Lo escuché en Tetzavé, Jerusalén, febrero de 1943
Acerca de los dos ángeles que acompañan a uno en la noche de Shabat, el ángel bueno y el ángel malo, el ángel bueno se llama “derecha”, mediante la cual uno se aproxima al servicio del Creador. Esto recibe el nombre de “la derecha acerca”. Y el ángel malo se llama “la izquierda aleja”. Esto significa que suscita en uno pensamientos ajenos, tanto en la mente como en el corazón.
Y cuando uno supera el mal y se aproxima al Creador significa que, en cada ocasión, supera el mal y se adhiere al Creador. Y así, mediante los dos se ha aproximado a la adhesión con el Creador. Esto significa que ambos llevaron a cabo una única tarea: han hecho que se adhiera al Creador. En ese estado uno dice: “Vengan en paz”.
Y cuando uno ha completado todo su trabajo y ha admitido toda la izquierda dentro de la Kedushá (Santidad) tal como está escrito: “no hay ni un lugar donde esconderse de Ti”, el ángel malo no puede hacer más; pues la persona ya ha superado todas las dificultades que el mal le presentó. En ese momento el ángel malvado queda inactivo y la persona le dice: “Vayan en paz”.