gradualmente, una a la vez.
Y te será esclarecido de todo esto que, el alma está destinada a alcanzar todos los 620 Nombres Santos, su estatura completa, la cual es 620 más que la que tenía antes de venir. Su estatura aparece en los 620 Mitzvot donde la Luz de la Torá se viste, y el Creador está en la Luz colectiva de la Torá. Así verás que “la Torá, el Creador e Israel” son, efectivamente, uno.
Regresemos al tema de que antes de completarse en el trabajo de Dios, la Torá, el Creador e Israel aparecen como tres discernimientos. A veces, uno desea completar su alma y regresar a su raíz, la cual es considerada “Israel”. Y algunas veces, uno desea entender los caminos del Creador y los secretos de la Torá, “por si uno no sabe los preceptos Del Superior, ¿cómo debería él servirle a Él?” Esto es considerado “Torá”.
Y algunas veces, uno desea alcanzar al Creador, apegarse a Él con completo conocimiento, y esencialmente sólo lamentar eso, y no agonizar sobre alcanzar los secretos de la Torá, y tampoco agonizar sobre el regreso de su alma a su origen; como estaba ella antes de vestirse en un cuerpo.
Por lo tanto; el que camina sobre la línea verdadera con la preparación para el trabajo de Dios, siempre debe probarse a sí mismo: ¿ansía él los tres discernimientos de arriba por igual? Porque el fin del hecho yace en su pensamiento inicial. Si uno ansía un discernimiento más que el segundo o el tercer, entonces uno se desvía del sendero de verdad.
Por lo tanto es bueno que se mantenga sobre la meta anhelando el precepto del Superior, por “uno, quién no sabe los caminos Del Superior y los preceptos Del Superior; los cuales son los secretos de la Torá, ¿cómo le servirá a Él?” Entre todos esos tres, este es el que más garantiza la línea media.
Este es el significado de, “Abrieron para mí una entrada al arrepentimiento, tal como la punta de una aguja, y Yo abro para ustedes entradas, por las cuales carretas y carruajes entrarán”. Lo cual significa que: la apertura de la punta de una aguja no es para entrada y salida; sino para insertar el hilo para la costura y para el trabajo.
Así anhelarás solamente la Mitzvá del Superior, trabajar el trabajo. Y entonces les abriré una puerta como la entrada a un salón. Este es el sentido del Nombre Sagrado en el verso, “No obstante vivo Yo y llena será la tierra del Esplendor del Señor”.