El Tiempo de Actuar
Desde hace mucho tiempo, mi conciencia me ha oprimido con la demanda de exponer y crear un ensayo fundamental sobre la esencia del judaísmo, de la religión y de la sabiduría de la Cabalá, y difundirla entre la nación, para que la gente pueda llegar a conocer y entender adecuadamente estos exaltados asuntos en su verdadero significado.
Previamente en Israel, antes del desarrollo de la industria de la imprenta, no había libros falsos entre nosotros relativos a la esencia del judaísmo, ya que casi no había escritores que pudieran estar detrás de sus palabras, por la simple razón de que en la mayoría de los casos, una persona irresponsable no es famosa.
Por lo tanto, si, por casualidad, uno se atrevía a escribir tal composición, ningún escriba la hubiera copiado, ya que no hubiera sido pagado por su labor, lo que, en general, era algo considerable. Por lo tanto, tal composición fue condenada desde el principio a perderse.
En aquellos días, la gente con sabiduría, tampoco tenía interés en escribir tales libros, ya que el pueblo no necesitaba ese conocimiento. Completamente lo contrario, tenían interés en ocultarlo en cámaras secretas por la razón de que “Es la gloria de Dios ocultar algo”. Se nos exigió ocultar la esencia de la Torá y el trabajo de aquellos que no la necesitaban, o no fueran dignos de ésta, y no degradarla mostrándola en ventanas de venta a los ojos lujuriosos de los fanfarrones, porque así demanda la gloria de Dios.
Pero desde que la impresión de libros se ha hecho popular, y los escritores no necesitan escribas, el precio de los libros ha sido reducido. Esto ha pavimentado el camino para que escritores irresponsables publiquen cualquier libro que deseen, por dinero o por gloria. Pero ellos no toman sus propias acciones en cuenta y no examinan las consecuencias de su trabajo.
Desde ese tiempo en adelante, publicaciones de la antes mencionada clase de libros ha incrementado significativamente, sin ningún aprendizaje o recepción boca-a-boca de un Rav calificado, e incluso sin conocimiento de libros anteriores que se relacionen con este asunto. Tales escritores fabrican teorías de sus propias cáscaras vacías, y relacionan sus palabras con los asuntos más exaltados, de este modo representan la esencia de la nación y su fabuloso tesoro. Como necios, ellos no saben cómo ser escrupulosos, tampoco como tener un camino por el cual aprender. Ellos infunden opiniones defectuosas a las generaciones, y a cambio por sus mezquinas lujurias ellos pecan y hacen pecar a las naciones por generaciones por venir.
Recientemente, su fetidez ha aumentado porque han conectado sus uñas a la sabiduría de la Cabalá, no tomando en cuenta que esta sabiduría ha estado cerrada y encadenada detrás de miles de puertas hasta este día, que ninguna persona podría entender el verdadero significado incluso de una sola palabra de ésta, mucho menos la conexión entre una palabra y la siguiente.
Esto se debe a que en todos los libros genuinos que han sido escritos hoy, hay solamente indicios que apenas son suficientes para que un discípulo con conocimiento entienda su verdadero significado, de la boca de un sabio y calificado cabalista. Y ahí, también, “la serpiente hace su nido, y pone e incuba su nidada bajo su sombra”. En estos días, tales conspiradores se multiplican, quienes crean tales placeres que indignan a quienes los contemplan.
Algunos de ellos incluso van tan lejos como para presumir y asumir el lugar de los líderes de la generación, y pretenden saber la diferencia entre los libros antiguos y decir cuál de éstos vale la pena estudiarse y cuál no, por estar lleno de falacias, y suscitan desprecio e ira. Hasta ahora, el trabajo de escrutinio había estado limitado a uno en diez líderes de una generación; pero ahora los ignorantes abusan.
Por lo tanto, la percepción de estos asuntos por el público ha estado enormemente corrompida. Además, hay una atmósfera de frivolidad y la gente piensa que una mirada en su tiempo libre es suficiente para el estudio de tales asuntos exaltados. Ellos recorren por encima el océano de la sabiduría y la esencia del judaísmo con una mirada, como ese ángel, y llegan a conclusiones basadas en su propio estado de ánimo.
Estas son las razones que me han provocado salir de mis costumbres y decidir que es tiempo de “hacer algo por el Señor” y rescatar lo que aun puede ser rescatado. Así, he tomado sobre mi mismo revelar algo de la verdadera esencia, relacionada con los asuntos superioresy difundirlos entre la nación.
Revelando una Parte, Ocultando Dos
Hay una frase habitual en boca de los grandes sabios, cuando llegan a revelar un asunto profundo. Ellos empiezan la disertación diciendo: “Estoy revelando una parte y ocultando dos”. Y así nuestros antepasados se cuidaron mucho de la palabra excesiva, tal como nuestros sabios nos enseñaron, “Una palabra es una roca, el silencio lo es doblemente”.
Significa que si tienes una palabra valiosa en tu boca la misma es semejante a una roca, sabe pues que callarla equivale a dos rocas. Se refiere a palabras innecesarias que se pronuncian, las cuales no tienen contenido ni uso relevante excepto para adornar y embellecer la lengua en los ojos de los lectores. Esto estaba estrictamente prohibido a los ojos de nuestros sabios, como es notorio para los que examinan sus palabras. Así nosotros necesitamos prestar atención para comprender la retórica que estaba habitualmente en sus bocas.
Tres clases de ocultación de la sabiduría:
Hay tres partes en los secretos de la Torá. Cada parte tiene su propia razón para ser ocultada. Éstas son llamadas por los siguientes nombres:
Lo Innecesario
Lo Imposible
El Consejo del Señor es para los que le temen.
No hay ningún elemento de esta sabiduría en la que los escrutinios de estas tres partes no apliquen, y yo las aclararé una por una.
1. Lo Innecesario
Esto significa que de su revelación no provendrá ningún beneficio. Por supuesto, no es una gran pérdida porque se trata solamente del asunto de purificar la mente; de advertir de aquellas acciones definidas como “¿y qué?”, es decir, qué importa que yo haya hecho esto, no hay daño en ello.
Pero debes saber que, a los ojos de los sabios, el “¿y qué?” es considerado el peor corruptor. Esto es porque todos los destructores en el mundo, aquellos que han estado y aquellos que estarán, son de la clase de personas del “¿yqué?”. Esto significa que ellos entretienen a sí mismos y a los demás en cosas innecesarias. Por lo tanto, los sabios no aceptarían a ningún estudiante antes de estar seguro de que sería cauteloso en sus costumbres, para no revelar lo que no sea necesario.
2. Lo Imposible
Esto significa que el lenguaje no les obliga a decir algo de su cualidad, debido a su gran sublimidad y espiritualidad. Por lo tanto, cualquier intento de revestirlo en palabras podría solamente engañar a los examinadores y desviarlos a un sendero falso, lo que es considerado el peor de los pecados. Por lo tanto, para revelar algo en estos asuntos, se requiere permiso desde Arriba. Esta es la segunda parte de la ocultación de la sabiduría. Sin embargo este permiso, también, requiere de una explicación.
El Permiso desde arriba
Esto está explicado en el libro, La Puerta a las palabras de Rashbi, escrito por el Arí en El Zohar, Parashat Mishpatim, pg. 100. Se lee como sigue: “Sabe que algunas de las almas de los justos son del tipo de Luz Circundante y algunas son del tipo de Luz Interna. Aquellos que son del tipo de Luz Circundante tienen el poder de hablar de los secretos de la Torá de manera oculta y por indicios, para que sus palabras sean comprendidas solamente por aquellos dignos de comprenderlas.
“El alma del Rabí Shimon Bar-Iojai fue del tipo de la Luz Circundante. Por lo tanto, él tuvo el poder de revestir las palabras y enseñarlas de manera que incluso si él las enseñara a muchos, solamente los dignos de entendimiento las comprenderían. Esto es el porqué a él le fue dado ‘el permiso’ de escribir el libro de El Zohar.
“El permiso no fue ‘otorgado’ para escribir un libro sobre esta sabiduría a sus maestros o a los primeros que le precedieron, aunque ellos fueran ciertamente más competentes en esta sabiduría que él. Pero la razón es que ellos no tenían el poder de revestir los asuntos como él lo hacía. Este es el significado de lo que está escrito, ‘el hijo de Iojai supo cómo proteger sus caminos’ . Ahora puedes entender la gran ocultación en El Zohar, escrito por Rashbi, que no cualquier mente puede entender sus palabras”.
Sus palabras en esencia: Explicar asuntos de la sabiduría de la verdad no depende en absoluto de la grandeza o pequeñez del sabio Cabalista. Más bien, depende de la iluminación de un alma dedicada a esto: la iluminación de esta alma es considerada “conceder permiso” desde Arriba para revelar la Sabiduría Superior. Nosotros, por lo tanto, aprendemos que quien no ha sido recompensado con este permiso no debe hacer aclaraciones en esta sabiduría, ya que él no puede revestir los sutiles asuntos con las palabras adecuadas a manera de que no hagan fallar a los estudiantes.
Por esta razón no encontramos un solo libro en esta sabiduría de la verdad que preceda al de Rashbi, El Libro de El Zohar, ya que todos los libros en la sabiduría anteriores al suyo no son considerados interpretaciones de la sabiduría. En vez de ello son meros indicios, sin ningún orden de causa y consecuencia, como es sabido para todos aquellos que encuentran el conocimiento, por tanto comprendiendo ampliamente sus palabras.
Debo agregar, como yo he recibido de libros y de autores, que desde el tiempo de Rashbi y sus estudiantes, los autores de El Zohar, hasta el tiempo del Ari no hubo un solo escritor que entendiera las palabras en El Zohar y el Tikkun (correcciones) como el Ari. Todas los ensayos anteriores a su tiempo son meras nociones de la sabiduría, incluyendo los libros del sabio Ramak.
Y las mismas palabras que fueron dichas acerca de Rashbi deben ser dichas acerca del mismo Ari, en el sentido de que a sus predecesores no les fue dado permiso desde Arriba para revelar las interpretaciones de la sabiduría, y que a él le fue dado este permiso. Y también, esto no distingue ninguna grandeza o pequeñez en absoluto, ya que es posible que la virtud de sus predecesores fuera mayor a la del Ari, pero a ellos no les fue dado permiso para ello en absoluto. Por esta razón, ellos se abstienen de escribir comentarios que se relacionan con la sabiduría real, más bien se conformaron con breves nociones que no están relacionadas una con la otra.
Por esta razón, desde que los libros del Ari aparecieron en el mundo, quienes estudian la sabiduría de la Cabalá no han vuelto a tocar todos los otros libros de Ramak y de los grandes que precedieron al Ari, como es sabido entre aquellos que se dedican a esta sabiduría. Ellos han confiado sus vidas espirituales solamente a los escritos del Ari de tal forma que los libros esenciales, considerados interpretaciones adecuadas de esta sabiduría, son solamente el libro de El Zohar, el Tikkun y después de éstos, los libros del Ari.
3. El Consejo del Señor es para los que Le temen
Esto significa que los secretos de la Torá son revelados solamente a quienes temen a Su Nombre, quienes guardan Su Gloria en sus corazones y en sus almas, y quienes nunca cometen blasfemia. Ésta es la tercera parte de la ocultación de la sabiduría.
Esta parte de la ocultación es la más estricta dado que esta revelación ha fallado a muchos. De ésta han surgido todos los cabalistas “prácticos”, quienes cazan almas con su malicia y misticismo, usan la sabiduría mustia que provino de las manos de estudiantes indignos, para traer beneficio corpóreo para ellos mismos y para otros. El mundo ha sufrido mucho por esto, y aun está sufriendo.
Deberían saber que la raíz del ocultamiento está sólo en esta parte. A partir de ello, los sabios fueron muy excesivamente estrictos en poner a prueba a los estudiantes, como dijeron (Hagiga 13) “los encabezados de los capítulos solo son dados a un ministro de justicia y al que tiene un corazón preocupado” y “ Maase Beresheet no debe ser analizado por pares ni tampoco Merkava debe ser estudiado solo”. Hay muchas más locuciones semejantes y este temor se debe a la razón anterior.
Por esta razón, son pocos los recompensados con esta sabiduría, e incluso aquellos que pasaron todas las pruebas hacen el más serio juramento de no revelar nada de estas tres partes.
No mal entiendan mis palabras, creyendo que yo he dividido la ocultación de la sabiduría en tres partes. Yo no me refiero a que la sabiduría de la verdad esté en sí misma dividida en estas tres partes. Más bien, refiero a que estas tres partes provienen de cada detalle de esta sabiduría, ya que son solamente éstas las tres formas de escrutinio q son siempre aplicadas en esta sabiduría.
Sin embargo, aquí debemos preguntar, “Si es verdad que la firmeza de la ocultación de la sabiduría es tan estricta, ¿de dónde fueron tomadas las miles de composiciones de esta sabiduría? La respuesta es que hay una diferencia entre las dos primeras partes y la última. El principal problema radica solamente en la última parte, por la razón arriba explicada.
Pero las dos primeras partes no se encuentran bajo prohibición constante. Esto se debe a que algunas veces un asunto en lo “innecesario” es revertido, deja de ser innecesario por alguna razón y llega a ser necesario. También, la parte de “lo imposible,” algunas veces llega a ser posible. Esto es así por dos razones: ya sea por la evolución de la generación o porque fue dado permiso desde Arriba, como les ocurrió a Rashbi y al Ari, y en pequeñas proporciones a sus predecesores. Todos los libros genuinos escritos de la sabiduría emergen de estos discernimientos.
A esto se refieren en su lenguaje con, “Yo revelo una parte y oculto dos” . Ellos se refieren a que ocurrió que revelaron algo nuevo que no fue descubierto por sus predecesores. Y por ello suponen que han revelado solamente una porción, significando que él está revelando la primera parte de las tres partes en ocultación y deja dos aun ocultas.
Esto indica que algo ocurrió, que es la razón de esa revelación: ya sea que lo “innecesario” recibió la forma de “necesario,” o fue otorgado “permiso desde Arriba”, como he explicado antes. Este es el significado de la locución, “Yo estoy revelando una porción” .
Los lectores de estos tratados, los cuales tengo la intención de imprimir durante el año, deben saber que todos son innovaciones, que no son presentados puramente como tales, en su preciso contenido, en ningún libro anterior al mío. Yo lo recibí de boca a boca de mi maestro, quien estaba autorizado para esto, lo que significa que él también lo recibió de su maestro de boca a boca.
Y aunque yo lo he recibido bajo todas las condiciones de ocultación y de precaución, por la necesidad presentada en mi ensayo, “Tiempo de Actuar”, la parte de lo “innecesario” fue invertida para mí y llegó a ser “necesario”. Por lo tanto, yo he revelado esta porción con total permiso, como he explicado arriba. Sin embargo oculto las otras dos porciones como me fue ordenado.