Acerca del amor a los amigos
Artículo Nº 2, 1984
1) La necesidad del amor por los amigos
2) ¿Cuál es la razón por la que elegí precisamente a estos amigos? ¿Y por qué los amigos me eligieron a mí?
3) ¿Debe revelar cada uno de los amigos su amor hacia la sociedad, o es suficiente con sentir amor dentro del corazón y profesar el amor a los amigos con discreción, sin necesidad de mostrar abiertamente lo que hay en su corazón? Se sabe que la discreción es algo de gran valor. Aunque también podemos decir lo contrario, que es obligatorio revelar a los amigos el amor que se tiene en el corazón, ya que mediante esta revelación uno despierta el corazón de su amigo hacia los otros amigos del grupo, para que ellos también sientan que cada uno de ellos profesa amor a los amigos. Y el beneficio de ello, es que de este modo, uno recibe una mayor fuerza para profesar el amor a los amigos con mayor intensidad y vigor, ya que la fuerza del amor de cada uno de ellos, está incluida en todos los demás. Conforme a eso, resulta que en lugar de tener, sólo una fuerza para profesar amor a los amigos, si el grupo está compuesto de diez miembros, cada uno está integrado de diez fuerzas de la necesidad, que comprenden que necesitan consagrarse al amor a los amigos. Pero si cada uno de ellos no revela al grupo, que está profesando amor a los amigos, entonces le falta la fuerza del grupo.
Esto es así porque es muy difícil juzgar a un amigo favorablemente. Cada uno piensa de sí mismo que es justo y que sólo él está consagrado al amor a los amigos. De este modo uno no tiene más que una fuerza muy pequeña para practicar el amor al prójimo. De esto se desprende que precisamente este trabajo debe ser realizado explícitamente y no con discreción. Pero uno debe recordarse a sí mismo constantemente cuál es el propósito de esta asociación. De otro modo, el cuerpo tiende a desvirtuar el propósito, ya que el cuerpo siempre se preocupa de su propio beneficio. Por esa causa debemos recordar que el grupo fue establecido únicamente sobre el principio de alcanzar el amor al prójimo como trampolín hacia el amor al Creador. Y esto se alcanza justamente diciendo que uno necesita de la sociedad para poder otorgar a su amigo sin recibir nada a cambio.
Esto significa que no necesita a esta sociedad para que le otorgue ayuda y regalos, que le den satisfacción a las vasijas de recepción del cuerpo. No obstante una sociedad construida sobre el amor propio lo estimula solamente a desarrollar sus vasijas de recepción, porque la persona ve ahora, que tiene la oportunidad de incrementar su patrimonio, ya que con la ayuda de su amigo puede obtener posesiones materiales. Por el contrario, debemos recordar que esta sociedad ha sido establecida en base al amor al prójimo. Es decir, que todos y cada uno de sus miembros reciben de ella el amor al prójimo, y el odio a sí mismos. Y al ver que sus compañeros se esfuerzan en anularse a sí mismos y en amar al prójimo, eso causa que cada uno de ellos esté incluido en la intención de su amigo.
De ahí que si el grupo tiene diez miembros, por ejemplo, entonces cada uno tendrá diez fuerzas que practican la auto-anulación, el odio a sí mismo y el amor a los demás. De lo contrario, no sólo que uno permanece con una sola fuerza de amor al prójimo, pues no ve que los amigos lo estén practicando, ya que están practicando el amor al prójimo ocultamente, sino que además los amigos le hacen perder su fuerza y su deseo de seguir por el sendero del amor al prójimo. Y entonces él aprende de las acciones de ellos. Y de este modo cae bajo el dominio del amor propio.
4) ¿Debe conocer cada uno, cuáles son las necesidades de sus amigos, qué le falta a cada uno de sus amigos individualmente, para saber cómo les puede complacer, o es suficiente practicar el amor a los amigos en general?