Rav Michael Laitman
Un encuentro inicial con el mundo espiritual
Introducción
Las leyes de la naturaleza, nuestro lugar en el mundo y nuestro comportamiento han sido estudiadas por científicos y filósofos durante miles de años.
Además de las suposiciones lógicas, la ciencia utiliza información e investigaciones cuantificables. Pero nuestros científicos e investigadores han descubierto que cuanto más avanzan en sus estudios más oscuro y confuso se muestra el mundo.
El progreso que la ciencia ha aportado a nuestro mundo es incuestionable, pero limitado. El mundo interior del hombre, su alma, su comportamiento y sus fuentes de motivación no pueden medirse con las herramientas de los científicos. El hombre, el constituyente más numeroso de la creación, sigue sin tener conocimiento del papel que juega en el universo.
El hombre siempre ha buscado respuestas a las preguntas básicas sobre la vida: ¿Quién soy? ¿Qué objetivo tiene mi vida aquí? ¿Por qué existe el mundo? ¿Seguimos existiendo después de que nuestro cuerpo físico complete su tarea?
En este mundo de presiones constantes, algunos encuentran satisfacción pasajera en las técnicas orientales, en métodos de relajación o minimizando sus deseos y expectativas personales para reducir su sufrimiento. Algunas formas de meditación, nutrición y ejercicio físico y mental tranquilizan los instintos naturales del hombre y le permiten encontrarse más cómodo en su estado físico. Estos procesos le enseñan a reducir sus expectativas pero lo ponen en conflicto con sus verdaderos deseos.
Nuestra experiencia de vida nos demuestra que tenemos ilimitados deseos, pero nuestros recursos para satisfacerlos son limitados. Esta es la razón por la que es imposible evitar por completo el sufrimiento. Y este es, precisamente el tema de la Cabalá.
La Cabalá responde a las preguntas básicas de la vida
Estas preguntas básicas del ser humano añaden otra dimensión al sufrimiento humano. No nos permiten sentirnos satisfechos ni siquiera cuando esta o aquella meta ha sido alcanzada. Cuando conseguimos el objetivo por el que hemos estado luchando, inmediatamente empezamos a sentir otro placer insatisfecho. Esto impide al hombre disfrutar de otros logros y su sufrimiento se renueva. Retrospectivamente, el hombre se da cuenta de que ha pasado la mayor parte de su tiempo esforzándose en conseguir objetivos que le han aportado muy poco placer aparte del éxito en sí.
Todos, cada uno a su manera, intentamos responder a estas preguntas desde las fuentes de información de que disponemos. Cada uno de nosotros formulamos nuestra propia percepción del mundo basándonos en nuestra propia experiencia. La realidad y la vida cotidiana ponen nuestra percepción constantemente en duda, haciéndonos reaccionar, mejorar o cambiar. Para algunos de nosotros este proceso ocurre a un nivel consciente, para otros, inconscientemente...
La Cabalá se dirige a todos aquellos que buscan aperturas de consciencia. Enseña a adquirir un sentimiento esencial de la esfera espiritual - la sexta esfera - que afecta nuestra vida en este mundo. Esto nos permite percibir el mundo superior - el Creador - y conseguir control sobre nuestras vidas.
La Biblia, el Zohar, El árbol de la vida y otras fuentes espirituales auténticas se redactaron para enseñarnos cómo progresar en los ámbitos espirituales, para estudiarlos y adquirir conocimientos espirituales. Nos explican cómo encontrar el camino hacia un mundo espiritual y en qué consiste.
A través de las generaciones, los cabalistas han escrito muchos libros en diferentes estilos según los tiempos en los que vivían. Se crearon cuatro lenguajes en total para introducirnos en la realidad espiritual: el lenguaje de la Biblia (que incluye los Cinco Libros de Moisés, los Escritos y los Profetas), el lenguaje de las leyendas, el lenguaje legalista y el lenguaje de la Cabalá, una manera de describir el sistema de los mundos superiores espirituales y cómo llegar a ellos.
No son caminos distintos, sino aspectos del mismo tema, en diferentes formatos.
El cabalista Baal HaSulam escribe en su libro Los frutos de los sabios:
"La sabiduría interna de la Cabalá es la misma que la de la Biblia, el Zohar y las leyendas; la única diferencia entre ellas es el tipo de lógica. Es como una lengua ancestral traducida en cuatro idiomas. Es evidente que la sabiduría en sí no cambió en absoluto con las traducciones. Lo único a considerar es cuál es la más conveniente y aceptada para su transmisión."
Al leer este libro, el lector podrá realizar los primeros pasos hacia una comprensión de las raíces del comportamiento humano y las leyes de la naturaleza.
Este libro es innovador en su descripción de los principios que plantea la Cabalá. Esta dirigido a cualquiera que esté interesado en conocerse mejor, en entender las razones del sufrimiento y el placer y en encontrar las respuestas a las grandes preguntas de la vida,
¿Qué es la Cabalá?
La Cabalá es un método simple y preciso que investiga y define la posición del ser humano en el universo. La sabiduría de la Cabalá nos dice por qué existe el hombre, por qué nace, por qué vive, cuál es el propósito de su vida, de dónde viene y hacia dónde va cuando completa su vida en este mundo.
Es el único método para alcanzar el mundo espiritual. Nos enseña acerca de él, y al estudiarlo vamos desarrollando un sentido adicional. Con la ayuda de este sentido podemos establecer contacto con los mundos superiores.
La Cabalá no es un estudio abstracto o teórico, sino por el contrario, muy práctico. El hombre aprende acerca de sí mismo, quién es y cómo es. Aprende lo que debe hacer ahora para cambiar, etapa por etapa, paso a paso. Enfoca su investigación hacia su propio interior.
Toda la experimentación se realiza sobre sí mismo, en sí mismo. Es por eso que la Cabalá se denomina "La Sabiduría Oculta". A través de ella, la persona experimenta cambios internos, que sólo ésta siente o sabe que están sucediendo. Es una actividad, propia, específica y peculiar, ocurre en el interior del ser humano.
La palabra "Cabalá" se deriva del verbo en hebreo "lekabbel", es decir, recibir. La Cabalá describe los motivos de las acciones como "el deseo de recibir". Este deseo se refiere a la recepción de diversas clases de placeres. Para ello, cada uno está dispuesto, en general, a invertir un gran esfuerzo. La cuestión es: ¿Cómo alcanzar el máximo placer pagando el mínimo precio? Cada quien intenta responder a esta pregunta a su manera.
Este deseo de recibir se desarrolla y crece de acuerdo a un orden determinado. Al principio, busca el placer de los sentidos, luego va tras el dinero y el honor. Un deseo aún más poderoso lo vuelve sediento de poder. Quizá después desarrolle la búsqueda de la espiritualidad, la cual representa la cúspide de la pirámide. Quien reconoce cuán grande es esta meta, comienza a buscar los medios para alcanzarla.
Al pasar por las etapas del deseo, la persona se familiariza con sus habilidades y limitaciones.
La Cabalá se ocupa de lo que no podemos apresar ni controlar. No sabemos cómo son creados los sentimientos. Nos maravillamos ante las experiencias de lo dulce, lo amargo, lo agradable, lo áspero, etc. No logramos construir instrumentos científicos para examinar nuestros sentimientos, ni siquiera en el campo de la Psicología, de la Psiquiatría y demás ciencias humanas. Los factores de la conducta permanecen ocultos a nuestro entendimiento.
La Cabalá es como la matemática de los sentimientos; toma todos nuestros sentimientos y deseos, los divide y da una fórmula matemática exacta para cada fenómeno, a cada nivel, para cada tipo de comprensión y de sentimiento.
Es un trabajo de sentimientos combinados con intelecto. Para los principiantes, utiliza geometría, matrices y diagramas. Los que avanzan encontrarán una ciencia exacta que examina los sentimientos. Al estudiar, sentirán cada sentimiento, y a la vez lo comprenderán. Sabrán qué nombre darle, según su poder, dirección y carácter.
La sabiduría de la Cabalá es un método antiguo y probado, mediante el cual el ser humano puede recibir una conciencia superior, alcanzando la espiritualidad. Este es su objetivo real en el mundo. Si alguien siente un deseo y un anhelo de espiritualidad, podrá darle cauce mediante la sabiduría de la Cabalá, otorgada por el Creador.
La palabra "Cabalá" describe la meta del cabalista: alcanzar todo aquello de lo que el ser humano sea capaz, como ser pensante, la más elevada de todas las criaturas.
¿Por qué estudiar Cabalá?
Al estudiar los textos cabalísticos, una persona común aprende cosas que anteriormente estaban ocultas. Sólo tras adquirir el sexto sentido mediante este estudio, podrá ver y sentir lo que previamente no estaba revelado.
Los cabalistas no transmiten el conocimiento de la estructura del Mundo Superior o espiritual sin un motivo válido. Existe un fenómeno de máxima importancia en sus escritos; todos tenemos la posibilidad interna de desarrollar este sexto sentido [Ver el capítulo "Cabalá y espiritualidad"].
Puede suceder que, al acercarse a las materias cabalísticas, al principio no se comprenda lo que se lee. Para entenderlas correctamente hay que invocar la llamada "Luz Circundante", la que de manera gradual nos mostrará nuestra realidad espiritual. Los términos "corregir" y "corrección" se utilizan en la Cabalá para describir un cambio en el deseo de recibir; es decir, de recibir las cualidades del mundo espiritual y del Creador.
Todos poseemos este sexto sentido, el sentido espiritual aún dormido, conocido como "El punto del corazón". La Luz que eventualmente habrá de llenarlo -el sexto sentido a desarrollar-, se encuentra enfrente.
El sexto sentido es también llamado "Vasija Espiritual" (Kli) y existe aún sin realidad material. La vasija espiritual de una persona común no se encuentra todavía lo suficientemente desarrollada como para percibir el mundo espiritual. Si se estudian adecuadamente los escritos originales de la Cabalá, esta Luz ilumina el punto del corazón y comienza a desarrollarlo. El punto se agranda, expandiéndose hasta permitir la entrada de la Luz Circundante. La entrada de la Luz en el punto del corazón provoca en nosotros la percepción espiritual. Este punto es el alma de la persona.
Nada es posible sin la ayuda superior, sin el descenso de la Luz Circundante que nos ilumina gradualmente el camino. Aunque no reconozcamos dicha Luz, existe una conexión directa entre el punto del corazón y la Luz que ha de llenarlo, según el plan superior. Estudiar libros de Cabalá permite conectarse con la fuente de la Luz, sintiendo poco a poco un gran deseo de espiritualidad. Este proceso se conoce como "segula" (remedio).
El rabino Yehuda Ashlag escribió en la Introducción al Estudio de las Diez Sefirot: "En efecto, ¿Por qué los cabalistas ordenaron a todos estudiar Cabalá? Es grandioso y meritorio divulgar la incomparable maravillosa cualidad del estudio de la sabiduría de la Cabalá; aunque no entiendan lo que están estudiando, el tremendo deseo de entender despertará las luces que rodean su alma. Esto significa que todos tienen garantizada la posibilidad de acceder eventualmente a los maravillosos logros que Dios previó para nosotros al planificar la Creación. Quienes no lo logren en esta encarnación, lo harán en otra, hasta que se cumpla la intención del Creador."
Aunque no logremos realizarlo, las luces circundantes permanecerán esperando para que preparemos nuestras vasijas para recibirlas.
Y así cuando alguien, aunque carezca de las vasijas, se comprometa con esta sabiduría, invocando los nombres de las luces y las vasijas que le pertenecen y le esperan, éstas brillarán hasta cierto grado sobre él. Pero sólo penetrarán en su alma interior cuando sus vasijas estén listas para aceptarlas. La Cabalá es el único medio de crear la vasija para recibir la Luz del Creador.
La Luz que recibimos cuando nos entregamos a la sabiduría atrae un encanto celestial, confiriéndonos una abundancia de santidad y pureza que nos acerca a la realización.
La Cabalá es especial pues permite saborear la espiritualidad incluso desde la etapa inicial de su estudio, haciendo que uno la prefiera al materialismo. De este modo, se va depurando la voluntad en la medida de la propia espiritualidad, alejándonos de las cosas que antes nos atraían, como un adulto que abandona los juegos infantiles.
¿Por qué necesitamos la Cabalá? Porque la Cabalá nos ha sido entregada como un trampolín para el cambio. Nos ha sido otorgada para que podamos conocer al Creador. Estas son las únicas razones por las cuales nos ha sido concedida. Quien estudie Cabalá para auto-modificarse y para conocer al Creador, alcanzará el nivel en que comenzará a ver que puede mejorar sin sufrimiento.
¿Quién es cabalista?
Un cabalista es una persona común que no posee ninguna habilidad, talento u ocupación especial. No tiene por qué ser considerado un sabio, ni tener una expresión de beatitud en su rostro.
El cabalista es un investigador que estudia su propia naturaleza utilizando un método preciso, probado y que ha resistido la prueba del tiempo. A lo largo de la historia, los cabalistas han estudiado la esencia de sus existencias utilizando herramientas simples que todos podemos emplear hoy en día: sentimientos, intelecto y corazón.
En algún momento de su vida, tomó la decisión de buscar un camino que le ofreciera respuestas creíbles a las preguntas que lo perturbaban. Mediante un método de estudio preciso, pudo adquirir un sentido adicional, un sexto sentido, el sentido espiritual.
Mediante este sentido, percibe las esferas espirituales tan claramente como nosotros nuestra realidad aquí y ahora; recibe conocimiento acerca de las esferas espirituales, los mundos superiores y la manifestación de las fuerzas superiores. Estos mundos se denominan "superiores" porque se encuentran más allá, más arriba que el nuestro.
El ser humano va ascendiendo desde su nivel espiritual actual a su nivel espiritual siguiente o Mundo Superior. Este movimiento lo va llevando de un Mundo Superior al siguiente.
Constituyen las raíces a partir de las cuales se ha desarrollado todo lo que existe aquí, todo lo que llena nuestro mundo, incluyéndonos a nosotros mismos. El cabalista se encuentra al mismo tiempo en nuestro mundo y en los mundos superiores. Esta cualidad es común a todos los cabalistas. Ellos reciben la información real que nos circunda y perciben dicha realidad. Por eso pueden estudiarla, familiarizarse con ella y transmitírnosla.
Nos proponen un método nuevo para conocer la fuente de nuestras vidas y conducirnos hacia la espiritualidad. Nos ofrecen este conocimiento en libros escritos en un lenguaje especial. Leídos de cierta forma especial, estos libros se convertirán en naves que nos permitirán a nosotros descubrir también la verdad por nuestros propios medios.
En los libros que han escrito, los cabalistas nos transmiten técnicas basadas en experiencias personales. Desde su amplísima perspectiva, encuentran la manera de ayudar a quienes vendrán después, a fin de que suban la misma escalera que ellos. Este método se denomina "La sabiduría de la Cabalá".
Historia de la Cabalá y el Zohar
El primer cabalista que conocemos fue el patriarca Abraham. El percibió las maravillas de la existencia humana, planteó preguntas acerca del Creador y los mundos superiores le fueron revelados. Transmitió a las generaciones siguientes el conocimiento adquirido y el método usado para alcanzarlo. La Cabalá se transmitió oralmente durante muchos siglos. Cada estudioso agregó su experiencia única y su personalidad a este cuerpo de conocimiento acumulado, en los términos de las almas de su generación.
La Cabalá se siguió desarrollando después de que la Biblia (los 5 libros de Moisés) fuera escrita. En el período comprendido entre el Primer Templo y el Segundo (586 a. de E.C. - 515 a. de E.C.), ya se la estudiaba en grupos. Luego de la destrucción del Segundo Templo (70 E.C.) y hasta nuestra generación hubo tres períodos particularmente importantes en el desarrollo de la Cabalá, en los cuales aparecen los más importantes escritos acerca de sus métodos de estudio.
El primer período tuvo lugar durante el siglo II cuando el libro del Zohar fue escrito por el rabino Shimon Bar Yochai, el "Rashbi", alrededor del año 150 E.C., quien era alumno del conocido rabino Akiva (40 E.C.- 135 E.C.). El rabino Akiva y muchos de sus discípulos fueron torturados y asesinados por los romanos, al sentirse amenazados por sus enseñanzas de la Cabalá. Tras la matanza de 24,000 discípulos del rabino Akiva, él y el rabino Yehuda Ben Baba autorizaron al Rashbi a transmitir a las generaciones futuras la Cabalá que le habían enseñado. Por cierto, él y cuatro más fueron los únicos en sobrevivir. Tras la captura y encarcelamiento del rabino Akiva, el Rashbi escapó con su hijo Eliezer. Vivieron en una cueva durante 13 años.
Salió de la cueva con el Zohar, un método cristalizado para el estudio de la Cabalá y el logro de la espiritualidad. Alcanzó los 125 niveles que un ser humano puede lograr durante su vida en este mundo. El Zohar nos relata que él y su hijo alcanzaron el nivel denominado "Eliahu (Elías) el Profeta", lo cual significa que el profeta mismo vino a enseñarles.
El Zohar está escrito de forma única, a través de parábolas y se presenta en arameo, un idioma que se hablaba en los tiempos bíblicos. Nos dice que el arameo es el "inverso del hebreo", el lado oculto del hebreo. El rabino Shimon Bar Yochai no lo escribió él mismo, sino que transmitió la sabiduría y la forma de alcanzarla, metódicamente dictando su contenido al rabino Aba, quien redactó el Zohar de modo que sólo pudieran entenderlo quienes fueran dignos de ello.
El Zohar explica que el desarrollo humano se divide en 6.000 años, durante los cuales las almas transitan un proceso de desarrollo continuo en cada generación. Al final del proceso, todas las almas alcanzan la posición de "fin de la corrección", esto es, el nivel más elevado de espiritualidad y plenitud.
El rabino Shimon Bar Yochai fue uno de los más grandes de su generación. Escribió e interpretó muchos temas cabalísticos que fueron publicados y son conocidos hasta el día de hoy. El libro del Zohar, por su parte, desapareció después de ser escrito.
Cuenta la leyenda que los escritos del Zohar permanecieron ocultos en una cueva cerca de Safed en Israel. Fueron encontrados varios siglos después por residentes árabes de la zona. Un día, un cabalista de Safed compró pescado en el mercado, descubriendo con sorpresa el valor inconmensurable del papel en el que estaba envuelto. Inmediatamente se dedicó a comprar a los árabes el resto de las piezas, reuniéndolas en un libro.
Esto sucedió porque en la naturaleza de las cosas ocultas está el que sea descubierta en el momento oportuno, cuando las almas adecuadas reencarnan e ingresan a nuestro mundo. De este modo el Zohar ha sido revelado a lo largo del tiempo.
Pequeños grupos de cabalistas estudiaron estos escritos en secreto. El rabino Moshe de León publicó este libro por primera vez en el siglo XIII en España.
El segundo período es muy importante para la Cabalá de nuestra generación. Es el período del Ari, el rabino Itzjak Luria, autor de la transición entre los dos métodos de estudio de la Cabalá. En los escritos del Ari aparece por primera vez el lenguaje puro de la Cabalá, de la cual él proclamó el comienzo de un período de estudio abierto y masivo.
Nació en Jerusalén en 1534. Su padre murió siendo él pequeño y su madre lo llevó a Egipto, donde se crió en la casa de su tío. Allí se ganó la vida a través del comercio, pero dedicó la mayor parte de su tiempo al estudio de la Cabalá. Según la leyenda, pasó siete años aislado en la isla de Roda en el Nilo, estudiando el Zohar, los libros de los primeros cabalistas y los escritos de otro miembro de su generación, el "Ramak", el rabino Moisés Cordovero.
En 1570 llegó a Safed en Israel. A pesar de su juventud, comenzó inmediatamente a enseñar Cabalá. Su grandeza fue pronto reconocida; todos los sabios de Safed, profundos conocedores de la Sabiduría oculta y de la revelada, vinieron a estudiar con él, volviéndose famoso. Durante un año y medio, su discípulo Haim Vital transcribió las respuestas a muchas de las preguntas que surgían durante sus estudios.
El Ari nos legó un sistema básico para el estudio de la Cabalá, el cual sigue vigente hasta el día de hoy. Algunos de estos son conocidos por nosotros como "Etz Hahayim" (El Árbol de la Vida), "Sha'ar Hakavanot" (El Portal de las Intenciones), "Sha'ar Hagilgulim" (El Portal de la Reencarnación) y otros. Murió siendo aún joven, en 1572. Respetando su última voluntad, sus escritos fueron archivados para que su doctrina no fuera revelada antes de tiempo.
Los grandes cabalistas suministraron el método y lo enseñaron, pero sabían que su generación era todavía incapaz de apreciar el cambio. Por lo tanto, muchas veces prefirieron esconder e incluso quemar sus escritos. Sabemos que Baal Hasulam quemó y destruyó la mayor parte de sus escritos. Resulta significativo que el conocimiento fuera confiado al papel y luego destruido. Lo que se revela en el mundo material afecta el futuro y será más fácilmente revelado una segunda vez.
El rabino Vital ordenó que ciertas secciones de los escritos del Ari fueran ocultas y enterradas con él. Una parte fue legada a su hijo Maharash Vital, quien la organizó como Las Ocho Puertas. Mucho después, un grupo de estudiosos encabezados por el nieto del rabino Vital rescató de la tumba otra parte de los escritos.
Recién en tiempos del Ari se comenzó a estudiar el Zohar abiertamente en grupos. A partir de allí, su estudio prosperó durante 200 años. En el gran período Jassidut (1750 - fines del S. XIX), prácticamente todo gran rabino era un cabalista. Surgieron principalmente en Polonia, Rusia, Marruecos, Irak, Yemen y otros países. Luego, a comienzos del siglo XX, el interés por la Cabalá decayó hasta casi desaparecer por completo.
El tercer período se agrega un método adicional a las doctrinas del Ari, redactado en nuestra generación por el rabino Yehuda Ashlag, autor del Sulam, la interpretación del Zohar y de las enseñanzas del Ari. Este método resulta particularmente apropiado para las almas de nuestra generación.
El rabino Yehuda Ashlag, conocido como "Baal Hasulam" por su versión Sulam del Zohar, nació en 1885 en Lodz, Polonia. Durante su juventud, absorbió un profundo conocimiento de la ley oral y escrita, siendo luego juez y maestro en Varsovia. En 1921 emigró a Israel con su familia, ocupando el puesto de rabino de Givat Shaul, en Jerusalén. Ya estaba inmerso en la redacción de su propia doctrina cuando comenzó a escribir el comentario del Zohar en 1943, finalizando en 1953. Murió al año siguiente, siendo enterrado en el cementerio de Givat Shaul en Jerusalén.
Lo sucedió su hijo mayor, el rabino Baruj Shalom Ashlag, el "Rabash". Sus libros se estructuran según las instrucciones de su padre, éstos elaboran con elegancia los escritos paternos legados a nuestra generación, facilitando su comprensión.
El Rabash nació en Varsovia en 1907, emigrando a Israel con su padre. Sólo después de su casamiento su padre le permitió integrar los selectos grupos de estudio de la sabiduría oculta: la Cabalá. Rápidamente se le autorizó dar clase a los principiantes.
Luego de la muerte de su padre, se encargó de seguir enseñando el método especial que había aprendido. A pesar de sus grandes logros, insistió, al igual que su progenitor, en mantener un modo de vida muy modesto. A lo largo de su vida trabajó de zapatero, de albañil y de empleado de oficina. Vivía en lo exterior como una persona común, pero dedicaba cada minuto libre al estudio y a la enseñanza de la Cabalá. El Rabash murió en 1991.
El rabino Yehuda Ashlag, el Baal Hasulam, es el líder espiritual adecuado para nuestra generación. Es el único de su generación que ha escrito un comentario completo y actualizado del Zohar y de los escritos del Ari. Estos libros y los ensayos de su hijo, el rabino Baruj Ashlag, el Rabash, son la única fuente a la que podemos acudir para asistirnos en todo progreso ulterior.
Al estudiar sus escritos estamos estudiando en realidad el Zohar y los escritos del Ari a través de los comentarios más recientes (últimos cincuenta años). Actúan como cinturón de seguridad para nuestra generación, pues, nos permiten estudiar textos antiguos como si hubieran sido escritos hoy, usándolos como trampolín hacia la espiritualidad.
El método del Baal Hasulam sirve para todos. En HaSulam (escalera) construyó en sus escritos, asegura que ninguno de nosotros sienta temor al estudio de la Cabalá. Todo aquel que estudie Cabalá durante tres a cinco años accederá a las esferas espirituales, a la realidad total y a la "comprensión divina", nombre de lo que está arriba (más allá) de nosotros y que aún no percibimos. Tomando como guía los libros del rabino Yehuda Ashlag alcanzaremos la auténtica corrección.
El método de estudio apunta a despertar en nosotros el deseo de comprender los mundos superiores. Aumenta nuestra voluntad de conocer nuestras raíces y de conectarnos con ellas. Entonces seremos capaces de mejorar y de auto-realizarnos.
Los tres grandes cabalistas son de una misma alma, que apareció en un tiempo como Rabí Shimón, en una segunda ocasión como el Ari y una tercera vez como Rabí Yehuda Ashlag. Cada ocasión correspondió al momento oportuno de madurez y merecimiento de cada generación, descendiendo el alma para enseñar el método adecuado.
Las generaciones son cada vez más dignas de descubrir el Zohar. Lo que fue escrito y oculto por Rabí Shimón Bar Yochai fue descubierto más tarde por la generación de Rabí Moshé de León y luego por la del Ari, quien comenzó a interpretarlo en términos de Cabalá. Estos escritos también fueron archivados y luego parcialmente redescubiertos a su debido tiempo, en tanto que nuestra generación tiene el privilegio de contar con la Sulam, que habilita a cualquiera a estudiar la Cabalá y auto corregirse ya.
Vemos que el Zohar le habla a cada generación. A medida que pasan las generaciones, es más revelado y mejor comprendido. Cada generación abre dicho libro a su modo, según las raíces de su alma.
Al mismo tiempo, se intenta ocultar los escritos cabalísticos para que quienes sientan la necesidad de buscarlos, los descubran por sí mismos. los cabalistas evidentemente saben que el proceso de cambio requiere de dos condiciones: el momento adecuado y la madurez del alma. Somos testigos de un suceso muy interesante, caracterizado por el surgimiento y la señalización de una nueva era en el estudio de la Cabalá
¿Quién puede estudiar Cabalá?
Cuando se habla de la Cabalá suelen mencionarse los siguientes argumentos: "Uno puede volverse loco estudiando Cabalá"; "sólo se puede estudiar Cabalá sin peligro después de los cuarenta años"; "hay que ser casado y tener por lo menos tres hijos antes de embarcarse en su estudio"; "a las mujeres les está prohibido estudiar Cabalá", etc.
La Cabalá está abierta a todos aquellos que deseen verdaderamente autocorregirse para alcanzar la espiritualidad. La necesidad proviene del impulso del alma hacia la corrección. En realidad el único criterio para determinar si alguien está listo para estudiar la Cabalá es su deseo de corregirse. Este deseo debe ser genuino y libre de presiones externas, ya que sólo nosotros podemos descubrirlo por nosotros mismos.
El gran cabalista Ari expresó que, a partir de su generación, todos, hombres, mujeres y niños, podían y debían estudiar la Cabalá. El cabalista más importante de nuestra generación, Yehuda Ashlag, "Baal Hasulam", nos legó un nuevo método de estudio para esta generación, adecuado para cualquiera que desee profundizar.
Encontramos el camino a la Cabalá cuando, no satisfecho ya con las retribuciones materiales, nos volcamos al estudio en busca de respuestas, aclaraciones y nuevas oportunidades, por no encontrar en este mundo soluciones a las cuestiones significativas acerca de nuestra existencia. En general, la expectativa de encontrar respuestas ni siquiera es cognitiva, simplemente nos interesa, lo consideramos necesario.
Con frecuencia nos preguntamos: ¿Quién soy? ¿Por qué nací? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? ¿Por qué existo en el mundo? ¿Estuve ya aquí? ¿Volveré a aparecer? ¿Por qué hay tanto sufrimiento en el mundo? ¿Puede evitarse de alguna manera? ¿Cómo puedo lograr placer, plenitud y paz mental? De forma somera, sentimos que sólo fuera del ámbito de este mundo encontraremos las respuestas.
Sólo conociendo y percibiendo los mundos superiores se pueden contestar estas preguntas y la única forma de hacerlo es a través de la Cabalá. Mediante su sabiduría, el hombre ingresa a los mundos superiores con todos sus sentidos. Estos mundos contienen las razones de su existencia aquí. Toma el control de su vida, alcanzando de este modo su objetivo: tranquilidad, placer y plenitud, estando todavía en esta tierra.
En la "Introducción al Estudio de las Diez Sefirot" está escrito: "Si contestáramos de todo corazón tan sólo una célebre pregunta, estoy seguro de que todas las dudas e inquietudes se esfumarían de nuestro horizonte. Y esta pequeña pregunta es: ¿Para qué sirven nuestras vidas?".
Cualquiera que se acerque a estudiar Cabalá movido por esta interrogante, es bienvenido como aprendiz. Quien sienta esta inquietud y se pregunte constantemente: "¿Para qué sirven nuestras vidas?", logrará un estudio serio. Es el impulso que insta a buscar respuestas.
Por desgracia, hoy no existe suficiente deseo de estudiar la verdadera Cabalá. La gente busca curas rápidas. Quieren saber de magia, de meditación y de sanación cabalísticas. No les interesa realmente la revelación de los mundos superiores o cómo alcanzar los dominios espirituales. Esto no constituye un deseo genuino de estudiar Cabalá.
Si ha llegado el momento oportuno y la necesidad está presente, uno buscará un marco de estudio y no quedará satisfecho hasta que lo encuentre. Todo depende de la raíz del alma y de ese punto del corazón. Un deseo auténtico de descubrir y percibir en sí los mundos superiores nos conducirá al camino de la Cabalá.
¿Cómo estudiar la Cabalá?
El objetivo básico de la Cabalá es el logro de la espiritualidad. Para ello sólo se necesita la instrucción correcta. Quien estudie Cabalá correctamente progresará sin esforzarse, pues no puede haber coerción en la espiritualidad.
No debemos olvidar que la meta del estudio es descubrir la conexión entre uno mismo y lo que está escrito. Por eso, los cabalistas volcaron en sus textos sus logros y experiencias, no para adquirir conocimiento acerca de cómo está construida y cómo funciona la realidad, de lo cual se encarga la ciencia. La intención de los textos cabalísticos es permitir el entendimiento y la asimilación de la verdad espiritual.
Si alguien se acerca a los textos para obtener espiritualidad, éstos se convertirán en una fuente de Luz y lo corregirán. Si se acerca a ellos para obtener sabiduría, serán para él tan sólo sabiduría. La fuerza que cosechará y el ritmo de su corrección serán proporcionales a su necesidad interna.
Esto significa que, si estudiamos correctamente, cruzaremos la barrera entre este mundo y el mundo espiritual. Ingresará a un ámbito de revelación interior, alcanzando la Luz. Esto se conoce como la " bella señal". Si no se logra, significa que hemos sido negligentes en la calidad o en la cantidad de nuestros esfuerzos; no nos esforzamos lo suficiente. No se trata de cuánto estudiamos, sino de cuán ocupados estábamos en nuestros estudios. Si experimentamos este deseo, podremos lograr la espiritualidad. Sólo entonces se nos abrirán las puertas del cielo para penetrar en otra realidad o dimensión. Un estudio correcto de la Cabalá nos permitirá acceder a este nivel.
Abrazar la Cabalá no implica simplemente evitar las cosas lindas para no provocar los propios deseos. La corrección no proviene del autocastigo, sino que resulta de la realización espiritual. Cuando uno logra la espiritualidad, aparece la Luz y lo corrige.
Este es el único cambio real. Todos los demás son hipócritas. Te equivocas si crees que adoptando un aspecto agradable lograrás la espiritualidad. No sobrevendrá la corrección interior, pues sólo la Luz puede corregir. El propósito del estudio es invitar a la Luz correctora de la Torá. Por lo tanto, cada uno debería trabajar sobre sí mismo para lograrlo.
La presencia de cualquier presión o cualquier tipo de reglas o regulaciones obligatorias, revela la mano del hombre y no de los mundos superiores. Además, la armonía interna y la tranquilidad no son prerrequisitos para el logro de la espiritualidad; aparecerán como resultado de la corrección. Pero no debemos creer que esto sucederá sin esfuerzo de nuestra parte.
El camino de la Cabalá rechaza absolutamente cualquier forma de coerción. Garantiza una mirada a la espiritualidad, llevándonos a preferirla por encima del materialismo. Luego, concretamos ese deseo apartándonos de las cosas materiales a medida que éstas dejan de ser atractivas o necesarias.
Estudiar la Cabalá de forma incorrecta, aún con las mejores intenciones, puede alejarnos de la espiritualidad. Este tipo de estudiante fracasará inevitablemente.
Es por eso que en la antigüedad se prohibió el estudio de la Cabalá a quien no estuviera preparado para ello, a menos que fuera bajo circunstancias especiales. Los maestros tomaban todas las medidas necesarias para asegurar que sus alumnos estudiaran correctamente por lo que los estudiantes eran sometidos a ciertas restricciones.
Baal Hasulam describe estas razones al comienzo de su Introducción al Estudio de las Diez Sefirot. Sin embargo, si comprendemos estas limitaciones como condiciones para la comprensión correcta de la Cabalá, veremos que buscan evitar que los estudiantes tomen un camino equivocado.
Lo novedoso es que ahora contamos con más de un lenguaje, mejores condiciones y una determinación más fuerte para el estudio de la Cabalá. Dado que las almas sienten la necesidad de estudiarla, cabalistas como Baal Hasulam han escrito comentarios que nos permiten estudiar sin errores. Ahora, cualquiera puede estudiar Cabalá mediante sus libros.
Para estudiar adecuadamente, se recomienda a los estudiantes concentrarse sólo en los escritos del Ari y Ashlag (Baal Hasulam y Rabash) en sus versiones originales.
Entre los lenguajes que estudian los mundos espirituales, entre la Biblia (que incluye los cinco libros de Moisés, los Escritos y los Profetas) y la Cabalá, ésta última es la más útil y directa. Quienes la estudian no pueden errar en su comprensión. No usa los términos de este mundo, sino que posee un diccionario especial que indica directamente las herramientas espirituales para los objetos y fuerzas espirituales y su correlación.
Constituye por lo tanto el idioma más útil para que el estudiante progrese interiormente y se autocorrija. No corremos riesgo de confundirnos si estudiamos los escritos del Baal Hasulam.
Hace cientos de años, era imposible encontrar libros de o sobre Cabalá. Esta se transmitía exclusivamente de un cabalista a otro, sin llegar nunca al hombre común. Hoy tenemos la situación inversa. Se desea que el material circule entre todos, convocando a todos a participar de este estudio. Al profundizar en estos libros, crece el deseo de espiritualidad, por lo cual la Luz Circundante, el mundo real oculto para nosotros, comienza a reflejar sobre quienes desean acercarse, un encanto especial de espiritualidad que los hace anhelar más y más.
La espiritualidad se logra estudiando los libros correctos, es decir, libros escritos por un auténtico cabalista. Los textos de la Biblia son textos de Cabalá. Son libros que los cabalistas se escribieron unos a otros para intercambiar ideas y ayudarse mutuamente en el estudio. Quien posea sentimientos espirituales podrá comprobar que estas obras le ayudan a continuar su crecimiento y desarrollo. Es como realizar una visita guiada a un país extranjero. Con la ayuda de un libro de referencia, el viajero puede orientarse mejor y encontrar su paradero.
Necesitamos textos adecuados a nuestras almas, escritos por cabalistas de nuestra generación o de la anterior, pues en cada generación descienden distintos tipos de almas que requieren diversos métodos de enseñanza.
El estudiante debe tener cuidado al elegir su maestro de Cabalá. Ciertos autodenominados "cabalistas" enseñan incorrectamente, por ejemplo, que la palabra "cuerpo" se refiere a nuestro cuerpo físico, o que la mano derecha simboliza la caridad y la izquierda la valentía. Esto es exactamente lo que tenían en mente los cabalistas y la Biblia con la estricta prohibición: "No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa..." (Deuteronomio 5, 8)
Por qué hay quienes interpretan y enseñan de esta manera? Primero que nada, ellos mismos no comprenden el lenguaje cabalístico de las ramas [Ver el capítulo "El Lenguaje de los cabalistas: Ramas"]. Si hubiera una conexión directa entre las fuerzas espirituales y nuestros cuerpos físicos habría sido posible enseñar a las personas a ser exitosas en la vida y a sanar su cuerpo desde el punto de vista físico mediante la espiritualidad.
Es cierto que las personas se ven atraídas por la sabiduría de la Cabalá con la esperanza de ser más exitosas. Todos hemos sido creados con el deseo de recibir placer. Es nuestro instinto básico, pero a través de la instrucción, algunos de nosotros podemos alcanzar la espiritualidad y la eternidad. Otros, sin la apropiada instrucción, viven bajo la ilusión que han logrado la espiritualidad y, en realidad, lo que han hecho es perder la oportunidad de alcanzarla en esta vida.
Espiritualidad y Cabalá
El ser humano es incapaz de efectuar un movimiento que no signifique alguna ganancia para él. Esta ganancia es el combustible que lo mantiene en marcha. Puede ser a corto o largo plazo. Si uno siente que no habrá beneficio presente ni futuro, detendrá inmediatamente su accionar. El ser humano no puede existir sin sentir que ganará algo.
La Cabalá enseña al hombre a recibir. Para lograr la espiritualidad, toda persona debe expandir su voluntad de recibir y no desviarse de ella. Debe desplegar su voluntad de absorber todos los mundos, incluido éste. Es el propósito para el cual fuimos creados. No hace falta volverse monje, asceta o retirarse de la vida. El judaísmo, por el contrario, obliga al hombre a casarse, tener hijos, trabajar y llevar una vida plena, pues el mundo está construido para conducirnos de modo adecuado y preciso al mejoramiento.
Sin embargo, debe aprender a recibir, a utilizar correctamente su voluntad sin limitarla. Nada debe ser abandonado, todo ha sido creado por algún motivo y no es necesario apartarse de la vida.
Puede suceder que alguien que comienza a estudiar la Cabalá no tenga sentimientos espirituales y se lance al estudio con la ayuda de su intelecto. Pero es el corazón el que debemos abrir mediante nuestro intelecto. Un corazón desarrollado discrimina lo correcto de lo incorrecto y nos conduce naturalmente a las acciones y decisiones correctas.
Los cabalistas comienzan por enseñar espiritualidad en pequeñas dosis para que los estudiantes acrecienten su voluntad de recibir más Luz, más conciencia y más percepción espiritual. Una voluntad más poderosa trae aparejados más profundidad, mayor comprensión y mayores logros, permitiendo que la persona alcance su mayor nivel posible de espiritualidad, hasta las raíces de su alma.
Reencarnación y Cabalá
Ninguno de nosotros es un alma nueva, todos hemos acumulado experiencias de vidas previas en otras encarnaciones. En cada generación, a lo largo de los últimos seis mil años, descendieron almas que ya habían estado aquí en ocasiones anteriores. No son almas nuevas, sino con alguna forma diferente de desarrollo espiritual.
Las almas descienden a la Tierra de acuerdo a un orden determinado: ingresan al mundo de forma cíclica. Su número no es infinito: vuelven una y otra vez, progresando en su corrección. Los nuevos cuerpos físicos que ocupan son más o menos parecidos, pero los tipos de almas que descienden son diferentes. Esto es lo que se conoce popularmente como reencarnación. los cabalistas usan la expresión "desarrollo de las generaciones".
Esta interrelación o conexión entre el alma y el cuerpo colabora con la corrección del alma. Nos referimos al ser humano como "alma" y no como "cuerpo". El cuerpo en sí puede ser reemplazado, como se reemplazan hoy en día los órganos. El cuerpo es útil sólo como recipiente desde dónde el alma puede actuar. Cada generación se parece físicamente a la anterior, pero difieren una de otra porque en cada oportunidad las almas bajan con la experiencia acumulada de sus vidas previas aquí. Llegan con sus fuerzas renovadas por su estadía en el cielo.
Por lo tanto, los objetivos y deseos de cada generación difieren de los de la generación anterior. Esto explica el desarrollo específico de cada una de ellas. Inclusive la generación que no alcance el deseo de conocer la verdadera realidad o el reconocimiento divino, cumplirá su tarea a través del sufrimiento. Esa será su forma de progresar hacia la auténtica realidad.
Todas las almas se originan en una, llamada "el alma del primer hombre". Esto no se refiere al Adán que conocemos, sino a una realidad espiritual interna. Partes del alma del primer hombre descienden al mundo para encarnar, tomando forma de cuerpos y provocando la conexión entre el cuerpo y el alma. La realidad está diseñada para que las almas desciendan y se auto corrijan. Al encarnar aumentan su nivel 620 veces respecto al nivel inicial. El orden en que descienden a encarnar en esta realidad va de sutiles a densas.
El alma del primer hombre consta de muchas partes y muchos deseos, algunos sutiles, otros densos, según su cantidad de egoísmo y crueldad. Llegan a nuestro mundo primero las partes sutiles y luego las densas, con sus correspondientes requerimientos de corrección. Al corregir los deseos más sutiles, pueden luego ayudar a corregir los más densos, los más problemáticos.
En su descenso al mundo, las almas han adquirido experiencia a través de su sufrimiento. Esto se conoce como "el camino del sufrimiento", ya que esta experiencia desarrolla el alma. Cada vez que reencarna, aumenta su impulso inconsciente de buscar respuestas a las preguntas acerca de su existencia, de sus raíces y de la importancia de la vida humana.
Existen, según esto, almas que son más y menos desarrolladas. Las más desarrolladas tienen tal enorme urgencia de reconocer la verdad, que no soportan limitarse a los confines de este mundo. Si se las provee de herramientas correctas, libros adecuados e instrucción acorde, llegarán a reconocer el mundo espiritual. La Cabalá también distingue entre almas descendentes más o menos puras o refinadas, según la medida de la corrección requerida. Las que requieren una corrección mayor son llamadas "menos refinadas".
Las distintas almas descendentes requieren diferentes guías y correcciones, específicas para cada generación, así como líderes adecuados para conducir su progreso espiritual. En sus libros y grupos de estudio transmiten el método de descubrimiento de la verdadera realidad más adecuado para su generación. En esta era mediática, pueden aparecer por televisión, por radio o más comúnmente por Internet.
Al principio (antes de que apareciera el alma del Ari), reinaba una era de acumulación de experiencia y de persistencia en el mundo. Progresaban hacia la corrección con su mera existencia. El sufrimiento acumulado agregó urgencia en la búsqueda del alivio. El deseo de dejar atrás el sufrimiento fue la fuerza motivadora del desarrollo de las generaciones.
Cuando en el siglo XVI, apareció el Ari, declaró que a partir de su generación, los hombres, las mujeres y los niños de todas las naciones podían y debían introducirse en la Cabalá. Había llegado el momento del desarrollo generacional en que las almas descendentes podían reconocer la verdadera realidad, completando su corrección con el propio método del Ari. Podían cumplir lo que se esperaba de ellas.
Aún en su cuerpo físico, el alma tiene un solo deseo: retornar a sus raíces. Los cuerpos físicos, en su deseo de recibir, las arrastran de vuelta a este mundo. Pero el ser humano desea conscientemente elevar su espíritu. El esfuerzo resultante de la gran fricción creada por esta dicotomía le ayuda a elevarse 620 veces por encima de su nivel anterior. Si un alma no completa su tarea, reencarnará en el mundo con más necesidad de corrección.
A veces creemos que debemos negar nuestros deseos y anhelos para ser más exitosos en la próxima reencarnación. Pensamos que no deberíamos desear nada sino un poco de alimento y estar tirados al sol como un gato. Sin embargo, en la realidad ocurre todo lo contrario, pues la próxima vez seremos aún más crueles, demandantes, exigentes y agresivos.
El Creador quiere que nos colmemos de placeres espirituales, que seamos plenos. Esto sólo es posible a través de un deseo enorme. Sólo mediante un deseo corregido podremos alcanzar realmente el mundo espiritual, tornándonos fuertes y activos. Un deseo pequeño no nos hará mucho daño, pero tampoco mucho bien. El deseo "corregido" sólo funciona a partir del estímulo correcto. No lo poseemos automáticamente, sino que lo adquirimos mediante el estudio correcto de la Cabalá.
Existe una pirámide de almas, basada en el deseo de recibir. En su base se encuentran muchas almas con pequeños deseos terrenales, buscando una vida confortable de tipo animal: comida, sueño, sexo. El nivel siguiente, con menor número de almas, contiene aquéllas que desean adquirir riqueza. Se trata de personas deseosas de dedicar su vida entera a hacer dinero y aún a sacrificarse en aras de la riqueza.
A continuación se encuentran las que harían cualquier cosa con tal de controlar a los demás, gobernar y alcanzar posiciones de poder. Otras aún menos numerosas poseen un deseo todavía mayor por conocer: son los científicos y académicos que pasan su vida empeñados en un descubrimiento específico, sin interesarse por ninguna otra cosa.
El deseo más intenso, compartido sólo por unos pocos, es el de alcanzar el mundo espiritual. Todos están incluidos en la pirámide.
El hombre a su vez posee la misma pirámide de deseos en su interior, la cual debe invertir, de modo que el peso vaya al deseo más puro, el deseo infinito de verdad. Debe rechazar y descartar sus deseos terrenales, poniendo todos sus esfuerzos y energía en aumentar el deseo de espiritualidad. Lo logrará estudiando de la manera correcta.
Cuando realmente buscamos aumentar el anhelo de espiritualidad, la Luz Circundante, el mundo espiritual oculto, comienza a reflejarse en nosotros, provocándonos desear aún más. En esta etapa, resulta crucial estudiar en grupo bajo la guía de un cabalista [ver el capítulo "Cómo estudiar Cabalá"].
El mayor cambio que observamos en las almas que descienden hoy, radica en su deseo definido de lograr un sistema espiritual. Hasta la gente común busca algo más allá de este mundo, algo espiritual.
Aunque esta "espiritualidad" todavía incluye todo tipo de atajos, trucos mágicos y grupos esotéricos que prometen respuestas a sus seguidores, indica una búsqueda de la auténtica realidad. Si las almas de esta generación aumentan más su deseo, probablemente hagan surgir un método nuevo adecuado para ellas.
En los últimos quince años se ha activado y acelerado el descenso de las nuevas almas. Su deseo es mucho mayor y más genuino. Quieren lograr la auténtica verdad y nada más.
Cuando comprendamos realmente cómo se nos aplica y nos afecta la realidad, dejaremos de hacer lo prohibido e insistiremos en hacer lo correcto. Entonces percibiremos la armonía existente entre nosotros y el verdadero mundo.
Mientras tanto, abusamos y luego nos damos cuenta de que hemos abusado. No podemos escapar a dicha situación. Es por ello que la humanidad se encuentra en un callejón sin salida, inmersa en dificultades cada vez mayores. Descubriremos que no nos queda otra alternativa sino reconocer el mundo espiritual del cual formamos parte. Este reconocimiento nos conducirá a una nueva situación, en la que comenzaremos a actuar concientemente al unísono y no como individuos aislados.
Todos estamos conectados en una alma, de una generación a otra. Compartimos una responsabilidad colectiva. Es por ello que el cabalista es considerado "fundador del mundo". Afecta al mundo entero y el mundo entero lo afecta a él.
El lenguaje de los cabalistas: Ramas
Cuando pensamos o sentimos algo y deseamos transmitírselo a otra persona para que también lo sienta utilizamos palabras. Existe un consenso generalizado acerca del uso de las palabras y sus significados. Si calificamos a algo de "dulce", la otra persona imagina inmediatamente el mismo sabor. Pero, ¿cuánto se acerca su concepto de lo dulce al nuestro?, ¿cómo podríamos comunicar mejor nuestras percepciones manteniendo el uso de palabras?
Las percepciones de los cabalistas superan nuestro nivel. No obstante, ellos desean transmitirnos su admiración por cosas que no tienen significado para nosotros. Para esto, utilizan instrumentos tomados de nuestro mundo: con frecuencia palabras, a veces notas y en ocasiones otros medios.
Los cabalistas escriben acerca de sus experiencias y percepciones en los mundos superiores, acerca de las fuerzas superiores y de lo que descubren allí. Escriben para otros cabalistas, pues la interacción de sus estudios es esencial y fructífera. Luego sus escritos llegan a quienes aún no han sentido la espiritualidad, aquellos para quienes aún se encuentra oculta.
Como en el mundo espiritual no existen palabras que puedan describir sus percepciones espirituales, los cabalistas las denominan "Ramas", una palabra tomada de nuestro mundo. De allí que el lenguaje de los libros de Cabalá se conoce como "Lenguaje de las Ramas". Este lenguaje toma prestados términos de nuestro mundo para identificar percepciones espirituales. Como cada cosa del mundo espiritual tiene su equivalente en el mundo físico, cada raíz del mundo espiritual tiene el nombre de su rama.
Al no poder describir con precisión nuestras percepciones, ni medirlas o compararlas, acudimos a toda clase de términos auxiliares.
El rabino Yehuda Ashlag escribe en su "Estudio de las Diez Sefirot" (Parte I. Mirando a nuestro interior) "...los cabalistas eligieron un lenguaje especial al que se le denomina "Lenguaje de las Ramas". Nada sucede en este mundo que no tenga sus raíces en el mundo espiritual. Todo en este mundo se origina en el mundo espiritual y luego desciende. De esta forma, los cabalistas encontraron un lenguaje ya elaborado, con el cual transmitir fácilmente sus logros oralmente unos a otros o por escrito para las generaciones futuras. Tomaron los nombres de las ramas del mundo material: cada nombre es auto explicativo, indicando su raíz de origen en el sistema del Mundo Superior."
Para cada fuerza y acción de este mundo existe una fuerza y acción en el mundo espiritual que es su raíz. Cada fuerza espiritual se correlaciona con una sola fuerza, su rama en el mundo material.
Acerca de esta correlación directa se ha escrito: "No hay brizna nada que crezca abajo que no tenga un ángel arriba instándolo a crecer." Es decir, no hay nada en nuestro mundo que no tenga su fuerza correspondiente en el mundo espiritual. A causa de esta correlación directa, y porque la espiritualidad no contiene palabras -sólo sensaciones y fuerzas- los cabalistas utilizan los nombres de las ramas de este mundo para referirse a las correspondientes raíces espirituales.
Baal Hasulam prosigue, diciendo: "Con estas explicaciones, ustedes comprenderán lo que a veces parece en los libros de Cabalá una terminología extraña para el espíritu humano, en particular en los textos básicos, como el Zohar o los libros del Ari. Surge la pregunta: ¿Por qué los cabalistas utilizaron una terminología tan corriente para expresar ideas tan elevadas? La explicación es que ningún idioma ni lengua del mundo podría ser utilizado de forma razonable, excepto el especial lenguaje de las Ramas, basado en las raíces superiores correspondientes. ... Si a veces se utilizan expresiones extrañas, es porque no queda otro remedio; no debemos sorprendernos. Lo bueno no puede reemplazar lo malo, y viceversa. Debemos siempre transmitir exactamente la Rama o incidente que designe a su raíz superior como lo dicte la ocasión, elaborándolo hasta encontrar la definición exacta."
El mundo espiritual es abstracto: allí las fuerzas y las sensaciones funcionan sin el ropaje de "animal", "mineral", "vegetal" o "parlante". El estudiante repite una y otra vez las ideas principales de la sabiduría cabalística: "lugar", "tiempo", "movimiento", "carencia", "cuerpo", "partes del cuerpo" u "órganos", "corresponder", "besar", "abrazar", hasta percibir en su interior la sensación correcta para cada idea.
Para concluir, debemos observar que algunos así llamados "instructores de Cabalá" transmiten a sus estudiantes interpretaciones equivocadas. El error surge del hecho de que los cabalistas escribieron sus libros utilizando el Lenguaje de las Ramas, usando términos de nuestro mundo para expresar ideas espirituales. Quienes no comprenden el uso correcto del lenguaje caen en el error. Enseñan que existe una conexión entre el cuerpo y la vasija espiritual, como si la vasija espiritual incluyera al cuerpo, considerándolo parte del órgano espiritual, de modo que por medio de una acción física se pudiera realizar algo espiritual. Las ramas forman parte integral de la Cabalá, y sin su uso, no se puede estudiar Cabalá.
Observando la realidad a través de la Cabalá
Todo lo que sabemos acerca de nuestro mundo está basado en estudios humanos. Cada generación estudia nuestro mundo y transmite su conocimiento a la siguiente. De esta forma, cada generación comprende el marco en el que ha de moverse y su posición relativa respecto a las demás generaciones. En cada era, la humanidad utiliza el mundo circundante.
Lo mismo ocurre en el plano espiritual. Cada generación de cabalistas, desde Abraham en adelante, estudia y descubre los mundos espirituales. Al igual que en la investigación científica, transmiten el conocimiento adquirido a las generaciones siguientes. En este mundo poseemos un sentido general llamado "deseo de recibir", con cinco receptores (los cinco sentidos). Cuando alguien sufre una corrección, obtiene el sexto sentido, conocido como " sentido espiritual" y funciona según estos cinco sentidos.
Los científicos también utilizan sólo sus cinco sentidos. Solemos considerar "objetivo" cualquier instrumento de precisión, de avanzada, técnico, mecánico u otro. Sin embargo, en última instancia, lo que hay es un ser humano examinando, midiendo y evaluando los resultados de la investigación, con sus cinco sentidos. Obviamente, no puede suministrar una respuesta exacta y objetiva a lo realizado por los sentidos. En cambio la Cabalá, fuente de toda sabiduría, sí puede hacerlo.
Al comenzar a estudiar la realidad, descubrimos que no podemos estudiar ni comprender lo que está más allá, por lo que permanece desconocida, no revelada para nosotros. Al no poder verla, tocarla o saborearla, nos preguntamos si realmente existe. Sólo los cabalistas que alcanzan la Luz abstracta superior más allá de nuestros sentidos pueden comprender verdaderamente nuestra auténtica realidad.
Los cabalistas nos informan que más allá de nuestros sentidos sólo existe la Luz abstracta superior, carente de forma, llamada "creación". Imaginen que nos encontramos en medio de un océano, en un mar de Luz. Percibimos distintas sensaciones aparentemente incorporadas allí, en la medida que lo permite nuestra capacidad de comprensión. No oímos lo que acontece fuera. Lo que llamamos "escuchar" es en realidad la respuesta de nuestros tímpanos a los estímulos externos. Simplemente sabemos que nuestro tímpano reacciona dentro de nuestro oído. Lo evaluamos internamente y lo aceptamos como un acontecimiento externo. No sabemos lo que está realmente sucediendo fuera de nosotros, sólo percibimos la reacción de nuestros sentidos ante ello.
Lo mismo sucede con los demás sentidos: vista, gusto, tacto y olfato. Nunca podemos salir de nuestra "caja". Lo que sea que afirmemos acerca de los acontecimientos externos es en realidad la imagen que pintamos en nuestro interior. Esta restricción es imposible de superar.
El estudio de la Cabalá puede ayudarnos a ampliar los límites de nuestros sentidos naturales para lograr el sexto sentido, con el cual conoceremos la auténtica realidad fuera y dentro de nosotros mismos. Ésta es la verdadera realidad. Mediante ella, podremos experimentar la reacción externa de nuestros sentidos. Si dirigimos correctamente nuestros cinco sentidos, podremos ver la verdadera imagen de la realidad. Sólo necesitamos interiorizar las características del mundo espiritual.
Es como una radio que sintoniza una determinada longitud de onda. La longitud de onda existe fuera de la radio, la cual recibe y reacciona. El ejemplo se aplica a nosotros también. Si tenemos aunque sea una mínima chispa del mundo espiritual, comenzaremos a sentirla en nuestro interior.
A lo largo de su evolución, el cabalista adquiere más y más características espirituales, conectándose así con todos los niveles del mundo espiritual, todos construidos según el mismo principio. El estudiante de Cabalá comprende, percibe, evalúa y trabaja con todas las realidades, tanto materiales como espirituales, sin diferenciarlas. Alcanza el mundo espiritual mientras se encuentra inserto en este mundo. Percibe ambos mundos sin fronteras divisorias entre ellos.
Sólo quien experimente esta verdadera realidad puede ver las razones de lo que le acontece aquí. Entiende las consecuencias de sus actos. Por primera vez se torna verdaderamente práctico, viviendo y percibiendo todo y sabiendo qué hacer consigo mismo y con su vida.
Antes no podía saber para qué nació, quién es y cuáles son las consecuencias de sus actos. Todo se incluía en los límites del mundo material y lo abandonaba en el mismo estado que ingresó.
Entretanto, nos encontramos todos en el nivel llamado "este mundo". Nuestros sentidos están igualmente limitados, por eso vemos todos la misma imagen. Baal Hasulam escribe: "Todos los mundos superiores e inferiores están incluidos en el hombre." Esta frase es clave para quien se interesa en la sabiduría de la Cabalá y en vivir la realidad circundante. Esta realidad incluye los mundos superiores y este mundo, juntos forman parte del ser humano.
Ahora comprendemos el mundo mediante elementos materiales o físicos. Al estudiar, agregaremos elementos adicionales que nos permitirán descubrir cosas que hoy no podemos ver.
Nuestro nivel es muy bajo, pues estamos ubicados en diagonal opuesta al nivel del Creador. Comenzamos a elevarnos a partir de este nivel al corregir el deseo. Entonces descubrimos otra realidad circundante, aunque en realidad no cambió nada. Cambiamos nosotros en nuestro interior y en consecuencia nos volvemos conscientes de los otros elementos que nos rodean. Más tarde, estos elementos desaparecen y percibimos que todo se debe exclusivamente al Creador, al Todopoderoso. Los elementos que comenzamos a descubrir gradualmente se denominan "mundos".
No debemos imaginar la realidad espiritual, sino percibirla. Imaginarla nos aleja de su alcance. los cabalistas alcanzan los mundos superiores a través de sus sentidos, así como nosotros alcanzamos el mundo material. Los mundos se interponen entre nosotros y el Creador, ocultándolo de nosotros. Como dice Baal Hasulam, es como si nos filtraran la Luz. Vemos la realidad circundante distorsionada. De hecho, podemos decir que no hay nada entre nosotros y el Creador.
Estas interferencias, los mundos entre nosotros, son máscaras colocadas sobre nuestros sentidos. No lo vemos en su verdadera forma, vemos sólo elementos fracturados. En hebreo, el origen del término "olam" (mundo) es "alama" (ocultar). Parte de la Luz se transmite, parte se oculta. Cuanto más elevado es el mundo, menos se oculta.
Los habitantes de este mundo pintan diversas imágenes de la realidad. La lógica dictamina que la realidad debería ser uniforme para todos. Sin embargo, uno escucha una cosa, otro otra; éste ve una cosa, aquél otra.
Baal Hasulam lo ilustra mediante el ejemplo de la electricidad: en nuestros hogares hay tomacorrientes que contienen energía abstracta que enfría, calienta y crea vacío o presión según las características propias del artefacto que se le conecta. Pero, la energía no tiene forma propia, es abstracta. El artefacto revela el potencial de la electricidad.
Podemos decir lo mismo de la Luz superior, el Creador sin forma. Cada uno percibe al Creador según su nivel de corrección. Al iniciar el estudio, es posible que la persona perciba sólo su propia realidad y ninguna fuerza superior.
Gradualmente irá descubriendo, mediante el uso de sus sentidos, la verdadera realidad expandida. Al avanzar, si corrige todos sus sentidos según la Luz Circundante, no habrá ninguna separación entre él y la Luz, entre el hombre y el Creador, como si no hubiera ninguna diferencia entre sus características. Se logra entonces la santidad, el nivel más elevado de espiritualidad.
¿Cómo podrá un principiante dominar esta ciencia si ni siquiera puede comprender a su maestro como corresponde? La respuesta es muy simple. Esto sólo es posible elevándonos espiritualmente por encima de este mundo. Para ello debemos liberarnos de todo rastro de egoísmo material y considerar el logro de los valores espirituales como nuestro único objetivo. Anhelo y pasión sólo por lo espiritual en nuestro mundo, ésta es la llave para el Mundo Superior.
Música cabalista
Melodías del mundo que está por venir
El rabino Yehuda Ashlag, autor del comentario HaSulam del Zohar, expresó verbalmente sus percepciones espirituales en sus numerosos estudios publicados. También escribió canciones y compuso melodías basadas en ellas.
La música en sí refleja el modo en que una persona se siente en el mundo espiritual. Lo que la hace tan especial es que todos pueden comprenderla, aunque no hayan alcanzado el nivel espiritual del compositor. Al escuchar la música del Baal Hasulam, tal como nos fue transmitida por su hijo, el rabino Baruj Ashlag, tenemos la oportunidad de experimentar los sentimientos espirituales de estos prominentes cabalistas.
El cabalista transita dos etapas opuestas en la espiritualidad: la agonía, resultante del alejamiento del Creador, y el deleite resultante del acercamiento a Él. La sensación de alejamiento produce música triste que se expresa en una oración suplicando por la cercanía. La sensación de acercamiento al Creador produce música alegre que se expresa en una oración de gratitud.
Es así que percibimos dos distintos estados de ánimo en la música: añoranza y deseo de unificación al alejarse, y amor y alegría al descubrir la unificación. Ambos estados juntos expresan la unificación del cabalista y el Creador.
La música irradia al oyente con una Luz maravillosa. No necesitamos poseer ningún conocimiento previo, pues carece de palabras. Sin embargo, su efecto sobre nuestros corazones es rápido y directo. Escucharla una y otra vez constituye una experiencia especial.
Las notas están compuestas siguiendo reglas cabalísticas. Fueron elegidas según el patrón de construcción del alma humana. El oyente las siente penetrar profundamente en su alma, sin resistencia. Esto se debe a la conexión directa que existe entre nuestras almas y las raíces de las notas.
En 1996 y 1998 se editaron dos CD de la música del Baal Hasulam y del Rabash. Las melodías son presentadas tal como el Rav Dr. Laitman las escuchó de su mentor, el rabino Baruj Ashlag (Rabash), hijo mayor y continuador de los caminos de Baal Hasulam.
Dudas más frecuentes
P: Me he estado preguntando acerca de mi lugar en el mundo. No sé si la Cabalá es para mí. ¿De qué trata y en qué me beneficiaría su estudio?
R: La Cabalá responde a una pregunta común: ¿Cuál es la esencia de mi vida y de mi existencia? La Cabalá es para quien busca respuestas, él es el indicado para estudiarla. La Cabalá muestra al ser humano la fuente y por lo tanto, el propósito de su vida.
P: Siempre pensé que la Cabalá era secreta. De repente, se ha vuelto el nuevo tema de moda. ¿Cómo sucedió esto?
R: Durante miles de años estuvo prohibido difundir la Cabalá. Sólo en el siglo XX, cuando se publicaron los libros del cabalista, rabino Yehuda Ashlag, se nos brindó la posibilidad de estudiarla sin restricciones. Sus escritos apuntan a ayudar a gente como tú, sin conocimientos previos de Cabalá. Está permitido difundirla ampliamente, enseñándola a cualquiera que esté buscando los elementos espirituales ausentes de su vida.
P: ¿Es cierto que el rabino Ashlag pensaba que la Cabalá debía enseñarse a todos, judíos y gentiles, por igual? ¿Piensan Uds. que el gentil tiene su lugar en el proceso de corrección, o está pensado para ser estudiado sólo por judíos? y, ¿en qué consiste el proceso de corrección?
R: Habrás leído en la Biblia que al final de la corrección todos conocerán a Dios, desde el más joven al más anciano, sin distinción de sexo ni de raza. La Cabalá se ocupa del ser humano y del deseo de recibir, creado por Dios. Este deseo de recibir incluye a todas las criaturas. Por lo tanto, todos los que deseen participar del proceso de corrección pueden hacerlo. La corrección consiste en cambiar las propias intenciones de egoístas a altruistas, por ejemplo, de beneficiosas para uno mismo a beneficiosas para el Creador. Se espera que toda la humanidad participe de este proceso.
P: Me interesa saber más acerca de la Cabalá. ¿Es necesario para un principiante como yo estudiar primero la Biblia y la ley oral y escrita durante muchos años antes de empezar a aprender Cabalá o puedo comenzar ahora?
R: No hay prerrequisitos para estudiar Cabalá. Todo lo que se necesita es la propia curiosidad y la voluntad de aprender. Mediante su estudio, uno aprende a parecerse al mundo espiritual en acciones y pensamientos.
P: Oí decir que un rabino o estudiante de Cabalá le echó un conjuro a alguien para que muriera. Mi pregunta es: ¿Es esto posible?, y si así fuera, ¿existe un conjuro que se pueda decir? También he comprado varios libros referentes a prácticas mágicas "buenas" y quisiera saber si Uds. me podrían orientar en la dirección correcta alcanzada por estos libros.
R: No sé qué libros habrás comprado, pero no se ocupan de la auténtica Cabalá. La Cabalá no es magia. Podrás entenderla mejor leyendo y estudiando. Te recomendamos diversas lecturas, por ejemplo, los artículos que preparamos respecto a las etapas del desarrollo del ser humano en su camino espiritual. Aunque es importante estudiar con un maestro y en grupo, puedes acceder a algunos de esos artículos mediante nuestro sitio web, libros y tienda online.
P: Hace siete años comencé a buscar a Dios, el Creador, el Padre. Entretanto, mi vida entera fue destruida y perdí todo lo que me era querido. Un día le dije: "¡No descansaré hasta que me contestes! ¡Eres todo lo que me queda!" Ahora he comenzado a percibir luces alrededor de la gente y de los animales. ¿Es esto una manifestación de Cabalá? Quiero conocer a Dios y crecer espiritualmente.
R: Tu situación es precisamente la que motiva al ser humano a estudiar Cabalá. El camino hacia el conocimiento de Dios es muy difícil y requiere un estudio específico. Y sólo después de que se devele una percepción espiritual, uno comprende que las percepciones anteriores eran sólo productos de su imaginación. No se puede percibir a Dios sin ascender a los mundos superiores mediante la transformación de las características egoístas en altruistas.
P: Entiendo que la palabra "Cabalá" proviene del verbo hebreo "recibir". ¿Qué significa y para qué recibir?
R: Al principio de todo, sólo existía el Creador. Creó un deseo generalizado de recibir. Este deseo de recibir se llama el Primer Hombre. Para permitir al Primer Hombre comunicarse con el Creador, este deseo generalizado de recibir fue dividido en muchas partes. El propósito de la Creación es lograr la comunión con el Creador porque sólo en dicho estado puede el ser humano lograr plenitud, tranquilidad eterna y felicidad.
P: ¿Esto implica que, en un futuro lejano, habrá de nuevo un solo hombre?
R: La Cabalá no se ocupa de nuestro cuerpo físico, sino de nuestro componente espiritual. El Mundo Superior es como una criatura, un alma, cuyas partes se proyectan en un mundo inferior (el que percibimos) en el que nos sentimos distintos uno de otro. Para decirlo más fácil: nos sentimos separados unos de otros porque estamos limitados por nuestro egoísmo, a pesar del hecho de que todos somos realmente un solo cuerpo espiritual. Por lo tanto, la separación existe sólo en nuestra percepción errónea, porque de hecho somos todos uno.
P: ¿Qué conceptos encontraré en el Zohar y quién lo escribió?
R: El libro del Zohar explica cómo uno en este mundo puede alcanzar la fuente de su alma. Este camino, o escalera, consiste en 125 pasos. El autor del Zohar debe haber transitado todas estas etapas. El rabino Yehuda Ashlag afirma que el Zohar fue escrito por el rabino Shimón Bar Yojai. Mientras el rabino Yehuda Ashlag existió en este mundo, creó el comentario del Zohar, el cual se sigue usando hasta hoy en día. Ocupa el mismo lugar espiritual que Shimon Bar Yojai, el autor del Zohar.
P: ¿Están Uds. asociados con otros rabinos u otros centros de Cabalá?
R: Bnei Baruj no está conectado de ningún modo con ningún grupo u organización que se ocupe de Cabalá.
P: ¿Tienen bibliografía o material de estudio en inglés, francés o español que me pudieran enviar?
R: Lamentablemente no existen libros serios e intachables de Cabalá en ningún idioma basados en fuentes auténticas; por ejemplo, los de Shimon Bar Yojai, el Ari, el rabino Ashlag, etc. El Centro Bnei-Baruj ha creado un curso básico de Cabalá mediante su sitio Web y está publicando más libros sobre este tema. Las lecciones online y los libros aparecerán en diversos idiomas, incluyendo el ruso.
P: No fui criado en la religión judía. Creo que hay más dioses y más espíritus santos, etc. que los mencionados por la Cabalá. Y acaso ¿no es el propósito de la Creación el otorgarle al ser humano una vida mejor en este mundo, así como en el mundo por venir? Si miro a mi alrededor, veo qué lugar terrible este mundo puede llegar a ser.
R: Sólo existe el Creador y el ser humano. El propósito de la creación es permitir el ascenso a los mundos superiores aún estando en este mundo. Esto sucede cuando los pensamientos y deseos humanos son equivalentes a los pensamientos y deseos de los mundos superiores, tema que se enseña en la Cabalá. Quien desee ascender y alcanzar la meta de la creación (que es la meta personal de cada ser humano en la vida, pues si no debe retornar a este mundo después de su muerte), debe considerar positivamente a toda la Creación.
P: Estoy empezando a comprender que debo ser responsable de mis propias acciones, de mi propio ego. Quisiera alcanzar un mayor nivel espiritual en mi vida. ¿Cómo empiezo?, y si estudio Cabalá, ¿podré actuar libremente?
R: Uno debe imaginar siempre que se encuentra frente a Dios, el Poder Supremo. Todo el que estudie Cabalá y ascienda a cierto nivel espiritual puede adquirir capacidades del Poder Supremo y utilizarlas a su antojo. Cuanto más elevado sea su nivel espiritual, el cabalista logrará características y poderes más similares a los del Creador. El cabalista será capaz de actuar tan libre e independientemente como el Creador.
P: Leí en algún lado que existe un lugar en la Torá que contiene los 72 nombres de Dios y que transmite un mensaje al ser leído. También, que si se consideran los caracteres hebreos en forma vertical, aparecen en columnas de tres caracteres y cada columna contiene una palabra referida a Dios. No sé si lo han notado, pero Dios suele ocultar las cosas a la mirada ordinaria, como aquí. ¿Podrían enviarme una copia de dicha parte de las Escrituras en hebreo?
R: La Cabalá utiliza muchos conceptos matemáticos como matrices, geometría, números, gráficos, caracteres y letras, etc. Estos acercamientos son códigos mostrados en la Biblia, los cuales nos suministran información acerca de temas espirituales y su interconexión. Cada nivel espiritual posee un nombre y el número equivalente a la suma de las letras del nombre. La transformación de un nombre a un número se denomina "Gematria". Estos códigos aluden a los niveles espirituales que deberíamos alcanzar.
P: Vivo en Londres. No soy judío, pero en los últimos años me he interesado en la Cabalá y también he desarrollado un creciente interés personal por el judaísmo. ¿Puede aconsejarme acerca de cómo proseguir mis estudios?, ¿existe algún representante o miembro suyo en Inglaterra que pueda contactar?
R: No existen cabalistas de renombre fuera de Israel. Sin embargo, le aconsejamos comenzar a estudiar, visitar nuestro sitio Web y enviarnos preguntas y consultas.
P: La Cabalá parece tener ideas similares a todas las principales tradiciones místicas como el Budismo. ¿Existe alguna diferencia importante?, de ser así, ¿por qué elegir este camino y no otro?. Si no la hay, ¿por qué no lo reconocen los cabalistas?
R: La idea general de todas las religiones y grupos místicos consiste en comulgar con una entidad superior. Cada uno tiene sus propias razones para querer comulgar con esta entidad. Por ejemplo, algunos desean disfrutar una vida feliz y próspera en este mundo para recibir abundancia, salud, seguridad, un futuro mejor. Desean entender este mundo lo mejor posible para organizar mejor sus vidas. Otros desean aprender cómo manejarse en el mundo por venir después de la muerte. Ambos objetivos son egoístas y surgen del egoísmo humano.
La Cabalá no se ocupa de todos estos motivos. Su meta es más bien transformar la naturaleza humana para permitirle tener cualidades similares a las del Creador.
Los demás "caminos de espiritualidad" si bien hablan de liberarse de los deseos egoístas, apuntan a disminuir el sufrimiento humano, dándole libertad y prosperidad. Otra vez el propósito es egoísta.
El método cabalístico afirma que el ser humano debe usar todo lo que tiene en este mundo para ofrendar al Creador. Pero para lograr esta intención, necesita poder percibirlo y sentir que Él disfruta de sus acciones. Quien estudia Cabalá comienza a entender su significado por su propia percepción del Creador.