Lo escuché en 1945
Para comprender lo que dijeron nuestros sabios “todo aquello que tenga escamas, se sabe que tiene aleta. Y todo aquello que tenga aleta, no se sabe si tiene escamas”. En el trabajo debemos interpretar el asunto de Kaskéset (escamas) como Kushiot (interrogantes) que tiene el hombre en el trabajo de Dios. Las Kushiot son Kelim para recibir respuestas, ya que las respuestas no son llenadas con la mente externa, sino concretamente con la mente interna, que es la Luz Superior que se viste sobre el hombre. Y entonces todos los interrogantes se depositan en él.
Por lo tanto, en la medida en que las preguntas aumentan, en ese mismo grado se viste la Luz Superior dentro del hombre. Por eso, las escamas se consideran signos de pureza, ya que a través de esto uno puede llegar a purificarse al desear no tener preguntas. Por lo tanto, uno hace todo lo que puede para purificarse, y así alcanzar con la Luz Superior.
Y aleta es algo que también se encuentra entre los signos de pureza. Snapir (aleta) implica Soné-Pe-Or Elión (odiar-boca-Luz Superior). Y el hecho de tener preguntas ciertamente es debido a que siente odio por la Luz Superior. Pero quien tiene aleta no tiene interrogantes, necesariamente. Uno puede odiar la Luz Superior, no porque tenga interrogantes, sino simplemente por codicia, y decir: “de cualquier forma no iré”.
Esta es la señal de purificación, es decir, cuando tiene un pescado. Un pescado implica carne que está revestida de la aleta y escamas. Esto significa que la Luz Superior ilumina a través de estas dos señales.
Pero cuando se trabaja sin interrogantes en la labor, esto no es señal de pureza. Esto se debe a que uno no tiene lugar en el que depositar la Luz Superior, pues no tiene una razón que lo obligue a atraer la Luz Superior, ya que incluso sin la Luz Superior, cree que se encuentra bien.
Por eso, cuando Faraón, rey de Egipto, quiso mantener al pueblo de Israel bajo su dominio, ordenó no dar Kash (paja), tal como está escrito: “Entonces el pueblo se dispersó para recoger paja”. De este modo jamás necesitarían que el Creador los liberase del dominio de la impureza para llevarlos a Kedushá (Santidad).