Lo escuché en Shvat, el 6 de febrero de 1941
La Torá recibe el nombre de Lishmá (en su nombre) principalmente cuando uno estudia para saber claramente dentro de la misma razón, y sin la más mínima duda de que existe un juez y que existe un juicio. Que existe un juicio significa que uno ve la realidad tal como esta se presenta ante nuestros ojos. Es decir, que cuando trabajamos de acuerdo a la fe y el otorgamiento, vemos que estamos creciendo y ascendiendo a diario, puesto que notamos cada vez un cambio para bien. Por el contrario, cuando trabajamos en forma de recepción y conocimiento, vemos que cada día decaemos hasta la máxima bajeza que existe en la realidad.
Cuando examinamos estos dos estados, vemos que existen un juicio y un juez. Esto se debe a que, cuando no seguimos las leyes de la verdad de la Torá, somos castigados de inmediato. En esa situación vemos que existe un juicio justo. En otras palabras, vemos que esta es la mejor manera, y la más apropiada, de alcanzar la verdad.
Esto significa que el juicio es justo, que solo así podemos alcanzar la meta en su integridad, para entender dentro de la razón, con total y absoluta comprensión que no hay nada más elevado, que solo por medio de fe y otorgamiento podemos alcanzar este propósito.
Así, si uno estudia con este fin: el de entender que existe un juicio y que existe un juez, se le llama Torá Lishmá (en beneficio del Creador). Este es también el sentido de lo que dijeron nuestros sabios: “Grande es el estudio que guía hacia la acción”.
Supuestamente debería haber dicho “que lleva hacia acciones”, es decir, a poder llevar a cabo muchos actos, en plural y no en singular. Pero lo cierto es que, como ya lo hemos mencionado antes, el estudio debe darle a uno solamente fe, y la fe recibe el nombre de Mitzvá (mandamiento), lo cual juzga al mundo entero a favor.
La fe también es llamada acción, pues es común que quien lleva a cabo una acción, antes de ello, debe haber tenido una razón que le empuja a realizarla dentro de la razón , que eses una correlación entre la mente y la acción.
No obstante, cuando algo está por encima de la razón, que la razón nos impide llevarlo a cabo, entonces, uno debe decir que no hay ninguna razón implícita en ese acto, sino meramente un acto. Este es el significado de “Bienaventurado es quien realiza una Mitzvá, pues se ha sentenciado a sí mismo en balanza de mérito”. A esto se refiere el dicho “Grande es el estudio que guía hacia la acción”, es decir, a un acto sin razón denominado “por encima de la razón”.