Lo escuché en 1941, en Jerusalén
Corona significa Kéter; y Kéter se refiere al Emanador y a la raíz. La Kedushá (santidad) está conectada a la raíz, es decir, se considera que la Kedushá está en equivalencia de forma con su raíz. Esto implica que la Kedushá se encuentra en equivalencia de forma con su raíz, o sea, al igual que nuestra raíz, el Creador, Solamente desea otorgar, como está escrito: “Su deseo es beneficiar a sus creados”, entonces, Kedushá es únicamente otorgar al Creador.
Sin embargo, no sucede lo mismo con Sitra Ajra que todas sus intenciones son solamente recibir para sí misma. Por eso, no se encuentra en adhesión con la raíz, que es Kéter. Por lo tanto, se considera que Sitra Ajra no tiene corona, es decir, no tiene Kéter porque está separada de Kéter.
Ahora podemos entender lo que dijeron nuestros sabios (Talmud, Sanedrín 29): “Todo aquel que añade, en realidad sustrae”. Esto significa que si uno añade a la cuenta, estará sustrayendo. Está escrito (Zóhar, Pekudey, punto 249): “También aquí es, en relación a lo que está dentro, escribe: ‘Construirán el tabernáculo con diez cortinas’. En relación con lo que está por fuera, dice: ‘once cortinas’, añadiendo letras, es decir, añadiendo la letra Ayin a las doce, y sustrayendo de la cuenta. Sustrae una del número doce, debido a la adición de la letra Ayin a las doce”.
Es sabido que el cálculo se implementa solo en Maljut, que es la que calcula la altura del grado a través de la Luz que retorna que hay en ella. También es sabido que Maljut es llamada “el deseo de recibir para sí mismo”.
Cuando Maljut anula su voluntad de recibir ante el Shoresh (raíz), y no desea recibir más, sino únicamente otorgar a Shoresh, tal como lo hace el mismo Shoresh que es deseo de otorgar, entonces, Maljut, también llamada Aní (yo) se convierte en Ein (nada). Solo entonces puede extraer la Luz de Kéter para construir su Partzuf, y se convierte en los doce Partzufim de Kedushá.
Sin embargo, cuando Maljut desea recibir para sí misma, se transforma en el Ayin (ojo) del mal (mal de ojo). Dicho de otro modo, donde antes había una combinación de Ein, es decir, anulación ante la raíz, que es Kéter, ahora se ha convertido en Ayin (que implica ver y conocer dentro de la razón).
Esto se llama “añadir”, y significa que uno quiere añadir conocimiento a la fe y trabajar con la razón. En otras palabras, dice que vale más trabajar dentro de la razón para que, de este modo, el deseo de recibir no se oponga al trabajo.
Esto provoca un déficit, esto es, que están separados de Kéter, también llamado “deseo de otorgar”, que es la raíz. A partir de entonces deja de haber equivalencia de forma con la raíz, denominada Kéter. Por lo tanto, Sitra Ajra se llama “Maljut sin corona”, y significa que Maljut de Sitra Ajra no tiene adhesión con Kéter. Por esta razón, solo tienen once Partzufim, sin Partzuf Kéter.
Este es el significado de lo que escribieron nuestros sabios: “noventa y nueve perecen por mal de ojo”. Se refiere a que no poseen discernimiento de Kéter; y que su Maljut, que es el deseo de recibir, no desea anularse ante la raíz, llamada Kéter. Esto significa que no quieren convertir al Aní (yo), también llamado “deseo de recibir”, en aspecto de Ein (nada), que es la anulación del deseo de recibir.
En vez de ello, desean añadir. Y a esto se le llama “el Ayin malvado”[1]. Entonces, donde debería haber Ein con Álef, ellos insertan el mal de Ayin (ojo[2]) . De este modo, caen de su grado debido a la falta de adhesión con la raíz.
A esto se referían nuestros sabios al decir: “Todo el que se enorgullece, el Creador dice: ‘él y Yo no podemos habitar en la misma morada’”, pues esto genera dos autoridades. Sin embargo, cuando uno se encuentra en un estado de Ein y se anula ante la raíz, es decir, que la única intención de uno es el otorgamiento, como la raíz, encuentra una sola autoridad: la autoridad del Creador. Entonces, todo lo que recibe en el mundo es solo para otorgar al Creador.
Este es el sentido de lo que fue dicho: “El mundo entero fue creado para mí; y yo, para servir a mi Hacedor”. Por este motivo debo recibir todos los grados en este mundo, para poder darle todo al Creador; y esto se llama “servir a mi Hacedor”.