Lo escuché después de Shabat VaYkrá, 20 de marzo de 1943
Lo más importante es no desear nada más que otorgar a causa de Su grandeza, porque todo tipo de recepción es deficiente. Es imposible escapar de recibir; solo podemos tomar el extremo opuesto, que es el otorgamiento.
La fuerza motriz, esto es, la fuerza que es extendida y que obliga a trabajar, es solo Su grandeza. Uno debe pensar que, al fin y al cabo, debe haber esfuerzo y trabajo; pero a través de estas fuerzas, uno puede obtener cierto grado de beneficio y placer. En otras palabras, uno puede satisfacer con su trabajo y con su esfuerzo a su limitado cuerpo, el cual puede ser como un invitado pasajero o como un compañero eterno, esto es que sus energías duran por toda la eternidad.
Esto se parece a una persona que tiene el poder de construir un país entero, pero solamente construye una cabaña que termina siendo destruida por un viento fuerte. Vemos que todas sus energías han sido invertidas en vano. Sin embargo, si uno permanece en Kedushá (Santidad), entonces todas sus energías se quedan en la eternidad. Solo a través de esto debe uno recibir la base para el trabajo, y todas las demás bases están descalificadas.
La fuerza de la fe es suficiente para que uno pueda trabajar en forma de otorgamiento. Esto quiere decir que puede creer que el Creador acepta su trabajo, aunque a uno no le parezca que su trabajo sea tan importante. No obstante, el Creador acepta todo. Si uno atribuye el trabajo a Él, Él lo recibe de buena gana y acepta todos sus trabajos, sin importar cómo estos sean.
De este modo, si uno desea usar la fe a modo de recepción, entonces esta no es suficiente para él. Significa que en ese momento duda de la fe. La causa es que la recepción no constituye la verdad, pues, de hecho, uno no obtiene nada de esa labor. Solamente el Creador será quien reciba de su labor.
Por lo tanto, sus dudas son fundadas. Dicho de otro modo, estos pensamientos ajenos, que surgen en su mente, son argumentos ciertos. Pero si uno desea valerse de la fe para andar por la senda del otorgamiento, ciertamente no tendrá dudas en la fe. Si tiene dudas, entonces debe saber que, quizás, no desea realmente recorrer la senda del otorgamiento, ya que para el otorgamiento basta la fe.