Lo escuché en 1942
Cuando el temor le sobreviene a una persona, esta debe saber que no hay nada más fuera de Él, está escrito, ni siquiera actos de brujería. Y si uno ve que el temor lo supera, debe entender que no existe la casualidad, sino que Dios le ha dado la oportunidad desde Arriba, y uno debe contemplar con qué propósito le ha sido predispuesto este temor.
Resulta que ocurrió así para que uno pueda superarse y decir que no hay nada fuera de Él. Pero si después de todo esto el temor y el miedo no lo abandonan, uno debe tomar esto como ejemplo y decir que el mismo grado de temor que experimenta debe ser equivalente al servicio al Creador; o sea, que el temor de Dios, que es un mérito, debe existir en el mismo grado que el temor que le acecha en ese momento. Dicho de otro modo, el cuerpo recibe una impresión a partir de ese temor externo; y exactamente en esa misma medida de la impresión del cuerpo, debe ser el temor de Dios.