Lo escuché
Existen dos estados de Shabat: 1) de Bereshit (Génesis); 2) de los seis mil años. Y la diferencia entre ambos es la siguiente: Es sabido que hay un estado de detención y un estado de descanso. Se trata de un estado de detención cuando no hay nada más que añadir. El descanso, sin embargo, proviene de las palabras hebreas “paró” y “descansar”, y hacen referencia a que uno está en medio del trabajo. Y puesto que no tiene fuerzas para continuar con su trabajo, se para a descansar para recuperar fuerzas y seguidamente reanudar su trabajo.
Shabat de Bereshit es un estado en el que no hay más que añadir. Esto se llama detención. Shabat de los seis mil años se considera descanso, a través del cual uno recibe fuerzas y vitalidad para continuar con su trabajo los días hábiles.
Ahora podemos comprender las palabras de nuestros sabios: “Shabat dijo: ‘Le has dado una pareja a todos, pero no a mí’”. Y el Creador respondió: “Israel será tu pareja”. El asunto de “pareja” se denomina ZA (Zeir Anpin). Si hay una Nukva, puede haber un Zivug (acoplamiento), y del Zivug surge la descendencia, o sea, la renovación y las añadiduras.
El asunto de Nukva es el estado de carencia. Si hay una carencia en algún sitio hay lugar para que sea corregida; y se considera que todas las correcciones han sido íntegramente realizadas al atraer la Luz Superior hacia donde se encuentra la carencia. Pero resulta que, en realidad, no había carencia alguna, sino que la carencia que anteriormente se consideró como tal, llegó bajo la forma de una corrección desde un principio, para que así la Luz Superior pudiera fluir desde Arriba.
Esto es similar a alguien que repasa algún asunto y se esfuerza por entenderlo. Y cuando logra el significado, entonces es al contrario: ya no siente lo que había sufrido mientras no comprendía ese asunto. Y ahora se regocija de tener alegría. La alegría se mide según el esfuerzo que realizó antes de llegar a comprender el asunto en cuestión.
De esta forma, el tiempo dedicado a este estudio se llama Nukva, que es carencia. Y cuando uno se une con esta carencia, da a luz a la descendencia, a la renovación. Esto es lo que argumentó Shabat: “Ya que no hay trabajo en Shabat, no habrá descendencia ni renovación”.