Lo escuché el 8 de Elul, 24 de agosto de 1947
“Uno aprende de su alma”.
Es sabido que toda la Torá se estudia principalmente para las necesidades del alma, es decir, para aquellos que ya han alcanzado el estado de alma. Sin embargo, aún deben anhelar y buscar palabras de Torá en otros que han alcanzado logros espirituales para aprender de ellos nuevas formas, que los antecesores hayan inventado con sus innovaciones en la Torá. De este modo, les resultará fácil avanzar en los grados más elevados, es decir, por medio de ellos avanzarán de grado en grado.
Pero existe una Torá que está prohibido revelar, ya que cada alma debe realizar ese escrutinio por sí sola, sin que nadie lo haga por ella. Por lo tanto, antes de realizar el escrutinio por sí mismos, está prohibido revelarles las palabras de la Torá.
Esa es la razón por la cual los grandiosos ocultan muchas cosas. Y además de esta parte, hay gran beneficio para las almas en lo que reciben mediante las innovaciones de otros en la Torá. Y “uno aprende de su alma” cómo y qué recibir, y a ser asistido por las innovaciones de otros en la Torá, y qué es lo que a él mismo le corresponde innovar.