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50. La Agenda de la reunión de los amigos

 

La agenda de la reunión de los amigos 

Artículo Nº 17, Parte 2, 1984

 

Al comienzo de la reunión, debe haber una agenda. Cada uno debe hablar, de acuerdo a su capacidad, de la importancia del grupo, describiendo las ganancias que le traerá el grupo y qué cosas importantes espera que le aporte, las cuales no es capaz de conseguir por sí mismo–, y valora al grupo, en esa misma medida. Como los sabios escribieron (Brajot, 32): "Rabí Shamlai dijo: ‘La persona debe siempre alabar al Creador y luego rezar’. ¿De dónde sacamos esto? De Moshé (Moisés), como está escrito: ‘E imploré al Señor en aquel momento’. También está escrito: ‘Oh, Señor Dios, Tú has comenzado a mostrar Tu grandeza’, tal como está escrito: ‘Déjame cruzar, Te ruego y ver la buena tierra’". 

Y la razón por la que necesitamos comenzar alabando al Señor es porque es natural que existan dos condiciones cuando uno pide algo a alguien: Que tenga lo que le pido, como riqueza, poder y que sea famoso por su riqueza y prestigio. Que tenga un buen corazón, es decir, un deseo de hacer el bien a los demás.  

A una persona así, le puedes pedir un favor. Por eso dijeron: "La persona debe siempre alabar al Creador y luego rezar". Esto significa que después de que uno cree en la grandeza del Creador, de que Él tiene toda clase de placeres que dar a los creados y que Él desea hacer el bien, entonces cabe decir está rezándole al Creador quien, indudablemente, le ayudará, porque Él desea otorgar. Y entonces, el Creador puede darle lo que desea. Entonces, también la oración puede hacerse desde la confianza que el Creador recibirá su plegaria.  

Lo mismo sucede con el amor a los amigos, cuando se reúnen al principio de la reunión, deberíamos alabar primero a los amigos, la importancia de cada uno de los amigos. En la medida en que asumimos la grandeza del grupo, en esa misma medida, uno puede respetar al grupo. "Y luego, reza", es decir, que cada uno tiene que examinarse a sí mismo y ver cuánto esfuerzo está invirtiendo en el grupo. Y, en consecuencia, cuando ve que no tiene la fuerza para hacer nada por el bien del grupo, entonces es momento de suplicar al Creador que le ayude, y le dé la fuerza y la voluntad para dedicarse al amor al prójimo.  

Y después, todos deben comportarse igual que en las tres últimas partes del rezo "Shmoné Esré" (Rezo dieciocho). En otras palabras, después de haber suplicado todo ante el Creador, el Sagrado Zóhar dice que en las tres últimas partes del rezo "Shmoné Esré", uno debe pensar como si el Señor ya le hubiese concedido su petición y se hubiese marchado. Respecto al amor de los amigos debemos comportarnos igual: Tras examinarnos a nosotros mismos y seguir el conocido consejo de rezar, debemos pensar como si nuestro rezo hubiese sido respondido y alegrarnos con nuestros amigos, como si todos los amigos fueran un solo cuerpo. Y así como el cuerpo desea que todos los órganos disfruten, así nosotros queremos que todos nuestros amigos disfruten ahora.  

Por lo tanto, después de todos los cálculos, llega el momento de la alegría y del amor de los amigos. En ese momento, cada uno debe sentir que es feliz, como si hubiera hecho un buen negocio por medio del cual ganará mucho dinero. Y en ese momento es costumbre que él, dé de beber a los amigos. Aquí cada uno necesita que su amigo beba, coma pasteles, etc. Porque ahora él es feliz, entonces también quiere que los amigos se sientan bien. Por eso, el momento de culminar la reunión, debe ser con alegría y júbilo. Esto sigue la forma de "un tiempo de Torá" y "un tiempo de plegaria". "Un tiempo de Torá" significa perfección, donde no hay carencia alguna. A esto se le llama "derecha", como está escrito: "en Su mano derecha había una ley ardiente". Pero "un tiempo de plegaria", se llama "izquierda", ya que un lugar de carencia es un lugar que necesita corrección. A esto se le llama "la corrección de los Kelim (vasijas)". Pero en el estado de "Torá", llamado "derecha", no hay lugar para la corrección, y por eso a la Torá se le llama "regalo".  

Es costumbre dar regalos a la persona a la que amas. Y también es habitual el no amar a uno que es carente. Por tanto, durante el "tiempo de Torá", no hay lugar para pensamientos de corrección. Así, cuando se abandona la reunión, debe ser como en las tres últimas partes del "Rezo dieciocho".Y por esta razón, todo el mundo sentirá plenitud.

 

 

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