Lo escuché al salir Shabat Beshalaj, el 24 de enero de 1948
Todo el trabajo se encuentra únicamente donde hay dos caminos, como está escrito: “Y vivirá en ellos, y no morirá en ellos. Y lo referente a ‘morirá, y no infringirá’ se aplica solamente a tres Mitzvot (preceptos): idolatría, derramamiento de sangre e incesto”[1]. Y aun así, vemos que los primeros Jasidim daban sus vidas por las de “Hacer”[2].
Y debemos saber que todo el trabajo y el esfuerzo tienen valor solo cuando se cumple con la Torá. En ese momento uno siente una pesada carga porque el cuerpo no consiente las condiciones de la Torá. Pero cuando uno consigue discernir que la Torá le protege, no se siente pesadez alguna en el trabajo de Dios. Esto se debe a que la Torá lo protege a uno, tal como está escrito: “El alma de uno habrá de instruirle”.