En conjunto, la ciencia se subdivide en dos partes: la primera se llama el conocimiento de la materia y la segunda, el conocimiento de la forma. Esto quiere decir que no existe nada en la realidad circundante en donde la materia y la forma no puedan discernirse. Por ejemplo, examinemos una mesa. Consiste de material, digamos, la madera, y posee la forma de una mesa. La materia (la madera) es el vehículo de una forma (una mesa). Lo mismo pasa con la palabra "falso": su materia es un hombre, y su forma es "falso", por lo que la materia del hombre lleva la forma de falsedad. Esto se aplica a todo.
De igual manera, la ciencia que investiga la realidad también se subdivide en dos partes: la que estudia la materia y la que estudia la forma. La parte que investiga las propiedades de la materia existente (tanto pura como revestida en su forma) se refiere al "conocimiento de la materia". Este conocimiento tiene una base empírica, es decir, está basada en evidencia y comparación de los resultados de experimentos prácticos, que se toman como fundamentos confiables para deducciones válidas.
La otra parte de la ciencia sólo analiza la forma abstracta sin relación con la materia. En otras palabras, las formas de "verdad" y "falsedad", separadas de la materia, esto es, de las personas que portan esa forma. Estas forman se analizan como significativas y sin sentido, ya que no están revestidas en alguna tipo de materia. Esto es conocido como "el conocimiento de una forma".
Este tipo de conocimiento no tiene bases empíricas, porque estas formas abstractas no pueden percibirse en prácticas experimentalmente confirmadas. Están más allá de los límites de la realidad existente. La forma abstracta es sólo un fruto no existente de la imaginación.
Por consiguiente, cada investigación científica de esta clase está basada estrictamente en una suposición teórica. No está confirmada por experimentos prácticos y es el resultado de una discusión teórica. Toda la filosofía tan aclamada se refiere a esta categoría. La mayoría de los científicos modernos la descartan, debido que se encuentran totalmente descontentos con las discusiones sin sentido, que se basan en teorías, que desde su punto de vista es una base totalmente indigna de confianza.
La ciencia de la Cabalá, de igual forma, se subdivide en las dos antes mencionadas partes: el conocimiento de la materia y el conocimiento de la forma. Sin embargo, a diferencia de la ciencia convencional, hasta el conocimiento de una forma en ella se basa totalmente en investigación científica y experiencia práctica.