Existen varias razones para mantener secreta la Torá:
1. "No hay necesidad"
2. "Es imposible"
3. "Es el secreto privado del Creador"
No existe ni un solo detalle de la Cabalá que no esté relacionado con todas estas prohibiciones.
1. "No hay necesidad". Esto implica que no hay motivo para revelar los secretos. Esto sería posible sólo si existiera algún beneficio inmediato para la sociedad. De otro modo, sólo suscitaría la reacción "¿y qué?" Tal sería la reacción de quienes creen que los cabalistas se ocupan y ocupan a otros de asuntos sin importancia. Por este motivo, los cabalistas aceptaban como alumnos sólo a quienes podían guardar un secreto sin revelarlo salvo en caso de extrema necesidad.
2. "Es imposible". Esto alude a la prohibición de revelar secretos por causa de las limitaciones del lenguaje. Este lenguaje (el nuestro) es incapaz de transmitir los sutiles conceptos espirituales. Todos nuestros intentos de explicarlos con palabras están destinados al fracaso, desorientando al estudiante. Por lo tanto, para revelar estos secretos, se requiere un permiso de arriba.
Permiso de arriba. Esto se menciona en las obras del famoso cabalista llamado Ari. En estas se dice: "Sabe que las almas de los grandes están llenas de una Luz exterior (circundante) o interior (que llena). Y aquéllos cuyas almas están llenas de la Luz Circundante, tienen el don de comunicar los secretos, haciéndolo de modo tal que la persona indigna de recibirlos no los comprende".
El alma del Rabí Shimon Bar Yojai, por ejemplo, estaba llena de esta Luz exterior. Tenía tal poder que incluso cuando aparecía ante una congregación, sólo lo comprendían quienes habían recibido instrucción de arriba para escribir en el libro del Zohar. Hubo cabalistas antes que él que sabían más que él. Sin embargo, no poseían su capacidad de poner en palabras los conceptos espirituales.
Así queda claro que la presentación de la Cabalá no depende del nivel de conocimiento del cabalista. Más bien depende de las cualidades de su alma. De acuerdo a éstas, recibe instrucciones de arriba para revelar cierta parte de la Torá. De tal forma que no podemos encontrar ningún tipo de obra fundamental acerca de la Cabalá antes del Zohar. Las obras que tenemos incluyen tan sólo vagas y oscuras alusiones.
Después del Rabí Shimon, el único que fue autorizado a "abrir" otra parte de la Cabalá fue el Ari. De nuevo, es posible que algunos cabalistas anteriores a Ari supieran mucho más, pero no tenían el permiso de arriba. Desde que aparecieron los libros de Ari, todos los que se han ocupado de la Cabalá han abandonado los otros libros, estudiando tan sólo el Zohar y los libros de Ari.
3. "Es el secreto privado del Creador". La esencia de esta prohibición reside en el hecho de que los secretos de la Torá sólo pueden ser revelados por quienes son fieles al Creador y Lo respetan. Esta es la razón más importante para ocultar los secretos de la Torá. Demasiados charlatanes han usado la Torá en beneficio propio. Han formulado profecías y dado hechizos, engañando así a personas confiadas. Precisamente por este motivo se ocultó inicialmente la Torá. Los auténticos cabalistas se comprometieron a examinar muy estrictamente a sus estudiantes. Las muy escasas personas autorizadas a acercarse a la Cabalá en cada generación, estaban obligadas bajo el más estricto de los juramentos. Tenían prohibido revelar aún el detalle más pequeño e insignificante que estuviera relacionado con las tres prohibiciones mencionadas.
No debemos entender que esta división en tres prohibiciones divida a la Cabalá en tres. No. Estos criterios de ocultamiento se aplican a cada parte, a cada palabra. Los tres criterios están constantemente actuando en esta ciencia.
Sin embargo, uno se pregunta: si esta parte secreta de la Torá estaba tan profundamente escondida ¿cómo aparecieron tantos diferentes escritos sobre ella? La respuesta radica en la diferencia entre las dos primeras condiciones de secreto y la última. Esta es la más importante. La condición "No es necesario" con demasiada frecuencia puede cambiar según las circunstancias externas, tornándose en "Es necesario". Esto puede suceder, por ejemplo, debido a un desarrollo de la humanidad en conjunto o porque se ha dado el permiso de arriba. Este permiso fue concedido al Rabí Shimon, al Ari y en menor medida a otros. Es por ello que de vez en cuando recibimos algunos libros auténticos sobre la Cabalá.
Así recibí yo mi conocimiento de mi maestro. Lo recibí bajo las mismas estrictas condiciones: guardar y ocultar. Sin embargo, a causa de los motivos mencionados previamente en "El tiempo de actuar", la condición "No es necesario" se transformó en "Es necesario". Y de este modo estoy revelando una parte, manteniendo en reserva y ocultas las otras dos, según me comprometí bajo juramento.