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56. Aquí estáis hoy todos vosotros

 

Aquí están hoy todos ustedes  

Artículo Nº 19, 1984


 

Los intérpretes preguntan sobre las palabras: "Aquí están hoy todos ustedes, sus cabezas, sus tribus, sus ancianos y sus funcionarios, cada hombre de Israel". Comienza en plural: "ustedes", y termina en singular: "cada hombre de Israel". El autor del libro "La Luz y el Sol", explica que al usar el plural y el singular, alude al asunto del amor a los amigos. Aunque entre ustedes hay "cabezas, tribus", etc., no obstante ninguno ve en sí mismo más mérito que en cualquier hombre de Israel. Al contrario, todos son iguales en que ninguno acusa al otro. Por esta razón, desde lo alto también son tratados de la misma manera, y este es el motivo por el que se otorga gran abundancia hacia abajo.  

Está en nuestro camino el estudiar todas las cuestiones bajo un solo tema (cuerpo). Resulta que una persona debe tomar para sí misma la carga del reino del cielo, "como un buey lleva el yugo, y como un burro lleva la carga", los cuales son los discernimientos de mente y corazón. En otras palabras, todo el trabajo de la persona debe ser con el fin de otorgar.  

En consecuencia, si trabaja con el fin de otorgar y no desea ninguna recompensa a cambio –excepto servir en el sagrado trabajo, sin esperar que se le conceda ninguna adición a lo que él tiene– ni siquiera tiene deseos de alguna adición en el trabajo, o sea, recibir algún conocimiento de que él está caminando sobre el camino correcto. Lo cual es, ciertamente, una demanda justa; y, sin embargo, abandona incluso eso porque desea ir con los ojos cerrados y creer en el Creador. Hace lo que está a su alcance y está contento con su parte. E incluso siente que hay gente que tiene alguna comprensión del trabajo del Creador, mientras él ve que se encuentra completamente vacío. En otras palabras, muchas veces saborea el trabajo, y a veces siente que está en un estado de "sus cabezas". En otras palabras, a veces piensa que ahora ha alcanzado un grado en el que es imposible que descienda alguna vez a un estado de bajeza, que es un estado en el que si desea comprometerse con el trabajo del Creador, y tiene que hacer grandes esfuerzos para forzar a su cuerpo. Pues las cosas que hace en ese momento son por obligación, ya que no siente deseo por el trabajo y el cuerpo sólo desea descanso, y no le importa nada más. 

En cambio, en ese momento siente que ya ha llegado a conocer de manera clara, que no hay nada más en el mundo, excepto trabajar con el fin de otorgar. Entonces, ciertamente le encuentra el buen sabor al trabajo. Y cuando se refiere a sus estados anteriores, no los puede comprender, ahora que está en un estado de ascenso. Por tanto, según todos los cálculos, decide que ahora es imposible que pueda volver a sufrir una caída. Pero a veces, un día o una hora después, o tras unos minutos, desciende a tal estado de bajeza, que no puede sentir de manera inmediata, que se ha caído desde su estado elevado "a la profundidad del gran abismo". Sino que a veces, después de una hora o dos, de pronto ve que ha caído del nivel más alto, es decir, de su certeza anterior de que él era el hombre más fuerte, y él es como cualquier hombre de Israel, es decir, una persona común de las masas. Entonces, comienza a buscar consejo en su corazón: "¿Qué debería hacer yo ahora?" "¿Cómo puedo retornar al estado de Gadlut (grandeza) que tenía antes?" En ese momento, uno tendría que caminar por la senda de la verdad para decir: "Que actualmente yo esté en la bajeza completa, significa que fui deliberadamente expulsado desde arriba, para saber si realmente deseo hacer el sagrado trabajo, con el fin de otorgar, o si deseo ser el sirviente de Dios, porque lo encuentro más gratificante que otras cosas".  

Entonces, si uno puede decir: "Ahora quiero trabajar con el fin de otorgar y no quiero hacer el sagrado trabajo, para recibir alguna satisfacción en la labor. En cambio, me conformo haciendo el trabajo sagrado como cualquier hombre de Israel –rezando o asistiendo a una lección de la lectura diaria− y no tengo tiempo para pensar con qué intención estudio o rezo, sino que simplemente observo las acciones sin ninguna intención especial". En ese momento, entra de nuevo en el santo trabajo porque ahora desea ser el sirviente de Dios sin ninguna condición previa. Este es el sentido de lo que está escrito. "Aquí están hoy, todos ustedes", es decir, todos los detalles que te sucedieron, o sea los estados que has experimentado –estado de Gadlut o estados inferiores a Gadlut, los cuales fueron considerados como estados intermedios. Tú tomas todos aquellos detalles y no comparas un grado al otro porque no estás interesado en ninguna recompensa, sino sólo en hacer la voluntad del Creador. Él nos ha mandado observar las Mitzvot (preceptos) y estudiar la Torá, y esto es lo que hacemos, como cualquier hombre común de Israel. En otras palabras, el estado en el que está justamente ahora, es tan importante para él como cuando él pensó que estaba en un estado de Gadlut. En ese momento: "El Señor, tu Dios, pacta contigo hoy".  

Significa que entonces el Creador hace un pacto con él. En otras palabras, precisamente cuando uno acepta Su trabajo sin ninguna condición y está de acuerdo en hacer la sagrada labor sin ninguna recompensa, lo cual es llamado "rendición incondicional", es el momento en el que Creador hace un pacto con él. Baal HaSulam explicó la cuestión de hacer un pacto: Cuando dos personas ven que se aman la una a la otra, hacen un pacto entre sí: que su amor permanecerá entre ellos para siempre. Y él preguntó: "Si se aman la una a la otra y entienden que este amor nunca les abandonará; ¿para qué este pacto? ¿Por qué hacen este pacto, es decir, con qué propósito? En otras palabras, ¿qué ganan haciendo este pacto? ¿Es sólo un ritual o es por algún beneficio? Él dijo que la cuestión de hacer un pacto es que ahora ellos entienden que es del interés de ambos amarse el uno al otro; debido a que ellos ahora pueden ver que cada uno siente que el otro se preocupa sólo por su bienestar, por eso hacen un pacto. Y como ahora ninguno de ellos tiene queja alguna contra su amigo, sino no hubieran hecho el pacto. Se dicen el uno al otro: "Vale la pena, para nosotros, hacer un pacto de una vez y para siempre". En otras palabras, si alguna vez existe un estado en el que uno pueda tener alguna queja contra el otro, ambos recordarán el pacto que hicieron cuando el amor fue revelado entre ellos.  

De manera similar, aunque actualmente no sientan el amor como lo sintieron en su momento, entonces aun evocan el viejo amor y no miran al estado en el que se encuentran actualmente. Al contrario, vuelven a hacer cosas buenas el uno por el otro. Este es el beneficio del pacto. Así, aun cuando el amor que hubo entre ambos haya perdido su encanto, como hicieron el pacto, tienen la fuerza para revivir el brillo del amor que tuvieron en el pasado, el cual aun les ilumina, y a esta luz la infunden nuevamente en su futuro.  

Resulta que el pacto se hace principalmente para el futuro. Es como un contrato en el que firman que no podrán arrepentirse al ver que los lazos de amor no son lo que fueron, que este amor les dio gran placer mientras se hacían el bien el uno al otro, pero ahora que el amor ha sido corrompido, se sienten sin fuerzas para hacer algo en favor del otro. Pero si desean hacer algo el uno por el otro, deben considerar el pacto que tenían antes, y con esto deberían reconstruir su amor. Es como una persona que firma un contrato con su amigo, y el contrato les conecta de modo que no pueden separarse el uno del otro.  

Se deduce que: "Aquí están hoy todos ustedes" En otras palabras, él piensa en los detalles: "cabezas, tribus, ancianos y funcionarios, cada hombre de Israel". Significa que de todos los grados elevados que tuvo, ahora considera que está en un estado de "cada hombre de Israel", y asume ese estado, como cuando tenía estados que consideraba, bajo su criterio, buenos. Él dice: "Ahora hago mi parte, y estoy de acuerdo con lo que el Creador me quiera dar, y yo no tengo críticas". En ese momento, es recompensado con hacer un pacto. En otras palabras, la conexión permanece para siempre porque el Creador hizo un pacto con él para toda la eternidad. 

De acuerdo con lo dicho arriba, deberíamos interpretar el verso: "Las cosas ocultas, al Señor, nuestro Dios, las cosas reveladas a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que nosotros podamos observar todas las palabras de esta ley". Deberíamos entender qué viene a decirnos este verso. No podemos decir que viene a decirnos que nosotros no sabemos qué está oculto y que sólo el Creador lo sabe. No podemos decir eso porque, sin el verso, ya vemos que no sabemos qué está oculto de nosotros. Así pues, ¿qué es lo que viene a decirnos el verso? Es sabido que existe algo que está oculto y algo que está revelado. Significa que la parte de acciones que hacemos, podemos observar si estamos cumpliendo o no. Y si el cuerpo no desea realizar la Mitzvá (precepto), existe una táctica: uno puede forzarse a sí mismo, es decir, que a él se le obliga a hacer la Mitzvá en contra de su voluntad. Resulta que la coacción es relevante con cosas reveladas.  

La cuestión oculta es la intención en la Mitzvá. Esto no se puede ver, es decir, qué intención tiene el otro mientras lo hace. También sucede con la persona consigo misma, aquella quien actúa. Ella tampoco puede saber si se miente a sí misma mientras lo hace. Piensa que no tiene ninguna otra meta y que está completamente dedicada al Creador. Pero con la acción, llamada "la parte revelada", es irrelevante hablar de una persona que se engaña a sí misma, que piensa que está usando Tefilín cuando en verdad, no es Tefilín. De forma similar, una mujer no puede engañarse a ella misma diciendo que ella encendió las velas del Shabat, cuando de hecho no lo hizo. Pero con la intención, puede decirse que uno se miente a sí mismo. Piensa que está trabajando en Lishmá (en Su beneficio), cuando de hecho está totalmente en Lo Lishmá (no en Su beneficio). Además, no corresponde la coacción, porque uno no puede forzar a su pensamiento a pensar lo que él quiera. En las cosas que pertenecen a la emoción o al conocimiento, una persona es impotente. No puede forzar a su mente a entender de forma diferente a como lo hace, o a sentir de forma diferente a como siente. Ahora podemos entender el asunto anterior de que todo lo que se nos deja a nosotros es la parte práctica. Esto es llamado "las cosas reveladas a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que nosotros podamos observar todas las palabras de esta ley". A nosotros se nos ordena realizar la acción, es decir, que es la acción que se nos ordena hacer, incluso obligatoriamente.  

Pero en cuanto a la intención, llamada "la parte oculta", en eso, ningún hombre tiene conocimiento o dominio alguno. Por lo tanto, ¿qué es lo que deberíamos hacer para cumplir también la parte oculta? Aquí todo lo que uno puede hacer es probar, es decir, examinarse a sí mismo para ver si realmente está haciendo todo con el fin de otorgar, o si el cuerpo ofrece resistencia al querer otorgar. Y en la medida que siente que está apartado de eso, hasta el punto de que no hay nada que pueda hacer por sí mismo, pues lo que sea que piense hacer, todas las tácticas para poder tener la intención de otorgar, no le ayudan.  

Lo que aquel verso viene a decirnos es sobre esto: que este asunto de Lishmá, llamado "la parte oculta", pertenece al Señor nuestro Dios. En otras palabras, sólo el Creador puede ayudarle, mientras que no hay absolutamente ninguna posibilidad de que él, por sí mismo, pueda realizarlo. Esto no está en las manos del hombre porque está por encima de la naturaleza. Por esta razón, el verso dice: "Las cosas ocultas, al Señor, nuestro Dios"; es decir, que esto Le pertenece, que el Creador debe dar esta fuerza llamada "para otorgar".  

Por eso nuestros sabios dijeron (Kidushin 30): "La inclinación del hombre lo supera cada día y busca darle muerte, tal como está dicho: ‘El malvado vigila al justo y busca matarlo’. Y si el Creador no le ayuda, él no podría dominarlo, tal como se ha dicho: ‘El Señor no nos dejará en su mano’".  

El asunto de buscar darle muerte, significa que desea que la persona haga todo con el fin recibir, lo que se considera como estar separado de la Vida de Vidas. De esta forma, uno permanece como una bestia. Por eso nuestros sabios dijeron: "A los malvados, en vida, se les llama ’muertos’". Resulta que se le llama "muerte", cuando su intención es recibir. Esto se considera separación. Para ser recompensado con Adhesión, es decir, para que se le conceda la fuerza para otorgar –para tener tal cosa– solamente el Creador se lo puede dar; no está en el poder del hombre el obtenerlo. Por eso nuestros sabios dijeron: "La inclinación del hombre lo supera cada día y busca darle muerte, y si el Creador no le ayuda, él no podría dominarlo, tal como se ha dicho, ’El Señor no nos dejará en su mano’". De lo que hemos explicado, entenderemos el verso: "Las cosas secretas le pertenecen al Señor, nuestro Dios, pero las cosas que están reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos", que sólo el acto es para que nosotros lo hagamos, pero la parte oculta es para que el Creador la haga.   

Sin embargo, todavía hay algo que debemos hacer acerca de lo oculto, para que el Creador nos entregue la parte oculta. Esto sigue la regla de que todo requiere de un despertar desde abajo. El asunto es este: Hay una regla que dice que no hay luz sin un Kli (vasija), es decir, no hay llenado sin una carencia. No puedes insertar algo a menos que no exista un espacio vacío, y entonces se puede poner dentro lo que se desee. Pero si no existe una cavidad, ¿cómo podríamos introducir algo? Por consiguiente, primero debemos ver que no tenemos la vasija de otorgamiento denominada "deseo de otorgar", y que esta es nuestra Luz. Como explicamos en artículos anteriores, nuestra principal recompensa es adquirir el deseo de otorgar, que se llama "Luz reflejada", tal como se ha dicho: "Toda la recompensa que esperamos es la Luz reflejada" (Prefacio general al Árbol de la Vida).  

Por lo tanto, si el deseo de otorgar se llama "la Luz", entonces esta carencia, en la que él ve que no tiene el poder de otorgar, se llama "un Kli". Siente que esto es lo que le falta, es decir, que él ve que está perdiendo al no tener esta fuerza que se llama "la fuerza del otorgamiento". Por ello, su carencia se construye dentro de él a través de las impresiones de su sensación. A esto se le llama "un Kli" y "lugar vacío", pues aquí, donde carece de la fuerza del otorgamiento, ahora hay lugar para que acceda este llenado. A esto se le llama, "la llegada de la Luz al Kli"Sin embargo, debemos saber que recibir este Kli requiere de mucho trabajo. Tenemos Kelim (pl. de Kli) denominados "carencias", que deseamos llenar. Que se llaman "Kelim de amor propio", es decir, que deseamos recibir llenado. Estos son Kelim muy importantes porque estos Kelim provienen del lado del Creador, quien creó su existencia desde la ausencia, porque Él desea hacer el bien a Sus creaciones, es decir, que Él desea otorgar llenado. Pero, ¿cómo sería posible otorgar un llenado, si no existe un lugar en donde colocar este llenado? Por esta razón, Él creó estos Kelim, la existencia extraída de la ausencia, para poner el deleite y el placer dentro de ellos. Resulta que esta es la esencia del Kli que el Creador creó.  

Sin embargo, debido a que este Kli se llama "deseo de recibir", este deseaba tener equivalencia de forma, llamada "Adhesión con el Creador". Por ello este Kli fue descalificado de ser un Kli para la recepción de la abundancia superior. Ahora se necesita de un nuevo Kli para la recepción, que se vista en el Kli anterior, y en donde sólo mediante los dos −al revestir el deseo de otorgar por sobre el deseo de recibir, este Kli será apto para la recepción. El Kli anterior, llamado "deseo de recibir", provino del Creador, y el inferior no participa en el trabajo del deseo de recibir, sino que todo proviene del Supremo. De igual forma, el segundo Kli llamado "deseo de otorgar", proviene sólo del Creador, y el inferior no puede añadir, al igual que en el primer Kli, llamado "deseo de recibir". Sin embargo, la diferencia es que la vasija de otorgamiento primero debe tener una exigencia del inferior, quien busca que el Creador le dé el nuevo Kli. A diferencia del primer Kli, que llegó hasta él sin ningún despertar por parte del inferior.

 

 

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